Páginas

lunes, 3 de noviembre de 2025

𝟐-𝐓𝐠 𝐎𝐜𝐭𝐨𝐛𝐞𝐫 “𝐄𝐥 𝐍𝐞𝐫𝐝”


¡Un día más en la escuela!, pensaba mientras disfrutaba de las enseñanzas y operaciones de la clase de matemáticas y de ciencias.


Lo que para algunos era un fastidio, para mí era tan fácil como lo era para Luis tener a todas las chicas de la escuela que él quería, las más bonitas las más populares y demás.


El ser al que toda la escuela idolatraba, mi nemesis o mi opuesto, mientras que él era el guapo y popular de la escuela, yo era el gordito, el matadito, el nerd.


Amaba ser superior en ese aspecto, ser el chico más inteligente y que siempre sacaba las mejores calificaciones. 


Pero había algo que envidiaba y que le envidiaba a Luis, el ser un chico guapo y atlético que todas las mejores chicas querían con el, mientras que yo, solo era un imán de chicas cuando les convenía que les hiciera su tarea, o ayudara en el examen.


Sabía que se burlaban de mí, mi bully personal no podía faltar, quien incluso idolatraba y respetaba a Luis como un hermano más, ¿pero yo?, ¿porque yo tenía que sufrir tan solo por ser diferente a los demás?, porque tenía que ser yo el nerd al que nadie quería por no tener el mejor cuerpo y si tener un gran cerebro, desde historia hasta Geografía, desde matemáticas hasta ciencias, todas las materias aprobaba y terminaba con las mejores calificaciones.


Mientras era el más inteligente para los maestros, era el más rechazado por los chicos y chicas de la escuela, incluso, rechazado por los mismos maestros que me adoraban por mi cerebro, cuando de popularidad y del chico más querido de la escuela se trataba, un supermán, un súper soldado, un súper modelo, el mejor jugador de la escuela, todo eso era Luis, para las chicas, para los chicos, para los maestros.


No me quejaba, amaba mi cerebro, amaba este don que, ¡Dios! me había dado, lo digo con ingenuidad, ya que no creía en la religión para nada.


Pero en mi interior había ese hueco, ese vacío existencial que ni con el privilegio de ser un genio como algunos me decían, me llenaba de satisfacción, yo quería ser Luis, el más guapo, el más polular y el más deseado por las chicas.


La clase de ciencias había terminado, la clase había sido interesante e incluso había llenado con creces mis conocimientos acerca de la neurociencia, con mi proyecto andando, mi trabajo para el proyecto final, la clase me había dado nuevas herramientas para terminarlo; un proyecto que quizás ni siquiera entregaría siendo Armando sino Luis.


Estaba en mi habitación preparando los últimos detalles, un suspiro de nostalgia estremeció la habitación, en mis manos tenía el fruto de mi mejor creación, de el invento que me haría un joven científico y demostrando que era un genio, el invento que cambiaría mi vida y con ello tendría lo que tanto deseaba ser.


El perder a mi madre me hacía dudar de hacerlo, perder a mi familia que tanto me quería, pero mi envidia y avaricia de poder me hacían desear más continuar que estar viviendo envidia esta pesadilla sin salida, yo quería ser un guapo inteligente, no solo un nerd genio y de feo cuerpo, ¡mi mente en el cuerpo equivocado!, pensaba mientras comenzaba la descarga.


El invento del siglo, el invento revolucionario, yo, un chico de 17 años, daría el paso a la evolución del hombre, ¿te imaginas pasar tu mente y conciencia a un cuerpo sano o joven?, pues este invento me hará ganar más que una excelente calificación, me haría ganar el poder del mundo entero.


Configuré los datos finales y preparé un envío automático, luego de realizar la descarga de todo mi cerebro en la nube.


El plan era simple, era arriesgado y aún no sabía si funcionaría como yo pensaba; decidí tomar el riesgo y comencé a vaciar mi mente en un archivo que se subiría a la nube y aparecería como un archivo de audio especial para que cuando Luis lo escuchara, toda mi mente fuera descargada en su cerebro y así, poder tomar su cuerpo con mi mente de genio y ser lo mejor de ambos mundos.


