TG October 25
-Zombie-
Mientras Siniestra la demonio
Ama de los Espectros luchaba mortalmente contra una de sus más poderosas enemigas,
múltiples espectros o, mejor dicho, almas negras en pena comenzaban a emanar de
la tierra.
Cada uno dirigiéndose hacia un
cuerpo en algún ataúd, tuviera carne o solo huesos, de cualquier forma, la
magia oscura del demonio provocaría que sus nuevos cuerpos se regenerasen para subsistir
entre los vivos.
- ¡Ahhh, estoy vivo, finalmente!,
¿Pero qué es esto?, ¡Tengo el cuerpo de una niña!
Gustavo era chico de 24 años,
quien era un asesino perteneciente a una banda callejera, en la que había
cometido múltiples delitos de homicidio y robo a mano armada, además de
detenciones por peleas callejeras y venta de narcóticos a su temprana edad.
En 1985, Gustavo se encontraba
preparándose con sus amigos adentro de una camioneta, cuando otra misma llegó
trayendo a otro grupo delictivo en busca de pleito, derivando así, una batalla
campal entre los dos grupos criminales culminando en la muerte de varios de los
integrantes de ambos bandos.
Siendo Gustavo uno de los
fallecidos en el tiroteo, su familia se enteró de la noticia, quienes no
estaban del todo tristes por su fallecimiento, ya que era la oveja negra y no
deseada de la familia, dándole una simple sepultura sin importancia ni pena.
Pasando muchos años vagando en
pena entre los vivos y los muertos, como un simple espectro más esperando a que
su energía volviera a la vida para continuar con sus deseos y crueles actos.
Cuando su ahora ama y señora,
Siniestra realizó la invocación maldita, Gustavo sintió como su alma ya
denigrada y oscura se elevaba de entre las sombras como un vil espectro,
introduciéndose al azar en el cuerpo de un muerto enterrado, pues, no tenía que
ser precisamente su verdadero cuerpo al volver del más haya.
Una vez que entró en el ataúd dentro
de la tierra, Gustavo fue absorbido sin conocer la identidad del cuerpo en el
que había sido obsequiado, al despertar, su cuerpo comenzó a regenerar varias
partes ya dañadas y consumidas por los gusanos, aunque su cuerpo parecía ser el
de alguna persona joven.
Paola era una chica de escasos
recursos, quien siempre trataba de salir adelante y estudiar para obtener un
lugar importante en la sociedad, pero al ser una chica joven de 17 años, su destino
terminaría de una cruel forma al ser raptada por un psicópata, quién estaba al acecho,
vigilando en la oscuridad de la noche por las calles, notando que Paola se
encontraba paseando de regreso a su casa luego de un largo día de escuela y
trabajo.
El hombre la secuestro
llevándosela drogada hasta su casa, en donde luego de violarla brutalmente, la ahorcó
hasta matarla y luego cortado su piel hasta desangrarla.
EL hombre la botó en un
basurero, dentro de una bolsa de basura tal y como le complacía hacerlo con sus
víctimas y fue encontrada poco después por los jóvenes que recolectaba la basura,
devolviéndola a las autoridades quienes la entregaron a su familia, los cuales
quedaron destrozados dándole su merecida sepultura.
El caso había sido reciente,
por lo que el cuerpo de Paola no presentaba mucha descomposición, aun así, sus
células fueron regeneradas por la magia oscura de Siniestra quien otorgó su
cuerpo a uno de sus espectros.
- ¡Ahhh, me siento tan
extraño!, llevó muchos años muerto sin sentir el calor de un cuerpo humano,
tanto que ni siquiera recuerdo cómo se sentía ser un hombre, pero, este cuerpo
es mucho más sensible de lo que recordaba haber sentido cuando era un hombre
vivo.
Gustavo miraba hacia su
cuerpo, vestido como si fuera una señorita, sentía su cuerpo joven y sensible, acarició
sus senos experimentando cosas diferentes y muy extrañas, aunque para él era
nuevo todo esto de ser una mujercita, lo cierto es que no le era diferente a
recordar cómo era tener un cuerpo masculino.
Gustavo intentó caminar, tenía
una misión que ejecutar, pues todos los zombis temporales se debían de unir a
la lucha por su ama, quien necesitaba que se fueran sobre la poderosa bruja
para asesinarla.
