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miércoles, 28 de diciembre de 2022

𝑭𝒆𝒍𝒊𝒛 𝒅𝒊𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒊𝒏𝒐𝒄𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔


Cómo saben, cada año el día 28 de Diciembre se celebra el día de los santos inocentes, un día que en lugar de reflexión, se toma para hacer bromas pesadas a amigos, familiares y compañeros.


Mario llegaba a su oficina cómo cualquier día, preparaba su almuerzo sin pensar que sucedería después.


Mario era un machista, quien se burlaba de las mujeres y mĂĄs menospreciaba, as aquellas que tenĂ­an puestos mejores que el suyo.


Sus compañeros estaban fastidiados de su actitud tan misoginia, pues no toleraba sus comentarios ni opiniones que hipócrita solo hablaba con algunos a quiénes creía cercanos y de confianza.


Hace pocos días, Mario noto que la empresa había contratado a Sandra, una mujer de 35 años quien ostentaba todo menos ser una mujer decente y profesional.


Se vestĂ­a muy provocativa, sus modales eran obsenos y   nacos como el le llamaba, incluso, atreviedose a decir que esa era una tipa de las xxx y que solo estaba aquĂ­ por estarse metiendo entre las piernas a su jefe.


Lo que no sabía Mario, es que ella realmente era una prostituta que había sido contratada por su jefe y compañeros para tenderle una broma a Mario.


-¡Mario, mirĂĄ!, Te tengo un obsequio - Su jefe le decĂ­a luego de entregarle un anillo.


Mario sonrió y agradeció su gesto sin saber la realidad del curioso objetivo de su regalo, este, inmediatamente se lo colocó en uno de sus dedos para analizarlo y a los pocos segundos comenzó a brillar y provocarle un mareo extraño.


Al otro lado de la oficina, Sandra estaba preparada, tenĂ­a otro anillo igual al de Mario en su dedo a la espera de la reacciĂłn del sugeto.


Todos sus compañeros se reian y observaban tomado una cåmara para tener evidencias del suceso, teniendo a Sandra enfrente dentro de la sala de juntas dónde todos la miraban ansiosos.


-¿QuĂ©, que fue eso, que me pasĂł, en dĂłnde estoy? 


Mario reaccionaba sintiéndose extraño, miró dos bultos grandes de carne colgado de su pecho al igual que un par de mechones largos de cabello cayendo de su cabeza, al momento de intentar tomar sus montículos, este también observó que tenía unas uñas largas y pintadas.


De repente todo su cuerpo se balanceó extrañamente perdiendo el equilibrio, su cuerpo se sacudió y sus partes se agitaron con el movimiento a punto de casi caerse debido a el mal manejo de sus zapatillas.


-¡Jajajaja, jajajaja! - en el momento todos comenzaron a reĂ­rse.


-¿QuĂ©, quĂ© es esto, que me hicieron?, ¿Porque mi voz suena como la de una mujer, porque tengo senos? 


Mario no entendĂ­a lo que pasaba, se sentĂ­a muy diferente, sus senos se agitaban debajo de su mirada incrĂ©dulo de lo que sucedĂ­a, intentaba caminar pero era inĂștil con los pies y terminĂł cayendo en el suelo sintiendo un gran dolor debido a los golpes que habĂ­a recibido al momento de caer.


-¡Jajaja, jajaja!, ¡MirĂĄ quiĂ©n es la prostituta ahora jajaja! 


El jefe de Mario y sus demås compañeros se reían de él, quien no sabía cómo había terminado atrapado en el cuerpo de Sandra.


Råpidamente comenzó a llorar, trato de caminar hacia el baño dónde se refugió hasta que dos de sus compañeras fueron a sacarlo para que continuara con su castigó.


Mario miraba a cada momento sus tetas, sentĂ­a como su culo se movĂ­a de lado a lado al caminar, mientras que Sandra se pegaban a su lado cada que podĂ­a para recordarle lo miserable que ahora era con su cuerpo de prostituta.


-¡Ven Sandrita, tenemos un trabajo que hacer en mi oficina! - su jefe me Indicaba.


-¿En verdad me va a obligar a comportarme como una prostituta? 


-¡Tu creĂ­as que Sandra lo era!, Ahora deberĂĄs de ser una prostituta.


Mario se quedĂł callado, estaba pagandolo muy caro por ser el dĂ­a de los inocentes, se tuvo que poner de rodillas frente a su jefe y comenzar a darle placer ya que eso era lo que estipulaba el contrato de Sandra.


Al terminar el dĂ­a lleno de humillaciones y del miedo de haber perdido su miembro, su jefe le entregĂł el anillo con el que regresarĂ­a a su cuerpo y asĂ­ pasĂł.


Al siguiente día, Mario estaba avergonzado, miraba a sus compañeras mujeres y se limitó a pensar de nuevo mal de ellas.


-¡No puedo esperar al siguiente año! - Sandra sonreĂ­a mientras que caminaba de lado de Mario sacudiendo sus caderas.



Kevin trabajaba en un Oxxo, no estaba muy feliz con ello pero era lo que habĂ­a podido conseguir.


Ya habĂ­a pasado Navidad y a Fernanda, su jefa, se le habĂ­a ocurrido una dinĂĄmica para su equipo de trabajo.


-¡QuĂ© tal chicos!, CĂłmo saben, ya casi termina el año y quisiera hacer una dinĂĄmica como solidaridad a las mujeres clientas de nuestra tienda.


Kevin escuchaba a su jefa junto a sus compañeros quienes parecían serios.