¡Un genio guapo! -pensaba mientras gritaba con locura y risas mi supuesto gran excito.


Claro que para esto, una vez que mi cerebro fuera descargado y enviado a Luis, mi cuerpo moriría al instante sin tener una mente que lo controlara.


Le dije adiós por última vez a mi antigua vida, mirando los recuerdos de toda mi vida pasando en miles de segundos rápidamente, con ese extraño sentimiento que era el amor por mi mamá y por mi familia, mi cerebro se apagó y con ello la descarga finalizó.


Mi cuerpo quedó tendido en la silla frente a la computadora, inmóvil y completamente inerte, hasta quién sabe cuando encontrarán mi cuerpo inconsciente y sin vida en mi cuarto.


No sabía hasta cuándo Luis escucharía y descargaría mi mente en su cabeza, el archivo emitiría un sonido especial, que con las vibraciones y ondas electromagnéticas, descargaría toda la información que exprimí  de mi cerebro en el suyo sin que pudiera hacer nada para detenerlo, ese cuerpo atlético y popular sería mío, con este cuerpo y mi cerebro dominaría al mundo entero.


-¡Basta de ser un pobre nerd!, de ser el patito feo, desde ahora seré el polular, el más querido, el más guapo y deseado hombre por las chicas.


Pensaba encapsulado en un archivo encriptado dentro de la nube de un mensaje de correo electrónico, como si fuera una mente perdida en la deriva de un espacio cibernético sin fin, hasta ser hallado y descargado hacia el placer de una nueva vida.



De repente, sentí como una descarga eléctrica me hacía sentir que estaba vivo nuevamente.


-¡Funcionó! -grité con emoción al sentir como podía moverme físicamente, mientras trataba de adaptarme al nuevo cuerpo en el que estaba.



Sentir nuevamente esa chispa de vida, de energía y calor humano en todos los sentidos, en cada célula y centímetro de carne y hueso, todo conectándose otra vez haciéndome sentir como un ser vivo nuevamente.


Pero comenzaba a sentirse diferente, ¡Sí, me sentía vivo de nuevo!, no sabía cuánto tiempo había pasado sumergido en ese mundo digital, al parecer la descarga había terminado, todos mis recuerdos navegaban en este nuevo cerebro, dentro del cuerpo de mis sueños.


Cuando de repente todas mis ilusiones se vinieron abajo al ver unas manos totalmente diferentes, sentí un extraño peso y rebote en mi pecho así como el cabello largo estorbándome la vista.


-¿Qué pasó, porque tengo estos senos de mujer?, ¡Mi voz!, ¿Porque mi voz suena como si fuera la voz de una señora? 



Grité mirando mis manos, notando que no eran para nada las manos ni el cuerpo joven y atlético de Luis, sino el cuerpo de una mujer madura.


-¿Porque soy una mujer?, ¿Porque estoy en este cuerpo?, ¿Quién carajo se supone que soy? -grité quitándome los audífonos que me estorbaban, con los cuales seguramente habían descargado todo mi cerebro en este jodido cuerpo.


Caminé sintiéndome extraño, las estúpidas tetas de este cuerpo rebotaban y mis piernas poco ágiles me hacían temblar, sintiendo como las caderas de este cuerpo se contoneaban a cada paso que daba.



Hasta que finalmente logré llegar a un espejo; mirándome con sorpresa y desilusión, al ver que en el reflejo no me encontraba en el cuerpo de Luis, sino en el de su madre, Gabriela.


-¡Que demonios!, ¿Cómo es que termine en el cuerpo de la mamá de Luis? -jadeaba mirando y acariciando mi rostro envejecido y extrañamente maquillado -¡No, no, no, esto no me puede estar pasando, no! - temblaba del coraje y del miedo.