Esta, se había dado apenas
hace unos momentos a la fuga, tenía que llegar hacía donde se encontraba la
niña que había encontrado su libro especial antes de que la gente de Sirius lo
encontrara.
Pero, Gustavo, así como muchos
otros espectros, pensó que era una mejor idea aprovechar esta segunda
oportunidad de vida y alejarse de la ridícula batalla solo para explorar su
nuevo cuerpecito.
Gustavo notó que muchos otros
escapaban con sus nuevos cuerpos, dándose la vuelta también para darse a la
fuga.
- ¡Malditos imbéciles!, ¿Qué
están haciendo?, ¡Vayan tras esa maldita anciana! –Siniestra se retorcía del
dolor que las ramas provocaban en su cuerpo, apenas pudiendo entonar unas
palabras malditas para sus hechizos demoniacos, cosa que no resultó, pues todos
sus esclavos espectrales se dieron a la fuga con la maldición que les había
dado en sus nuevos cuerpos.
Las ramas estaban haciendo lo
suyo y Spectra comenzó a sentir como su cuerpo era absorbido por la tierra, de
repente, estas comenzaron a incendiarse hasta quemar todo su cuerpo, pero eso
no había sido suficiente, terminado por romper las ramas con uno de sus bastos
ataques, escapando con múltiples heridas sin tener ganas de continuar por ahora
la batalla, la mujer espectro cruzó uno de sus portales sombra y se dio a la
fuga, no sin antes romper el hechizo como venganza, hasta la próxima luna
llena.
Gustavo caminaba por toda la
ciudad, en medio de la noche, no sabía que hacer ni adónde ir, solo sabía que tenía
hambre y debía de encontrar en dónde refugiarse, ni siquiera sabía si tenía una
familia el cuerpo en el que ahora habitaba y lo preferible sería no regresar
con ellos, pues no querían una hija zombi.
Gustavo vagó por las calles un
largo rato hasta que llegó a donde antes había pasado su juventud, en aquel
barrio con su pandilla, dándose cuenta de que ahora solo era una zona de
prostíbulos y cabarets, donde en primera instancia, quiso ver si había putas
para cogérselas, debido a sus instintos de hombre que aún tenía en su alma, pero
al recordar su nuevo aspecto, Gustavo comenzó a sentir pánico al saber que solo
había sido una muy mala idea.
- ¡Hola mamacita!, ¿Qué hace
una niña tan bonita como tu perdida en un lugar como este? –Checo, un halcón de
la zona miraba a la chica sospechosa.
- ¡Nada, me equivoqué, me
tengo que ir! –Gustavo respondía sintiéndose intimidado debido a su cuerpo.
- ¡Tranquila mi reina!, no te
voy a hacer nada, pero, ¿Sabes en donde estas?, ¡Yo puedo ayudarte si eso es lo
que quieres jeje…!
- ¡No gracias, me iré rápido!
Gustavo comenzó a correr,
aunque sus pequeñas zapatillas no le dejaban avanzar rápido y terminó por
tropezarse, el chico tatuado se acercó a la ahora chica como un completo
depravado en busca de violarla.
- ¡Suéltame imbécil!, no sabes
quién soy yo, te puedo matar de un navajazo si quiero.
- ¡Jajajaja, por favor!, una
niña tonta como tú no creo que mate ni una mosca; ¡Ya déjate!, que bien que
sabes que eso es lo que quieres.
- ¡No, ayuda, este idiota me
quiere violar!
Gustavo se sentía como una
tonta niña indefensa, sus fuerzas no eran las mismas que tenía cuando era
hombre, pero necesitaba escapar cuanto antes, sobre todo, luego de ver como
este sacaba su miembro para penetrarla a la fuerza.
- ¡Alto ahí! –decía la
profunda pero suave y poderosa voz de una mujer.
- ¿Qué quieres, otra vez…?
–Checo renegaba al conocer la voz de aquella mujer.
Gustavo miraba como el tipo
que intentaba violarla temblaba de miedo, luego, ambos miraron hacia la enorme
puerta de la entrada de un prostíbulo a no muchos metros de la zona, este
emanaba una luz de color rosa intenso como neón y el resto del edificio parecía
una enorme mansión que servía como uno de los cabarets más famosos y codiciados
de la zona.
- ¡Lárgate antes de que te
convierta en una de mis putas! –Le Madame respondía.
- ¡Mierda, haz lo que quieras!,
siempre me quitas la diversión maldita bruja –Checo maldecía a la mujer con
coraje para luego irse enojado y con ganas.
