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viernes, 8 de junio de 2018

Capítulo 2: joven otra vez





Capítulo 2: joven otra vez

nota del autor: Aquí les dejo el capítulo 2 de joven otra vez, el cual es el capítulo más largo de esta historia, espero sus comentarios, por favor tengan en cuenta de que aún estoy empezando y cualquier crítica constructiva me ayudara a mejorar.

También si me gustaría saber si a alguien le está gustando esta historia con el propósito de motivarme.

actualmente ya tengo escritos hasta el capítulo 8 y estaré subiéndolos durante los próximos días. Igualmente seguiré escribiendo la historia hasta terminarla a más tardar en 2 semanas.
Sin más por el momento aquí les dejo joven otra vez parte 2.


Durante la noche apenas y pude dormir, no sabía si era por la pelea que había tenido con mi hija, pero por alguna razón no me sentía nada bien, era como si tuviera alguna clase de enfermedad, sentía un tremendo dolor en todos los huesos y músculos de mi cuerpo, el dolor era tan extremo que apenas y pude dormir en toda la noche.

A la mañana siguiente desperté con mi erección matutina normal, pero algo era diferente, raro yo me sentía muy mal no sabía que sería, pero sentía como si mis intestinos se retorcieran.


Jennifer me miro y pregunto. “te sientes bien, te ves raro, palido”

Yo no quería preocuparla y traté de responderle de la manera más calmada que mi malestar me permitía. “estoy bien, es solo que me duele el cuerpo y los huesos, sobre todo.”

Jennifer me miro nuevamente y me dijo.” bueno también te ves raro tu piel tiene cierto brillo de echo te ves más joven, cielos incluso tu cabello ya no se ve canoso, hasta pareciera que eres rubio.”

Esto era raro ya que en mi juventud mi cabello era obscuro yo jamás había sido rubio a diferencia de mi esposa y de mi hija.

De repente comencé a sentir un inmenso dolor en todo mi cuerpo, el dolor de alguna manera había empeorado 10 veces más, entonces comencé a gritar y Jennifer llamo a Megan para que viniera a ayudar entonces comencé a sentir como si mis huesos fuera aplastados quebrados y vueltos a armar era un dolor que se presentaba en todo mi cuerpo.

Mi hija entro a la habitación en ese momento y se asustó de verme desnudo en la cama, pero se asustó más de ver como cada parte de mi cuerpo se retorcía por sí misma.

El dolor era demasiado intenso, casi insoportable, al punto de que por un segundo creí que me iba a desmayar.

en ese momento vi mis manos, como mi piel se tornaba más tersa y suave mientras mis arugas y manchas en la piel desaparecían y mi piel se volvía más delgada, entonces mi bello corporal comenzó a caerse mientras que mi cabello comenzaba a crecer lentamente.

Megan estaba aterrorizada y Jennifer pensaba que yo estaba muriendo, entonces mis músculos comenzaron a perder definición y mi grasa corporal comenzó a redistribuirse por lo que quede luciendo más delgado, mire hacia abajo y parecía que ahora tenía el cuerpo de un joven como de 20 años, pero el proceso no termino allí entonces mi cabello comenzó a crecer y observe como un mechón de cabello rubio bajaba por mi frente.

Jennifer aterrorizada me miro y a causa del pánico grito. “¡oh por dios Albert pareces un jipi!”
Megan no estaba más tranquila y el temor que sentía por mí, hiso que dijera ¿¡que le está pasando a papa!?

Los cambios continuaron mientras mis huesos comenzaban a encogerse, en cuestión de segundos lucia mucho más bajo, mientras que anoche mis pies sobrepasaban el borde de la cama ahora me faltaban varios centímetros para llegar a él.

Continúe volviéndome más y más bajo y delgado, pero no en todo mi cuerpo, mi cadera permaneció sin cambio por lo que en comparación se veía mucho más ancha que el resto de mi cuerpo, en ese momento en mi pecho comenzaron a formarse unos bultos de grasa que, si yo no lo supiera diría que son tetas, mi cabello continuo además creciendo y volviéndose más lacio y suave, todo lo cual, yo suponía que me hacía ver con un aspecto verdaderamente extraño echo que a causa del pánico mi hija confirmo en ese momento gritando. “papa, te ves como un adolecente transexual.”

Al escuchar esto de mi hija solo pude gritar. “que….”

Esto era imposible, pero por lo que veía yo mismo mi hija probablemente tenía razón, en este punto con excepción de mi miembro, mi cuerpo tenía un aspecto femenino, sentí un intenso dolor en mis caderas tórax y columna mientras se escuchaba el crujir de mis huesos un sonido que nunca podré olvidar y luego mi figura quedo con un aspecto mucho más delineado y delicado.

De repente comencé a sentir como en mi boca se me aflojaban los dientes y segundos después caían uno a uno forzándome a escupirlos solo para ser reemplazados luego por lo que parecía ser una nueva dentadura.

sentí como la piel en mi pecho se estiraba mientras mis recién adquiridas tetas crecían aún más, al principio siendo pequeñas como las de una niña, pero ahora siendo mucho más notorias.
Y luego vino lo más humillante y verdaderamente aterrador, mi pene antes de buen tamaño comenzó a encogerse mientras que yo experimentaba un dolor intenso como si me estuvieran pateando los testículos los cuales comenzaron a retraerse dejando mi escroto como un saco vacío, intente desesperadamente jalar mi pene mientras este se encogía tratando de impedir que este se encogiera más, pero al final esto no me provoco más que un intenso dolor mientras que mi pene seguía encogiendo y ahora abriéndose cada vez más y más hasta solo dejar una pequeña protuberancia de carne junto con lo que de forma indudable parecía ser ahora una vagina.


finalmente los cambios parecieron detenerse dejando este como mi nuevo aspecto.

Al parar el dolor solo pude sentir una mescla entre alivio y consternación por no saber qué aspecto tendría ahora.

Megan, preocupada me pregunto. “¿qué rayos te paso?”

Jennifer, no mucho más calmada me dijo entonces. “dios, Albert luces como una chica.”

Albert: tengo que verme en un espejo

Intente levantarme de la cama, pero era como si mi cuerpo respondiera de forma extraña como si mis movimientos fueran descoordinados por tratar de controlar un cuerpo diferente, entonces me senté y note un ligero peso en el pecho proveniente del peso de mis nuevos senos los cuales, aunque no eran muy grandes eran bastante notorios desde mi perspectiva.





Estar en este cuerpo era una sensación completamente alienígena, mi cabello se interponía en mi visión, mover mis piernas era extraño por el nuevo ajuste de mis caderas y el espacio vacío entre mis piernas, sentía un ligero rose de la piel de debajo de mis senos al doblarse por su peso y tocar mi vientre e incluso mi boca se sentía extraña por el hecho de tener nuevos dientes organizados de manera diferente.

