Llevo graduada un par de meses y llevo trabajando apenas unas semanas, todo es increĂble en mi trabajo, excepto por una sola cosa, el camino de regreso a mi casa, normalmente salgo a las 7 de mi trabajo y para cuando salgo del metro con casi las 8:40 hasta todo bien, el inconveniente viene despuĂ©s, aĂșn que mi casa queda relativamente cerca no hay ninguna ruta que me lleve hasta ahĂ, asĂ que tengo que regresar caminando, todo va bien hasta que llego a una “avenida” de un lado una gran fĂĄbrica y la barda de la misma abarca toda la avenida y del otro la cerca de un parque, la calle es relativamente larga, sin embargo es no es el problema, el verdadero problema es que casi no hay luz, apenas unas 5 o 6 lĂĄmparas que iluminan la aterradora calle, otros dĂas habĂa tenido suerte y me habĂa encontrado pequeños grupitos de gente con lo que caminaba para cruzarme , pero hoy se me hizo tarde eran casi las 10, ya no habĂa ni un alma y mi celular sin pila, mi desgracia no podĂa ser peor, me espere un rato para ver si gente se reunĂa pero pasaba nadie, aĂșn que sea una persona y bueno entre 2 ya es menos el miedo, pero pasaban los minutos y nada no podĂa seguir esperĂĄndome, solo se hacĂa mĂĄs tarde, en un impulso de adrenalina comencĂ© a correr, estaba por la mitad y ya mi paso estaba disminuyendo, de repente solo me detuve.
-¿FuncionĂł?- Esas palabras salieron de mi boca, estaba intrigada si realmente habĂa funcionado.
MovĂa mis brazos veĂa mis manos, sentĂa que no podĂa reconocerlas, hice algo que me pareciĂł muy extraño las lleve ambas manos a mis pechos, las sacudĂ, comencĂ© a reĂrme.
-No mames que si funciono esa pendejada.- Nunca habĂa tenido un vocabulario tan obsceno pero creo que era divertido.
ComencĂ© a saltar de alegrĂa hasta que mis pechos me dolieron de rebotar.
-Mierda.- dije sosteniendo ambos pechos.
-Tengo que ir a donde deje mi cuerpo.- no sabĂa precisamente a quĂ© me refiera pero ya habĂa comenzĂł a caminar, llegue hasta un punto de la cerca del parque que estaba un poco abierta… entre, seguĂ un pequeño sendero entre los arbustos, era extraño, es como si el miedo a que me pasara algo se hubiera ido por completo y en cambio hubiera sido cambiado por una ligera excitaciĂłn, la cual hacĂa mojar mis calzones, lleve hasta un Lugar un entre rocas, donde grandes arboles tapaban casi todo y lo Ășnico que iluminaba esta una de las lĂĄmparas de la pista de correr, podĂa ver casi todo en es pequeño hueco muchas botellas de cervezas, unas bolsas, y a lado una cama sucia con un hombre acosado en ella, se veĂa algo sucio pero no como un vagabundo si como un borracheo de dĂas, no sabia que hacĂa aquĂ, el hombre podrĂa despertar y hacerme algo, pero no me importo, me acerque a Ă©l, me agache, y comencĂ© a moverlo muy bruscamente pero por mĂĄs que lo hice no logrĂ© despertarlo.
-Ya entendiĂł, cuando salgo de mi, solo queda un caparazĂłn vacĂo, jajajajaja no mames que puta suerte.- por lo que entendĂ algo saliĂł de Ă©l dejĂĄndolo en estado vegetativo, me sentĂ© en la cama.
Mi vista nuevamente se centrĂł en mi, baje las mirada y vi mis pechos.
-Mira nada mĂĄs que chulada de tetas tiene esta vieja.- por alguna razĂłn habĂa comenzado a referirme a mi en tercera persona.-
SubĂ mi blusa hasta que pude ver mis tetas.
-jajajaj no me chingues esta Pendeja tiene las tetas mås enormes que he visto.- esas palabras saliendo de mi boca me excitaban tanto, comencé a tocarme lascivamente. Me baje el brasier.
-No no no hasta sus pezoncitos rosaditos se carga la muy pendeja.- cuando con la punta de mis dedos toque mi ya muy erecto pezĂłn, una choque de placer recorriĂł mi cuerpo completo, sentĂ como toda mi entre pierna se humedeciĂł.
-No mames que fue eso.- dije agitada, rĂĄpidamente intente desabrocharme el pantalĂłn y metĂ mi mano hasta mi zona, toque sin pudor ni cuidado, empaque mis dedos de mi propio lĂquido y la saque, vi mi mano brillosa lubricaba por mi misma, solo la introduje en mi boca, era raro sentir mi propio sabor, pero me gustaba, ahora me pregunto ¿por quĂ© nunca lo habĂa hecho? Saboree a mi misma.
ComencĂ© a bajarme los pantalones pero por mas que quise no pude pasar de mis botas, asĂ que decidĂ rendirme, por alguna razĂłn no quise usar el cierre que tenĂan para quĂtamelas, pero mantuve tocando mi zona Ăntima.
-Un coño peludito que rico mi amor.- me gustaba como llame a mi zona Ăntima”coño peludito” jajajaja.