- ¡Disculpa…!, ¿Y tú quién
eres? –Gustavo preguntaba impresionado del poder que la mujer tenía sobre el
tipo, además, de sentirse atraído fuertemente por la hermosa imagen de diosa
que tenía.
- ¡Se dice gracias, cerdo
malagradecido! –Le Madame dictaba.
- ¿Cerdo?, ¡Espera!, ¿Por qué
me dijiste cerdo?
- ¡Porque lo eres!, ¿Acaso
crees que no sé quién está dentro de ese cuerpo que ahora tienes?
- ¡Entonces!, ¿Sabes que no
soy esta niña?
- ¡Por supuesto!; ahora, ¡Lárgate
de aquí!, antes de que uno de estos imbéciles trate de violarte o de matarte
otra vez, es un lugar muy peligroso, aunque debido a tu historial dudo que eso
te importe.
Gustavo estaba impresionado,
la mujer parecía ser una diosa o una especie de bruja que sabia todo, incluso,
pudo saber que el no era aquella niña bonita en la que ahora vivía, además,
parecía saber que había hecho de su antigua vida de criminal.
- ¡Espera, no tengo a donde
ir! –Gustavo gemía triste y convincente.
- ¡Esta bien!, igual podría…,
darte trabajo en mi Cabaret.
- ¡Gracias, espera…!, ¿Me vas
a tener de puta?
- ¡Pues claro que si amor!, de
eso se trata mi negocio, para comer, coges por dinero o no hay trato.
- ¡Mierda…, pues ya que!
Gustavo le respondía a la
diosa luego de ver como unas hermosísimas mujeres como afroditas entraban y
salían del Cabaret, ansioso y deseoso, no le importaba mucho saber cuál debía
de ser su labor ahora en adelante.
-Y a todo esto, ¿Cómo te
llamas amor?
- ¡Primero que nada me
respetas!, no me llames amor ni bebe, ni preciosa, soy una de las brujas
antiguas más poderosas de la humanidad, mi nombre, es algo que te debes de
ganar, no se lo digo a todas ni dejo que todas me llamen de esa forma, ¡Para
ti!, solo soy Le Madame, ¡Quedó claro!
- ¡Si Madame!
Gustavo estaba impresionado
con el gesto frívolo y fuerte que tenía la gran señora, debido a su discurso,
ahora entendía que debía de tener mucho cuidado, todo por escapar de una bruja terminó
con otra igual o quizás más maldita que la otra.
La mujer la presentó con todas
sus ninfas, hermosas mujeres que albergaban toda la gran Mansión de Le Madame, también,
en el lugar se hallaban decoraciones de gran fortuna para enfatizar más sobre
la grandiosa y poderosa que era la ama de todas aquellas mujeres que ahora se
encontraban bajo su merced, quienes no le temían, sino respetaban como una
madre.
Una de las sirvientas llevó a
Gustavo a su nueva habitación, donde seria su también lugar de trabajo, el
lugar parecía moderno y completamente femenino, una cómoda cama, una regadera
con tina, una televisión entre otras cosas como si fuera su estancia para toda
la vida, con absolutamente todas las comodidades posibles.
Gustavo estaba impresionado,
creía que haya encontrado un gran tesoro, pues parecía tenerlo todo, nada le
haría falta en un lugar como ese donde la tratarían como una reina, pues ahora
era una chica.
Al poco rato de explorar toda
su nueva habitación, que más bien aprecia todo un departamento, Gustavo se dio
un baño para quitarse todo lo muerto de encima, literalmente, pues aun así tenía
restos de material orgánico en todo su cuerpo desde que había salido de aquella
tumba con el cuerpo que ahora tenía.
Al ver en su ropa, notaba que tenía
muchos vestidos, blusas, tops, tangas, brasieres, jeans, faldas, bragas etc.,
además de zapatillas muy femeninas, Gustavo no estaba de acuerdo con el hecho
de usar ropa de niña, sobre todo si lo haría ver como una puta, pero no le
quedo de otra, ya que desafortunadamente ahora tenía el cuerpo de una señorita.
Luego de probarse su nueva ropita,
unas chicas llegaron para ayudarle a aprender a peinarse y maquillarse,
teniendo que aprender todo sobre como ser una mujercita, aunque no le
pareciera, además de, enseñarle a cuidar su cuerpo, así como defenderse de
algún cliente, lo cual atardeció sus sentidos, luego de escuchar esa palabra.
