TG October
9-Reliquia
Holita, esta historia esta hecha especialmente para unos queridos seguidores de Argentina uwu
CONTEXTO
MASOMENOS XD:
Kata, era una bella mujer en
aquellos entonces donde todo era más primitivo, con el tiempo fue adquiriendo
grandes poderes de sus maestros los dioses, considerados en aquel entonces como
las máximas deidades, mismos que le otorgaron diferentes artilugios y reliquias
diferentes, medallones, collares, dagas, entre otros artículos más, los cuales
contenían el poder de estos dioses y con los cuales podrían causar Caos y
destrucción si llegaran a caer en manos equivocadas.
Es por eso que, Kata se había
convertido en la bruja máxima y heredera del trono, única encargada suprema de
portar todas las armas de los dioses, así mismo, creando réplicas de las mismas
las cuales podrían contener pequeñas fracciones de su poder, solo para
despistar a los ladrones y alejar el verdadero mal de aquel poder divino y
supremo.
Kata reabría nuevamente su
negocio, vendiendo cosas mágicas unidas al asombroso y enigmático poder que
albergaban las armas originales, las cuales estaban escondidas y resguardadas
en otra dimensión, creada especialmente por Kata, con diferentes hechizos y
conjuros para resguardarla de todo mal.
-Aquel día, Kata había vendido un par de anillos viejos, los cuales no contenían realmente mucho poder, luego vendió un reloj antiguo sin vida y finalmente, vendió un medallón, el cual ese si tenía poder pero no tanto para causar más estragos de los que le gustaba provocar por diversión.
Fue entonces que, de la nada, tres
camionetas con hombres abordaron a la anciana en su local, la bruja arremetió
con todo su poder, intentando escapar una vez más, pero fue inútil, apenas un disparo
bien acertado había perforado una de sus piernas, sin causarle mucho daño, Kata
decidido arrojarse entre portales por medio de un espejo mágico, destruyéndolo
del otro lado, en una dimensión alterna y segura fuera de aquellos seres
malignos, pero perdiendo el resto de sus pertenencias menos importantes que las
verdaderas.
Los hombres aseguraron el
lugar, embargando todas las pertenencias de la bruja, y, cuando pensaban que ya
todo estaba aparentemente en orden, Kata les envió un saludo desde el más haya,
una esfera de energía emergía de la nada, cruzando toda la tienda disparando a
la mayoría de los enemigos dejándolos como un camote quemado.
Sin embargo, Kata no podía con
todos en ese momento, eran demasiados y seguían vivos, por lo que decidió conjurar
un hechizo para reventar por completo el lugar y con ello todas las reliquias
serian dispersas como una lluvia por todas partes del mundo en diferentes
lugares desconocidos.
Y así lo hizo, enviando una última
llamarada de energía, creando una muy fuerte explosión que logro asesinar a
todos los miembros enviados por la Comunidad, destruyendo de esa forma un preciado
santuario que había sido su hogar por muchos años.
Las reliquias estaban esparcidas
por el mundo, por lo que, en cualquier momento, alguien podría encontrar una de
ellas y provocar que su poder oculto en ellas sea liberado.
VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV
Paolo estaba realizando sus
clases de deporte, entrenar niños no era muy fácil para él, pues el simple
hecho de controlar a varios niños con la hormona alta era bastante
insoportable.
Mientras regresaba a su casa,
recordó que esa tarde recibiría a su novia en su casa, por lo que tenía que
buscar algo para llevar y darle de comer, él estaba cansado de lidiar todos los
días con su trabajo de maestro de deporte, mientras que Agustina, su novia, era
una floja que había dejado por un tiempo la carrera que se encontraba
estudiando, aunque él creía que era por flojera, pues realmente y sin decirle
por miedo a que la tomara mal, era por cuestiones familiares.
Agustina era una chica linda,
que siempre estaba preocupada por su físico, iba al gimnasio y de vez en cuando
se tomaba su tiempo para estudiar en lo que volvía a la universidad, pues ella
quería ser una gran ingeniera, ella vivía con su hermana, con quien se quedaba
para no estar soportando a sus padres, ambas vivián cómodamente y sin muchas preocupaciones
más las que ya tenían como la renta entre otras cosas, por eso, es que Agustina
trataba de alejarse un poco de su hermana para darle su privacidad, cosa que
Paolo tenía que amortiguar, para hacer feliz a su novia, a pesar de todos los
problemas que enfrentaban.
Ambos estaban en casa de
Paolo, comieron algo de pollo rostizado que Paolo compro viniendo a casa y con
algo de disgusto, Agustina reprocho que siempre comían lo mismo, ya que veía
ese tipo de pollo como grasoso y que hacía que perdiera su figura.
Por lo que empezaron a discutir
sobre quien tenía la vida más fácil que el otro, pues Paolo, al tener poco
tiempo, estaba cansado de ser el quien daba todo por la relación, cuando era el
que tenía más trabajo y en cambio Agustina siempre esperaba que Paolo le diera
todo, sin dar mucho a cambio.
Agustina estaba molesta, pues
odiaba que su novio la viera de mala manera solo por no seguir estudiando y no
trabajar solo para estar en el gimnasio y verse muy sexy como si hubiera otro
hombre de por medio al que quisiera impresionar.
Paolo por otro lado, estaba cansado
de tener que lidiar con los niños de la escuela, quienes siempre causaban desastre
y él tenía que solucionarlo, sin hacerle mucho caso, pero para Agustina, eso no
era un trabajo, pues según ella, era muy fácil controlar a niños desenfrenados,
solo había que tener carácter firme para que se calmaran y obedecieran.
Luego de un buen rato explicando
quien podía ser mejor que el otro, Agustina propuso que, si tanto se quejaba de
ella y podría hacer las cosas mejor que ella, pues que entonces el debería ser
ella por un día y que, si eso pudiera pasar, ella tomaría su cuerpo para ser
mejor que el en todo lo que el lloraba que no podía.
Paolo correspondió con su actitud,
pensando que solo era un juego de actitud, pero que el podría ser incluso mejor
que ella como mujer.
Ambos se fueron a dormir
enojados, mientras que miraban las redes
sociales, observando como una noticia se había vuelvo viral, acerca de varios meteoritos
que cayeron sobre la tierra, después de una misteriosa explosión, en donde por
cierto había varios cadáveres de hombres desconocidos, pero que de igual
manera, esos meteoritos podrían ser en verdad diferentes tipos de armas desconocidas,
por ello, lo sucedido con la explosión, aunque en las noticias no daban clara
la información, pues ni ellos mismos entendían que eran los artículos que
habían volado por todo el mundo, sin ubicación alguna.
Al día siguiente, Paolo volvía
a las clases, siendo hostigado por los mismos niños de siempre, los cuales le
causaban mucho coraje, pues Paolo ya no disfrutaba su trabajo como maestro de
deporte.
