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miércoles, 28 de noviembre de 2018

Cualquier cosa por un amigo Parte 3: Mi semana como Nataly

Nueva entrada de esta historia que estoy comenzando a crear. Decidí escribir este capítulo en formato de diario para que se vea como día tras día nuestro protagonista se va adaptando a estar en ese cuerpo extraño. Espero les guste. 

-TG Ghost




LUNES

Me levanté de la cama a las 6 am, una hora antes de la que Nataly se despierta cada Lunes, según la rutina que me explicó.

Procedí a darme una ducha, tratando de no caer nuevamente en el deseo que me invadió esa primera vez que me vi dentro de su cuerpo. En vez de eso mi mente comenzó a divagar.



Han pasado sólo 2 días desde que estoy en este cuerpo, sigue siendo una experiencia extraña el pensar que no soy quien alguna vez fui, que tal vez no vuelva a ser esa persona y tenga que vivir la vida de alguien más. Pero lo peor de todo es pensar que ese alguien tiene ahora el mismo problema, y tal vez por mi culpa.

Por el deseo de querer ayudar a un amigo terminé perjudicando mi vida y la de Nataly, no sé qué fue lo que lo causó, pero sé que ese pensamiento mío fue el inicio. Además de que ahora tengo muchas menos posibilidades de ayudar a Michael.

A pesar de que estos dos días de descanso ayudaron a que ella y yo pudiéramos conocernos a fondo, además de practicar juntos la vida del otro, sigue siendo difícil tener que asumir ese rol.

Hoy será un nuevo día, el primer día en que ambos tengamos que salir al “mundo exterior”. En los dos días pasados cualquier desconocido que se le ocurriera vernos sólo pensaría que son 2 chicos pasando el rato, pero el ambiente escolar sería un reto mayor tratándose de gente que ambos ya conocemos.

Ella no tendría tanto problema. El chico que alguna vez fui era alguien asocial. Durante mis clases era un fantasma completamente y en mis horas libres trataba de conversar lo menos posible con los empleados de la cafetería. Comía solo, me aseaba, y volvía a las clases restantes para después regresar a casa.

Mi novia tampoco sería un problema tan grande, era una relación a distancia, y sólo la veía 2 veces al mes, y como apenas la había visto, no tendría que lidiar con esto. Además, sí me escribía, Nataly podría fácilmente fingir ser yo al responder.

Regresando al tema de la escuela, sólo las últimas semanas fue que frecuentaba a Michael más seguido para seguir su absurdo plan, que por cierto yo comencé. Pero después de que fue un cobarde en el día de culminación, dudo que volviera a tratar de hablar conmigo. Así que vivir mi vida no sería un reto tan grande para Nataly

En cambio, para mí, vivir su vida sería un rotundo desafío.

De ser un fantasma, un don nadie, a ser una de las chicas más populares de la escuela. También una de las más listas y más participativas, que no sólo está en clases, sino en clubes y mucho más. Esto sin duda sería un proceso muy complicado.

Aterricé mis pensamientos y terminé de ducharme, me puse la ropa que ella me sugirió llevar debido a sus actividades, tomé el auricular y el micrófono que habíamos comprado ambos, y me dispuse a salir de su casa, con miedo y esperando lo mejor para ambos.



Los Lunes no son días de gran movimiento para ella, así que no tuve que interactuar con tanta gente. Básicamente todo se centró en una rutina parecida a la mía. Atender clases, comer, tomar clases restantes y regresar.

Aunque en sus horas de comida varios de sus amigos se me acercaron, pude mantener una conversación con ellos gracias a lo que ella me decía al oído.



MARTES

El martes era un día con más actividades

Nataly asistía a un club de “running”. 10 personas se reunían para correr alrededor del campus, así que ella me recomendó ropa deportiva.




Al ponérmela me sentía como si no llevara nada puesto, pero con unos minutos me fui acostumbrando.

Ella me comentó que la plática era innecesaria, ya que la única interacción que tenían era el saludarse y despedirse. Algo que hice con normalidad, aunque fue completamente asqueroso el tener que besar en las mejillas a los hombres que me saludaban.

Fuera de eso no hubo gran cambio en lo demás.


MIÉRCOLES 

Podría decir que hoy fue el día más pesado de todos.

Era el día en que a Nataly le tocaba ir al gimnasio.