Intenté entonces levantarme y correr hacia el baño para verme al espejo, pero caí casi de inmediato dándome un azotón contra el suelo, lastimándome en el proceso lo que en combinación con el dolor que avía sentido de mi trasformación me hizo soltar un ligero llanto.

Jennifer se acercó preocupada y expreso un. “oh por dios Albert, permíteme ayudarte.”

Megan en solidaridad con su madre se acercó y dijo. “también te ayudo papa.”

Me di la vuelta y permanecí allí unos segundos mientras Jennifer y Megan se acercaban para ayudarme a levantarme.

Ambas me tomaron por los brazos y me levantaron, yo intentaba caminar por mí mismo, pero, aunque mis piernas podían con mi peso, mantener el equilibrio era una cosa totalmente diferente, intente deliberadamente dar unos cuantos pasos, pero simplemente era demasiado torpe.

Me sentía ridículo y sobre todo vulnerable hace unos minutos yo media 1, 77 cm y mi esposa con su 1, 68 era pequeña en comparación, pero ahora mie esposa era más alta que yo, entonces volteé a ver a mi hija quien mide 1, 64 y me sentí apenado ya que ahora ella parecía llevarme varios centímetros de altura.

Megan me pregunto. “sientes algún dolor papa.”

Trate de no preocuparla más de lo que ya estaba por lo cual solo le repondi con. “solo mi orgullo, podrían llevarme a un espejo quiero saber cómo me veo.”

Jennifer contesto entonces. “seguro cariño.”

caminamos poco a poco al espejo, mientras tanto yo intentaba mantener el equilibrio por mí mismo, finalmente llegamos al espejo del baño y les pedí a ambas que me permitieran pararme solo.

Me coloque erguido tratando de no moverme demasiado y finalmente pude sostenerme, me mire al espejo y vi lo que en definitiva parecía ser una jovencita desnuda mirándome desde el espejo, imitando todos mis movimientos y al ver que era yo instintivamente trate de cubrir mi nueva vagina por la vergüenza de no tener más un miembro.


Me sentía literalmente emasculado, despojado completamente de cualquier rastro de mi hombría, incluso un eunuco conserva su pene, a diferencia de mí en este momento, que tenía un aspecto tal que ni mi propia madre podría reconocerme si me mirase por lo que solo pude preguntarme. “¿qué rayos me paso?”

Jennifer al escuchar mi voz solo dijo. “o por dios, suenas igual a Megan.”

Megan al escuchar el comentario de su madre concordó con ella. “no puede ser es verdad, tu vos es prácticamente idéntica a la mía.”

Esto me parecía muy difícil de creer, pero tenía que admitir que en verdad había un cierto parecido.
Jennifer hablo entonces. “no, tenemos que pensar que ocurrió con Tigo.”

Yo le respondí. “es verdad, pero aparte de lo obvio que fue diferente en las últimas horas que pudiera haber causado esto.”

Megan con cierta incertidumbre no respondió. “no tengo idea, a menos que te halla mordido una porrista radioactiva.”

Entonces Jennifer sugirió. “no puede ser, el deseo.”

Megan pregunto. “¿qué deseo?”

Recordé el deseo que había pedido anoche y como Jennifer había pedido uno también y no pude si no cuestionarme si en verdad podían tener algo que ver con mi situación actual. “no…, no estarás sugiriendo que los deseos pudieron tener algo que ver.”

Megan pregunto en ese momento. “¿qué deseos?”

Jennifer le contesto entonces.  “anoche al ver el cometa por separado, tu padre y yo pedimos un deseo yo pedí poder librar a tu padre de sus responsabilidades de la vida adulta.”

Entonces yo agregue. “mientras que yo pedí ser joven, poder empezar otra vez y mejorar mi relación con Tigo.”

Megan comento. “no, esto simplemente no puede ser, anoche yo también le pedí un deseo al cometa.”

Al enterarme de esto pregunte de inmediato. “que… ¿Qué fue lo que pediste?”

A lo que Megan respondió, "le pedí que supieras lo que es ser una adolecente y que todos te traten como a una niña."

Jennifer sorprendida dijo. “no puede ser, es culpa de todos, todos pedimos deseos y esto fue lo que paso.”

Yo estaba atónito no podía creer que de verdad estuviéramos considerando que mi situación actual fuera realmente producto de la magia, por lo que con incredulidad dije. “no, no puede ser, realmente estamos considerando que esto me paso por un deseo que le pedimos a un cometa.”

Entonces Megan menciono que no había otra posible explicación y de inmediato Jennifer concordó con ella en que de momento era la única explicación posible.

Yo no estaba convencido del todo, pero tanto Jennifer como Megan tenían un punto, realmente no había otra posible explicación a mi estado actual. “no puede ser cierto, no tiene ninguna lógica, es imposible, pero tienen razón, es la única explicación.”

Megan sugirió. “entonces solo tenemos que esperar a la noche y pedir juntos otro deseo al cometa para regresarte a la normalidad.”

Pero Jennifer nos recordó un hecho muy importante.  “no es tan simple, el cometa solo es visible desde la tierra una vez cada 77 años”

Al escuchar esto Megan y yo entramos en pánico si esto era verdad, existía la posibilidad de que me quedara así permanentemente ya que la siguiente ves que el cometa fuera visible yo ya sería demasiado viejo si es que aún me encontraba con vida.

En ese momento y con Megan y yo en pánico Jennifer trato de apaciguarnos. “tranquilas las dos.”
Al escuchar que mi propia esposa me trataba igual que a mi hija y con la situación presente no pude más que reaccionar con furia. “no me digas que esté tranquila, recuerda que soy tu esposo.”

Jennifer se disculpó. “lo ciento, solo lo olvide por un segundo, pero traten de calmarse, seguro habrá algo que se pueda hacer al respecto.”

Pero yo no me sentía tan optimista, por lo que pregunte. ¿cómo qué?

Sin una mejor idea Jennifer sugirió. “no lo sé toda vía, tal vez contratar un brujo, un astrologo, alguien que sepa sobre magia.”

Pero yo no creía que esa clase de individuos pudieran ser de alguna utilidad. “si fueran capases de hacer esta clase de cosas serían ricos y no tendrían por qué estar estafando gente como charlatanes.”

Al vernos discutir Megan se interpuso entre nosotros y realizo una sugerencia. “tal vez deberías ir a ver un doctor papi.”

Eso probablemente era una buena idea, desde mi perspectiva era más probable que esto fuera resultado de alguna rara enfermedad que de la magia.

Pero Jennifer nos hiso notar un hecho importante. “no creo que sea buena idea, que le diríamos que despertaste esta mañana y te convertiste en una adolecente, me meterían a un manicomio y ustedes dos terminarían en servicios infantiles por ser menores de edad.”

Al escuchar esto de mi esposa, no pude si no sentirme ofendido por estarme considerando como una chica. “¡no soy menor de edad, tengo 42 años!”

Pero Jennifer me calmo diciendo. “sabes a lo que me refiero.”