Agustina noto que Paolo ya no
estaba, pues como siempre, se iba temprano al trabajo, por lo que decidió salir
a hacer ejercicio como todos los días, a su manera, des complicada, en su
bicicleta que la llevaba a todos lados.
Mientras pasaba por un parque,
Agustina observo como un sujeto había recogido una misteriosa estatua, el
hombre parecía un indigente, quien había levantado la reliquia metiéndola a su
bolso, el objeto parecía muy valioso, por lo que era muy vistosa por las
personas que pasaban, por eso, una señora que pasaba por ahí, al ver el objeto,
pensó que el hombre se lo había robado, intentando sacar provecho de ello para quedársela,
esta comenzó a fingir que el hombre le había robado la estatua a ella, fue
entonces que comenzó un pleito entre ambas personas quienes tomaron la estatua
con sus manos, Agustina observaba todo con atención, así como las personas que
se acercaban de chismosas, pero de repente, algo extraño había ocurrido, pues
la estatua comenzó a brillar iluminando a las dos personas que la tenían en sus
manos, de la nada, las personas comenzaron a darse a la fuga pensando que era
una bomba, pero cuando la luz termino, el viejo vago y la señora estaban tumbados
en el suelo.
Agustina decidió acercarse
siendo la única junto con otras tantas personas alrededor quienes no se
atrevían a acercarse, ella tomo la reliquia con sus manos y la guardo en su
mochila, mientras miraba como los señores se levantaban confundidos, siendo el
vago el más alterado, pues decía tonterías sobre la señora quien según le había
robado su cuerpo, en cambio, la señora, su cuerpo o quien estaba en ella,
señalaba que el viejo quería hacerle daño pero lucia como si aprovechara la oportunidad
para tocar sus atributos con perversión.
Agustina veía a los dos
sujetos confundida al igual que las demás personas, pero entonces ella entendió
todo, la estatua los había hecho intercambiar sus cuerpos entre si al luchar
por la reliquia.
Ella no lo pensó dos veces, llevándose
lejos la reliquia con ella, regresando a casa de Paolo esperándolo impaciente
para contarle sobre la increíble oportunidad que estaba en sus manos.
Paolo regresaba de la escuela,
luego de un día muy estresante y confuso, pues según, los cadáveres de dos
niñas o al menos de sus pieles, habían sido encontrados abandonados en el baño
de la escuela completamente sin vida y sin tripas ni órganos ni sangre, algo
que había alertado a las autoridades, mientras que, en las calles, escuchaba rumores
de que una señora y un vagabundo habían intercambiado sus cuerpos mágicamente.
Paolo llegaba a su casa muy
cansado, luego de tantas idioteces que habían sucedido en el día, pero al
llegar, su novia lo sorprendía de emoción al haber hecho algo rico de comer,
Paolo se sentó sobre la mesa admirando el lindo trabajo que había hecho su
novia, pues estaba muy cansado y eso lo había sorprendido bastante.
Mientras comían, Agustina comenzó
a tocar el tema del cambio de cuerpo, en que harían si fuera en otro y así,
cosa que Paolo comenzó a sentirse algo incomodo pero interesado por el hecho de
que su novia pensara tanto en ser el otro, fue entonces que ambos conectaron
con las historias que se habían suscitado en el día, contándole Agustina a
Paolo todo lo que había visto en el parque, Paolo entendió todo y siendo que
esto era verdad, ambos regresaron a la sala mirando la extraña reliquia sobre
la mesa.
-Esta sería una gran
oportunidad, pues podríamos ser el otro por un día, o por una semana –Agustina pedía
con emoción –
- ¡No lo sé amor, esto podría
ser muy peligroso!, solo piénsalo, yo en tu cuerpo tú en el mío…-Paolo no
estaba del todo seguro, pero su novia insistía –
- ¡Ándale Paolo, tú siempre me
estas criticando, quiero que veas que no es tan fácil ser yo, que veas todo el
esfuerzo que hago para mantener mi cuerpo en forma, es que no vez que lo hago
para gastarte, tú eres el único chico que me importa –
Agustina caía en lágrimas,
pues se sentía devastada por la forma en que su novio pensaba de ella.
- ¡Pues yo quisiera que
entendieras que mi trabajo no es fácil!, es como si tuviéramos un hijo o dos o
tres, ¿Los aguantarías corriendo por toda la casa mientras que yo trabajo o no
hago nada para ayudarte? –
- ¡Pues dudo mucho que tu
puedas aguantar el periodo, el acoso de los hombres o ser una señorita bien
portada y con buen cuerpo todo el tiempo! –
- ¡Pues hagámoslo, si tanto
piensas que ser yo es más fácil que el que tu estes mostrando tu cuerpo todo el
tiempo –
Paolo tomaba la estatua
mientras que Agustina lo seguía, mirándose ambos con algo de miedo, pues
pensaban que tantas ideas negativas habían sobrecargado la magia de la estatua.
Ambos pasaron largos minutos
sosteniéndola, sin que pasara nada, estaban pensando que había sudo una pérdida
de tiempo y que realmente solo había funcionado una vez, pero mientras más
pasaba el tiempo, más querían intercambiar sus cuerpos imaginándose muchas
cosas más haya de ser mejor que el otro.
- ¡Oye amor…! –Paolo rompía el
hielo, - ¿Y qué se siente tener esas cosas en el pecho? –
- ¡Pues es como preguntarte
que se siente tener pene? –Agustina respondía
pícaramente –
- ¡Pues lo mismo que preguntar
que se siente la vagina! –
- ¡Eres un pervertido, seguro
lo único que harás es tocar mi cuerpo todo el día! –
- ¡Pues podría pensar lo mismo!,
te eh visto con mucho interés en tener mi cuerpo en todo el día, tal parece que
te gustaría tener un pene entre las piernas –
Ambos empezaban a reír,
imaginándose muchas cosas acerca de si mismos, sin darse cuenta de que aún
sostenían la reliquia en sus manos, de repente, sus risas pararon cuando una
luz empezó a iluminar la habitación.
- ¡Coño Agustina, es real,
suéltala, no quiero tener una vagina! –
- ¡No ahora te aguantas
tarado! –
- ¡Espera no! –
Paolo tenía miedo, pues no
pensaba que fuera a funcionar, todo lo estaba tomando como un simple juego,
pero entonces se había hecho realidad, Paolo quería soltar la estatua, pero no
podía, estaba atrapado por el poder de esta mientras veía a su novia igual de
impactada, estaban perdidos, pronto estarían en el cuerpo del otro, la luz seso
dejándolos a ambos inconscientes.
- ¡Ay, me siento muy raro!,
¿Qué fue lo que paso? –Paolo reaccionaba al respetar –
- ¡Funcionó! –Agustina gritaba
jadeando de emoción –
- ¿funcionó?, ¡No puede ser!,
¿Qué hiciste Agustina? –
- ¡Yo no hice nada jaja!, fue
la estatua –
- ¡El coño de tu madre, tengo
tetas! –
- ¡Cambiamos de cuerpo Paolo!
