Yo
era un chico muy tímido, siempre me había costado interactuar con las demás
personas, incluso, tenía mi propio fetiche, algo que me llenaba cuando nadie me
veía, era un travesti de closet, aunque, desafortunadamente, no tenía un cuerpo
muy bonito y mucho menos femenino, me costaba encontrar ropa bonita para
ponerme y que fuera de mi talla, por lo que casi no encontraba algo a mi gusto
y que me hiciera sentir completa y femenina.
Tal
fue el caso, que me anime a visitar a una costurera en lo más recóndito del
centro, era una mujer de mediana edad, la cual tenía un hijo de mi edad, él era
bien parecido, se notaba el cariño que se tenían él y su madre, pero por alguna
razón él no tenía novia y no parecía irle muy bien en el amor, platique con la
señora quien accedió a hacerme mi vestido, seria único y hermoso, a mi talla,
ella me prometió que sería un gran tesoro para mí y que me sorprendería del
resultado.
Esperé
impaciente durante algunos días, en los que por cierto Sali con su hijo como “amigos”,
nos llevábamos bien, en ocasiones creí que él era gay o incluso me sentí un
poco gay por pensar casi todo el tiempo en él, realmente seria gay, pensaba mientras
pensaba profundamente en su sonrisa.
Finalmente,
el esperado día llego, ella me enseño el vestido, un hermoso vestido rojo y muy
precioso, me pidió que lo probara y eso hice, sentía algo de pena, pero nadie más
que ella se encontraba en casa, al ponerme el vestido, pude sentir como una
corriente de energía cruzo por todo mi cuerpo, no le preste mucha atención y
simplemente me mire en el espejo, observando con fascinación que me quedaba
bastante lindo y cómodo, justo a la medida, aunque, tenía mis facciones
masculinas muy marcadas, me sentí algo desanimado, pero entonces, ella me miro
y me abrazo intentando consolarme, entonces, me susurro al oído, “Tranquila
preciosa, porque no miras de nuevo”.
Eso
me hizo estremecerme, sentía mi cuerpo diferente, mientras que al mirar en el
espejo, pude apreciar como una hermosa chica rubia comenzaba a aparecer frente
a mis ojos, entonces, mire todo mi cuerpo, era imposible, me había transformado
en una chica, porque, preguntaba anonadado, tocando todas las nuevas partes de
mi cuerpo, -No seas una niña pervertida –, ella me decía mientras que aún me
encontraba en shock, de repente, su hijo salió de la nada, -¡Mama, ya llegue…! –,
el me miro con unos ojos cristalinos y muy curiosos, me observó de pies a
cabeza, ahora era una chica, pero él no lo sabía, su madree noto la fascinación
que yo le había causado, su plan estaba resultando, - ¡Porque no salen a dar
una vuelta, deberías ser más caballeroso hijo…! –, ella le decía mientras que
el me dio la mano cortejándome desde el primer momento, fue entonces que una
nueva historia de amor iniciaría.
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