Termino la cena, mi madre regreso a su cuarto, lucia algo cansada, al igual que yo me dirigí al cuarto a recostarme mientras que Jorge sin molestias ayudaba a terminar la mesa y la cocina, no creo que él sea machista o necesite de una terapia como esa para entender a las mujeres, regreso conmigo a la cama, me dio unas cuantas caricias como regularmente lo hacía y terminamos dormidos, dentro de mí las ideas fluían de un lado a otro, los recuerdos de Laura me hacían sentir una persona diferente pero una buena y completamente nueva, su esencia me había cambiado la vida, pero realmente quería entender más del cómo seria si todo no hubiera pasado, pensaba en que si cambiaba mi conciencia como lo hacia el famoso psicólogo de Karina, ¿perdería a Laura?, ¿ella estaría en ese cuerpo mientras que otra conciencia se metería dentro de ella?, ¿yo me iría a otro cuerpo y esa conciencia se apoderaría de Laura?, ¡Laura o yo moriríamos o mejor dicho si Laura pasa a otro cuerpo regresaría y conocería a Laura?, ¿me diría que he hecho un buen trabajo?, o quizás ella este fusionada conmigo, con mi mente y alma, puede que igual y esté completamente muerta pues, en aquel lugar oscuro notaba como una luz se alejaba, quizás era ella y nunca la vuelva a ver o vuelva a retornar en este mundo.
Toda la noche me la pase dando vueltas sin lograr quedarme dormida, estaba sudando como si hiciera mucho calor a pesar de que estaba el aire, me sentía muy mal, Jorge no tardo en despertarse ante mi descontrolado movimiento, de pronto, mi vientre me comenzó a doler, miramos ambos a la cama cuando nos encontramos con todo el colchón y las sabanas mojadas, el dolor era insoportable, pronto se agudizó aún más, ya era hora, Jorge estaba nervioso, pero se apresuraba.
-¡Es hora, es hora, amor no puedo creerlo es hora, por fin nacerá nuestro bebe!-
-¡Ya cállate y muévete, me siento mal, esto es muy doloroso!
Le gritaba sin querer pues los dolores no eran comunes, él lo entendió sin chistar mucho, me sentí algo mal por haberle hablado así pero en verdad me sentía frustrada, rápidamente se movió, sacó las cosas de emergencia para un caso como este, llevo todo al auto para luego regresar por mí, le aviso a mi madre y con cuidado ambos me ayudaron a bajar, pero mi madre no pudo hacer mucho y mejor dejo que Jorge me bajara más a salvo, entramos al auto y pronto nos fuimos al hospital, mi madre nos acompañó, iba tan nerviosa como nosotros, todo estaba hecho un caos, llegamos al hospital donde rápido nos atendieron, Karen llego de inmediato pues Jorge le llamó en el camino, esperaba que pasara a un día de estos así que siempre se mantenía alerta estas últimas semanas, pronto me introdujeron a una sala, estaban trabajando todos los doctores mientas que Jorge sacaba su cámara y grababa, todo era tan traumático, estaba apunto de parir, de parir a mi propio hijo, saldría de mi vagina un bebe, no podía creerlo, las contracciones eran fuertes, cada vez peores, sentí que me estaba muriendo, hacia un esfuerzo incontrolable por pujar y hacer demás cosas, estaba muy cansada ya pero no podía detenerme, los doctores no tardaron mucho, el parto duro casi seis horas, era el amanecer y ya estábamos terminando, Karen daba todo por terminar, ya estaba tan cansada como todos nosotros, mi madre esperaba a fuera en la sala, todo había terminado, me colocaron algo de anestesia para descansar, estaba realmente cansada, el dolor poco a poco disminuía mientras que podía comenzar a descansar, Jorge había cuidado de que llevaran al bebe y estuviera seguro, pocas horas después desperté, Jorge había llegado con él bebe, afortunadamente había sido como esperaba, un lindo varoncito.