–
- ¡Agustina regrésame mi
cuerpo! –
- ¡Pero amor, deberíamos
experimentar ahora que finalmente paso! –
- ¡No Agustina, yo no quiero
ser una mujer, yo no quiero tu cuerpo, no quiero ser tú! –
- ¡Pues ya estamos así!, ni
modo, no creo que esta cosa vuelva a funcionar por un buen tiempo –
- ¿Cómo porque dices eso? –
-Observe cómo funcionaba
antes, seguro es una especie de recarga, o con algún tipo de deseo, tú mismo lo
viste –
- ¡Pues volvamos a pedir otro
deseo, desea que regresemos! –
Paolo tomaba la reliquia con
sus manos, tratando de que Agustina hiciera lo mismo, pero tal parecía que ella
no quería cooperar, mientras tanto, Agustina observaba su entrepierna y su
pecho, notando que ya no tenía sus atributos femeninos, si no el cuerpo
masculino de Paolo.
- ¡Se siente raro tener
barba!, además me cuelga tu cosa entre las piernas –
- ¡Pues sí, eres un hombre
mensa! –
- ¡Y tu una mujercita amor! –
- ¡Cállate, no me digas así,
no quiero ser una mujer! –
Paolo miraba muy raro el hecho de que su propio cuerpo se encontraras frente a sí mismo, sentía el peso extra en su pecho, agitándose con cada movimiento, sintiendo un gran golpe de sensibilidad, su mente estaba entrando en shock, era demasiado que procesar, la mente de una mujer era demasiado para su semblante masculino, Paolo no podía evitar sentir una extraña incomodidad entre las piernas, observando el nada familiar hueco que residía de entre ellas, sintiendo un peculiar instinto de placer proviniendo de todo su cuerpo, el cual pronto comenzaba a calentar sus hormonas con efusividad, Paolo estaba estresado, no podía controlar su cuerpo de mujer.
- ¿Qué pasa, quieres tocar?
–Agustina miraba a su novio ansioso al mirar su nueva perspectiva –
- ¡No!, no debería, pero, si tú
quieres, bueno, de todos modos…, ¿Ahora es mi cuerpo no? –
Paolo bajaba su mirada ahuecando
sus nuevas tetas con sus manos, subiendo lentamente mientras las apretaba experimentando
una muy cómoda, placentera e irreverentemente extraña sensación en todo su
cuerpo, producido por un curioso y vertiginoso espasmo en su pecho, notando lo
suaves y sensibles que eran las tetas de una mujer.
- ¡Haaa! –Paolo exclamaba un
gemido suavemente –
- ¡Son muy lindas!, ¿Cierto?
–Agustina le decía mientras miraba actuando a Paolo como un pervertido con su propio
cuerpo –
- ¡Tal parece que tú no te quedas
atrás! –
Paolo le respondía mirando
como su antiguo pene se ponía erecto, ocasionado por el producto de ver como el
mismo se tocaba sus tetas y jadeaba al contacto de ellas.
Agustina miro su entrepierna
sintiendo una punzada que recorría todo su cuerpo, notando como ese trozo de
carne crecía exponencialmente, latiendo y vibrando mientras su sangre hacia
expandir las cavidades de su piel, Agustina no podía contenerse, sintiendo la
helada sensación de tener un pedazo de carne creciendo entre sus piernas, por
lo que decidió correr al baño en busca de lo desconocido, dejando a Paolo solo
mientras que ella se disponía a explorar su nuevo cuerpo.
- ¡Agustina no te vayas, aún
tenemos algo importante que resolver aquí! –Paolo le gritaba angustiado –
Pero Agustina no le hacía ni
el más mínimo caso, ocultándose en el balo y cerrando con seguro para que Paolo
no entrara, Agustina miraba el rostro de su novio en el espejo, apreciando la
uniforme masculinidad en su fisionomía.
Su nuevo pene aun vibraba,
tintineando entre la suave tela del pantalón y el bóxer de su novio, con sus
manos bajo sus prendas temblando ante lo desconocido, liberando la larga
silueta masculina que emergía de su zona intima.
- ¡Haaa, no esta tan grande
como pensaba! –Agustina jadeaba algo decepcionada –
Luego recordó que, en su
cuerpo, el pene de su novio se veía más grande, quizás dependía de la
perspectiva en la que se encontraba, llevando sus masculinas manos a su nuevo
miembro el cual tan tierno como efímero tintineaba suspendido por el aire.
- ¡Ahhh, se siente curioso
cuando lo toco! –
Agustina jadeaba mientras
frotaba su miembro con sus manos, explorando la increíble experiencia que era
tener un pene entre sus piernas, presionando mientras su piel circundada
abrazaba la cabecita de su miembro provocándole una menos satisfacción y
placer.
Sin darse cuenta, Agustina
estaba impulsando su miembro cada vez más rápido con sus manos dándole una
verdadera gozada de placer, exhalando y suspirando con sus piernas abiertas,
sentada sobre la taza impulsada por el placer que emanaba de sus sentidos
masculinos, pero que luego de unos escasos 3 minutos, Agustina había provocado
que su nuevo miembro se viniera, dejando toda una escena de manchas sobre el
suelo, sus manos bañadas en la viscosa sustancia y con apenas unos segundos de
dopamina.
- ¡Guacala, que asco, y que
rico!, aunque lástima que durara tan poco… -
Agustina miraba toda la escena
del desastre que había hecho, mientras que miraba el miembro de Paolo
reducirse, procurando limpiar todo tan rápido como podía para que no se secara,
así como para que no le molestara la viscosidad reseca de los excesos de la
mezcla homogénea en su piel.
Paolo aún se sentía muy
inestable, estar en el cuerpo de una mujer era algo que debía de tomarse el
tiempo de procesar, pues todo un mundo lleno de sensaciones únicas estaba embargándolo,
no era como pasar del frio a lo caliente en un par de minutos.
Miraba como su novia se
encerraba en el baño y solo le quedaba esperar a que ella saliera, necesitaba
ver con sus propios ojos su nuevo cuerpo, ver que estaba dentro del cuerpo de
su novia, una mujer, con buen cuerpo que antes de tenerlo degustaba ver y
excitarse imaginando tener sexo con ella, pero ahora, él era ella, el simple hecho
de sentir cada parte de su cuerpo ahora como suyo lo hacía estremecer.
Paolo continuó masajeando sus
nuevos atributos provocando que su cuerpo se sacudiera de placer, su nueva
vaginita también sentía las cosquillas que sus manos provocaban en sus senos y gentilmente,
su coño comenzó a desprender fluidos vaginales que propiciaban a que estuviera
lo suficientemente lubricada para ser penetrada por un hombre, aunque Paolo
solo sentía las emociones tan deliciosas y fluctuantes que emanaba el cuerpo de
su novia, sin saber que lo que quería era tener la verga de un hombre que la
convirtiera en mujercita.