Miraba el cuerpo de la señora Gabriela imitando todos mis movimientos, el peso extraño de mi pecho al respirar, sintiendo el irrisorio rebote de los senos de la señora Gabriela colgando del pecho.



Tragué algo de saliva y con curiosidad llevé mis manos a sus senos, no quería violar la privacidad de su cuerpo, pero era algo indescriptible, además de indeseable, sentí como esos dos montículos de carne se contraían al oprimirlos, sintiendo una mezcla de incomodidad y de una extraña satisfacción que envolvieron mi mente unos segundos, suspiré en medio de un singular cosquilleo, soltando de inmediato ambos senos recordando el inexacto destino de mi mente.



Regresé al lugar en donde había despertado, encontrándome con los audífonos y el celular de la señora Gabriela regados en la cama, en donde seguramente escuchó el archivo donde venía almacenada mi mente.


El celular tenía bloqueo pero con mi rostro, o mejor dicho, gracias al rostro de la señora Gabriela pude desbloquearlo, lo cual fue inusual e incómodo. 


Al abrirlo apareció frente a mí la razón de todo lo que había pasado mal, o al menos eso deducía; al encontrarme con el archivo de audio dentro de la aplicación de Apple músic, donde por alguna razón, fue enviada mi mente, en la carpeta familiar de la familia de Luis. 


Me sentía nervioso sabiendo que había errado mi destino, con capricho, busqué el audio donde contenía mi mente encontrándome con que el archivo ya no era válido, estaba dañado o simplemente se había borrado para siempre, dejándome atrapado en el cuerpo de la señora Gabriela.


Temblé sintiéndome perdido, no podía estar en este cuerpo, este no es el cuerpo que yo quería, pensé nervioso que hacer para resolver esto, tenía que recuperar mi cuerpo, tenía que hacer algo para salir del cuerpo de Gabriela antes de que fuera demasiado tarde, mi cuerpo aún debería de estar vivo, al menos el suficiente tiempo para llegar y revertir esto.


De repente, se escuchó una voz familiar que se acercaba rápidamente, era  Luis quien llamaba a su madre, ¡ósea yo!.


-¡Mamá, mamá, ya regresé de la escuela!, ¿Qué hay de comer? -preguntaba mientras abría la puerta del cuarto.


Y ahí estaba el, tan feliz tan alegre y tan sonriente el maldito desgraciado, presumiendo su felicidad y su belleza, cuando de repente analice algo que había dicho que me había puesto a pensar unos segundos.


-¿El dijo, regresé de la escuela? -pensé analizando que este ya lo podría ser quizás el mismo día, sino otro diferente, pues ya era muy tarde cuando había hecho la descarga, por lo que ya nadie se encontraba en la escuela a esas horas del día.


-¿Qué tienes, te sientes mal? -preguntaba mirándome de pies a cabeza, aunque noté como se fijaba rápidamente en los senos de su madre haciéndome sentir incómodo y extraño.


-¿Qué nunca te enseñaron a tocar la puerta? -contesté mirándolo con coraje e impotencia de pensar que su maldito cuerpo sería mío.


-¡Perdóname mamá, no fue mi intención! -respondió agachando la cabeza, teniendo una especie de miedo y respeto por la autoridad de su madre.



De repente experimenté un insólito sentimiento de poder al ver como mi aspecto y posición me daban poder sobre el idiota de Luis.


-¡Está bien! -fingí contener mi molestia -No hice nada de comer, apenas desperté no me eh sentido bien.


-¿Qué tienes?, ¿Quieres que vayamos al doctor? -pregunto de forma preocupada y fraternal.


-¡No, no, no es nada grave…, son…, cosas de mujeres solamente… -fingí -ahora vengo, iré un momento a casa de tu amigo Carlos -le dije querer lo que haría, esperado a que no sospechara algo extraño en su madre.


-¿Mi amigo Carlos?, ¿El chico que iba en mi salón? -preguntó sorprendido.


-¡Eh…, sí!, ¿Qué tiene…, pasa algo…? 


