-
¿Entonces…, es real? –preguntaba Daniel a Fernando.
-
¡Mira por ti mismo!, ¿Dime si estas dos enormes cosas no son reales?
-
¡Wow, no puedo creerlo!, seguramente le pagaste a esa chica para que se tomara
una foto por ti.
-
¿Qué más pruebas quieres? –le decía Fernando una vez que le llamo por video
llamada a la distancia.
-
¡No mames, en verdad eres tú! –le contestaba Daniel emocionado e impactado,
mientras sentía como algo en su entrepierna se levantaba del morbo al verlo.
-
¡Si, ahora tengo que usar este cubrebocas y me puse una vacuna especial antes
de regresar, aunque las autoridades al parecer no quieren dejarme ir, creo que
quieren sea residente permanente de Japón o algo…
-
¡No puede ser!, secuestran gente infectándolos con algún virus para
convertirlos en ellos mismos.
- ¡No lo sé!, ¡Solo mírame!, ¡Soy una china con grandes tetas!
Durante
los últimos meses, se había estado corriendo el rumor de que Japón había creado
un virus que solo afectaba a las personas que estuvieran en ese país,
convirtiéndolos en el genero opuesto, muchas veces incluso siendo convertidos
en personas del propio país nipón.
Fernando
y Daniel habían apostado por descubrir el dichoso virus, pero Daniel no podía
ir porque terminó enfermándose justo el día del viaje, por lo que lo expulsaron
de inmediato del vuelo, Fernando había llegado a Japón, cosa que igual estaba
algo restringida, pero lo logro, estuvo en el centro por unos días, paseando
intentando inhalar cualquier cosa y persona tratando de infectarse, pensando en
que era gracioso andar oliendo personas solo por descubrir algo que no fuera
verdad.
Pero
justo el tercer día que Fernando anduvo en el centro de Tokio, comenzó a sentir
mucha calentura y mareo, su cuerpo le picaba y sentía dolor en todas partes, al
cabo de unos días internado en el hospital nipón, Fernando logró reaccionar con
un susto muy grande al ver que debajo de la bata de hospital que llevaba
puesta, tenia dos enormes tetas bastante firmes y sensibles en su pecho,
además, tenia el cabello largo y rasgos sumamente femeninos, pero lo más doloroso
y horrible para Fernando, era que ya no tenia su pene sino una hermosa y tierna
vagina entre sus piernas.
Al
revisarse, Fernando notó con mucho miedo que se había convertido en una mujer
nipona con un gran cuerpo voluptuoso, las autoridades llegaron de inmediato
evacuando el hospital, los doctores habían confirmado lo ocurrido, pues sabían
que el virus era verdad, teniendo ya varios casos que no salían a la luz del
país por ningún medio más que como simples rumores.
Una
agente nipona llegó con algo de ropa de la talla del nuevo cuerpo voluptuoso de
Fernando, teniendo que ponérsela, sintiendo algo de vergüenza e incomodidad,
tan solo deslizar esa tanga por sus piernas, sintiendo ese hueco helado que
había entre ellas le daba pavor, luego colocarse el sujetador que apenas y resistía
sus dos grandes tetas, se maquilló aprendiendo de la chica agente, luego tuvo
que despedirse de todo el control medico y recibir una nueva pasantía en el
país con una identidad distinta.
Fernando pensaba regresar a casa a su propio país, a pesar de estar convertido en una mujer voluptuosa de Japón, pero realmente las autoridades no lo llevaban al aeropuerto, sino, a una nueva residencia de personas infectadas ultra secreto, donde nadie podría salir nunca más que comunicarse pero sin revelar nada de la verdad sobre el Virus Tg Chino.
-Kary-
Por lo menos no se suicido de 20 balasos por la espalda
ResponderBorrarEl gobierno casi le aplica el le sabe demasiado