Sin darse cuenta, Paolo ya tenía
las piernas completamente mojadas, cuando de repente, Agustina salió del baño
algo ansiosa por lo que había ocurrido, encontrándose con la escena de Paolo
masturbando sus senos, haciendo que Agustina se sintiera un poco incomoda, pero
igual de excitada al ver como su novio se estaba divirtiendo con su propio
cuerpo, entonces, Agustina se acercó a Paolo mirándolo con efusividad.
- ¿Te estas divirtiendo?
–Agustina le decía acercándose sutilmente a un Paolo extasiado y totalmente distraído
con la euforia de sus tetas –
- ¡Eh, ah, perdón, no era mi
intención, yo solo me deje llevar! –Paolo le respondía nervioso –
- ¡Tranquilo yo te ayudo! –
Agustina le respondía
sensualmente mientras se acercaba poro a poco a sus antiguos senos, aunque
Paolo, quien veía todo desde su nueva perspectiva, observaba como Agustina
acercaba sus propias manos a sus ahora senos, al llegar a ellos, Paolo sintió
con mucha rareza la forma en que ahora se sentía que otra persona tocara sus propias
tetas, sacudido por la dopamina, Paolo comenzó a jadear sintiendo como su novia
masajeaba sus propias tetas de una manera tan deliciosa y placentera, pues ella
sabía la manera correcta de tratarlas.
- ¡Ahhh! –Paolo exclamaba suavemente
–
- ¡Ummm!, sí que son suaves,
¿No? –
- ¡Haaa, no, aléjate de mí, no
me toques! –
- ¡Pero que te pasa, es mi
cuerpo, yo puedo tocarlo! –
- ¡Si, pero ahora es
diferente, es a mí a quien tocas! –
-Pues no decías eso cuando tú
eras el que exigía tocarme, ya vez lo que se siente que te manoseen cuando no
quieres –
-Pero tú eres una mujer, esto
no me parece apropiado, soy un hombre, solo estás haciendo que me enrede más
con tu cuerpo –
Paolo se levantó corriendo al
baño, solo podía sentirse caliente y ansioso, bastante nervioso por sentir todo
lo que su cuerpo de mujer le provocaba, sintiéndose muy extraño y contrariado,
Paolo se aseguró de tener algo de privacidad y finalmente se pudo ver el
reflejo de su nuevo cuerpo en el espejo.
A pesar de que eso le había
llevado un gran impacto, Paolo comenzaba a sentirse agobiado por el aspecto que
ahora tenía siendo su novia, pues era una mujer muy bonita y de muy buenos atributos,
sin dudarlo, comenzó a desvestirse mirándose en el espejo, tomó su celular
tomándose algunas fotos, observando con deleite el delicioso abdomen que tenía,
sus ricos senos y su gran culo.
Sin duda, Agustina había hecho
un gran trabajo manteniendo su cuerpo saldable y bien dotado, lo
suficientemente en forma para sentir todas sus carnes vibrando y rebotando con
placer cada que se movía, ahora entendía porque le gustaba tanto hacer
ejercicio para mantener su cuerpo en forma, pues de cierto modo, Paolo se
sentía bastante sexy cuando se miraba en el espejo, se sentía poderosa e
inalcanzable.
Sacudiendo su culo y sus
senos, Paolo sentía como tenía un gran poder entre sus piernas, sintió muchas
ganas de orinar y con miedo y asombro, bajo sus calzoncitos examinando su nuevo
órgano íntimo, sintiendo un intenso escalofrió al mirar aquella parte hueca
pero palpitante entre sus piernas, sentía una fuerte presión por orinar y su
controversia al no poder sujetar nada fue tal que estaba a punto de venirse sin
cuidado, fue entonces que, sujetando los labios de su vagina, Paolo pudo sentir
un rico cosquilleo proviniendo de su coño, sus piernas se abrieron al compás y
sintiendo su rico culo caliente contra la fría porcelana de la taza, escucho
con estremecimiento como su vaginita tintineaba el chorrito de orina que sobre salía
de su vagina.
Paolo sentía un rico y extraño
calorcito en todo su cuerpo, sobre todo de aquella zona intima que estaba empampada
de órganos y evacuaciones naturales.
- ¡Ahhh, que rico y extraño se
siente todo esto, es muy fuerte, no puedo controlarlo! –
Paolo miraba como su vagina no
dejaba de chorrear por todas partes, no tenía manera de detenerse ni de poder sujetarla
para apuntar hacia otro lado, solo sentía el fluido de su vagina derramándose
por todas partes, entonces, Paolo sintió como tocaba algo viscoso y familias
con sus dedos sobre una parte baja de la taza, al verlo, entendió que eran
gotas derramadas de su propio semen, las cuales aún estaban frescas, Paolo no
pudo evitar sentir miedo y curiosidad, pues, ahora que él tenía una vagina, ese
pequeño accidente podría dejarla embarazada.
- ¿Qué tanto hacías pervertido?
–Agustina lo sorprendía mientras lo esperaba saliendo del baño –
- ¡Nada que te importe!, ahora
veamos como volveremos a nuestros cuerpos, ¡Ya te divertiste ahora volvamos! –
- ¡Jajaja, no querida!, yo
creo que te confundes, mínimo hay que disfrutarlo una semana –
- ¿Querida, como que querida?
–
-Como sea, bien que gemías ahí
dentro, seguramente jugaste un buen rato con mi concha –
- ¡Cállate, no sabes ni lo que
dices!; pues sentía necesidad de orinar, es todo, ni modo que orinara parado,
de por si quede todo empapado –
- ¡Jajaja!, eso es para que
aprendas a ser una señorita y comportarte mejor al hacer tus necesidades, no
creo que quieras que en donde vayas te escuchen gemir como una zorrita –
- ¡De ninguna manera pienso salir
a la calle con tu cuerpo!, no quiero que los hombres me vean con tu cuerpo,
podría salir algún violador y hacerme algo de lo que te pues arrepentir –
- ¡Precisamente!, para que
veas todo lo que las mujercitas tenemos que pasar, ahora te toca ser parte del
proceso, mañana tengo planes con el instructor del gym, pues tenía que entrenar
culo, pero ahora como tu estas en mi cuerpo, tu tendrás que ir por mí y yo a tu
tonto trabajo –
- ¡No Agustina, ni se te
ocurra hacerme esto!, yo no tengo porque ir a tus tonterías de chica fitness –
- ¿Te gusta cómo se te ve tu
nuevo culo verdad? –
- ¿Por qué lo dices? –
- ¡Vez!, es por eso que tienes
que ir amorcito, para que mi cuerpecito siga teniendo ese rico culito tan firme
y redondito que te gusta –
- ¡Pero Agustina, seguro ese
hombre te manosea! –
- ¡Él es gay!, pero alguna que
otra vez, solo lo dejo pasar, pues se armaría un alboroto –
- ¿No se supone que las
mujeres odian eso? –
- ¡Pues nos tenemos que
aguantar, ahora vamos a dormir que ya es muy tarde, pero antes porque no
experimentamos un poco más…! –
- ¡No, ni se te ocurra, la
concha de tu madre si me tocas! –
- ¡Jajaja, porque no, antes lo
hacías y yo no quería! –
- ¡Agustina coño por favor! –
- ¡Jajaja, está bien, solo
porque quiero que tu primera vez de mujercita sea especial! –
- ¡Cállate, jamás tendré sexo
con un hombre, ni, aunque sea mi propio cuerpo! –
- ¡Jajaja, si claro! –
Paolo se encerró en su cuarto,
dejando que Agustina se durmiera en la sala, no quería que ella intentara algo
durante la noche, como manosear su cuerpo o algo parecido, lo que menos quería
era saber que podría dejarlo embarazado.