- ¿Cliente? –Gustavo respondía
nervioso.
- ¡Sí!, vienen todos los días,
todas las noches, gordos, viejos, negros, blancos, ricos y pobres, casados,
divorciados, fetichistas, de todo un poco y de todas partes, tan solo para
disfrutar de nuestros cuerpos.
Gustavo comenzaba a negarse a
creer en la idea de continuar en ese lugar, pero Le Madame ya lo había vestido
y dado de comer, ahora le pertenecía y no podía negarse.
La ahora chica admiró su
cuerpo en el espejo, aun le faltaba un hombre de chica, pues no conocía nada de
su anterior vida.
- ¡Me llamaré Kasandra!
–Gustavo les decía a las dos nenas super sexys.
- ¡Como tú quieras!, pero ya
sabes las reglas y lo que debes de hacer una vez que el cliente termine.
Kasandra escuchaba a las dos
mujeres algo extrañas pero hermosas, luego tomo el aparato que llamaban celular
y comenzó a explorar su funcionamiento, notando que ahora con esa cosita se podían
tomar fotos, inmediatamente, luciéndose y presumiendo su cuerpo con varias de ellas
ya que se encantaba de ella misma.
Gustavo sabía que ahora su
vida dependía de ser una hermosa señorita, una putita capaz de complacer a los
hombres.
Luego de unas horas, Le Madame
llamó a todas sus ninfas a la recepción, donde ya se encontraban algunas
esperando en fila para abrir las puertas del Cabaret, donde comenzarían a recibir
muchos clientes.
Kasandra bajó de inmediato mirando
todo el escenario, su cuerpo se puso tenso, estaba realmente nerviosa, los
hombres comenzaron a fijarse en ella, notando que era una chica nueva,
completamente tierna y muy tímida, cada uno se acercó a la chica siendo el
centro de atracción, pero de inmediato, Kasandra comenzó a actuar desinteresada
y muy rejega, pues no quería estar en esa situación, no había pedido renacer en
un cuerpo de chica y prácticamente se sentía como un zombi.
Hasta que finalmente un hombre
fue el que logró decidirse por ella, ofreciéndole mucho dinero a Kasandra,
quien algo errática, solo se limitó a sonreír, pero al ver el buen fajo de
billetes que le pagarían por solamente tener una noche de sexo con su nuevo
cuerpo, inmediatamente, Gustavo pensó que tenía una mina de oro en sí mismo.
Apenas habían comenzado a
besarse la nueva Kasandra sentía todo su cuerpo caliente, sus caderas se
meneaban de lado a lado, mientras que sus senos se ponían rígidos como cuando
el pene se e ponía erecto, solo que ahora su vagina se encontraba húmeda al
mismo tiempo que sus pezones estaban duros.
- ¡Estas bien sabrosa mamacita!
–el cliente, un hombre gordo de unos 59 años, le susurraba con caricias en su
cuello, mientras que Kasandra perdía el juicio sin recordar que antes era un
hombre,
Kasandra sentía como todo su
cuerpo ardía lleno de placer, era como tener una chispa de placer explotando
tras otra, recorriendo todo su cuerpo causándole un fuerte orgasmo.
Al terminar, Kasandra recibió
su buen pago teniendo que pagarle algo a Le Madame, pero, aun así, se quedó con
una buena paga, lo suficiente como para poder empezar a usarlo para sí misma.
Con el tiempo, Gustavo amaba
ser mas Kasandra que como era hace alguna vez un hombre, cosa que ya no
recordaba, pues había muerto como un hombre hace muchos años y renacido como un
Zombi en el cuerpo de una niña mucho tiempo después, su esencia como hombre se
había perdido, ya no le interesaba mas aquella vida delictiva de vago
delincuente que tenía, ahora solo le interesaba ganar mucho dinero con el
trabajo en el Cabaret de Le Madame.
- ¡Jejeje!, no puedo creer que
se viva tan bien siendo una mujer, de haber sabido desde hace años hubiera
pedido esto a los amos del infierno, pero bueno, que mejor ahora, que me toco
afortunadamente este cuerpo para volver a vivir, ¡Lastima de niña!, me hubiera
gustado concerté en otras circunstancias, pero tu cuerpo ahora es solo mío.