-¡No, no!, es solo que el pobre chico falleció hace unos meses y se me hace raro que quieras ir a verlo.


Sus palabras me llenaron de desilusiones, la frustración golpeó mi corazón y la impotencia me privo del habla unos segundos, no sé si era por que me había sentido roto por dentro o por la fragilidad y hormonas que poseía este cuerpo, pero todo me hizo llorar repentinamente sin querer.


-¿Cómo que muerto, porque murió? -pregunté entre lágrimas y desconsuelo.


-¿Qué tienes ma?, si tú y yo fuimos a su funeral, ¿Qué no te acuerdas? -el se acercó a consolarme con un abrazo muy fraterno.


-¡Sí, sí, tienes razón, qué tonta! -le dije mientras trataba de reponerme.


-¿Qué pasó porque murió? -pregunté 

 erradamente suponiendo que Gabriela ya debería de saberlo. 


-¡Pues no sé!, su mamá dice que el pobre estaba jugando con su computadora y que al parecer una fuerte descarga eléctrica hizo que su cerebro se quemara, al menos fue lo que nos dijo que le dijeron la policía y los doctores que pasó.


-¡No puede ser pobre de tu amigo…! -dije con la mano en la boca invadido de sorpresa al saber lo que había pasado con mi cuerpo.


-¡Pues no era mi amigo ma!, aunque la verdad me caía muy bien, siempre fue muy buena onda, me ayudaba con algunas cosas que no entendía, era muy inteligente, el mejor de la clase, yo siempre quise motivarlo a ser más sociable e integrarlo en nuestros convivios pero siempre se hacía el duro, nunca quiso y era algo molesto en su actitud, nunca quiso convivir con nadie ni ser más amistoso, bueno, al menos en algo que no fuera el estudio.


Sus palabras me golpearon el corazón, es verdad, él siempre quiso ser mi amigo y yo fui tan grosero, quizás, si yo hubiera teatro de superar mis miedos y mis inseguridades yo podría haber sido parte de ese grupo y hasta haber tenido novia, eso me hacía detestarlo aún más, ya que no solo era un hombre atractivo y popular, sino también una gran persona.


Sequé mis lágrimas y me dispuse a salir, le dije a Luis que saldría rápido a comprar unas cosas y regresaría con una pizza para comer algo rápido, él se mostró feliz mientras que se iba a su cuarto a esperar la pizza.


Salí rápidamente, no importaba ya que hubiera pasado con mi cuerpo, ahora importaba recuperar mi tecnología para salir de este cuerpo y pasarme al cuerpo de Luis.


Al parecer la señora Gabriela manejaba, pero yo no sabía hacerlo y preferí tomar un taxi, extrañamente no fue difícil que un taxi se acercara rápidamente, al parecer verme como una mujer era demasiado atractivo para los hombres.


Me subí adelante sin pensar y en el camino noté como el tipo me iba mirado las tetas, cosa que me importó poco, ya que no era mi cuerpo no estaría mucho tiempo en el.


Hasta que sentí como su mano me acariciaba la pierna y el maldito logro llegar hasta mi entrepierna.



-¿Qué te pasa idiota? -le grité en un tono agresivo, desviando su mano de mi pierna.


-¡Perdón señora perdón!, no era mi intención, es que me equivoqué.


-¡Ya, cállese y maneje!


Continué mientras sentía coraje de haber presenciado esto, eso solo confirmaba que no podía permanecer mucho más en este cuerpo.


-¡Son 90 pesos! -dijo con la mano extendida.


-¡Carajo es verdad! -dije recordando que olvidé agarrar las cosas de Gabriela y me salí de la casa sin absolutamente nada, no traía dinero ni nada.


-¡Después de ese agarrón dese por bien pagado idiota! -le dije saliendo del carro rápidamente.


-¡Vieja mustia! -gritó el imbécil antes de irse.