Al día siguiente, Paolo
despertó conmocionado, sintiendo el peso de sus tetas, perdió el equilibrio un
poco al agitarse por levantarse de golpe de la cama, pero entonces, encontró la
cama húmeda a causa de su tonta vagina, pues al no estar acostumbrado a el
cuerpo de una mujer, sus genitales necesitaban liberarse, orinándose sin darse
cuenta mientras dormirá, algo que le dio mucha vergüenza, no entendía como las
mujeres podían vivir así, ahora recordaba porque Agustina usaba de vez en
cuando una de esas toallitas durante la noche, pues prevenían algún accidente,
sobre todo, si estaba en su periodo, lo que lo llevo a pensar en que si no
regresaba pronto a su cuerpo, muy probablemente podría tener que soportar esa
horrible y dolorosa experiencia que no quería ni imaginarse.
Agustina se había despertado
unas horas antes, ella tenía ahora una nueva responsabilidad, pues debía de ir
al trabajo de Paolo, solo que en lugar de encontrarse con algún accidente entre
sus piernas, se encontraba ahora su nuevo miembro bastante duro por el fresco
de la mañana, Agustina no lo pensó dos veces, y, aprovechando, comenzó a
masturbar su rico pene una vez más, luego de unos minutos, está ya se había venido
sobre todo el sillón y sus manos nuevamente, teniendo que limpiar todo de
nuevo, algo que no le estaba gustando de su nuevo sexo, entonces, Agustina
entro al baño, refrescándose del mal olor que ahora como hombre generaban sus
axilas y el resto de su cuerpo.
Sin darse cuenta, ya se le
había hecho tarde, no tenía ropa nueva que ponerse y la única que había limpia estaba
dentro del cuarto de Paolo, pero como no quería abrirle, le dio igual y se
volvió a poner la misma ropa, a fin de cuentas, Paolo nunca cuidaba mucho su
aspecto higiénico, típico de hombres, salió apresurada a tomar el camión y
logro llegar a tiempo a la escuela donde ahora tenía que trabajar.
- ¿Agustina? –Paolo preguntaba
al abrir la puerta –
Al darse cuenta de que no
había nadie en casa, Paolo decidió vivir una pequeña aventura, se quitó la ropa
de Agustina, quedándose completamente desnuda, admirando frente al espejo su
nuevo y sexy cuerpo, sujetando sus tetas con sus manos, pellizcando suavemente
sus pezones, sintiendo como estos hacían que su cuerpo vibrara de nuevas sensaciones,
haciendo que jadeara una y otra vez, así como su vagina se mojaba en una que
otra ocasión.
Paolo no podía evitar sentirse
excitado al verse con el cuerpo de su novia totalmente desnuda, le encantaba la
forma en que su cuerpo se estremecía al tocarlo, sobre todo, la manera en que
su nueva vaginita lo hacía temblar de placer por todas partes de su cuerpo.
Luego de admirar un rato su
delicioso cuerpo, Paolo recordó lo que Agustina le había dicho el día anterior,
pues ahora que tenía su cuerpo, debía de cuidar ese grandote y carnoso sexy
culo que ahora poseía, no quería que Agustina perdiera su hermosa figura por su
culpa, pero debía de enfrentarse a la realidad, adentrándose en el mundo
exterior como una mujercita.
Paolo entro a la regadera,
experimentando muchas más nuevas sensaciones que lo dejaron aturdido, pues, el
agua caliente estremecía su piel totalmente rizada, siendo toda una oleada de
sensaciones que hacían que su cuerpo de mujer se estremeciera.
Cuando por fin termino de
bañarse, Paolo sintió que habían pasado horas, realmente no quería que terminara
esa experiencia, sentía como el cuerpo de Agustina cada vez lo dominaban más.
Tuvo que elegir prendas
deportivas que solía ver a Agustina usar, encontrando un muy bonito top que
combinaba con sus leggins, meneando su culito para poder deslizar su calzoncito
y sus leggins por sus ricas piernas, luego ver como el top deportivo sujetaba
muy bien sus grandes tetas, se hizo una coleta sorprendentemente bien y se miró
en el espejo totalmente obsesionado con su belleza, él amaba a su novia, pero
al estar en su cuerpo, hacia que su mente se estremeciera con solo ver su sexy
figura, Paolo no podía dejar de admirar sus ricas tetas y el redondo culo que
ahora tenía, sentía que le gustaba la manera que combinaba su ropita con sus
bellos atributos y sin demorar, decidió emprender una nueva aventura al salir a
la calle.
Tomo la bicicleta de Agustina,
sintiendo como su redondo culo amortiguaba suavemente el asiento, pero al
intentar correr, sus tetas se movían aun con el top deportivo sujetándolas, lo
que hacía que su cuerpo se desbalancear con la bicicleta, a la vez, su gordo
culo rebotaba sobre el asiento, haciendo que su cuerpo temblara como si
estuviera montando un caballo desenfrenado, Paolo trato de detenerse, pero realmente
era muy molesto, entonces, decidió segur caminando hasta el gimnasio, el
caminaba lentamente cargando a la vez su bicicleta, pero eso no impedía que
algunos hombres lo miraran por la calle, sintiéndose observado, sobre todo por
saber que ahora los hombres eran quienes veían su culo y sus tetas.
Paolo trato de que eso no le
importara, pues era el cuerpo de su novia, aunque poco a poco, la inseguridad
comenzó a agobiarlo más, recordando que ahora era su cuerpo y él era la mujer
en que habitaba.
Finalmente logro llegar al
gimnasio, donde su nuevo instructor lo recibía, el hombre no parecía muy gay,
pero sin duda se veía muy afeminado, todos los músculos los tenía marcados, era
realmente lindo y de muy buen ver, sin pensarlo, Paolo por alguna razón
comenzaba a hacerse ideas sobre el sujeto, sus pezones se endurecieron dentro
de su top sintiéndose algo estremecido.
Siguió al hombre mientras
guardaba su bicicleta y luego trato de empezar con el los ejercicios.
