Una Chica Envidiosa

Karla estaba mirando los perfiles de sus amigas en Facebook, miraba todas las cosas y cuanto hacían las niñas ricas que envidiaba, estaba cansada de no tener los caprichos que quería como ellas quienes no escatimaban en precios al pedirles cosas a sus padres o inclusive algunas a sus novios, era algo de lo que estaba fastidiada de ver y como ella no podía tener nada de lo que quería.

Un día simplemente decidió que la mejor forma de tener la suerte que ellas tenían era  hacerse de su propio cuerpo, pero aun pensaba en cómo hacerlo, tenía muchas dudas al respecto, investigando se encontró con bastante información relevante acerca de las posesiones, que eran las transmigraciones astrales del alma fuera del cuerpo, Karla sonrió con algo de cinismo, pensaba en apoderarse del cuerpo de Katia, ella empezó a practicar todas las noches el ejercicio para meditar y poder liberarse de su cuerpo hasta que apenas logro liberarse unos cuantos minutos y regreso algo sofocada de la impresión, intento más veces hasta que logro perfeccionarlo, esa noche  Karla espero con ansias, preparo unas velas y comenzó a meditar hasta que su cuerpo logro ponerse ligero y poco a poco su alma comenzó a salir liberada de su cuerpo esta vez mas consiente de lo que hacía, ella fue hasta la casa de Katia donde ella se encontraba durmiendo mientras lo hacía, Karla comenzó a introducirse dentro de su cuerpo, había leído que mientras no cortara su cordón de plata que unía su alma a su cuerpo no habría problema de que ella regresara al suyo, poco a poco el cuerpo de la chica comenzó a reaccionar pero perdiendo el control mismo que tomo Karla, la chica sonrió feliz, pronto comenzó a tocar su cuerpo emocionada de haberlo logrado, se levantó hacia el espejo tan solo para verse sintiéndose sexy y con dinero, veía las cosas de la chica engreída  que simplemente tenía un cuarto grande y hermoso con muchas cosas finas y caras, Karla estaba viviendo su fantasía y decidió seguir un rato más como Katia, al menos para darse el lujo suficiente y ya no la necesitara más, paso el día como Katia lleno de compras aunque se sentía algo extraña, ella siguió el día como si nada comprando ropa y otras cosas de accesorios para ella misma mismos que iría a dejar luego a su casa para después disfrutarlas, también se pagó una cita en el spa por 5 veces a nombre de ella misma para que cuando ella llegara con su verdadero cuerpo ya la tuviera pagada, luego de todas sus compras, se subió  de nuevo a su nuevo auto el cual podría a nombre de ella tan pronto como llegara a la agencia.