Durante las noches no podía dormir por la incertidumbre, el solo hecho de pensar en que no era suficiente embargaban mis pensamientos y amargaban mis sentimientos.
Día tras día mis padres me demostraban más que no era suficiente para ellos, que no era más que un tonto que no podría hacer nada.
Es curioso como teniendo unos padres machistas resultarán apoyar más a mi hermana que a su propio hijo, acudí a varios psicólogos para entender el porqué mis padres me odiaban y no cumplía sus expectativas, el porqué yo me sentía o incluso era diferente a los demás por tener capacidades diferentes.
Tenía un déficit de atención dudoso pero diagnosticado por mi última psicóloga, abrazos de eso, mis padres negaron rotundamente su apoyo para poder sostener un tratamiento y poder mejorar como persona.
Mientras todo el apoyo y pasión se lo otorgaban a mi hermana, Cinthya, quién ya era una doctora (médica), en una clínica de alto prestigio.
Pasaba toda la noche pensando en que podría hacer para cambiar mi situación y ser tan bueno como mi hermana y como los padres querían que yo fuera, sabía que mi cuerpo, o mejor dicho, mi cerebro no me permitiría cambiar mi futuro ni mi destino, así que lo que pensé, es que podría solucionar las cosas si mi vida o mi cuerpo fueran diferentes.
Tanto tiempo siendo la sombra de mi hermana me hicieron pensar que no solo mi cerebro era el inadecuado para darme la vida que mis padres deseaban para estar orgullosos de mi, pensaba que habría algo más y era en hecho de que yo no era una mujer, lo que me llevó a pensar que quizás ellos querían me querrían si yo fuera una mujer y no un hombre; quizás siendo una mujer tendía las capacidades que no tenía siendo un hombre y eso me ayudaría a cumplir con sus expectativas.
Había escuchado de aquellas clínicas de cambio de cuerpos, era extraño como las perosnas usualmente cambiaban sus vidas buscando mejorar su situación económica, ya sea por deseo, por placer o por envidia, o cambiaban sus cuerpos buscando una forma de vida físicamente más saludable o atractiva.
En mi caso, buscaba obtener un cuerpo que me permitiera obtener una mejor calidad de vida, debido a mi nula capacidad mental para poder tener una excelente carrera como mis padres deseaban, tener un cuerpo físicamente a la altura que mis padres querían.
Fue entonces que encontré a una chica llamada Camila, me sorprendió mucho encontrar a una chica tan linda como ella, quien resultaba ser una chica lesbiana a la que sus padres no querían porque era una mujer y era su única hija, mientras que para mí ser mujer era más valioso que ser un hombre, ante mi creencia de ser más inteligente y capaz de hacer todo.
Para la familia de Camila ser mujer era una maldición, era símbolo de se una desgracia, una poca cosa sin futuro, solo servía para parir y formar una familia como una ama de casa.
El asunto era, que Camila era lesbiana, así como su familia, ella deseaba ser un hombre para poder vivir sus sueños cerca de la mujer que amaba, para conquistarla y ser feliz sin ser juzgada ni seguir siendo denigrada por ser una mujer.
Era nuestro trato perfecto, un intercambio justo entre dos personas que deseaban una vida diferente.
Una vez que tomamos el cuerpo del otro, regresamos a casa con nuestras familias, llenos de felicidad y misterio por ser lo que pensábamos que queríamos y que nos haría felices de la manera en que nuestras familias lo querían.
Pasar de tener un cuerpo masculino a un femenino era una situación tan extraña como desconcertante, mi físico era claramente diferente, mi cerebro aunque aún manteniendo mis recuerdos y pensamientos, parecía que estaba pensando con mejor claridad, los sentimientos y sentidos se volvieron más agudos e intensos, las cosas que antes veía con menor capacidad ahora eran totalmente claras y entendibles, haciéndome sentir que el cambio había sido el correcto, estaba feliz por sentirme poderoso, bueno, poderosa, con la capacidad que necesitaba para poder hacer felices a mis padres, por fin podría estudiar y tener una carrera como querían ellos, como tanto deseaban y esperaban así como lo habría hecho mi hermana.
Me sentía tan increíble sintiendo todo esto a lo que llamaba tontamente como un cuerpo con una mente de poder, estaba feliz mirando y experimentando todo con tan intensidad, aunque pronto todo mi mundo se vino abajo cuando experimenté otros sentimientos diferentes a los que sentía como hombre, experiencias extra corporales que solo una mujer sentía, no era nada aún sobre el periodo entre otras cosas, sino aquellas sensaciones femeninas que me hacían sentir diferente a como lo era como hombre.
Entonces entendí con cierto sentido a lo desconocido, que ser mujer era toda un misterio para mí, desde mi nueva capacidad mental, como el ahora tener un organismo totalmente diferente y totalmente funcional para gestar vida.
