Posesión fallida

Era la noche más esperada por algunos en todo el año, Halloween al fin había llegado, llenando de alegría las calles por la noche. Sin embargo no todo era alegría, después de todo muchos espíritus buenos y malignos se las arreglaban para verse involucrados en nuestro mortal mundo.

Los espíritus buenos no eran una amenaza, sólo buscaban reunirse con su familia o amigos para poder verlos sin que lo supieran, les reconfortaba saber que estaban bien. Por otra parte los espíritus malignos de estos seres se la pasaban asustando a las personas, haciendo maldades y en casos peores poseyendo sus cuerpos o desapareciendolos por completo en la noche de brujas para no volver a ser vistos nunca más.

Por desgracia para Tina, ella había llamado la atención de ciertos espíritu inexperto de sus poderes, quien creía estar listo para llevarse consigo una nueva vida en esa noche y no titubeó a la hora de intentar poseer el cuerpo de la pelinegra.

Estando a solas en su habitación un escalofrío le recorrió todo el cuerpo, sintiendo mucho frío y somnolencia. Si la posesión hubiera sido correcta en ese momento el espíritu de Tina hubiera salido de su cuerpo para vagar como un alma en pena por toda la eternidad mientras el nuevo espíritu se adueñaba del cuerpo, recuerdos y habilidades que este tuviera.

Pero no fue así, aquel tonto espíritu no tenía la fuerza necesaria para expulsar la otra alma de ese cuerpo por lo que cambios extraños empezaron a presentarse en el ser femenino.

Un traje negro, similar a un bañador le aparecía a la chica junto con otras prendas de vestimenta a juego, su negro y largo cabello se tornaba violeta de las puntas por alguna razón, su piel se volvía aún más clara y finalmente un par de cuernos le brotaron de la cabeza.

Cualquier persona que la viera podría decir que estaba usando un cosplay o un traje muy atrevido  para la ocasión pero no era ni cerca de ser así, era uno de los tantos efectos secundarios que sufría por la fallida posesión.

El cuerpo tenía esas repercusiones sin embargo lo más interesante pasaba de manera desapercibida, puesto que el espíritu demoníaco y el de Tina disputaban el cuerpo de la chica, la batalla podía terminar con muchos resultados: el demonio era expulsado y Tina regresaba a la normalidad, el demonio ganaba y manipulaba la imagen de la joven a su voluntad, incluso había la posibilidad de que ambos compartieran el cuerpo para volverse una nueva entidad o que los dos salieran de este y el cuerpo llevara una nueva vida sin Tina o el espíritu.

Pero fuera cual fuera el resultado todo terminaría antes de la noche de brujas, lo que pasará tras apagarse la última linterna de calabaza en la ciudad sería irreversible para el pobre cuerpo que sufría de una posesión.