Pasaron un poco más para podernos ir a nuestra casa, estaba muy cansada por todo el proceso del parto así que Karen me obligó a quedarme toda la noche para que estuviéramos en observación, pensaba y meditaba en la camilla del hospital todo lo que ha pasado, me encontraba de nuevo en este lugar justo como la primera vez cuando desperté, pensé que sucedería algo como en las películas donde ya había cumplido con mi parte o con mi misión y algo vendría para llevarme, quizás debía dejar el cuerpo de Laura ya, pero nada pasaba, era gracioso, porque ahora ya no quería dejar de vivir ni ser quien soy ahora, había aceptado mi cuerpo y mi destino, era Laura, ahora una nueva madre más como todas en este mundo, junto a un nuevo propósito que era el de ser madre, debía de afrontarlo, intente descansar hasta el día siguiente, mi madre me había cuidado en el día pero Jorge la envió a casa a descansar, el me cuido la noche junto con él bebe, estaba ya cansado pero aun aguantaba para llegar la hora de irnos a casa, Karen lego con todos los resultados finales, mi bebe estaba completamente estable, muy sano con niveles extraordinarios, todo estaba perfecto, por fin podríamos irnos a casa, yo también me encontraba en grandes condiciones, lo único que me afectaba o me hacía sentir mal era el extra de pancita que ahora tenía, extrañaba mi pancita grande donde se encontraba mi bebe, ahora solo tenía una panza medio deforme, algo aguada pero estirada, se notaban un poco mis estrías, no eran muchas pero me aterraba no lograra desaparecieran al igual que mis nuevos gorditos, todo lo que se había acumulado se iría poco a poco con algo de esfuerzo, debía de hacer ahora una nueva rutina de ejercicios así como una dieta para ayudarme a regresar mi cuerpo en forma, todo esto apenas comenzaba, ser madre en 9 meses sería tan complicado como el resto de mi vida.
Regresamos a casa, pronto descubríamos que debíamos de tener nuevas responsabilidades para con el bebe, mi mama nos recibió ya con la comida, todo estaba muy alegre, Karen también fue con nosotros para celebrar la venida del bebe, ella era la tía designada y favorita para esto, mis suegros también vinieron al igual que mis tías, mi padre desgraciadamente había fallecido hace años por ello es que no lo mencionaba ya que nunca me afecto realmente pues siempre viví sin uno, aunque ahora como chica me hubiera gustado tenerlo, dicen que siempre son los más unidos los madres con sus hijas, él bebe debía comer ahora cosas distintas para su crecimiento, también tendríamos que limpiarlo a menudo de sus accidentes, terminamos la comida y todos se marcharon quedándonos solo con mi madre con quienes mis tías fueron igual de atentas y algo melancólicas, la atendían y la miraban, también las nota algo serias conmigo pues se notaba indiferente pero realmente entendieron que yo no sabía nada al respecto, poco a poco comenzamos con un nuevo estilo de vida.
Por
la noche él bebe comenzó a llorar, no sabíamos que tenía, ni siquiera el cuerpo
de futuros padres nos ayudaba a entenderlo, estaba inquieto, lloraba mucho, tenía
un mal presentimiento, pues pensaba que él bebe sentía a Laura él bebe la quería
a ella y no a mí, me presentía a mi siendo un alma maligna dentro del cuerpo de
su madre, yo solo era una amenaza, pero no sabía qué hacer si era eso lo que tenía,
simplemente esperar a que creciera y entendiera que yo ahora sería su nueva
madre, poco a poco entendimos que debía de comer algo, Jorge me miro con algo
de gracia pues parecía que no sabía que era
lo que debía de hacer a pesar de ser tan
obvio, mi instinto de madre había fallado tontamente, cuando me di cuenta, me
levante la bata que aun usaba, pronto
muchas ideas comenzaron a venir en mi mente, ¡daré leche a un bebe!, ¡un bebe me chuparía mi seno!, ¿cómo lo
haría?, ¿estaría bien?, tome al bebe con aun algo de miedo, era nuestra primera
noche con él bebe en casa, quería hacerlo bien, cargarlo se sentía especial
sobre todo porque era parte de mí, acerque al bebe frente a mi pecho, aun
lloraba sin control, asegurando que tendría hambre deje que sitiera mi pecho, poco
a poco palpe, mi pecho pues recordaba que debía de ayudar al bebe a entender naturalmente
que debía de chupar de mi pecho, él bebe lentamente dejo de llorar, estaba
succionando leche de mi pecho y eso se sentía verdaderamente extraño, chupaba
con sus labios algo suaves provocándome algo de sensibilidad, podría decir que
me estaba excitando mientras lo hacía, intente dejar a un lado mis instintos
sexuales para ponerle atención al bebe, se veía tan lindo mientras lo cuidaba,
verlo en mis brazos tan tierno e indefenso, Jorge lego tomando de mis hombros
sonriendo mientras ambos mirábamos al bebe.