Era cierto si me presentaba ante cualquier autoridad diciendo lo que me paso probablemente nos tomarían por locos. “está bien, tienes razón, no podemos dejar que nadie se entere sobre esto, pero aun si no podemos decirle a nadie, en verdad necesitamos ver la forma de que me revise un médico.”

Jennifer pensó un momento y dijo. “estoy de acuerdo Albert, pero si lo hacemos tenemos que procurar que no sepa la razón de tu visita, por lo menos no hasta saber si tu cuerpo se diferencia en algo del de una adolecente normal, si conseguimos que un doctor corrobore que tu cuerpo no es normal podríamos usar eso para lograr que las autoridades nos crean y así poder conseguirte ayuda.”

Jennifer estaba en lo correcto pero la duda era como conseguirlo. “de acuerdo, pero como hacemos para que un médico me vea y me realice los estudios necesarios para ver si mi cuerpo es normal.

Al escuchar nuestra charla Megan tubo una idea. “puede que yo tenga una idea, pero no les va a gustar.”

Entonces Jennifer dijo. “te escuchamos Megan.”

Megan tomo asiento y nos explicó su plan. “bueno mama, hace un par de años recuerdo que me llevaste por primera vez al ginecólogo y según recuerdo el Dr. Me realizo una gran cantidad de exámenes por ser mi primera vez.”

Jennifer pensó que Megan tenía un buen punto. “es verdad y un ginecólogo podría ser justo la clase de Dr. Que te revisaría tus partes alteradas a profundidad.”

Pero yo no estaba dispuesto a hacer tal cosa. “que… deben estar bromeando, no pienso ir a un ginecólogo, ellos solo ven a las mujeres.”

Jennifer trato de calmarme. “sé que puede ser vergonzoso, pero…”

La interrumpí. “vergonzoso, seria humillante, no se supone que los hombres vean ginecólogos.”

Jennifer con calma trato de razonar conmigo. “cariño, esto me desagrada tanto como a ti, pero estamos desesperados y esta es nuestra única opción para que un doctor te examine a profundidad y tal vez encontrar la razón de tu cambio.”

Por su parte Megan estuvo de acuerdo. “es verdad papa, quien sabe tal vez resulte que todo esto es solo una enfermedad y tal vez incluso puedan curarla, pero no lo sabremos si no vas, además papa, yo voy con el Dr. Michaels una vez al año, no me dirás que tienes miedo de hacer algo que tu hija si se atreve.”

Sabía que mi hija me estaba manipulando, pero tenía razón, si ella era capaz de manejarlo yo no podía ser capaz de menos. “está bien, ustedes ganan iré con el ginecólogo.”

Jennifer: perfecto, entonces llamare para ver si puede atendernos y tu aprovecha para vestirte.

En ese momento comencé a sentir humedad en mi entrepierna y al mirar abajo me di cuenta que me estaba orinando y al descubrirlo traté de contraer los músculos para detenerme.

Megan con una mirada de lastima exclamo. “papa que hiciste.”

Mientras tanto yo sintiéndome peor que nunca en mi vida solo pude cubrir mi rostro y decir. “no es mi culpa no se controlar este cuerpo y su vejiga que aún no se vacía por completo.”

Jennifer y Megan me ayudaron a llegar lo más rápido que pudimos al baño para poder orinar antes de empaparme más, entonces me senté y traté de relajar la vejiga para poder hacerlo, pero no podía, mi anatomía era diferente y no savia bien como controlarla, era como si fuera un bebe, tenía que aprender a hacerlo todo de nuevo en este cuerpo.

Finalmente, después de varios intentos contrayendo y relajando músculos al azar, por fin logre dar con la combinación correcta que me permitió orinar, era una sensación familiar, pero a la ves casi alienígena, de algún modo parecido a orinar como hombre, pero también diferente.

Entonces ahí sentado, pensando que tal vez esto podría ser el resto de mi vida, no pude evitar si no llorar un poco.


Megan al verme con una expresión de tristeza trato de consolarme. “tranquilo papi, no fue tu culpa mojarte un poco, como dijiste no sabes controlar bien ese cuerpo.”

Ahora mi hija me consolaba y yo solo pensaba que sería de mi si en verdad esto era permanente.

Jennifer al ver esta escena se unió a Megan. “cielo, no importa cómo te veas siempre serás mi esposo, todo estará bien.”

Yo no estaba seguro de que pensar, pero estas palabras de mi familia de verdad me ayudaron. “gracias cariño, significa mucho que me lo digas.”

Al terminar finalmente de orinar Jennifer se me acerco y comenzó a instruirme en el cuidado de mi nuevo cuerpo. “de acuerdo, ahora deberías limpiarte antes de levantarte, recuerda limpiarte de adelante para atrás, si lo haces al revés terminaras con una infección vagi… bueno ya sabes a lo que me refiero.”

Al ver como mi esposa cuidaba sus palabras en mi presencia le respondí. “está bien no tienes que cuidar tus palabras, no me voy a romper, sigo siendo el hombre de la casa.”

Entonces me limpie la entrepierna como Jennifer me había indicado y al hacerlo sentí una especia de descarga en mi zona intima, accidentalmente había tocado mi clítoris y comprende entonces por qué a las mujeres no les gusta que lo toquen de forma tan directa, era una sensación placentera pero demasiado intensa, aunque no sabría decir si una mujer podría manejarla mejor estando más acostumbrada de lo que yo estoy.

Jennifer se retiró para llamar a su doctor para solicitar una cita mientras me indico que me vistiera.
camine dando tumbos hasta el armario, si bien aún no había dominado caminar en este cuerpo poco a poco me adaptaba a mi nuevo centro de gravedad.

Abrí las puertas de mi armario y tomé una de mis camisas y me la puse, pero al ponérmela recordé que mi cuerpo actual era considerablemente más pequeño que el anterior y mi camisa simplemente me resultaba enorme en comparación, entonces Jennifer y Megan entraron a la recamara.


Jennifer al verme pregunto. “Albert que estás haciendo, no puedes salir a la calle llevando tu antigua, llamarías demasiado la atención.”

Yo las mire y respondi. “no hay otra opción no tengo nada más que ponerme.”

Jennifer entonces pensó y agregó. “Megan crees poder prestarle algo de tu ropa a tu padre.”

Al escuchar la sugerencia de Jennifer yo me reúse. “no… no voy a usar la ropa de mi hija.”

Megan estuvo de acuerdo. “es verdad, esta ya es una mala situación, pero que mi papa use mi ropa sería demasiado perturbador.”


Pero Jennifer no acepto un no como respuesta. “no hay otra cosa que te quede en esta casa, incluso puede que la ropa de Megan te quede grande, pero tampoco puedes andar por ahí desnudo.”

Tenía razón, si quería salir a la calle y en este momento definitivamente no quería, requeriría ropa que ponerme. “está bien, pero nada demasiado femenino, si acaso unos pantalones y una playera y no pienso usar un sostén.”

