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Me encontraba como un vagabundo cualquiera tirado en el
frio y sucio suelo de la calle, el país estaba
de fiesta, pero yo pensaba renegadamente en que tenia de festivo un día
cualquiera en un país donde la corrupción podía más que la justicia y que un ser una con una vida
tan desgraciada como la mía podría celebrar, estaba bebiendo mi última reserva
de alcohol barato que me quedaba, mientras que una joven mujer salía de lo que parecía ser
una fiesta, estaba algo quebrada entre sus emociones llorando y sin mirar choco conmigo, gritándome y diciéndome cosas
como sucio, pervertido y asqueroso, cuando por fin todos gritaron ¡Viva México!,
fue entonces que una luz verde iluminó el cielo, estaba seguro de que algo nada
bueno pasaría a no ser por las alucinaciones de mi demencia o por el alcohol que me mantenía ebrio cada día,
la chica a mi lado cayó al suelo mientras
que su alma se quedó parada sobre su propio cuerpo fue entonces que me sentí
algo extraño, la esencia del alcohol ya no afectaba mis sentidos, me levante
extrañado notando que la chica me veía atareada pues mi alma también había salido
de mi cuerpo dejándolo recostado en el suelo, ella rápido intento regresar
a su cuerpo pero no podía, la miraba ahí tirada tan bonita e
inocente que quería cogérmela, la tome empujándola hacia un lado cayendo
accidentalmente en mi cuerpo, rápidamente note como ella se levantaba asustada
y confundida pues el alcohol aun presente en mi cuerpo la dejo con un fuerte
shock mental, balbuceando cosas mientras intentaba alcanzar su ex cuerpo con
movimientos torpes, entonces pensé en tomar su cuerpo para tener la vida que siempre
había querido con un futuro y viendo su cuerpo no estaría tan mal ser una linda
niña, eso le enseñaría a no toparse con vagabundos en la calle, tome su cuerpo con
mis manos introduciéndome instantáneamente en él, pronto, miraba todo más
claro, mi mente ya no estaba confusa ni alterada por el toxico de mis adicciones,
pronto sentí un cuerpo más joven y fresco, miraba hacia mi cuerpo exclamando
por ayuda, entones me levante con algo de dificultad aun por mi nuevo físico y
los tacones que llevaba, caminé hacia lo lejos buscando alguna dirección entre las cosas de la chica, por lo
que me dirigí rápidamente a unas
calles no muy lejos del lugar, encontrándome con un edificio, subí hasta llegar
a un departamento abriendo con suerte la puerta y cerrándola con llave, rápido
tome mis prendas despojándome de ellas para por fin apreciar mi nuevo cuerpo
desnudo, sin duda la chica tenía un buen cuerpo, un cuerpo de chica que comencé
a tocar y disfrutar corrompiendo su sexualidad, había pasado tantos años sin tocar
a una mujer aunque estas sensaciones eran aún mejor que ser el hombre,
afortunadamente esta niña era soltera y
sin compromisos, leyendo sus datos personales apenas tenía 21 años por lo que había
recuperado 50 años de juventud y prosperidad con esta bendición que solos los
dioses me pudieron regalar.
buena historia
ResponderBorrarQue afortunado, y buena historia
ResponderBorrar~G~
La historia está buena
ResponderBorrar