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jueves, 21 de octubre de 2021

"𝑬𝒍 𝑹𝒓𝒑𝒂 𝒅𝒆 đ‘·đ’‚đ’đ’…đ’đ’“đ’‚"

 

TG October 

11-MĂșsica


Luego de la fracasada captura de la bruja, los hombres sobrevivientes del señor “X” regresaron casi con las manos vacĂ­as, de no ser porque afortunada, o, desafortunadamente, uno de ellos habĂ­a encontrado una de las reliquias de la bruja.

Una extraña Arpa antigua que segĂșn se decĂ­a, era el Arpa de Pandora, pues con ella, la señorita Pandora dominaba eh hipnotizaba todo el mundo, dĂĄndole su esencia de poder a aquella hermosa y bestial arma que poseĂ­a en sus manos, tocando con sus largas y afilaras uñas las finas cerdas del arpa.

- ¡Jefe, regresamos, sĂ© que no es lo que esperaba, pero creo que lo pondrĂĄ satisfecho! –

- ¡ImbĂ©ciles, la tenĂ­an, era nuestra, y la dejaron ir! –

- ¡Jefe perdĂłn, en verdad, pero mire, encontramos esto luego de la explosiĂłn! –

- ¡Y yo para que vergas voy a querer una estĂșpida arpa! –

- ¡Pero señor, ya investigamos y es el Arpa de Pandora! –

- ¿El Arpa de Pandora?, ¡No es cierto, creĂ­ que esa cosa no existĂ­a! –

- ¡Si jefe, se lo trajimos como ofrenda por nuestras fayas! –

- ¡LĂłpez, trae eso aquĂ­, Ignacio y JoaquĂ­n esperen un minuto!, “AsegĂșrate de dormirlos, creo que ya sĂ© quĂ© hacer con ellos” –

“X” le ordenaba a LĂłpez dormir a los dos sujetos que habĂ­an regresado con vida del incidente, les habĂ­an traĂ­do una jugosa arma a sus manos y la probarĂ­a con ellos como sus ratas de laboratorio como castigo por su grave falla.

- ¡Ey, que, que hago aquĂ­! –Ignacio se sentĂ­a atrapado mientras miraba su cuerpo desnudo en una mesa apresado –

- ¡Wey, yo tambiĂ©n, el jefe ordeno encerrarnos! –

- ¡AsĂ­ es imbĂ©ciles!, ya estoy cansado de sus estupideces, esta vez me van a pagar de otra manera, que mejor que con los que trajeron esto a mis manos, vamos a probar de que es capaz esta cosa –

- ¡Espere jefe, por favor, perdĂłnenos, es la Ășltima vez! –

- ¡No me interesa! –

“X” ordeno que conectaran el Arpa a una red de cables hacia una computadora, donde tenĂ­an una interfaz de comandos lista para comenzar a dar Ăłrdenes.

Lentamente, una hermosa melodĂ­a comenzĂł a sonar, todos llevaban audĂ­fonos anti sonoros a excepciĂłn de Ignacio y JoaquĂ­n, quienes debĂ­an de escuchar la melodĂ­a.

La interfaz de comandos empezĂł a emitir una orden musical hacia sus cuerpos, provocando que la tonada, ordenara mediante sus estĂ­mulos musicales que sus miembros se pusieran erectos, ambos hombres parecĂ­an estar recibiendo una intensa descarga de placer.

- ¡Ahhh, jefe, por favor, esto va a explotar! –

Ambos hombres se quejaban, sintiendo como sus miembros se inflaban erectos intensamente hasta estallar, sin poder moverse ni hacer nada para evitarlo.

- ¡Excelente, comienza la fase de transformaciĂłn! –

“X” ordenaba comenzar con su experimento, mientras que los dos hombres hacia abajo temblaban de miedo por el tremendo poder de aquella arma que le habĂ­an llevado a su temible jefe.

Entonces, la interfaz comenzó a emitir ordenes hacia las melódicas cuerdas musicales de la Arpa, vibrando y tintineando, haciendo que los cuerpos de aquellos hombres estallaran de placer y de agonía, mientras que sus cuerpos comenzaban a cambiar cada parte de su ser, hasta ser convertidos finalmente en dos hermosas señoritas.