Al escuchar esto Jennifer respondió. “Albert, estoy de acuerdo con que no uses faldas ni vestidos, pero en verdad deberías considerar usar sostén.”

Megan aun sin estar demasiado convencida agrego. “mama esta en lo correcto, papa tienes el aspecto de una chica y estamos en plenas vacaciones de verano, la ciudad está llena de adolecentes cachondos y si sales con tu aspecto y sin sostén podrías tener experiencias muy incomodas.”

Pero sin importar como me viera por fuera yo estaba seguro de poder manejar cualquier situación que se me presentara. “creo que puedo manejar algunos adolecente, voy a salir sin sostén y se acabó la discusión.”

Entonces fuimos los tres a la habitación de Megan y seleccionamos algo de ropa de Megan que fuera aceptable, solo unos pantalones y una blusa blanca y discreta.

Jennifer tomo algo de la ropa interior de Megan y dijo. “también deberías usar unas pantaletas.”

Pero yo no me sentía cómodo con la idea. "eso está fuera de discusión."

Jennifer contesto. “Albert considéralo, solo piénsalo de este modo no podemos decirle al doctor que eres mi esposo, así que al llegar con Tigo que crees que pensara sobre nosotros con el aspecto que tienes ahora.”

Lo pensé por un segundo y respondí. “supongo que pensara que soy tu hija.”

Jennifer entonces dijo. “conozco al doctor desde hace mucho tiempo, por eso confió en el para que te revise y que crees que pensara de mí el Dr. Michaels si llego con mi hija a su consulta y ella no lleva ropa interior de ningún tipo.”

Al escuchar este argumento me di cuenta de que en este asunto la reputación Jennifer también estaba en juego por lo que decidí complacerla. “de acuerdo usare los pantis.”

Megan se inmiscuyo en la conversación y agrego un comentario. “otra cosa papa, a mí tampoco me gusta que uses mis pantis, pero entiendo que de momento no hay de otra, pero me gustaría comentar que se siente algo raro llamar papa a alguien que se ve como tú y resultara más extraño que llegues con el doctor y te presentes como Albert.”

Jennifer estuvo de acuerdo. “es verdad… tenemos que idear una forma de referirnos a ti.”

Pero yo no me sentía cómodo con el hecho de que ahora tenía otro aspecto y que además de eso ahora querían quitarme mi nombre. “no, ya perdí mi cuerpo y no pienso perder también mi nombre.”

Jennifer trato de razonar. “pero Albert, si te llamamos como usualmente lo hacemos en público, penaran que estamos locos.”

Megan también comento. “sin mencionar que el docto probablemente piense que le estamos jugando una broma.”

Jennifer trato de negociar. “podemos seguirte hablando como siempre en privado, pero realmente deberíamos considerar otro nombre para llamarte en público.”

A regañadientes accedí. “está bien, como quieren llamarme.”

Megan pensó un segundo y luego sugirió una idea. “que tal Abby, es el femenino de Albert.”

A Jennifer pareció gustarle la idea. “es un buen nombre, tu qué opinas cielo.”

Sin otra opción acepte. “de acuerdo, pero recuerden que sin importar como me vea o me llamen sigo siendo un hombre por dentro.”

Megan con una sonrisa traviesa agrego. “de acuerdo… Abby.”

Me dolió un poco el orgullo ser llamado de ese modo por mi hija, pero me agrado el hecho de que si estaba bromeando con esto, de algún modo me indicaba que ella comenzaba a superar esta situación por lo que en un tono burlón le respondí. “ok… Megan.”

Jennifer entonces nos hiso notar otra situación particular. “por mi parte, para evitar sospechas te llamare hija, Abby o cielo y creo que de momento deberías llamarme mama.”

Esto lo encontré más difícil de soportar que ser llamado como Abby y de inmediato me quejé al respecto. “que… no puedo hacer eso, eres mi esposa.”

Pero Jennifer estaba convencida de su punto. “lo se cariño, pero si queremos pasar desapercibidos, tienes que dar la imagen de ser una chica ordinaria en público y nadie creerá que eres mi esposo si te ves así, ´por eso, si salimos en público nuestra única opción es que finjamos ser madre e hija.”

Esto me hirió profundamente por lo que con sarcasmo dije. “entonces que fingiré ser la hermana mayor de Megan.”

Pero tanto Jennifer como Megan me vieron y no parecían estar muy convencidas al respecto y Megan entonces dijo. “no te ofendas Abby, es solo que te ves más joven que yo, si acaso podrías pasar por la hermana menor.”

Al escuchar esto pregunte. “¿que quieren decir, de qué edad creen que me veo?”

Jennifer lo pensó un momento y respondió. “siendo sincera unos 14 o 15, tal vez 16 con la ropa adecuada.”

Megan agrego. “y yo tengo 17.”

Entonces mire mi cuerpo y con incredulidad y algo de negación pregunte. “están diciendo que me veo más joven que Megan.”

Jennifer con vos tranquila me respondió. “eso temo cielo.”

Ya en los límites de mi paciencia solo decidí resignarme. “de acuerdo hagan lo que quieran.”

Megan con una sonrisa de orgullo dijo entonces. “entonces soy la hermana mayor.”

Pero Jennifer le bajo los humos. “solo cuando estemos en público, estando a solas aun le debes a tu padre el respeto que merece.”

después de arreglar los detalles de nuestra dinámica en público, me vestí con los pantalones y la playera que Megan me había prestado y tengo que admitir que en efecto tenían razón, la ropa de Megan me queda grande, pero nada en comparación de cuando use mi propia camisa.

Salimos de la casa y note que algunos de los vecinos de enfrente se me quedaron mirando directamente y al ver hacia abajo me percate que mis pezones se transparentaban a través de la playera de mi hija, entonces abrace mi propio torso para cubrirlo, pero ya me habían visto lo cual ya era suficiente vergüenza.

Jennifer y yo subimos al auto y dejamos a Megan para que cuidara la casa y una vez en el auto emprendimos camino al consultorio del doctor.

Jennifer: hay algo de lo que no quería hablarte frente a Megan.

Albert: de que se trata.

Jennifer: has cambiado muchísimo.

Albert: de eso ya me di cuenta.

Jennifer: no… no lo has hecho. mírate, tienes cierta remembranza a tu antiguo yo, pero tu cabello cambio de color, tus ojos también y tu tono de piel es mucho más claro que antes, creo que a la persona que más te pareces en casa es a Megan, por lo que si estás de acuerdo quisiera que el doctor te tome una muestra para una prueba de paternidad.

Albert: no te entiendo, que es lo que pretendes con eso.

Jennifer: piénsalo Albert, nuestros deseos implicaban que entendieras mejor a nuestra hija.

Albert: si… y.

Jennifer: que ahora eres una chica y con un gran parecido al aspecto de nuestra hija, al verte y escucharte casi podría confundirte por ella.

