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lunes, 27 de enero de 2025

𝐄𝐥 𝐜𝐮𝐞𝐫𝐩𝐨 𝐧𝐨 𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐬


 -¡Ayuda, suéltame ya, yo no soy quien tú crees! -


-¡Estúpida creíste que te me ibas a escapar! -


-¡No por favor, yo no soy está chica déjame en paz! -


-¡No te entiendo nada mamacita!, pero no importa, ahora sí estamos solitos tu y yo, no sabes cuánto la vamos a gozar, te haré mia y solo mía y no podrás escapar -


Luego de mucho decidirlo, había buscado un cambio en la clínica de intercambio, me anoté en la lista de espera y con sorpresa una chica bastante sexy estaba esperando un cambio con urgencia.


Se le veía bastante apresurada pero por mi rápidamente cambiaba con ella, entonces, nos metieron a la máquina y en un abrir y cerrar de ojos nuestros cuerpos fueron intercambiados.


Con pena, ella recibió mi cuerpo con una gran erección, pues de solo pensar que estaba a segundos de tener su cuerpo, mi cuerpo vibraba de emoción.


Mientras que yo miraba todo mi nuevo cuerpo, extasiado, no pude controlarme y comencé a manosear sus ricos senos, experimentando un intenso y agradable placer.



Ella parecía sentirse algo molesta, pero sin decir nada, tomo mis cosas y se fue, mientras que me dejaban disfrutar un poco el intercambio para adaptarme, experimentando intensamente lo que era tener un cuerpo femenino y vaya que chica me tocó ser.


Sin más, terminé para no verme como todo un cerdo y me encamine hacia mi nueva casa, cuando de repente, alguien se me acercó por detrás y con un trapo empapado de un líquido extraño me drogo, sugetandome hasta quedarme inconsistente.


Tenía miedo, pues dado a la fragilidad de mi nuevo cuerpo de chica no podía defenderme, entonces, suspiré a todos los santos, ahora me tocaría ser violada como a las chicas de las noticias, peor aún, este tipo me asesinaría, lloraba luego de pensar en las miles de veces que me burlaba de todas esas chicas pidiendo por su tonta justicia, ahora yo era una chica como ellas en verdadero peligro.


Fue entonces que desperté, sentía como mi cuerpo estaba desnudo, con una especie de lencería, mis manos y mis piernas ataban atadas con esposas, parecía tener unos tacones bien altos que apenas me dejaban caminar, intentaba gritar y tratar de liberarme, pero este me había puesto algo en la boca, sin fuerzas, no podía hacer nada más que llorar y clamar por mi vida.


-¡Hola hermosa, por fin despiertas! -


Un tipo grade y gordo aparecía, su apretada erección en la entrepierna lo decía todo, el comenzó a acercarse, brincaba y lloraba por la angustia, fue entonces que toda mi vida se fue al caño, estaba atrapado, este hombre con suerte me violarla, solo esperaba que no llegara a más que eso.


-Kary-

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