- ¡Muy bien, muy bien, es perfecta, no habĂ­a visto algo igual a esto! –

- ¡Maldita vieja!, como es posible tenga armas como estas, ahora abra que buscarlas por todo el mundo –

- ¡No, tranquilo!, no necesitamos demasiado, con esto es suficiente, te imaginas, podrĂ­amos crear una canciĂłn con base en esta melodĂ­a, de esta manera todos los que la escuchen podrĂ­an ser dominados por nuestras ordenes, ser convertidos en nuestros esclavos con tan solo escucharla –

- ¡Vaya, sĂ­ que eres malvado! –

“X” y “Y” hablaban de sus planes de dominaciĂłn del mundo, cuando Ignacio y JoaquĂ­n trataban de recuperarse de semejante melodĂ­a que les habĂ­a aturdido hace unos minutos.

Cuando entonces, Ignacio y Joaquín miraron con terror y asombro como sus cuerpos habían cambiado, siendo ahora unas hermosas señoritas, mirando sus senos colgando de sus hechos, así como sentían extraños huecos en sus piernas, el cabello les picaba y escuchaban sus voces completamente afeminadas.

- ¡Pero que nos hiciste imbĂ©cil! –JoaquĂ­n gritaba –

- ¡Maldito seas, porque nos convertiste en mujeres, cual es tu maldito problema! –

- ¡Porque verga quieres vernos a todos convertidos en putas, porque no simplemente te vuelves tu una puta! –

- ¡Jajaja, pobres imbĂ©ciles!, porque es la forma mĂĄs fĂĄcil de ganar dinero, ustedes son mis esclavas, son mis putas de ahora en adelante, trabajaran en el cabaret como todas las demĂĄs idiotas que cayeron en la trampa –

- ¡Maldito infeliz, pero nos las vas a pagar! –

- ¡Callen a esas perras! –

“X” mando un orden directo a la interfaz y entonces, una nueva melodĂ­a comenzĂł a tintinear sobre sus Ăłrganos, aplastando sus cuerdas bucales hasta arrancarlas, Ignacio y JoaquĂ­n sentĂ­an un fuerte dolor en sus gargantas, intentaban llorar, gritar, pero no podĂ­an, se habĂ­an quedado mudas, completamente secas de aliento para hablar o poder quejarse y decir algo.

- ¡Bien, ahora llĂ©venlas a preparar, hoy mismo comienzan su nuevo trabajito jejeje! –

Ignacio y JoaquĂ­n eran llevados ah sus nuevas habitaciones, donde ahora tenĂ­an ropa y cosas de mujer, ambos hombres ahora chicas, se sentĂ­an bastante humillados, sintiendo como sus cuerpos se balanceaban al compasa de sus nuevos atributos, habĂ­an sido convertidos en unas exuberantes mujercitas.


Sin poder hacer nada, Ignacio y JoaquĂ­n empezarĂ­an una nueva vida como castigo, ambos mirando su inmenso guardarropa lleno de lencerĂ­a provocativa y bastante sexy para saciar las necesidades sexuales de sus nuevos clientes, a los que serĂ­an vendidas como esclavas sexuales por su jefe.


- ¡AquĂ­ les presento a mis dos nuevas nenas reciĂ©n salidas del horno! –“X” les presentaba a sus clientes sus nuevas nenas de trabajo –

- ¡Hola amor!, ¿Porque no hablas? –Uno de los flamantes empresarios le decĂ­a sonrientemente a la tĂ­mida Indira –¿Tu tampoco hablas princesa? –ahora le decĂ­a a Johana –


- ¡Son muditas las dos nenas!, pero no se preocupe, lo sabrĂĄn satisfacer muy rico en la cama –

- ¡Bien, entonces las quiero a ambas! –

El cliente de “X” pagaba una fuerte suma de dinero por estrenar a las dos mujercitas vĂ­rgenes que habĂ­an llegado renovadas en el paquete, Indura y Johana estĂĄn desesperadas, pues sus cuerpos actuaban en contra de sus emociones, a pesar de que por dentro aun eran Ignacio y JoaquĂ­n, lo cierto es que sus cuerpos estaban fuertemente dominados por las ordenes del Arpa de Pandora, recibiendo indicaciones de la interfaz para no desobedecer ninguna orden de sus nuevos amos, pues esta habĂ­a sido una nueva orden de “X” para mantener a sus nuevas esclavas completamente sumisas paras todo momento y ocasiĂłn.

Indira habĂ­a elegido un sexy conjunto que cubrĂ­a todo su cuerpecito, ahora llevaba un sexy tatuaje en su vientre que arqueaba ambos senos como dos gotas de agua redondeadas suaves y sensibles, caminando como toda una putita y sin hacer nada de ruido, totalmente calladita y silenciosa para obedecer a su nuevo amo.