-Yo
te protegeré amor, yo seré tu mami, la mejor madre del mundo para ti y tu papa también
será el mejor ambos lo daremos todo por ti-
Esas
palabras hicieron feliz a Jorge, él bebe dejo de succionar leche de mi pecho,
estaba algo más tranquilo aunque no tardo en volver a llorar, esta vez Jorge se levantó para ver que tenía, habíamos confeccionado el cuarto para
estar cerca del bebe al menos el primer año, luego ya le daríamos más
independencia y se quedaría en su propio
cuarto, una ventaja de no habernos adelantado al sexo del bebe, pues ya
teníamos su espacio desde hace tiempo esperando a tener uno según recuerdo por Laura,
esta vez el pañal del bebe estaba sucio, estaba mojado por tanto orín que había
expulsado, así pasamos unas cuantas noches
más, estábamos algo cansados pues el cuidarlo no era un martirio pero si
agotaba, yo por mi parte lo cuidaba
junto a mi madre en el día y yo sola en la noche pues dejaba que Jorge
descansara más, ahora que podía hacerlo pues se había portad muy bien en los
meses de embarazo conmigo, se lo merecía, yo estaba cansada pero sentía que era
mi deber cuidar más a mi hijo yo misma que nadie, mi madre también se veía más
cansada, el tener al bebe le daba más
vida pero veía que no era suficiente, él bebe lloraba cada noche pero de diferente
manera, no siempre parecía un malestar tranquilo sino más bien como si algo
presintiera, la última noche lo había hecho, no podía dejar de dormir estaba
segura de que algo estaba mal, pensé que mi espíritu como Chema estaba afectando
al bebe, no debía estar más cerca de él, pero no quería, no podía abandonar
tantos meses de esfuerzo y cambio, debía luchar por mi bebe y mi nueva familia,
intente calmarlo hasta que finalmente se
quedó dormido, eran las 3:33 de la mañana no me había percatado de eso hasta
que revise el reloj para asegurarme si era cierto lo que presentía no había
duda si esto pasaba cada vez a esta hora seguro que mi alma aun corrupta por el
mal provocaba en él bebe un efecto negativo, regrese a la cama para dormir,
tarde un poco pues esperaba por si él
bebe volvía a necesitarme pero esta vez no pasó nada, pensé que quizá, esta vez
debía de irme, quizá mi alma estaba lista para salir de este cuerpo y
dejar a Laura libre de donde quiera que estuviera y regresar con su familia,
comencé a soñar, hace tiempo que no tenía un sueño tan peculiar, estaba en el
mismo cuarto, como si fuera hace meses en el sueño anterior, estaba tranquila en cama con Jorge, traía puesto lo
que recuerdo de esa vez, el lindo conjunto rosa que resaltaba mi cuerpo, pero
esta vez no había ni panza ni si quiera notaba estuviera embarazada, de lado de
nosotros había una cuna, parecía que
habían pasado ya meses desde que había nacido nuestro bebe, me levanté para
verlo y estaba tan lindo callado e inocente, de pronto mis manos tomaron un
rumbo descontrolado como si se manipularan solas, mis manos se dirigieron a mis
pechos, comenzaron a estrujarlos inescrupulosamente sin control, quería que
parara pero no lo hacía, de pronto sentí
como mi cuerpo se quedó paralizado, no podía moverme y mis manos aún seguían manoseando mis pechos,
pronto subieron la blusa dejándome semidesnuda, comenzaron de nueva cuenta a estrujar mis pechos, estos se veían grandes como los actuales aun teniendo mi mejor
figura, mis dedos comenzaron a pellizcar fuertemente mis pezones dejando salir
leche eso se sentía tan sensible y excitante, me estaba invadiendo una oleada
de placer muy grande hasta que comenzó a
convertirse en dolor, mis dedos no
dejaban de apretar mientras que sentía como toda la leche se salía vaciando mis
pecho, quería que se detuviera, pronto el dolor se incrementó, la leche ya no
era leche, comenzó a tornarse rojiza hasta
convertirse en sangre, parecía que liberaba sangre, esto me mataría tarde o temprano, finalmente mis dedos