- ¡Cadera, te agachas,
cintura, pierna te agachas! –el instructor le decía mientras sujetaba sus
caderas –
- ¿Así? –Paolo le preguntaba
sin entender mucho –
- ¡Claro princesa, vamos bien,
con calma, ya lo tienes gordo, solo hay que reafirmarlo! –entonces, el hombre
le arrojo una nalgada haciendo que su culo temblara –
- ¡Oye! –Paolo gritaba eufórico
al sujeto –
- ¡Perdón nena, no era min intensión,
pensé que no te molestaba –
- ¡No, no es eso, es que no me
siento muy bien hoy, perdóname! –
Paolo se había puesto
nervioso, fue muy sorpresiva la manera en que el sujeto había tocado con mucha
confianza su culo, pero sin hacerle mucho caso, Paolo siguió los ejercicios, sintiendo
como su cuerpo se calentaba y todo se agitaba por su cuerpo al realizarlos, todo
para que al final, el cuero terminara doliéndole, sobre todo sus piernas y el
culo que ahora estaban más fortalecida.
- ¡Coño felicidades, hemos
terminado nena! –
- ¡Gracias, creo que si me dolió
un poco! –Paolo no sabía que responder, sentía una inmensa adrenalina, le había
gustado hacer el ejercicio más que nunca –
- ¡Si, es por eso que te
cargas tan tremendo culo, no sé porque…, no nada olvídalo! –
- ¡Olvidar que…! –
Paolo no pudo evitar ser sugerentemente
evidente, pero el instructor simplemente se fue, él pensaba que realmente
tendría una relación con Agustina, pero luego vio a lo lejos como este coqueteaba
con un hombre, quizás solo querría decir algo acerca de tener el cuerpo de su
novia, quizás, solo quizás, el pensaría robarle su cuerpo si pudiera, pero, por
como estaban ahora las cosas, el prefería cuidar el cuerpo de Agustina por si
caso.
Agustina paseaba firmemente
por la escuela, sintiendo un gran alivio al perder el peso de sus pesadas tetas
y el gordo culo que tenía, ahora simplemente estaba relajada, solo tenía que
entrenar niños tontos, que más podría pasar, pensaba ella mientras caminaba admirando
como las maestras de la escuela donde Paolo trababa eran ya algo más grandes
que ellos, pero con buen cuerpo.
- ¡Paolo, pero que bien te vez
hoy…, ay, aunque no tan rico de olor…! –una de las maestras compañeras de Paolo
le decía –
- ¡Hola, buen día…, si, es que
fue una mañana apresurada! –
-¡Si, oye, recuerdas a los
niños de ayer!, pues pobres, resulta que fueron cortados con una dichosa daga
antigua, fueron convertidos en trajes de piel y están seguros que dos hombres
las utilizaron para cosas pervertidas, también dicen que los señores que cambiaron
en el parque también fue real, ya lo están investigando, pero por ahora, el
hombre está paseándose por ahí con el cuerpo de la pobre mujer que se robó,
mientras que la pobre esta encerrada con su cuerpo en el manicomio hasta que se
compruebe lo contrario, ¡Ay no, te imaginas, si alguien robara nuestros
cuerpos, no podría soportarlo, bueno, no me molestaría cambiar contigo un rato!
–
- ¡Ah, si ya veo jeje!, pues
si, quien sabe quién anda diciendo tantas cosas locas, pero seguro que no es
cierto, igual, no me, molestaría tener su rico culo un rato –
Agustina intentaba ser
complaciente, estaba algo celosa de la tipa, pues estaba coqueteando mucho
con Paolo, aunque el siempre afirmaba no
querer nada con nadie, pero, la mujer, aunque estaba ya algo vieja, sí que se
veía muy sexy, incluso comenzaba a sentir algo de envidia por el buen culo que tenía,
y sin olvidar su sexy figura adornada con sus grandes pechos, de repente,
Agustina noto que se había formado nuevamente un bulto enorme en su
entrepierna, afortunadamente traía los pants de Paolo y no se notaban del todo,
pero trato de refugiarse un rato en el baño mientras daba la clase de Paolo.
- ¡Que buenota la vieja esa!,
¿No? –un maestro compañero le decía –
- ¡Eh, oh si jeje, si esa
vieja otra vez molestándome…! –
- ¡Pues ya cógetela coño, nomás
haz que se le quiten las ganas! –
- ¡Si, pero yo prefiero
hacerlo con mi novia, la amo mucho, además está bien buena –
- ¿Sí?, ¡Vaya no sabía que tenías
novia, como nica hablas de ella! –
- ¿No hablo de ella? –
- ¡No, jamás! –
- ¡Oh, pues sí, es que no quiero
que nadie me la quite, por eso prefiero mantenerla en secreto –
- ¡Jajaja, Vale!, mientras que
no sea por otra cosa todo está bien chaval –
El sujeto se iba mientras que Agustina
miraba su reflejo en el baño, ciertamente, si ahora tenía el cuerpo de Paolo debía
de arreglarse mejor de lo que él lo hacía, también veía que no solo las mujeres
eran acosadas, sino también los hombres, luego, caminó a su clase en la cancha
donde ya varios niños a esperaban.
Agustina seguía firme en que sería
trabajo fácil mantener a unos cuantos niños traviesos por una simple hora,
comenzó a hacer el calentamiento y entonces ordenó hacer algunos ejercicios,
pero luego de un rato, los niños comenzaron a hacer el desorden, Paola intento
corregirlos pero eran demasiados, el timbre solo y por fin la hora de clase termino,
los niños se alejaban y mientras ella trataba de guardar la calma, fue entonces
que otro grupo de niños llego, nuevamente, Agustina tendría que repetirlo todo
una vez más, como siempre, los niños del otro grupo propiciaron el desorden, Agustina
termino fastidiada y cansada de 5 grupos en el día, si tan solo tuviera a los
de preparatoria o secundaria, veía que no había chicos tan feos más arriba, pero
no podría pues no eran las clases de Paolo.
Al final de las clases,
Agustina emprendió el regreso a casa de Paolo, quería saber cómo le había ido a
su novio en su cuerpo, o si es que no fue capaz de comportarse como una
señorita y lo encontraría totalmente desnudo masturbando su cuerpo sin cesar,
paso a comprar algo de comer notando que efectivamente, Paolo había mucho
esfuerzo al comprar comida cada día, termino de comprar y regreso a casa encontrándose
con una extraña mujer, quien parecía estar buscando algo por el suelo, pero
cuando quería intentar ayudarla, recordó que posiblemente habría más cosas
regadas por ahí que podrían quitarle el cuerpo de su novio, así que,
simplemente, Paola decidió alejarse y seguir con su camino.
- ¡Que ingenua, pero ya tengo
lo que quería, solo espero que aprendas a disfrutar de tu nueva vida con tu
novio jejeje! –Kata reía mientras se alejaba con un portal, luego de recolectar
los artículos perdidos –
Paolo había terminado la
rutina de ejercicios de Agustina, estaba muy sudado y tenía la necesidad de
bañarse, caminando hacia las regaderas donde veía como los hombres se
regocijaban admirando a las señoritas por sus hermosos cuerpos bien dotados y trabajados,
entonces, Paolo tuvo que para por entre algunos de los hombres musculosos y
atractivos con tolla en el pasillo, levándose un gran y caluroso recibimiento, motivado
por ver sus ricos cuerpos, aunque trataba de no verlos para no sentirse provocado,
sin darse cuenta, Paolo estaba perdiendo su masculinidad, dejándose llevar por
sus hormonas de chica.