Respire profundamente y camine aún incómodo hacía la puerta de mi casa, no había pensado en cómo sería ver a mi madre ahora que la había hecho sufrir con mi pérdida, toqué la puerta y espere un segundos, pero no salía nadie, volví a tocar y mi madre finalmente abrió.


-¿Qué pasa, quién es usted y qué quiere? -dijo mi madre, notando lo devastada que se veía, luciendo triste y descuidada.


-¡Mamá…!, ¿Mamá de Carlos…, cierto…? 


-¡Sí…, bueno era…!, ¿Qué pasa? -respondió mi madre tratando de contener las lágrimas.


-¡Bueno…, yo soy la mamá de Luis!, ambos eran compañeros de la escuela -le dije sintiéndome anormal al decirle eso fingiendo ser otra persona.


-¿Sí, y qué tiene? -respondió renegando.


-¡Bueno yo…!, solo quería pasar a verla y saber cómo estaba… 


-¿Y para qué o qué? 


-¡Pues preocupación y amistad solo eso…! 


-¡Han pasado meses desde que murió!, nuestros hijos fueron a la escuela juntos durante 12 años, ¿y hasta ahora piensa en tener una amistad conmigo?


Lo que decía ella era verdad, sería tan tonto que dos mujeres que no tiene ningún tipo de relación iniciarán una amistad.


-¡Bueno, la verdad es que yo…!, ¡La verdad es que soy yo mamá…!, ¡Soy Carlos tu hijo! -no sabía si decirle eso traería otras consecuencias, ¿Qué pensaría mi madre de ver a su hijo con el cuerpo de una mujer madura incluso más madura que ella?



-¿Qué tontería estás diciendo? -respondió ella con mucha confusión y confirmando que no era la manera de haberle dicho esto.


-¡Si, señora…, si mamá soy yo soy Carlos!, todo pasó por accidente, ¿si me dejas explicarte y si podrías ayudarme? 


Mi madre no se veía para nada bien con esta información, pensaría que una tipa desconocida venía a burlarse de ella y de su desgracia.


-¡Lárgate de aquí! -gritó ella.


-¡Mamá escúchame por favor!, inventé un sistema para almacenar todo mi cerebro en la nube y por accidente me transferí al cuerpo de esta señora, yo quería ser su hijo Luis no la señora Gabriela -solté todo de un golpe sin saber si eso se había escuchado raro o extraño.


-¿Qué hiciste qué?, ¿Porque querías tener otro cuerpo?, ¿para que?, ¿Qué no eras feliz conmigo, que no eras feliz con tu familia? -contestaba mi madre algo destrozada, no sabía si estaba feliz por saber que su hijo vivía aunque fuera en otro cuerpo, o si estaba más triste por pensar que yo prefería a otras personas que a ella que era mi madre.


-¡No mamá no es eso yo te amo mucho de verdad!, ¡Eh…!, ¿Podemos hablar de esto adentro?, la gente nos está mirando raro.


Sin querer habíamos estado discutiendo fuera de la casa, donde muchos vecinos pasaban y veían la extraña escena, dos mujeres hablando sobre ser madre e hijo.


-¡Ya no quiero saber nada más!, ya me siento bastante decepcionada y con eso basta.


-¡Mamá por favor, necesito mi computadora y mi tecnología para poder salir de este cuerpo, apenas desperté hoy, ¡No quiero ser una mujer madura para siempre!


-¡Pues eso lo hubieras pensado antes!, ¡Y no me digas mamá!, no te mereces ser mi hijo ni llamarme de esa forma, ¡Y tú estúpida computadora se destruyó!, tiré todo a la basura desde hace mucho tiempo.


Mi madre azotó la puerta y me dejó afuera con el terror y desconsuelo que sentía, la máquina y todo se había destruido, mi invento sé había perdido con eso.


Mis manos temblaban mientras lloraba frustrado por la impotencia de no pode hacer nada para salirme de este cuerpo.


Se estaba haciendo tarde y sin más lugar a donde ir, tome otro taxi para regresar a la casa de Gabriela, al menos ahí tendría un lugar a donde vivir mientras planeaba como solucionar esto.