Entonces capte lo que Jennifer tenía en mente. “o… no estarás sugiriendo que.”

Jennifer contesto. “dependiendo de lo que diga la prueba de paternidad sospecho que podría ser que genéticamente seas la hermana de Megan y nuestra propia hija.”

Esto me dejo en shock, si esto era verdad las implicaciones eran increíblemente perturbadoras. “no eso es… imposible.”

Jennifer: si, pero toda la situación y todo lo que te ha pasado hasta ahora era imposible, así que cuando tú y Megan fueron a buscarte ropa a proveche y tome uno de tus cabellos de tu peine y lo traje conmigo y si estás de acuerdo quiero que te tomen una muestra para hacer la prueba y corroborar mi teoría.

Albert: esto se pone cada vez peor, está bien, que tomen la muestra, que hagan lo que sea si me ayuda a salir de este cuerpo.

una vez afuera del consultorio del doctor nos estacionamos en la acera de enfrente y salimos del auto.
El consultorio se encontraba en una clínica privada con diversos especialistas y laboratorios.

Jennifer me hablo entonces. “muy bien es aquí, por suerte la gama de laboratorios que ofrecen aquí es amplia o de lo contrario no podríamos hacer la prueba de paternidad.”

Albert: de acuerdo, entonces entremos.

Jennifer me detuvo. “alto, primero recuerda, sin importar lo que pase allí dentro, mantente en el papel de Abby.”

Yo entendía lo que ella decía y muy a mi pesar acepte. “ok, ok, ya entendí, no tienes que recordármelo, mejor entremos… mama.”

Al entrar al edificio nos dirigimos a hablar con la recepcionista.

Carol: hola Jennifer, tienes cita con el Dr. Michaels.

Jennifer: si lo llame a su celular hace un rato y le pregunte si podía atendernos.

Carol: oh y quien esta hermosa jovencita, es tu hija.

Jennifer: es... complicado.

Abby: a mama no le gusta hablar de eso, pero por la misma razón estamos aquí.

La recepcionista al escuchar esto nos miró con curiosidad y dijo. “o cielos, que puedo hacer por ustedes.”

Jennifer: bueno traigo un peine con cabello de mi esposo y quería ver si podían hacer una prueba de paternidad con el cabello, conmigo y con Abby aquí presente.

Abby: y de manera discreta si es posible.

Megan: oh, seguro avisare en la oficina del doctor para que recojan sus muestras en la consulta.

Jennifer: eso también es otra cosa, que quería pedir, es la primera visita de Abby a un ginecólogo y quisiéramos que se le realice un examen médico lo más completo que sea posible, con todas las pruebas y exámenes disponibles, solo para corroborar su estado de salud.

Carol: oh… es tu primera vez jovencita, descuida, el proceso es algo invasivo e incómodo en ciertos momentos, pero el Dr. Michaels es un profesional capacitado.

Yo me sentía avergonzado, pero trate de mantenerme en el papel. “gracias señorita.”

Carol: oh por dios tu hija es encantadora, la mía no es ni remotamente tan amable, oh… pero ahora que lo recuerdo, buscas la prueba de paternidad cierto, no quise ser insensible.

Jennifer: descuida, la prueba solo es una formalidad, estamos muy orgullosos de Abby.

Carol: de acuerdo, no preguntare más.

Entonces subimos por el elevador hasta el piso donde se encontraba el consultorio del ginecólogo, y yo sentía que me moriría de la vergüenza, al llegar a nuestro piso vimos una habitación donde las pacientes esperaban a que las hicieran pasar y yo me sentí completamente fuera de lugar en esa habitación llena solo de mujeres.

Estuvimos allí durante aproximadamente hora y media hasta que por fin llego nuestro turno de pasar.
Entonces el doctor salió de su oficina y nos pidió que pasaramos, pero Jennifer insistió en pasar a hablar con el Dr. primero, 15 minutos más tarde me llamaron para que pasara.

Dr. Michaels: mucho gusto Abigail, tu madre me dice que esta es tu primera vez con un ginecólogo.

Abby: si precisamente, pero llámeme Abby solo mi madre me dice Abigail.

Dr. Michaels: de acuerdo entonces ya que es tu primera ves, necesitare que contestes unas preguntas para tu expediente clínico, ok

Abby: ok

Dr. Michaels: edad.

Yo estaba a punto de contestar, pero Jennifer se me adelanto. “ella tiene 15 Doctor.”

El Dr. Michaels un poco consternado al ver como Jennifer me quito la palabra prosiguio con su interrogatorio, “de acuerdo, Fecha de ultima regla.”

Jennifer: aun no la ha tenido.

Al ver que nuevamente que me interrumpía el Dr. Michaels puso una expresión de incomodidad y continuo. “un poco retrasado entonces, supongo que nunca te has embarazado.”

Jennifer: no doctor, no creo que llegue a embarazarse

Dr. Michael: aún es pronto para determinarlo, todavía es muy joven y ya que no has tenido tu periodo no podemos saber si eres regular.

Jennifer: no doctor, no sabemos.

Al ver que Jennifer seguía sin permitirme contestar el Dr. Michaels finalmente agoto su paciencia y dijo. “ok será mejor que salga del consultorio Sra. Smith y nos dé a su hija y a mí un poco de privacidad.”

Jennifer: por favor doctor, solo quiero proteger a mi… hija.

Dr. Michaels: lo se señora Smith, pero necesito charlar a solas con su hija.

Jennifer: ok… Abby estoy afuera por si me necesitas.

Entonces Jennifer se levantó de su asiento y salió de la oficina.

Ya con Jennifer fuera el Dr. Michaels continuo. “perdón por eso, sé que muchas madres pueden ser asfixiantes, aun cuando solamente quieren proteger a sus hijos, pero es importante que escuche estas respuestas de ti Abby.”

Abby: de acuerdo, Dr.

Dr. Michael: ok has consumido alguna droga.

Lo pensé un segundo y de manera natural conteste. “en la universidad.”

Dr. Michaels: ¿quee…?

Abby: es decir, no doctor, pero tal vez llegue a experimentar con eso cuando llegue a la universidad.

Dr. Michaels: de acuerdo, eres virgen.

Abby: supongo que en este momento si Dr.

Dr. Michaels: ¿supones?

Abby: es decir, si Dr.

Dr. Michaels: a que edad comenzaron a desarrollarse tus senos.

Abby: muy recientemente Dr., En realidad, siento como si apenas hubiera despertado con ellos esta mañana.

Dr. Michaels: de acuerdo, entonces has tenido una pubertad tardía.

entonces continuamos con el resto de las preguntas y yo trate de responderlas lo mejor posible y sin delatarme, luego el doctor hiso pasar a Jennifer y a una enfermera y me pidió que me quitara la blusa.

Al escuchar esto me sorprendi un poco por el echo de tener que mostrar este cuerpo en frente del Dr. su enfermera y mi esposa por lo que dije. “doctor no me siento cómoda desvistiéndome frente a ustedes.”