Mientras que Johana también llevaba un sexy conjunto que rodeaba sutilmente la sensualidad de su hermoso cuerpo, luciendo como una completa putita madura lista para ser estrenada, pues ambas eran completamente adultas y vírgenes, siendo esto un plus para que su nuevo amo disfrutara completamente gozando de estrenar sus vaginas.


- ¡Ummm que ricas estĂĄn las dos!, no puedo creer que aun sean unas virgencitas, y todas para mi solito, porque no probamos una que me mame la verga y otra que sea penetradita –

El hombre tomaba a Indira quien calladita y obediente se inclinaba lamiendo y jugueteando su gran verga, actuando como una perra obediente, mientras que Johana tomaba su cabello sujetĂĄndolo con fuerza, ambas sin decir una sola palabra, pues estaban sedientas de su leche y no podĂ­an decir ni una sola palabra mĂĄs que leves y sutiles gemidos proviniendo de sus calladas boquitas.


- ¿QuĂ© pasa amor, tĂș tambiĂ©n quieres probar de mi rica verga verdad? –

Johana no pudo no desear lo que el sujeto le decía, inclinåndose junto a su amiga y compañera a probar la rica verga de su amo.

- ¡Ummm, eso es perras, son todas unas putitas, sirvan a su amo! –


Entonces, el hombre tomo a Indira llevåndola a su camita, abriendo sus ricas piernas mientras que ella veía con pånico como el sujeto acercaba su gran verga apuntando hacia su vagina, pero sin poder decir nada, Indira soltó un leve gemido como toda una putita, sintiendo dolor y paulatinamente comenzando a disfrutar del caliente trozo de carne que penetraba por dentro de su ser, convirtiéndola en toda una mujercita.

- ¿Y que tu no piensas hacer nada?, ¡Anda, lame su vaginita! –


Johana sentía como todo su cuerpo obedecía las palabras de su amo mågicamente, dirigiéndose hacia la vaginita penetrada de Indira quien no podía dejar de gemir al sentirse penetrada como toda una putita.

Indira sentía como todo su cuerpo se estremecía, pero sentía la necesidad de que su amo se corriera dentro de ella, no fue si no hasta cuando su amo, noto que Johana parecía también querer gozar de su verga, que deslizo su pene fuera de la vagina de Indira clavåndosela fuertemente a una Johana desarmada, impactada por la brutal fuerza con la que su amo la había salvajemente penetrado, cuando a Indira se lo había hecho tiernamente.


Johana no pudo gritar de dolor ni de coraje, su boquita estaba sellada, lo mĂĄs que podĂ­a hacer era soplar leves gemidos con su boca, sintiendo como todo su cuerpo vibraba y se estremecĂ­a por la verga de su amo.

Pero no termino ahí, pues su amo deslizo a Johana por la espalda en modo de perrita ordenåndole a Indira que la montara, ella obedeció con celos, pues ella quería que su amo se viniera dentro de ella convirtiéndola en su bella puta.


Indira se colgaba sobre Johana quien sentía su cuerpo estremecido por tener encima a Indira y siendo penetrada por su amo por detrås, pero entonces, el hombre deslizó su miembro saliendo de Johana para penetrar encima de ella a Indira como una perrita, mirando ambas al extraño sujeto quien había corrompido sus cuerpos con deseo y perversión, sintiendo Indira todo el placer que emanaba de su vagina al ser penetrada por su amo quien poco después, finalmente había terminado dentro de ella, rellenåndola con su rica lechita en su vaginita.

- ¡Muy rico y todo, pero son mudas y no me dicen nada! –

El hombre terminaba su propĂłsito mientras “X” regresaba de observar con gran placer como su gran experimento con el Arpa de Pandora habĂ­a sido todo un excito, pues sin que supieran, el los vigilaba desde otra habitaciĂłn, enviando ondas sensoriales con la mĂșsica de su Arpa, haciendo que Indira y Johana gozaran de toda una muy rica y placentera experiencia al ser estrenadas con sus ricos y calientes cuerpos.

- ¡Muy bien, es hora de activar nuestra siguiente arma! –

“X” ordenaba mientras se retiraba dejando a Indira y a Johana totalmente devastadas por ser convertidas en lo que ahora eran, unas simples prostitutas.

Mientras tanto, un emocionado adolescente estaba a punto de comenzar una nueva aventura en realidad virtual, o, al menos eso parecĂ­a.


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