Paolo sentía extraño entrar a
un baño de mujeres, sien do que siempre entraba al de los hombres, pero una
idea se había cruzado por su mente y esa idea se encontraba majestuosamente a
primera vista al entrar por la puerta, mirando los cuerpos de las demás chicas
sexys del gimnasio, dándose baños enjabonados y mirando sus cuerpos una a la
otra totalmente desnudas y en confianza, pues no sabían que un hombre estaba
dentro del cuerpo de Agustina.
- ¡Ash ya llego la corriente!
–una chica al fondo se expresaba mientras que Paolo entraba sin darse cuenta
por estar distraído mirando los cuerpos de las otras chicas –
- ¡Ash sí!, es como la tonta
de Antonella, siempre creyéndose las divas y son muy poca cosa –
- ¡Ya cállense!, las estoy
escuchando, no crean que no las oigo, si siguen expresándose así de las demás
mujeres le diré al administrador del gimnasio –Camila, otra chica que escuchaba
les decía –
Paolo se quitaba la ropa de
gimnasio mientras se refrescaba del acalorado ejercicio, sintiendo las miradas
de las demás chicas quienes comenzaba a expresarse de su cuerpo.
- ¡Ya viste!; ni con mil
sentadillas quedara tan buena como mi culo –
- ¡Si!, lo bueno que lo que tiene
de culona lo tiene de gorda y puta –
-Por eso siempre se la pasa
con el marico ese, seguro le ah de gustar, aunque sabe bien que es gay –
- ¡Para las putas no hay ninguna!
–
- ¡Jajaja! –
Paolo no podía evitar escuchar
los comentarios de las otras chicas, entendía perfectamente que se referían a
su novia, sintiéndose un poco mal por su comportamiento, no esperaba que las
mujeres pudieran ser tan crueles con las otras mujeres.
Tomo el jabón de su casillero
y se metió a la regadera, mientras que miraba a algunas chicas a su lado
enjabonando sus deliciosos cuerpos, Paolo no podía evitar sentir excitación al
ver a aquellas chicas por sus ricos cuerpos, aunque de repente se le vinieron a
la mente imágenes de los cuerpos de los chicos que había visto en el gimnasio,
sintiéndose muy caliente al recordarlos.
Paolo fritaba sus senos
mientras el agua y el jabón recorrían todo su cuerpo, con los ojos cerrados,
comenzó a imaginarse a los deliciosos cuerpos de los chicos, sintiéndose
controlado por los deseos perversos del cuerpo de Agustina, Paolo empezó a
jadear incontrolablemente mientras acariciaba su vagina y sus tetas, sin darse
cuenta, las otras chicas a su lado estaban aturdidas ante su imagen perversa
sobre la regadera.
- ¡Amiga, amiga cálmate ya, no
seas cochina! –
- ¡Ay sí que oso, para eso está tu casa amiga! –
Paolo reacciono de inmediato, dándose cuenta con mucha pena que estaba tocando el cuerpo de Agustina en público, él no pensaba en que estaría mal hacerlo siendo que era un baño de mujeres, pero en cuanto pudo, termino de enjuagarse secando su cuerpo, se vistió y corrió lo más rápido que pudo hasta su casa, en el camino, Paolo no podía evitar sentir las miradas de los hombres observando su culo.
Luego de sentirse perseguido,
Paolo logro llegar a refugiarse a su casa, aún faltaba mucho para que Agustina
llegara, el gozaba de lo bien que el cuerpo de Agustina se sentía, se acercó
frente al espejo de su cuarto para admirar el bello cuerpo de su novia,
sintiéndose bastante bonita, deslizo sus atributos por el frio espejo
gustándole la sensualidad que expresaba su rico cuerpo.
Paolo se desvistió comenzando
a buscar ropita de su novia, probándose algo que la hiciera ver más femenina,
pues consideraba que ella no se vestía como una señorita, ya que siempre usaba
uniforme de gimnasio.
Tomo algo de maquillaje y
practicando empezó a sentirse más comida y bonita con su cuerpo, consiguiendo maquillarse
bonita con algunos tutoriales, Paolo termino por verse asombrado frente al
espejo por lo bien que había quedado, quería demostrarle a su novia que podría
ser mejor que ella, pues ese había sido el pacto en primer lugar y parecía que
lo estaba consiguiendo, tomándose unas lindas fotos para subirlas a las redes
sociales como Agustina.
Fue entonces que, Agustina llego luego de un largo día de trabajo escolar, encontrándose a su novio usando su cuerpo de manera muy afrodisiaca, resaltando su belleza frente al espejo y la cámara con la que se tomaba muchas fotos bonitas de sí mismo, algo que había tomado por sorpresa a Agustina, viendo el hecho de que Paolo se había maquillado, incluso, quedando mejor de lo que ella sabía maquillarse.
- ¿Paolo? –Agustina reaccionaba
sorprendida –
- ¡Agustina, ya llegaste! –
- ¡Si, que estás haciendo!,
ayer no querías mi cuerpo y ahora te encuentro incluso maquillado –
- ¡Si, no sé!, es que me vi en
el espejo y sentí ganas de hacerlo, creo que tener tu cuerpo me está afectando
un poco, y, ¿A ti cómo te fue? –
- ¡Maso menos!, la verdad
atender a todos esos niños malcriados no es tan fácil como yo pensaba –
- ¡Vez, te lo dije, ya estoy
cansado de esos niños, aunque…, hoy viví una experiencia distinta con otra
clase de niños jeje! –
- ¿A qué te refieres? –
- ¡Pues, tú lo sabrás…! –
Paolo se acercó sensualmente a
Agustina quien se sentía algo cansada como para empezar a jugar a las caricias,
pero tenía ganas de hacer a Paolo toda una mujercita.
Agustina y Paolo comenzaron a
besarse mientras que sus cuerpos empezaban a sentirse calientes y vibrantes.
Agustina empezaba a sentir
como su carnoso miembro comenzaba a levantarse, experimentando una rica
sensación en todo el cuerpo, pues sentía las canas de penetrar su propio cuero
con ganas incesantes, sin querer, su mano se deslizo sujetando una teta de
Paolo quien inmediatamente soltó un leve gemido consternado por la sensación,
pero en lugar de negarse, sonrió sutilmente sintiendo un aumento en su
dopamina, llevándolo a tomar la iniciativa de llegar más lejos con Agustina.
Paolo se quitó la blusa,
dejando que Agustina le quitara el sujetador, liberando sus ricos senos los
cuales rebotaron paulatinamente colgando de su pecho, Agustina tomo de ellos y
dirigió su boca a uno de sus senos mientras que con la otra mano sujetaba su pezón
como una pinza, Paolo experimentaba la chispeante sensación recorriendo todo su
cuerpo, pues Agustina jugaba muy perversa con sus pezones, sobre todo con su
lengua, circundando placenteramente su aureola, pues ella más que nadie sabía cómo
le gustaba que trataran su cuerpo.