Dr. Michaels: por eso hice pasar a tu mama y a la enfermera, además soy ginecólogo, créeme no tienes nada que no vea todos los días en mi consulta.

Abby: eso esperemos doctor.

Jennifer: mucho de lo que ara el doctor puede parecer intrusivo Abby, pero esto es por tratar de descubrir en qué estado está tu cuerpo exactamente y creo que tu más que nadie quiere descubrir eso.

Dr. Michaels: Muy bien Abby ahora revisare tus pechos para buscar alteraciones o tumores en tus mamas.

Abby: supongo que está bien.

esto me tomo desprevenido yo apenas y había tenido algún contacto con mis nuevos pechos y ahora tenía al doctor masajeándomelos, lo que aun que me apena admitirlo me hiso sentir un poco excitado y adolorido por lo sensibles que son mis pechos ahora.


Dr. Michaels: de acuerdo Abby todo parece estar en orden, ahora necesito que te quites los zapatos y los pantalones para revisar tu abdomen.

Abby: ¿tengo que quitármelos?


Dr. Michaels: sé que preferirías no hacerlo, pero es para facilitar la exploración.

Abby: está bien, solo trate de no ser muy tosco conmigo Dr.


Dr. Michaels: de acuerdo Abby, lo estás haciendo muy bien, ahora necesito que te levantes y te desvistas por completo para tomar tus medidas corporales.

Abby: Jennifer, ¿¡tengo que hacerlo!?

Jennifer: soy mama Abby y es necesario, ya acordamos que tú eres a quien más le interesan los resultados de estos exámenes y yo estaré aquí en todo momento para apoyarte.

Abby: está bien… mama.

Entonces el doctor procedió a tomar mi peso y estatura, que aparentemente eran 1, 55 cm de altura, lo que me dejaba 9 cm por debajo del 1, 64 cm de mi hija, además yo tenía un peso de 43 kg y según recuerdo mi hija pesa 53 kg por lo que yo era 9 cm más bajo y 10 kilos más ligero que mi hija


Luego se dispuso a tomar mi frecuencia cardiaca y respiratoria, lo que de no ser por el hecho de que ahora tengo senos, seria la parte más normal del examen médico.

Dr. Michaels: de acuerdo Abby tu corazón y pulmones parecen ser normales para una chica de tu edad.

Abby: eso me temía Dr.

Dr. Michaels: que quieres decir con eso Abby.

Jennifer trato de excusarme. “nada Dr. Ya conoce a los adolescentes, siempre buscando ser especiales.”

Dr. Michaels: supongo que es verdad.


Entonces el doctor me pidió que me recostara en una camilla, donde su enfermera me tomo la presión sanguínea que nuevamente parecía estar en rango normal.

En seguida su enfermera tomo un poco de mi sangre y saliva, además de la saliva de Jennifer para los laboratorios y exámenes de paternidad que Jennifer había solicitado.

Dr. Michaels: bueno Abby lo que te pediré ahora será un poco incómodo, pero necesito que te voltees para tomar una muestra vaginal para realizar una citología y asegurarnos de que no hallan células anormales.

Abby: eso le dirá si hay algo extraño con mis células Dr.

Dr. Michaels: precisamente Abby.

Abby: está bien, tome la muestra.

yo trataba de cooperar lo más posible con el doctor para asegurarme de que no se percatara lo nuevo que esto era para mí y terminar con esta situación tan humillante lo antes posible, cosa que no resulto fácil al sentir como el doctor pasaba una especie de hisopo en mi recién descubierta vagina.

Finalmente pensé que los estudios habían terminado, pero toda vía faltaba lo peor.

Dr. Michaels: hasta ahora te has comportado muy bien Abby, pero necesito que te subas a la camilla y coloque tus piernas en los estivos para hacerte un examen vaginal.

Al escuchar lo que ahora venía ya no pude soportarlo más por lo que caí en llanto y dije. “que… no…, e tolerado todo esto, pero no pienso dejar que me metan nada allí dentro.”

Jennifer al verme tan alterado trato de consolarme. “Abby se cuánto te incomoda esto, pero no es nada que no puedas soportar y yo misma lo tenido que hacer muchas veces en el pasado.”

Abby: los sé, pero ya no aguanto más, esto es demasiado, si hago esto estaré renunciando a una gran parte de lo que soy, Jennifer no sé si tenga el valor.

Jennifer: Abby te he visto superar muchas más adversidades en el pasado esto solo es un examen médico no muy diferente de lo que es un examen de próstata para los hombres, créeme puedes hacer esto.

Las palabras de Jennifer me hicieron cobrar un poco de valor por lo que decidí cooperar. “está bien lo soportare.”

Me dispuse entonces a subir a la camilla y coloqué mis piernas en los estribos.

Dr. Michaels: de acuerdo Abby, ahora necesito que bajes hasta el fondo de la mesa y separes tus rodillas para abrir tus piernas.

luego la enfermera tomo una especie de bomba llena de líquido, la introdujo en mi vagina y la presiono lo que hiso chorrear el líquido por mi vagina hasta unos pañales colocados en el piso.

Entonces la enfermera tomo una especie de termómetros y tomo mi temperatura anal y vaginal que aparentemente también estaban en rangos normales.

finalmente, el doctor se acercó, se sentó en frente de mí, y  reviso primero la parte externa de mi vagina incluyendo mi clítoris, mis labios vaginales y mi ano, luego tomo una especie de pinzas con forma de miembro y gentilmente comenzó a introducirlas en mi vagina.

esto me sorprendió porque de echo me éxito un poco, ya que esta era la primera vez que me introducían algo allí dentro y ahora que lo hacía por primera vez resultaba algo placentero, pero no estaba preparado ya que en ese momento las abrió y me di cuenta de por qué a las mujeres les gusta un pene grueso, pero esto no estaba bien, tenía que recordar que sin importar que, yo era un hombre y no podía sucumbir solo por estar sintiendo un poco de placer.

Dr. Michaels: de acuerdo Abby, ahora introduciré un pequeño espejo en tu vagina para ver en su interior, si quieres, la enfermera puede sostener un espejo para que tú también puedas ver lo que hare.

Lo pensé por un segundo y recordé que en realidad yo no tenía ninguna idea de cómo me veía allí abajo, así que decidí que esta sería la mejor oportunidad para averiguarlo.

Abby: de acuerdo Dr., me gustaría ver.

Entonces coloco el espejo y pude ver mi nueva vagina, la cual se veía de un color rosa claro, muy diferente de la de mi mujer que se ve más rojiza que la mía en comparación.

Continuo así por un par de minutos mientras el doctor terminaba de inspeccionarme.

Dr. Michaels: eso ha sido lo peor Abby, te comportaste estupendamente, perdón que haya sido tan minucioso, pero siendo tu primera vez necesito completar todos los estudios posibles para tu expediente clínico, ahora ya puedes vestirte.