Tome otro taxi pero esta vez me senté en la parte de atrás, no quería que otro idiota me manoseara, llegando le pedí que me esperara unos segundos mientras salía con algo de dinero, luego de pagarle se fue y conseguí otro problema.


-¿Mamá en dónde te metiste?, ¿no te llevaste nada?, ni dinero ni el celular, ¿Adónde fuiste? -preguntó Luis.

 

-¡A ningún lado!, solo fui a hacer unas cosas y se me olvidó.


-¿Porque no te llevaste el carro? 


-¡No me sentí con ganas de manejar!, ¿Pero porque tantas preguntas?, ¡Ya déjame en paz! -le dije sin querer.


Luego me fui a mi cuarto donde nadie me molestara, olvidando que le había prometido traer una pizza de regreso.


Estaba desesperado, miraba mis manos, miraba este cuerpo, me sentía incómodo y estúpido, siendo yo, un genio atrapado en este recipiente de mujer madura, me miraba frente al espejo sin poder creerlo, siendo que irónicamente había hecho esto para poder tener intimidad con una mujer y ahora estaba yo íntimamente dentro de una.


Me sentía incómodo y frustrado de tener este cuerpo, cuando yo quería el maldito cuerpo de Luis, ¿Qué diría el si supiera que realmente era yo dentro del cuerpo de su madre?


Me quité la blusa y los jeans quedándome en ropa interior, mirando la bonita figura que al menos tenía Gabriela, si quisiera quedarme en este cuerpo no estaría demasiado mal, Gabriela está bien conservada, tiene un cuerpo tan caliente y sexy, ¡No, no, esto no puede ser!, ¡no puedo seguir en este cuerpo!


Miraba mi entrepierna atravesando por ese par de tetas que colgaban de mi pecho, sintiendo un hueco en la garganta al sentir un espacio completamente vacío entre mis piernas, de solo pesar que ahora tenía una vagina me helaba la sangre, peor aún, que de esa vagina había salido Luis.


Mirar mi nueva apariencia femenina frente a mí, me hacía sentir vulnerable, ya ni siquiera como un niño frágil que era sometido constantemente por sus bullys, sino como un chico que había perdido su hombría por un error mal calculado.



Ver esas calientes curvas, esos bultos enormes que tenía en el pecho, mis caderas de mujer, verme en esa lencería que solo una mujer sexy y candente debía de usar, me hacían pasarme un mal trago por la garganta, sintiéndome perturbado al ver como había cambiado mi vida para siempre.


Al menos aún conservaba mi gran cerebro, aún seguía siendo un genio, ¿verdad?, pensé, planeando como empezaría desde mañana a recolectar nueva tecnología para volver a crear ese sistema que me permitirá transferir mi cerebro al cuerpo de Luis.


Pero lo peor aún faltaba por pasar, cuando el marido de la señora Gabriela llegó del trabajo, sosteniendo una conversación con Luis quien había notado extraña a su madre desde que llegó de la escuela.


Rápidamente me volví a vestir, sin siquiera haber podido probar un poco del cuerpo de Gabriela, me sentía tan nervioso y aterrado atrapado en una vida y en un cuerpo que no conocía, que no era mi rol en este mundo y quizás era un castigo con el karma que venía hacía mí por querer robarme en un principio una vida que no me pertenecía.


-¡Amor ya llegaste!, tuve que fingir como si fuera la verdadera Gabriela.


Ambos hombres me miraron misteriosamente, en este punto, o debía de mejorar mi actuación, o era el momento de confesarles la verdad.


Pero el hombre solo sonrío y asintió acercándome a darme un beso como saludo, mis ojos se agrandaron sin pensar que un día tuviera que darle un beso a un hombre, sentí el calor y la cercanía de su cuerpo con el mío, como su pecho masculino y bien dotado apretaba mis senos,  además de que su brazo ancló mi cintura contra su cuerpo en modo de un apasionado abrazo entre marido y mujer.