dejaron de hacer eso con mis pechos, y siguieron manoseándolos sin control, el
dolor estaba parando per mis peores miedos no, pronto mi cuerpo comenzó a
moverse dirigiéndose al espejo, Jorge parecía no escuchar nada no se movía, lo
miraba reflejado en el espejo, pero no parecía moverse, mi rostro cambio completamente,
ahora hasta volverse un rostro pervertido, parecía que mi cuerpo tenia vida
propia, pensaba que Laura se apoderaba de su propio cuerpo, pero no era así,
ella no haría eso con su propio cuerpo, entonces comprendí, nadie me estaba controlando,
era yo mismo, mi verdadero yo, pero mi yo maligno era quien debía ser desee un principio,
desprestigiando a toda costa mi nuevo cuerpo, el cuerpo de esta mujer inocente de quien me había
apoderado, quería detenerme pero no podía, sonreía bruscamente queriendo más, tenía
miedo por haber vaciado mis pechos,
pensé que estarían brutalmente dañados y
no tendría como seguir alimentando a mi bebe, mi yo mismo se había apoderado
del cuerpo de Laura, de nuestro cuerpo, seguía estrujando mis pechos mientras que baje con otra mano hasta mi vagina
la cual comencé a acariciar vanamente, pronto terminé mojándome la ropa, no tenía
pudor, no podía detenerme, luego de eso me detuve un poco, me notaba excitada,
pero dentro de mi sentía frustración no entendía porque mi yo mismo actuaba de
esa manera, pronto mi cuerpo se acomplejo, mire a mi bebe en su cuna, no sabía
lo que hacía, me dirigí esta vez sin volver a sentirme yo misma, cogí al bebe
en mis brazos cargándolo un poco, él bebe estaba llorando sin detenerse, sabía
que todo esto de mi era un mal para él, quizás este era el fin estaba listo
para salir de esta vida por completo y esto solo era un adiós, pronto, saque
uno de mis pechos para darle de comer a mi bebe, pero no sé porque lo hacía si
ya no tenía nada dentro, él bebe comenzó a chupar, pero de mí ya no salía nada de leche, salía sangre, sangre
que bebía y parecía disfrutarlo, la sangre escurriría de mi pecho y de su boca,
como si esta vez chupaba más sin detenerse, estaba sediento de mi sangre,
quería parar pero ni él bebe ni yo nos deteníamos, escuche como una voz
peculiar gritaba dentro de mí.
-¡Detente,
déjame, que me hiciese, porque no puedo moverme, porque te has robado mi vida,
no le hagas daño a mi bebe!-
Yo
estaba muy confundida y destrozada de vedad, no pretendía hacerle daño a Laura,
no quería hacerle daño a nadie, pensé que aceptar lo que era estaba bien y seguir mi propósito, mi destino, si ella quería me iría
pero mi yo maligno no, quería quedarse a seguir aprovechándose de la buena vida
de Laura, sonreí burdamente, tome al bebe en brazos arrancándolo de mi pecho
mientras este quedaba colgado escurriendo aún de sangre, él bebe volvía a
llorar, lo miraba pero el amor que sentía se estaba perdiendo hasta sentir odio
y con intenciones de hacer el mal con él, me sentía perversa, sumamente llena
de odio a todo, no quería, no quería regresar a ser el de antes, Laura lloraba
en mi mente, sabía que seguía aquí y yo solo estorbaba en su vida, pronto él
bebe lloraba quería despertarme si es que era un sueño, lo escuchaba llorar más
allá de esta escena diabólica, sabía que esto no era real pero parecía otra
realidad en un sueño, pronto escuché como algo se movía pensé que era Jorge lo
escuche levantarse de la cama, el venia hacia mí, pensé que me ayudaría, o
quizás lo sabía todo y solo me atacaría, sentí su mano en uno de mis hombros
con lo que jalo de mi girándome para verme, estaba con él bebe aun en manos y
lo que vi se volvió a un más terrorífico, era mi antiguó yo, era mi cuerpo
decrepito como aquella vez en esa extraña alcantarilla, me tomó de la garganta,
parecía querer matare quizás debía de hacerlo, pero quería que soltara al bebe