Entonces tomé mi ropa o más bien la ropa que Megan me había prestado y me la puse y luego el Dr. Me pidió que me sentara.

Dr. Michaels: muy bien señoritas, el examen físico parece ser normal, no hay indicativos de cáncer, infecciones vaginales u otras patologías, de echo estás en buenas condiciones para una chica de tu edad, me preocupa un poco que no hayan empezado tus periodos todavía, pero el perfil hormonal nos dará más información al respecto.

Jennifer: quería preguntar Dr.

Dr. Michaels: si Sra. Smith.

Jennifer: Abby dijo que se sentía un poco extraña esta mañana, ¿de casualidad vio algo que pudiera explicarlo?

Dr. Michael: ¿extraña cómo?

Abby: era una sensación rara en mi vagina, no sabría describirla.

Dr. Michaels: podría ser tal vez un indicio de entrar en la pubertad, los análisis nos darán más detalles cuando tengamos los resultados. lo único que nos falta es realizar una ecografía abdominal, esto para revisar el estado de tus ovarios.

Abby: de acuerdo Dr.

Entonces me recosté en la camilla, el doctor descubrió mi abdomen y me coloco un poco de lubricante en mi barriga y procedió a tomar mi ecografía.

Al terminar nos dio otra cita para dentro de una semana para revisar los resultados de mis laboratorios e informarnos de mi estado de salud.

Salimos del consultorio del doctor y nos dirigimos al espacio donde habíamos aparcado el auto.


Al caminar por el estacionamiento yo me sentía vulnerable y apenado y no dude en acércelo saber a Jennifer. “eso ha sido, la experiencia más traumática de mi vida.”

Jennifer: tranquilo no fue tan malo.

Abby: bromeas, no hubo un solo lugar donde no me revisaran.

Jennifer: te recuerdo que ese fue el propósito de nuestra visita, esta era la única forma de que un doctor te revisara y con suerte encontrara alguna anormalidad que nos diga que es lo que te paso.

Abby: eso espero, porque nuestra única otra opción es esperar 77 años a que el cometa regrese y aun que ahora soy más joven no creo vivir tanto tiempo.

En ese momento un chico tropezó conmigo.

Steve: oh… lo siento, ¿no te lastime?

Abby: tranquilo niño, estoy bien.

De repente sus amigos comenzaron a hacer unas risitas, el chico los miro un segundo y continúo hablando.

Steve: lo siento, no quise hacerte daño.

Abby: descuida estoy bien, no me lastimaste.

Steve: debes ser nueva en la ciudad, no me pareces conocida.

Abby: no, en realidad llevo años viviendo aquí.

Steve: lo siento, pero este es un pueblo pequeño, solo hay una escuela secundaria en la ciudad y no creo haberte visto allí.

Jennifer: mi pequeña Abby estudia en casa.

Abby: o sí, es cierto, por eso no me habías visto, además no salgo mucho.

Steve: así que tu nombre es Abby, es un lindo nombre.

Abby: a… si, bueno gracias, mi mama y yo tenemos que irnos.

Steve: espera ten este panfleto, si no sales mucho imagino que no tienes muchos amigos y el próximo fin de semana habrá una gran fiesta que ofrecerá mi hermano mayor en mi casa, solo se puede entrar con estos panfletos, por si te interesa ir.

Abby: gracias, definitivamente lo considerare.

Entonces Jennifer y yo salimos caminando lo más rápido que podíamos hacia mi auto.

Jennifer: así que… ese chico es un buen partido para novio.

Abby: que… bromeas debe de tener 15.

Jennifer: tranquilo Albert, solo trato de aligerar un poco el ambiente, además tú también tienes 15 o por lo menos los aparentas.

Abby: no me lo recuerdes.

Jennifer: bueno, odio decir te lo dije, pero tú fuiste el que insistió en salir de la casa, sin sostén, te advertí que atraerías atención no deseada.

Abby: está bien, diviértete, de todos modos, no volveré a ver a ese chico otra vez.

Entonces guarde el panfleto en la guantera y trate de olvidarme de lo sucedido.

Nos dirigimos a casa para tratar de olvidarme de las horribles horas que había experimentado y de cómo este era probablemente el peor día de mi vida.

Al llegar a casa entre con lo más rápido que mis piernas me lo permitieron y al ver la vergüenza en mi rostro Megan. “pregunto. tan mal les fue.”

Yo solo trataba de evitar pensar en esa situación y conteste. “no quiero hablar de eso, solo quiero recostarme y olvidarme por completo de este día.”

Jennifer: de acuerdo, ustedes dos quédense aquí y yo mientras preparare la cena.

Megan se me acerco entonces y me pregunto “¿y que tal te sientes papi, es decir siendo ya sabes…una chica?”

Abby: no me agrada mucho que digamos.

Megan: y que lo digas, bueno, es decir, sé que eres mi papa, pero luces como mi hermanita.

Abby: bueno, pues no lo soy así que, trata de recordarlo.

Megan: si escucha, tenía pena de decirlo, pero…

Abby: suéltalo Megan.

Megan: ¿puedo peinarte?

Abby: ¿qué?

Megan: quiero peinarte papi, tu cabello luce tan suave y tan lacio y en verdad quiero peinarte.

Abby: no me vas a peinar, no soy una muñeca.

Megan: por favor papa, es que luces tan adorables.

Abby: no Megan.

Megan: piénsalo papa, pediste este deseo para convivir más conmigo, no puedes tomar ventaja de la situación y de echo convivir más conmigo, además me dejabas arreglarte cuando tomábamos él te cuando yo era pequeña.

Abby: eso era diferente.

Megan: o por favor papa solo es peinar un poco y puedes deshacerlo cuando te vayas a dormir.

Abby: está bien, está bien.

Megan: genial, vas a lucir fantástica, bueno, es decir, tú me entiendes…

Abby: si te entiendo, solo empieza.

Estuvimos ahí por una hora hasta que Jennifer nos llamó para cenar.

Jennifer: la cena esta lista, a cenar.

Abby: vamos en seguida.

Bajamos las escaleras y entramos a la cocina cuando Jennifer al vernos dijo al borde del infarto. “oh por dios Albert que te paso.”

Megan le respondió entonces. “tranquila mama yo lo hice, luce genial no, aunque yo misma lo diga.”

Abby: ¿qué?, como me veo.

Jennifer lo pensó un segundo y me contesto. “de echo te ves bien, si no lo supiera en verdad diría que eres una chica.”

Entonces me miré al espejo y vi que tenía el típico peinado de princesa de cuento y furioso volteé hacia Megan y dije. “¡Megan, sé que te dije que podías peinarme, pero esto es demasiado!”

Megan: tranquilo papi, recuerda que te dije que podías deshacerlo antes de dormir.

Jennifer: descuida cielo, en realidad no es para tanto, de echo luces bien, por ahora cera mejor no pensar en eso y simplemente sentarnos a cenar.