Las sensaciones que este cuerpo femenino me provocaban pronto me llenaron de dudas, de miedo y de curiosidades, en mi entrepierna ya no se encontraba aquel órgano con el que me masturbaba, sino una vagina capaz de crear vida, mi pecho era de conocido, ahora teniendo un par de pechos que si bien no eran enormes, podía sentir como rebotaban con cada paso que daba, mis piernas se movían con mayor agilidad y sentía el contoneo de mis caderas mientas empujaba una pierna delante de la otra con ese típico balanceo femenino al caminar.
Nunca fui feo como hombre, aquel cuerpo que había intercambiado no eran para nada despreciablemente en cuando a su belleza estética, e incluso podría admitir que mi órgano sexual poseía un buen tamaño como para complacer vorazmente a cualquier chica.
Un sentimiento de fragilidad invadió mi corazón, al pensar que había abandonado ese quizás privilegio como lo era tener aquel miembro del cual no había apreciado y estar orgulloso de poseer.
Fue entonces que miré como los hombres me veían al caminar, fijándose más en mi escote y en mis piernas que en mis ojos o en mi cara, algunos quizás admirando más la belleza de mi rostro o la de mi cabello, pero nunca imaginando que ellos quisieran admirar ni desear lo que había dentro de este recipiente que reflejaba la belleza femenina.
Al llegar a casa, mis padres y mi hermana quedaron sorprendidos, la verdad es que la reacción fue totalmente a la que esperaba, imaginado que este cambio les haría ser felices, para pasar a ser ofendido y despreciado por haber corrompido mi ser con este cambio.
Entonces ya no entendía lo que querían, ¿se supone que querían a mi hermana más que a mí por ser una mujer?, pero entonces, yo decidía ser un a mujer para cumplir con sus expectativas y terminé siendo un homosexual, un desviado, un mal hijo y un mediocre que al parecer deseaba otras cosas diferentes a las que una familia común con creencias machistas debían de aceptar.
Fue entonces que me di cuenta que ni siquiera cambiando mi cuerpo para darles gusto serviría de nada.
Al día siguiente, Camilia y yo intercambiamos nuestras pertenencias, cosas entre ropa, celulares, amistades etc, al parecer su familia estaba más emocionada que la mía por este cambio, al volver a verla y ver mi cuerpo con una expresión llena de felicidad, me hizo comprender que ya no había vuelta atrás, ese cuerpo que alguna vez fue mío ahora se encontraba en el lugar correcto, con mejores manos que las mías para tener el futuro que quería, entonces ahora yo era Camila.
A pesar de este inesperado cambio, mis padres trataron de entenderlo, notaba el desprecio que hacían con sus gestos al mirarme, pero también notaba sus anhelos al ver que mi intelecto había cambiado.
Finalmente logré entrar a la universidad, donde comencé mis estudios bajo los regímenes que mis padres querían, estudiando medicina con la espera y entusiasmo de estudiar una maestría y un doctorado para convertirme en una especialista como mi hermana.
Eso pondría orgullosos a mis padres, al menos eso pensaba, luego de ver su repentino cambio de actitud después de que había intercambiado mi cuerpo por el de Camila.
Finalmente había comenzado a estudiar esta carrera, de la mejor manera y en una situación en la que me sentía más imponente, esta vez tenía muchas ilusiones de lograr poner orgullosos a mis padres.
Pero entonces los deseos y los sentimientos hormonales de este cuerpo me traicionaron, pronto, el amor llegó a mi corazón femenino, ilusionándome como una niña tonta por un chico, el cual había conocido al poco tiempo de haber entrado a la universidad.
Jamás supo de lo que yo era antes, pero incluso yo no me esperaba enamorarme de otro hombre, solo surgió, como si los sentimientos hormonales de este cuerpo persistieran más que la meta que perseguía por delante.
No pasó mucho tiempo para que el ser mujer afectase mi mente más que mejorarla con esas nuevas experiencias y habilidades, me sentía ofuscado por la manera en que otro chico me hacía sentir; ¡claro!, usando sus métodos de seducción y manipulación como todo hombre al querer tener a una mujer a sus pies.
Salvo que yo ahora era frágil de mente y de cuerpo, no me di cuenta de sus intenciones hasta que finalmente me doblegó llevándome a la cama hasta terminar por convertirme completamente en una mujer dominada por sus pasiones.
Había sido una completa experiencia para mí, como chico ni siquiera había tenido sexo con una mujer, me sentía triste ya que nunca comprendería la diferencia aunque claramente era abismal comparándola con las veces que me masturbaba solo por satisfacción y nunca llenaba más haya de unos pocos segundos de placer.
Al poco tiempo, la actitud de aquel chico que me había enamorado con sus buenas intenciones terminó siendo todo un patán, pues luego de nuestra intimidad el parecía alejarse como si ya no le importara, como si solamente hubiera sido una persona para pasar la noche y abandonarla al día siguiente sin importarle ni el más mínimo sus sentimientos.