Gustavo miraba su cuerpo Enel
espejo, fascinado con lo hermosa que se veía como la mujercita que ahora era,
había pasado su tiempo libre aprendiendo a maquillarse, a peinarse, salía de
compras, comprando lo mejor de ropa femenina para sus gustos.
Incluso, decidió darle un
mejor giro más acorde a su personalidad, llenando su cuerpo de hermosos
tatuajes que le hacían sentirse aún más puta y sexy para sus clientes, quienes
rápidamente alabaron lo perra que se lucia con su hermoso cuerpo plasmado del
arte.
Le Madame estaba impresionada
con el cambio tan drástico que el alma de Gustavo había sufrido con el cuerpo
que tenia como recipiente, la nueva Kasandra se había convertido en una de sus
mejores ninfas en su famoso Cabaret.
Había pasado ya un mes desde
que Gustavo había renacido como Kasandra, había estado atendiendo a unos
clientes durante la noche, cuando se dio cuenta de que la luna estaba demasiado
poderosa, comenzó a sentirse algo extraña, cuando de repente, juró escuchar
susurrante unas palabras que resonaban de una voz muy conocida.
“Regresaras al infierno,
atraviesa Luna llena”
Kasandra comenzó a entrar en
pánico, su cuerpo se sentía caliente, como si algo pasara dentro de sí misma, entonces,
revivió los sucesos que lo llevaron a su muerte y recordó todo lo que había
vivido en el mismo inferno.
- ¿Qué tienes, qué te pasa?
–Le Madame le preguntaba preocupada luego de percibir un ambiente extraño y sombrío.
- ¡No lo sé, siento que, me
vuelvo a morir! –Kasandra expresaba mientras que caía al suelo.
Le Madame pensó rápidamente en
lo que estaba pasando, no tanto como de su cuerpo emanaba un aura negra y muy
pesada, aunque, su cuerpo no lucio deteriorado como esperaba que la maldición
que tenía el verdadero Gustavo funcionara.
Kasandra comenzó a gritar de
pánico, le dolía el vientre y el corazón, como si estuviera a punto de sufrir
un paro cardiaco, pocos minutos después, la chica cayo desmayada, socorrida por
la ayuda de algunas ninfas y de Le Madame.
Al poco rato, Kasandra
despertó de un coma indefinido, que parecía infinito, pero solo había durado
unas horas.
- ¿Qué paso? –preguntaba la
chica alterada y mirando su cuerpo mientras que sus manos pasaban por toda su
piel.
- ¡Moriste y volviste a
renacer! –Le Madame respondía.
Ambas mujeres tardando
platicando, sucedía que, el hechizo de Siniestra no había causado efecto en
Kasandra debido a que durante todo este tiempo, ella había dejado de tener un corazón
impuro, debido a todo su proceso de sanación y de manera espiritual al
convertirse en una musa de buen corazón, por lo que lo que había sucedido en el
momento de cobrar la maldición, era que toda su aura maligna se había extraído
de su alma, dejando solo la nueva personalidad pura que Kasandra tenia como un
nuevo ser de vida.
Mientras que muchos otros
seres malignos que se habían apoderado de un cuerpo nuevo y renacido, había
regresado al inframundo perdiendo sus recipientes, volviendo estos a quedar
putrefactos y descompuestos como cuando estaban enterrados en sus tumbas, dejando
muchos cadáveres y problemas en todas partes donde se encontraban, excepto y
efectivamente, aquellos que si lograron salvarse como Kasandra.
PD:
Sirius estaba en camino hacia
la ciudad Valera, lugar donde según el rastro, se hallaba la niña que era la
propietaria del libro maldito, en el que según estaba causando grandes estragos
y un enorme caos en toda l ciudad y sus habitantes.
Los hombres del sujeto, se hallaban
persiguiendo a Kata luego de una intensa pelea con Siniestra, quien había
cedido en la batalla, ahora solo quedaba Sirius en la carrera por conseguir la
Swap Note, una reliquia maldita, un Diario leyenda que según podía causar la ruptura
de la realidad misma, con tan solo escribir unas palabras utilizando tus más profundos
deseos en él.
Esta era la pieza que Sirus
necesitaba para lograr por fin el dominio de todo el Universo, o al menos de
todo lo que hasta ahora conocía.
Que buena historia. Me encanta todo lo que está pasando de trasfondo.
ResponderBorrarEn qué publicación está la pelea para leerlo, no lo e encontrado
Apenas va a suceder 😛
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