No me quedó de otra más que sonreír y hacerme la mosca muerta, pero entonces tuve que ingeniármelas para cocinar algo rápido, porque como esposa ahora tenía que hacer algo para alimentar a mi marido.


No sabía ni qué hacer en la cocina, luego estas tetas me estorbaban con cada movimiento, que el hecho de simplemente menear una cuchara provocaba que mis tetas se agitarán sin control.



De repente, Luis se acercó para ayudarme, notando que tenía problemas en la cocina, de por sí que notaba que algo no andaba bien con su madre y me ayudó con solidaridad, casual, quizás era algo que siempre hacía como el buen hijo que era.


Después de comer y de lavar los trastes, finalmente pude relajarme un poco, después de un día tan intenso y extraño, donde se suponía que solo sería un chico más guapo y súper inteligente, ahora era una mujer madura.


Me metí a bañar para tratar de desahogarme, ya que no solo me urgía un baño, sino que también sería la primera vez que tomaría un baño como una mujer.


Sentir el agua caliente acariciando mi piel femenina, apenas mi piel roso el agua caliente, sentí como me ardía mucho más que antes, lastimándome un poco la piel y mis pezones de mujer, haciéndome ver que ahora debía de tener un poco más de cuidado en mis nuevas necesidades fisiológicas.



El baño fue todo un panorama debía descubrimiento y nuevas sensaciones que descubría poco a poco, mi vagina no se quedó atrás, sintiendo con un fuerte cosquilleo como el agua frotaba mi vagina al escurrirse como un río celestial al atravesarla con el agua cálida de la regadera, fue entonces que me encontré con una regaló era manual y una idea algo cachonda se me vino a la mente, usando el aparato para darme un hidromasaje en mi vagina.


-¡Pues ni modo!, habré que aprovechar y disfrutar algo de todo lo malo -dije mientras me daba estímulos en mi vagina con ligeros chorros a presión con el aparato sintiendo como mi vagina me provocaba cosquillas en todo el cuerpo, mis rodillas se doblaban y mi boca emitía gemidos fuertes que afortunadamente se perdían con el sonido del agua callendo.



No dejando a un lado el hecho de que froté mi vagina con mis dedos permitiéndome explorar un poco de este mundo femenino.


Termine el baño exhausto después de un rico masaje de relajación, me cubrí con una toalla como pude y salí del baño encontrándome con Fausto, el esposo de Gabriel, quien ya esperaba con ansias poder verme al escuchar como me prendía dentro del baño.


-¿Qué haces…?, ¿Qué tienes…? -pregunté nervioso al ver al hombre desnudo mostrándome su gran pene totalmente duro y un rostro de emoción.


Era obvio lo que él quería pero yo no accedería, no estaba listo para esto y no lo estaría nunca, como pude traté de evitarlo, aunque me abrazo con fuerza y comenzó a besarme apasionadamente, traté de resistirme, pero era como si este cuerpo no quisiera, hasta que finalmente le tiré un golpe que lo dejó sin aire y se detuvo claramente molesto.


-¿Qué es lo que te pasa? -dijo adolorido y casi sin aliento.


-¡Nada, esta noche no me siento bien y ya! 


Dije para luego buscar algo que ponerme e irme a dormir, el hombre terminó molesto y se fue a dormir, mientras que yo no tuve opción más que elegir un baby doll muy sexy ya que esta mujer no tenía nada más decente que ponerse para dormir.


La noche fue incómoda y sin poder dormir, pensando con gran incertidumbre que pasaría si me quedaba atrapado en este cuerpo, mi mente comenzó a planear y repasar el plan, incluso una idea curiosa se me vino a la mente, al imaginar que creaba una máquina para cambiar de cuerpos y dejar a Luis atrapado en el cuerpo de su madre, teniendo que actuar como toda una madurita lista para complacer a su papá, a ver si el podría ser capaz de resistirse a su padre como yo.


Fin de la parte 1


Comenten que les pareció la historia por favor uwu 🙏🏻🎃