y no lo hacía, lo estaba protegiendo a pesar de la maldad que sentía dentro de mí, todo era un caos, él
bebe solo me avisaba que este escenario llegaría, pronto mi ex cuerpo dejo de ahorcarme,
intento arrancarme a mi bebe de los brazos pero no lo dejaba, abrió su boca exhalando
un fuerte aroma a pestilencia, el cuerpo roído de gusanos comenzó a deshacerse,
parecía que el mismo aliento lo derretía pero en realidad se volvía un ente,
intentaba meterse en mi o dentro del bebe, estaba aterrorizada, sentía que recuperaba
mis fuerzas y el amor que había perdido, podía proteger a mi bebe de nuevo con más
fuerza, Laura se había vuelto a ir, o yo era Laura, siempre lo había sido desde
que me había fusionado con ella, quería que soltara a mi bebe, mi alma maligna
quería meterse en él bebe para volver a
surgir, intentaba todo para que no lo hiciera, ni siquiera en el mundo real
Jorge reaccionaba, estaba profundamente dormido dado las pastillas para dormir que se tomó, mi madre, suponía muy cansada
como para ir a ver que sucedía, todo pasaba muy rápido, de pronto, algo parecía
acercarse, una luz muy fuerte y poderosa se adentraba, pronto otra más parecía acercarse,
eran dos luces blancas tan fuertes que iluminaron todo, el ente maligno comenzó
a estresarse, giro a ver las luces blancas mientras que me soltó y pude escapar
con él bebe hasta la esquina esperando todo acabara dentro del sueño, el ente
ataco pero las dos luces que pronto imagine serian ángeles se defendieron,
estas tomaron al ente y lo arrojaron a un agujero oscuro donde finalmente
termino vencido y encerrado para siempre, ambos ángeles se acercaron a mi después
de eso, no pida distinguirlos por
la fuerza de la iluminación en sus
auras, pero poco a poco comenzaron a esclarecerse, una cuantas lágrimas escurrieron
en mis ojos, la imagen era verdaderamente fuerte, no podía creerlo, no podía pensarlo,
sin decir una palabra entendí lo que
querían ambas auras, las miraba sin miedo, sin temor, todo lo contrario, con
paz y amor, con fuerza y felicidad, por fin sabría que todo estaría bien,
quería abrazarlas pero estas se negaron, una de ellas se giró y salió del
cuarto, regreso poco después con otra aura, pensé lo peor, no podrían hacerme esto,
mi destino estaba sellado, debía aceptarlo como la primera vez que lo entendí,
las dos se giraron y comenzaron a elevarse mientras que la otra a la que reconocía
completamente y al igual que yo le escurrían la grimas de los ojos suspiro,
finalmente me sonrió para hacerme entender que
ya todo estaría bien, se giró elevándose junto con las otras, las tres
me sonrieron finalmente mostrándome un rostro de felicidad, tomadas de las manos
se elevaron hasta terminar de irse muy lejos por el cielo, parecían tres estrellas juntas que viajaban al
paraíso, yo ya no podía hacer nada debía de ser fuerte, debía de seguir, guardé
la cama tome a mi bebe lo regrese a la
cuna mientras que yo regrese a la cama, cerré
los ojos tranquilamente esperando mi asenso y por fin logre despertar, me
miraba en el cuarto, mi bebe aun lloraba, lo levante para consentirlo, le di
una vez más leche la cual chupo con suavidad, pronto terminó y se quedó completamente
tranquilo, estaba por fin en paz, me quede un rato mirándolo hasta el amanecer,
mire mi reflejo en el espejo en algunas ocasiones, notaba mi reflejo, esta vez
me sentía mejor, por fin estaba en paz conmigo misma, este cuerpo y esta
vida me pertenecían completamente, lo
había logrado, había cumplido mi misión
para ganarlo, tampoco me sentía tan mal conmigo misma por sentirme solo un huésped en él, mi bebe ya no lloraba sin control,
entendía que ahora era su madre y debía de amarme como yo a él, aún quedaba algo
más, sabía que debía afrontarlo, al tocar el primer rayo del sol la ventana desperté
a Jorge, él se levantó con normalidad, le dije me acompañara, tome a nuestro