Yo por muy molesto que estuviera trate de no perder el control de la situación y decidí simplemente hacer lo que sugirió Jennifer y cenar.

Entonces comenzamos a cenar y me di cuenta de que toda la comida sabia diferente, yo supongo que debido a que mi boca y mi lengua eran diferentes, normalmente no gusto de las cosas dulces, pero ahora parecía ser que al probar cualquier cosa dulce resultaba una verdadera delicia.

Otra cosa que me pareció curiosa fue el simple hecho de masticar, ahora mi boca era más pequeña y mis dientes eran otros y tan solo pasar mi lengua contra mis dientes era una nueva experiencia, pero el masticar con otra boca ya era algo aún más extremo.

Al terminar la cena finalmente llegó la hora de prepararnos para la cama.

Jennifer: bueno será mejor que nos preparemos para dormir, este fue un día muy estresante y es mejor que descansemos, para mañana poder seguir pensando en lo que haremos a partir de ahora.

Abby: solo espero que esto haya sido solo una especie de maldición de 24 horas o algo por el estilo y estar de regreso a la normalidad en la mañana.

Jennifer: por cierto, Megan, crees poder prestarle algo de ropa de cama a tu padre.

Abby: Jennifer, realmente preferiría dormir con una de mis camisas.

Jennifer: Albert, tampoco me agrada que uses la ropa de nuestra hija, pero es lo único en la casa que se aproxima a tu talla.

Abby: si, pero pensé que no es como si alguien fuera a verme en la noche, en teoría no debería haber problema si duermo con mi propia ropa.

Jennifer: no es correcto Albert, aun si estas en casa no puedes andar con tu propia ropa, con tu cuerpo tan pequeño puede caerse con facilidad y darnos a tu hija y a mí un espectáculo que no queremos ver.

Megan entonces agregó. “si quieren tengo un pijama que consiste en un pantaloncillo corto y una blusa que, aunque son de color rosa, no son demasiado femeninos.”

Abby: está bien déjame ver el pijama, pero lo primero que haremos mañana es salir a conseguirme mi propia ropa.

Entonces Megan fue a su habitación y regreso minutos más tarde con el pijama en cuestión.
Lo que decía Megan era verdad, aunque este pijama era rosado su diseño no era totalmente femenino, así que decidí ponérmelo, una vez puesto me pareció que era relativamente cómodo y aunque prefería usar mi ropa, esto por lo menos no se caería.

Jennifer: antes de que entres a la cama, ven a sentarte al tocador.

Abby: que, ¿Por qué?

Jennifer: necesito cepillar tu pelo antes de dormir.

En ese momento fue el punto en que me quebré, había pasado todo el día en este cuerpo, soportando los análisis médicos, lidiando con chicos, usando ropa de mi hija y ahora quería cepillarme el cabello antes de dormir, ya no toleraba perder más de mi hombría y en eso momento simplemente estallé. “¡no ya he soportado esto demasiado, soy tu esposo maldita sea, porque siguen tratándome como una niña!”

Jennifer: Albert, cálmate solo intento ayudarte a cepillar tu cabello para que sea más fácil peinarte en la mañana, no es por que seas una chica, es porque ahora tienes el cabello largo y necesita mantenimiento.

Estando al borde de las lágrimas conteste. “¡eso no me importa, ya deja de tratarme como una niña!”

Jennifer furiosa por mi comportamiento respondió. “¡lo hare tan pronto dejes de comportarte como una!”

Al escuchar su respuesta recapacité y al penarlo un momento me di cuenta de que era verdad quería volver a ser un adulto y ahora estaba comportándome como una chiquilla malcriada. “perdón, no sé lo que me paso.”

Jennifer: está bien, se lo duro que ha sido este día para ti, debes sentirte muy apenado por tu aspecto actual.

Abby: no solo es el aspecto, es todo, la ropa, el médico, como se comportan los chicos a mi alrededor, siento que si no me resisto terminare actuando como una niñita y al final ni siquiera recordaremos que yo solía ser un hombre.

Jennifer: Albert, tu eres un hombre, puede que físicamente luzcas como una chica, pero eres un gran padre, un maravilloso esposo y un buen proveedor, esas son las cosas que te hacen hombre, no el hecho de tener genitales externos.

Abby: gracias cielo, siempre sabes que decir, está bien péiname.

Jennifer: de acuerdo, pero trata de fijarte bien en lo que hare, ya que mientras estés así tendrás que hacerlo todas las noches antes de dormir, sé que no te agrada, pero por cada 15 minutos que le dediques a esto en las noches, te ahorrara una hora en la mañana.

Entonces me peino y cepillo mi cabello en una especie de trenza y me explico cómo hacerlo yo mismo en las noches y al final quede con un aspecto bastante decente y no demasiado femenino.

Jennifer entro en la cama y me dispuse a recostarme con ella, pensé en que luego de un día estresante, tal vez ella y yo podríamos tener algo de acción para eliminar el estrés, pero me di cuenta de que ahora no contaba con el equipo para hacer nada y aunque lo intentara no sabía cómo Jennifer se lo tomaría, por lo que decidí que sería mejor dejar que Jennifer se adaptara un poco más a mi aspecto antes de sugerir que hagamos algo.

Intenté dormir, pero me di cuenta que mis pechos estaban sensibles y aunque eran pequeños resultaban muy incomodos.

Mas tarde a mitad de la noche aun no podía conciliar el sueño y Jennifer me pregunto al respecto. “estas bien cielo, te noto inquieto.”

Abby: lo ciento Jennifer no quería despertarte, es solo que…

Jennifer: ¿Qué pasa Albert?

Abby: bueno, mis pechos me molestan y me duelen un poco.

Jennifer: oh… Albert, por eso te dije que debías usar sostén.

Abby: no es verdad, dijiste que atraía mucho la atención.

Jennifer: y también lo haces, pero, aunque no te guste tienes un cuerpo en plena pubertad y mientras más tiempo andes sin sostén, peor te sentirás cada día.

Abby: bueno pues ya es tarde para eso.

Jennifer: si quieres, podemos ir a por uno de los de Megan.

Indignado conteste. “no, voy a usar un sostén de mi hija.”

Jennifer: de acuerdo, pero dijimos que mañana iríamos a comprarte ropa y aunque no te guste, vamos a comprarte un sostén.

Ya sin argumentos para seguirme oponiendo solo decidí darle a Jennifer por su lado. “¡bien!, tampoco tienes que fastidiarme.”

Jennifer: ¡Albert!

Abby: perdón cielo, no quise decir eso, es solo que mis pechos me molestan.

Jennifer: de acuerdo, ahora trata de dormir.

fin del capitulo 2



2 comentarios:

  1. excelente capitulo , me gusto el cambio y por lo visto Abby es bastante sexy =p, espero que no demores mucho en publicar el siguiente capitulo :).

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  2. Me encanto
    Espero que los demas capitulos duren lo mismo
    Me fasinan las historias largas

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