Estaba jugando con el literalmente jugando, como si quiera hacer algo mĂĄs pero no tuviera la menor idea, asĂ que solo me volteĂ© y vi al hombre acostado, le desabroche su pantalĂłn y saque su cosa, sabĂa que claramente eso estaba mal pero, querĂa hacerlo, la toque u comencĂ© a moverla de arriba a abajo pero me detuve.
-¿SerĂa de maricones lo que estoy apunto de hacer?.- por alguna razĂłn me habĂa plantado de que tocar a alguien irrespetuosamente serĂa un acto homosexual.
-Bueno, es mi propia verga y ademĂĄs yo soy una vieja creo que si puedo hacerlo.- mi labios pronunciaron.
Comencé a moverlo de arriba a bajo.
-jajajaj con estas manitas mi chile estĂĄ enorme .- y si quĂ© lo estaba. ninguno de mis ex novios habĂa tenido una cosa asĂ de ese tamaño, ya llevaba un rato jalando la cosa de ese sujeto.
-ay ya a la mierda.- introduje esa cosa en mi boca y aunque tenĂa un poco de asco succione muy bien y ya se habĂa comenzado a poner dura.
Cuando ya estaba hecha toda una roca me de detuve, me puse en posiciĂłn para introducir ese miembro dentro de mi, no sabĂa porque me sentĂa tan emocionada. Lo introduje rĂĄpida mente.
Un gritĂł ahogado saliĂł de mi.
-No mames, que rico.- dije lo Ășltimo en voz baja. SentĂa que esa cosa me iba a partir en dos.
Comencé a rebotar descontroladamente.
-Maldito coño, puta vieja qué Coño te cargas
Comencé a rebotar mås råpido, con mis manos tocabas ambos pechos, hasta que comenzar a nalguearle y por accidente toque me hoyito.
-Ni me acordaba del culito de esta puta.- me asuste por un momento cuando dije eso pero no me importo, solo introduje un dedo sin pudor alguno.
-estĂĄs tan cachonda puta que tĂș culito si aguanta una botella.- y si que lo aguanto.
EstĂĄ ahĂ en medio de la nada con el pene de un extraño en mi vagina y una botella de cerveza barata en bueno mi culito, Como ahora le decĂa, nunca me habĂa referido a mi de esa forma pero me gustaba.
Mis rebotes fueron cada vez mĂĄs rĂĄpidos creo que al hombre dormido a abajo de mi le gustaba por que sentĂ como su semilla caliente me llenaba por dentro, siempre uso protecciĂłn pero hoy serĂa un buen dĂa para no usarla, pero junto despuĂ©s de eso sentĂ su semen llenĂĄndome puede sentir como mi cuerpo se retorciĂł de placer, se liberĂł de energĂa, esa noche sufrĂ el mejor orgasmo de mi vida hasta ahora, me retorcĂa del placer.
Me levante he intente poner todo en su lugar, no me importaba que mi vagina aĂșn estuviera escurriendo de esa cosa, asĂ me subĂ mi calzĂłn y mi pantalĂłn, me sentĂa un poco juguetona dejando al semen escurriendo dentro de mi.
Me levante y me fui como si no hubiera decidido entrar al parque a hacer él amor con un hombre extraño he inconsciente, como si nada hubiera pasado. cuando estaba de nuevo en la calle solo sentà una liberación, seguà caminado a la casa pero No deje de pensar en eso, llegue tan caliente a mi casa que me toque dos veces mås esa noche.
Desde ahĂ intento llegar tarde del trabajo y esperar a que me pase lo mismo, incluso camino hasta lento esperando, paso por la que la rendija donde entre, pero nunca tenido Ă©xito y por mĂĄs que quiero no me armo de valor para entrar… hasta hoy.
-Vaya vaya puta, tĂș de nuevo.- Sabia que hoy me armarĂa de valor para entrar me dirigĂ hacia la rendija pero cuando iba a entrar una taxi se Detuvo.
-Oye niña no quieres ayudarme en algo.- volteé y me acerque a él, cuando ya estaba lo suficientemente cerca a él pude ver que se estaba masturbando dentro de su taxi.
-No me quieres echar una mano.- dijo ese señor todo cochino.
Me recargue en la puerta del carro.
-Una ayuda no se le niega a nadie.-lo dije mientras bajaba mi mano hasta su pene y comenzaba a masturbarlo.
El taxista se quedĂł mĂĄs que sorprendido, no creĂa lo que estaba pasando.
-¿Que?, ¿no tengo gusta como lo hago?, porque si quieres lo puedo hacer con la boca.- nunca en mi vida me habĂa sentido tan segura.
El taxista de inmediato dijo que si.
-pero con la condiciĂłn que me chupes mi culito, siempre he quedĂł saber que se siente que te chupen el culito.- nunca me habĂa gustado “jugar” con mi culito pero desde aquel dĂa me he vuelto mas abierta.
Cuando termine de decir esto, este señor se vino.
-mi amor, pero promĂ©teme que vas a durar mĂĄs.- chupe los restos de semen que habĂa en mi mano y me subĂ a aquel taxi.
Megusto este estilo de narracion!
ResponderBorrarHe estado buacando historias asi de posesion y de gender bender no tienen alguna parecida asi?
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