bebe en mis brazos caminando tranquilamente hasta el cuarto de mi madre, el
preguntaba porque pero yo ya sabía lo que pasaba, sin tocar abrí la puerta,
ella estaba ahí, descansando, su cuerpo ya
no reflejaba energía alguna, no parecía respirar, solo estaba
tranquila cubierta con sus sabanas de
terciopelo que tanto le gustaban, nos sentamos de lado a lado de ella, Jorge comenzó
a llorar, era hombre pero no insensible, él quería a mi madre tanto como a la suya, lo habían
criado así, con valores, mi madre y Jorge se llevaron muy bien siempre, tanto
que el amor de yerno y suegra era fuerte
entre ellos, yo miraba a mi madre, estaba triste sin duda alguna, pero lo entendía, ella también había
cumplido su propósito, había estado conmigo hasta el final, mi bebe ya estaba
sano y salvo con nosotros y ella podía descansar, sé que nunca me lo dijo pero
yo lo sospechaba, hace nueve meses el día de mi accidente, ella había ido al
doctor, había sufrido algunos mareos, no se sentía del todo bien, se sentía más
agotada día con día, sintió una leve bolita en su pecho, visito al doctor
esperando le diera buenos resultados, pero nada fue así, Jorge lo sabía, todos
lo sabían menos yo, querían cuidarme y protegerme de la dura verdad, decían que
los doctores le habían dado menos de cinco meses de vida, pero milagrosamente
ella resistió mucho más que eso, llore sin parar a lado de Jorge y de mi madre, Jorge había llevado al bebe hasta
su cuna donde lo cuido un rato más, yo me libere, lo sabía desde aquel viaje, sabía
que no estaba bien y después de lo de anoche sabía que Laura se había llevado
finalmente a nuestra madre, a esa madre que finalmente me había dado el cariño
que había perdido de la mía, ella también vino a verme aquella noche, cuando todo
paso se fueron felices, felices de la madre en la que me había convertido
gracias a ellas, Laura me concedió el
perdón esa noche, entendía que nunca estuvo lista para ser una madre de verdad,
yo era la indicada para esto.
Pasaron
los días, los meses y los años, nuestro pequeño Jorgito había crecido, ahora
nuevas responsabilidades adquiríamos como padres, levantarse temprano, prepararse
para ir a la escuela, berrinches de hijo por los que todos pasamos, camino a la
escuela, al trabajo, un día en casa haciendo los labores del hogar, de regreso
a la escuela, recogerlo, atender quejas y regaños, regresar a casa, preparar
todo para la comida y la cena, ayudar a mi hijo en sus tareas, pasar cumpleaños,
regaños, accidentes, enojos, tristezas y felicidad, una que otra noche
placentera entre padre y madre, ver a nuestro pequeño crecer hasta convertirse
en un adolescente, soportar sus escapes, sus berrinches de chico adolescente, afortunadamente
no fue niña si no sería aún más difícil explicarle
su periodo, al menos yo lo entendía, sabía lo que quería igual que Jorge, siendo
los mejores padres, con preocupaciones por nuestro pequeño por el que sufrimos
y vinos crecer hasta convertirse en un hombre de bien, verlo graduarse, sufrir
por amor varias veces, irse de nuestro lado para cumplir sus sueños y
finalmente darlo todo hasta que se termine el último aliento de amor por
nuestro hijo.
Ahora
yo estaba en cama, luego de una larga vida, una vida en la que había aprendido
a ser feliz, aprender a que una vida no
debe de ser tan dura como pensamos, sino más bien aprender a vivirla sin pensar
en lo malo que nos pudiera pasar, aprender a que no se es madre en solo nueve
meses si no toda la vida y luchar para ganárselo, yo no creía en los milagros,
pero luego de esta larga vida, creo que me falta mucho más por aprender, creo
que después de morir, una nueva vida de mujercita me espera, o esta vez,
finalmente llegare al paraíso para reunirme mis dos amadas madres.
¡FIN!
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