Eso me provocó una profunda depresión; afortunadamente no había quedado embarazada, sino ya sería el colmo, quizá era nuevo en esto de ser mujer, pero sin duda me había preparado lo suficiente como para no caer en ese error.
Lo que no pude evitar fue la profunda tristeza que me provocó sentirme usada como un objeto manipulable por los deseos perversos de otro hombre que solo me quería para tener sexo y olvidarme.
Él era otro estudiante de medicina y fue donde pensé en los mitos que ahora se cumplían en verdades a penas iniciando mi carrera como médico.
Entonces comprendí aquellas veces que encontraba a mi hermana llorando por algún chico, o convirtiéndose en una mujer que solo buscaba sexo para liberar tensiones y estrés de tanto estudio que debía de soportar todos los días.
Encontrando que ya no obtenía sexo por amor o por ilusiones, sino por pasar el rato con el que le gustara o le hiciera sentir el placer que le ayudara a superarlo todo.
Mi hermana fue un gran apoyo desde que me convertí en mujer, haciéndome sentir como una hermana menor después de tanto tiempo, igual mis padres quienes para ellos ahora sí existía, era curioso como tan solo necesitaba cambiar mi cuerpo de hombre y convertirme en una mujercita para poder obtener el cariño y la atención que tanto necesitaba de mi familia.
El shock me embargaba día con día, pero aún así necesitaba superar y ser mejor que mi hermana, pensaba, sino de que servía este sacrificio en el que abandoné mi cuerpo de hombre por convertirme en esta persona.
Pero desafortunadamente ni cambiando mi pene por una vagina me hicieron una mejor persona ni la estudiante más habilidosa, la ilusión de ver el mundo con otros ojos, mejorando supuestamente mis capacidades mentales habían sido una vil mentira, había experimentado diferentes sentidos cognitivos pero nada que me hiciera una genio ni mejor que mi talentosa hermana.
Quizás ahora era una mujer con nuevas y mejores capacidades que las que poseía en mi antiguo cuerpo, pero no lograba llegar a obtener esa importancia que tanto deseaba en la carrera, las materias simplemente terminaron devorándome y el estudio me produjo más estrés del que podía soportara, intenté acudir con un psicólogo y hablar con mis maestros para conseguir su apoyo, pero la verdad es que ni siendo mujer sería capaz de lograr ser una gran doctora como mi hermana.
No importaba si era un hombre, una mujer o un perro, si no tenía el don o la capacidad de ser una doctora nunca lo sería, quizás elegí mal el cuerpo y debí de analizar una variedad importante de mujeres con mejores capacidades que las de Camila, si era una chica bonita y al parecer inteligente, su cerebro no tenía la capacidad de ser una excelente doctora, quizás no era mi destino ni el de Camila serlo.
Mis maestros me aconsejaron que si deseaba continuar mi camino en la medicina lo más probable es que quizás pudiera obtener un mejor resultado como una enfermera importante.
Eso me deprimió aún más, pues había hecho todo esto para poner orgullosos a los padres de convertirme en una gran doctora, a estas alturas, no era como que pudiera ir a la clínica de intercambio a buscarme otro cuerpo, podría hacerlo, pero tenía que volver a comenzar este proceso, mi familia no soportaría la idea de volver a ver a otra persona, conocerla y soportar tantos cambios como fueran posibles.
La noticia no había sido del agrado de mis padres, mi hermana intentó apoyarme entendiendo que no debía de sacrificarme tanto para obtener lo que nuestros padres nos obligaban a hacer para obtener su aprobación; sin más, no me quedó de otra más que aceptar mi futuro, me sentía denigrada, ya que de pasar por la incursión de ser una gran doctora, terminé denigrada a convertirme simplemente en una enfermera cualquiera.
¡Bueno!, al menos dicen que las enfermeras son las más bonitas, no podía dejar de pensarlo al verme en el espejo con mi nuevo uniforme, mi culo apretado con ese rico pantalón entallado que hacía resaltar mi culo con sutileza, mi filipina que ocultaba mi precioso pecho y abdomen debajo de la ropa de enfermera, haciendo que los hombres pudieran imaginarse con más ilusión lo que había debajo de ella, mientras les dejaba el gusto de ver a través de la transparente de mi pantalón, apenas una rica tanga que se marcaba por debajo de la suave tela, obteniendo piropos y toda clase de suspiros por ella, con la intención de agarrarme en una guardia nocturna y hacer conmigo a los doctores lo que les apetezca de mí para complacerlos.
En eso se había convertido mi vida ahora, pasando de ser un hombre con capacidades diferentes a ser una enfermera con los sueños rotos de ser una gran doctora, para pasearme por los hospitales con el culo disponible.
-Karina-
Gran historia
ResponderBorrarCuenta una buena historia
ResponderBorrar?
BorrarCuenta la leyenda que la historia de los anillos nunca existieron y solo fueron una fantasía 💀
ResponderBorrarMe gusto
ResponderBorrar