Dan despertaba extrañado, sentía su cuerpo muy pesado, su pecho le dolía tanto como en el lugar que ocupaba su
entrepierna, de repente comenzó a ver luces y luego sentía como su cuerpo se tambaleaba de lado a lado,
una risa se escuchó muy cerca de la habitación, pero poco a poco Dan podía
sentirse un poco mejor aunque distinto, mientras tanto Dan alzaba la vista
mirando hacia enfrente un par de globos
grandes pegados a su pecho que parecían ser más bien parte de su cuerpo, Dan
intento moverse pero su cuerpo estaba atado a la camilla en la que estaba, luego de forcejear un rato
consigo mismo Dan intento gritar para pedir ayuda deteniéndose justo cuando escucho
su voz totalmente aguda como la chica, pronto la risa malévola se acercó más a donde
estaba hasta que apareció un hombre joven y de hecho atractivo delante de él,
el hombre comenzó a acariciar su abdomen plano y bien formado subiendo por sus
nuevas curvas hasta sus grandes senos copa D reposando en su pecho, Dan no pudo
impedir sentir un excitante cosquilleo y
jadeaba levemente cuando este le tomaba de sus grandes tetas, -¿Qué, me has
hecho? –gritaba Dan con alevosía y desventaja, el hombre solo le sonrió
drogándolo de nuevo, Dan se durmió sin hacer nada más para luego despertarse
recostado en el frente de su casa, su madre abrió rápidamente luego de la
llamada de una vecina la cual le decía alarmada sobre la chica tan voluptuosa fuera de su casa, la mujer
salió alarmada solo de pensar en la
desaparición de hace unos días de su hijo de 17 años y se encontraba
decepcionada a la gigante mujer de 23 recostada en su jardín, -¡Mama, soy yo!,
tu hijo Dan, no me vas a creer pero soy yo –la chica sexy le imploraba mientras
ella se quedaba atónita de verlo en esa
forma tan exuberante, luego intento razonar un poco y ayudo a la mujer recostándola
en su sala, luego de una larga charla, ambos tuvieron que ir de compras aun
desalentados.
Pobre Dan, atado, drogado y totalmente expuesto mientras exhibía sus grandes tetas... Lo más seguro es que el desconocido a usase de él
ResponderBorrarSi yo fuera mujer, también quisiera semejantes pechos....
ResponderBorrarGracias por la historia
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