Estaba en su última rutina de pesas cuando siento que alguien intenta abrazarme por detrás. Me alejé rápidamente y volteé, ahí estaba  un chico que solamente sonreía.

- Hola, Nataly. Perdón si te asusté. Sólo quería saber cómo estabas

Ese es Tom” Oí a través del auricular. “Responde por cortesía, pero trata de estar lejos de él”

Nataly me había comentado sobre Tom el sábado. Lo que tenía de músculo lo tenía de idiota. Un chico sin cerebro que desde que la conoció había tratado de ligar con ella, pero nunca aceptó.

- Hola Tom.  -Respondí de la manera más fría posible. Sólo estoy terminando mis ejercicios, pero ya estaba por retirarme.

- Claro, no hay problema. - Me dijo sin hacer otro intento por tratar que me quedara.

“Eso fue extraño, él nunca me dejaba ir tan fácilmente” Me dijo Nataly mientras me alejaba de Tom. -Tal vez sólo tienes que ser firme al decírselo. -Le respondí con el micrófono.


JUEVES

Retiro lo dicho de ayer, hoy fue el peor día.

Los jueves Nataly va al club de natación. Si con la ropa deportiva me sentía incómodo, con su bikini me sentí peor. Fue muy raro sentir como el aire recorría su cuerpo, y lo peor es que muchos hombres se me quedaban viendo.

Esta fue una prueba que no pude superar. Le comenté al entrenador que tenía un dolor en el estómago y no podía nadar, así que me dijo que me sentara en una banca mientras los demás hacían sus actividades.



Mientras estaba en la sombra veía como todos iban de un lado a otro, unos practicando velocidad, otros de forma artística, otros comenzando desde cero.

Ya habían salido todos, o al menos eso creí. Continué viendo a la alberca cuando me percaté que alguien apenas estaba saliendo: Era Tom otra vez



-Espero que te encuentres bien -Dijo con esa sonrisa que me molestó desde que la vi el día anterior

-Estoy bien, de verdad -Respondí otra vez sin sonreír y de manera seca mientras me levantaba.

-Sabes, estaba pensando en que podríamos ir tú y yo al cine este fin de semana a ver esa nueva película de videojuegos. -Me dijo mientras se acercaba.

“No aceptes” fue lo que oí de Nataly a través del auricular. Obviamente era algo en lo que estábamos de acuerdo

-Gracias por tu oferta, me encantaría pero ya tengo otros planes -Fingí una sonrisa mientras lo rechazaba.

-Creo que después de tanto tiempo podrías darme una oportunidad, ¿no lo crees? -Se acercó más e intentó tomarme de la cintura y darme un beso.

¡YA TE DIJE QUE NO! -Le grité y le di una bofetada antes de salir corriendo.

Estuve a nada de besar a un chico, fue la experiencia más horrenda de mi vida. Esa imagen de él acercando su boca estuvo merodeando en mi mente todo el resto del día.


VIERNES

Otro día sin ningún club, y para variar me quedé dormido. Me arreglé rápido el cabello, me vestí y fui corriendo a la escuela. Sentí una vergüenza enorme cuando hice una escena al entrar a la mitad de la primera clase, pero no pasó a mayores.

Continué todas las demás clases con normalidad, pero algo se me hizo muy extraño.

Todo era silencio, ni un consejo de Nataly, ni un saludo.

Había llegado la hora libre cuando descubrí la causa de la ausencia de ruido. Había olvidado el auricular y el micrófono en casa.

El tiempo me dió exacto para salir corriendo a casa de Nataly, tomar los artefactos y regresar a la escuela.

Estaba encendiendo el auricular cuando oí una voz que me dejó en shock por unos instantes.

Nataly, desde mi cuerpo, estaba charlando con Michael. No sé desde a que hora se habían encontrado pero estaban conversando. Michael sin saber estaba hablando con el amor de su vida y Nataly sin saberlo, estaba hablando con el chico que moría por ella.

Por lo que pude oír, la plática estaba fluyendo normalmente. Nataly era mucho más habladora que yo, pero parecía haber esa armonía mientras Michael respondía.

Todo parecía ir en orden cuando de momento hubo silencio nuevamente. Chequé el auricular pero funcionaba bien, eran ellos los que habían dejado de hablar.

Un silencio incómodo que fue interrumpido por Michael. Las palabras que oí a través de ese auricular me dejaron petrificado.




"¿Quién eres tú?"

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