Paolo no dejaba de sentir
sacudidas por todo su cuerpo, sus senos estaban enviando señales por todo su cuerpo,
vibrando incesantemente, sus nervios estaban desprendidos liberando endorfinas
que manipulaban por completo toda su mentalidad masculina, haciendo que se
Paolo se volviera uno mismo con su nuevo sexo, deseando sentir el miembro de
Agustina dentro de su vagina.
Fue justo cuando ella se dio
cuenta, de que Paolo por fin estaba listo para emprender una nueva aventura,
abrió sus lindas piernas quitándole la panti que tenía puesta, dejando expuesta
su vagina completamente mojada y lista para ser penetrada como una mujercita.
Paolo sonrió firmemente hacia
ella mostrándole su interés en ser dulcemente penetrada, Agustina no demoró en hacerlo
y deslizo su miembro dentro de su linda vaginita, Paolo solo podía jadear con
un suave y sensual aliento que esbozaba su sonrisa de placer, su espalda se
arqueaba sin darse cuenta, marcando sus atributos en todo su esplendor.
Agustina tomaba de sus senos
apretándolos con un poco de presión, notando lo grandes y suaves que en verdad
eran desde su nueva perspectiva, ella comenzó a sentirse más excitada por
sentirlos con otras manos, aunque recordaba un poco de lo que se sentía al
tenerlos en su pecho, mientras que sujetaba a Paolo con su pene dentro de su
vagina, mirando con placer como gemía y jadeaba muy a gusto desde sus piernas.
Paolo sentía como su propio miembro
se encontraba dentro de su ahora vagina, mientras que de alguna forma, su
vagina hacia presión encerrando su miembro con ella, experimentando una sutil
sensación que provocaba que su mente le produjera fuertes orgasmos en el
interior, siendo penetrado como toda una putita, sintiendo como Agustina
chipaba sus senos con su boca, quien también se encontraba satisfecha con el
resultado, al mirar como había logrado que Paolo se convirtiera en toda una
mujercita como había planeado.
Paolo arqueaba su espalda y
sus piernas se encontraban abiertas mientras que Agustina lo penetraba desde
arriba, deslizando fervientemente con sus manos la superficie de su cuerpo,
frotando su suave y sensible piel en cada centímetro erógeno que provocaba
diversas sensaciones incontrolables en todo su ser.
Agustina solo podía ver como
Paolo se daba un rico festín desde debajo de ella, mirando como sus senos
rebotaban deliciosamente, el rostro de Paolo lo decía todo, estaba sumisamente
complacido como una mujercita, pero justo cuando estaba llegando a su máximo clímax,
Agustina sintió un leve cosquilleo desde su entrepierna y fue ahí, cuando todo
había terminado para ambos.
Paolo sentía como un rico y
cálido fluido penetraba dentro de sí mismo, experimentando un placer que jamás
había descubierto como hombre, esta vez más duradero y poderoso, jadeando,
Paolo se acurrucó como podía, se sentía inmerso en un mundo lleno de emociones explorando
dentro de sí mismo.
Agustina se sentía como una
campeona, mientras que miraba como Paolo se regocijaba de placer, ambos
durmieron abrazados mientras miraban un poco de tele y durmieron felices hasta
el día siguiente.
Agustina se levantaba
nuevamente en la mañana, se alisto para ir a la escuela de Paolo, aunque no le
gustaba tanto la idea, mientras que dejaría a Paolo solo con su cuerpo y quizás
el vería que hacer, ya no le estaba gustando mucho la idea de volver a dar
clases a esos tontos niños desobedientes.
Pero fue entonces que,
pensando en ello, Agustina se puso a buscar la reliquia para guardarla en un
lugar seguro, dándose cuenta de que ya no estaba, sus nervios y ansiedad la
estremecieron, llamando a Paolo con urgencia, quien no sabía que había pasado
con la estatua, Agustina se puso a revisar toda la casa con urgencia, pero sin
éxito alguno, amos se dieron por vencidos.
- ¿Qué haremos ahora?, ¡No
puede ser que esa cosa ya no esté! –Agustina gritaba alterada –
- ¡No lo sé, y yo no tuve nada
que ver! –Paolo le decía luego de notar que lo miraba extrañamente –
- ¡Pues en donde la pusiste,
que hiciste con ella, porque no aparece! –
- ¡No lo sé!, seguro alguien
entro a robarla como tu lo hiciste con aquellos sujetos, ahora estaremos
atrapados así hasta encontrar una manera de volver –
- ¡Un momento…, la vieja! –
- ¿Qué vieja? –
- ¡La vieja que vi ayer en el
parque de camino a casa!, parecía estar buscando algo, y llevaba consigo un
gran costal en sus manos, seguramente ella entro a robarlo –
- ¿No te has puesto a pensar,
que quizás esa mujer era una bruja y que quizás vino a recuperar lo que era
suyo? –
- ¡Si es así, entonces ya no
podemos hacer nada para volver a nuestros cuerpos! –
- ¡No puede ser, y ahora que
vamos a hacer! –
Paolo y Agustina tuvieron que
resignarse, luego de ya varios días sin encontrar alguna manera de regresar a
sus cuerpos, tampoco tenían excito intentando contactar a la bruja, la buscaron
por toda la ciudad pero simplemente desapareció, sin más que hacer, Agustina
tendría que vivir con las consecuencias de su experimento, queriendo aparentar
poder ser mejor que Paolo en su vida, teniendo que aprender de la manera más
dolorosa y frustrante que la vida de Paolo no era tan sencilla como lo pensaba,
así mismo, Paolo tendrá que vivir con el castigo que su novia le había hecho
pasar, teniendo que ser una mujercita por el resto de su vida, aunque al menos,
Paolo puede decir que por fin tiene una vida más fácil, tranquila y emocionante
en todos los sentidos.
VVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVVV
Kata regresaba a su guarida en
la otra dimensión con algunas cosas que había podido recolectar, dejando a
algunas personas atrapadas en diversas situaciones, lamentablemente algunas
armas no había podido recuperarlas debido a la complejidad de la misión.
De pronto, la herida que parecía
haber sanado volvía a causarle una fuerte picazón, mientras trataba de sanarse
a si misma, un nuevo portal se abrió, mientras que una ardiente y misteriosa silueta
emergía de ella.
- ¿Abuela? –
Me gusto, ojala lo hagas serie
ResponderBorrarIncreíble historia, me gustó muchísimo
ResponderBorrarMuchas gracias por tan buena historia. Sin duda mi favorita de lo que lleva el TG October, sigue así Kari :3
ResponderBorrarRealmente me gusto esta historia!
ResponderBorrarQue buena historia ami tambien me gustaria ser agustina
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