-¡Desde mañana tendrĂĄn que venir a trabajar con el cuerpo de una mujercita!, Esto hasta que termine el año.


La mujer le decía a sus empleados quienes incrédulos o falsamente la escuchaban.


-¡No puede ser que la jefa nos obliguĂ© a venir como mujeres, apenas y somos cuatro empleados, dos son mujeres, ¿Porque tenemos que hacerlo?


Kevin me decía a sus dos compañeros, quienes eran del turno de la mañana y otros cinco de la noche la mayoría hombres también.


Al salir del trabajo, Kevin fue a la clínica de intercambio y råpidamente cambio de cuerpo con Gabriela, una chica también voluntaria del programa.


Kevin nunca habĂ­a tenido el cuerpo de una chica antes, se sentĂ­a incĂłmodo pero trato de soportarlo.


Al dĂ­a siguiente, Kevin se arreglĂł como si fuera una chica, se maquillo, algo que nunca habĂ­a pensado hacer, se arreglĂł con prendas femeninas y se dirigiĂł a su trabajo.


En el camino, al menos cinco hombres lo habĂ­an manoseando y otros cuatro le habĂ­an hablado pervertidamente, Kevin estaba fastidiado, y aĂșn faltaban cuatro dĂ­as para poder volver a tener su cuerpo de vuelta.


Cuando llegó a su trabajo, Kevin miró a todos sus compañeros reírse de él incluído su jefa quien habían planeado todo por el día de los inocentes.


Kevin habĂ­a sido vĂ­ctima de la mujer, quien lo habĂ­a hecho cambiar de cuerpo para convertirse en una linda cajerita durante cuatro dĂ­as.


-¿Cuando va a ser mami?


-¿Si haces transferencias preciosa? 


Kevin escuchaba como los clientes pasaban y se sentĂ­a impotente de no poder hacer nada, aĂșn era su primer dĂ­a como mujer y tenĂ­a que esperar a que terminara el plazo de su intercambio.


Miguelito era el hermano mejor de Carolina, al chico de 11 años me encantaba robarse sus dulces y también hacerle travesuras con su ropa y sus cosas, burlåndose de que eran cosas femeninas y muy tontas.


A Carolina le gustaba comprar chicles, pues eran sus dulces favoritos, pero Miguelito siempre se los terminaba robando.


Un dĂ­a, Diana, una de sus amigas, me recomendĂł un chicle de fantasĂ­a, uno que tenĂ­a un hechizo de Bimboficacion.


Luego de pensar en las consecuencias, Carolina habĂ­a decidido convertir a su hermanito en una mujer Bimbo sin importarle que pudiera pasarle.


Luego de Halloween y Navidad, Carolina estaba harta de que Miguelito le robara sus dulces, tomo el chicle especial y lo puso dentro de sus dulces el mismo dĂ­a de los inocentes.


-¿QuĂ© pasa porque no te has convertido en una mujerzuela? - Carolina observaba a su hermanito comer y comer con gusto pero nada le hacĂ­a efecto.


Ella ignorĂł el asunto por completo y continĂșo su dĂ­a creyendo que era mentira aquello del dulce, pero Miguelito no se abia robado todos sus dulces estĂĄ vez.


Carolina había regresado de entrenar cuando se acostó en su cama y olvidando aquel chicle, tomó uno de su bote y comenzó a mastircarlo hasta que comenzó a sentirse extraña por todo su cuerpo.


-¡MamĂĄ, ayudame mamĂĄ!, ¡NOOOOOOOOOOOOOOOO! 


Carolina gritaba nerviosa, tenĂ­a miedo, todo su cuerpo ardĂ­a, habĂ­a caĂ­do en su propia trampa, su cuerpo comenzĂł a volverse mĂĄs tosco, curvilĂ­neo, sus atributos crecieron absurdamente y su mente se volvĂ­a mĂĄs estĂșpida en segundos.


-¡Hay, que pendeja soy, Jajajaja! 


-¿QuĂ© tienes hija, quĂ© pasa? 


Su madre llegaba preocupada al escuchar sus gritos.


-¡MamĂĄ, ayĂșdame!, necesito ropa nueva, estĂĄs cosas ya no me quedan, osea, mira mis chichotas wey! 


La mujer solamente miraba impresionada como su hija se habĂ­a convertido en una mujerzuela exhuberante de la nada, estĂĄ amasaba sus tetas y las estrujaba con placer mientras que actuaba como una zorra de manera muy torpe.


-¡Hola perra! 


Carolina llegaba con Diana y la saludaba escuchĂĄndose muy tonta y fresa.


-¿Carolina pero que te pasĂł?


Diana preguntaba preocupada por el estado de su amiga, se veĂ­a tonta y muy vulgar, su cuerpo habĂ­a crecido, la muy tonta se habĂ­a convertido en una chica Bimbo por su propia broma del dĂ­a de los inocentes.



Raul era un chico antisocial, todos sus compañeros siempre se burlaban de él.


En su intento por caerle bien a todos, el chico de ya de por sí buenas calificaciones acepto el reto de Ivån, uno de sus compañeros Populares de la escuela.


Quien le ofreciĂł ser parte del grupo de chicos populares a cambio de que hiciera una sola cosa.


Raul no tan convencido, se dirigiĂł a la clĂ­nica de intercambio y pidiĂł que su cuerpo fuera transformado en el de una chica con caracterĂ­sticas muy peculiares.


Al salir de la clĂ­nica, RaĂșl no se sentĂ­a muy agusto con los cambios en su cuerpo, se dirigiĂł a una fiesta a la cual fue invitado y rĂĄpidamente comenzĂł a ser el centro de atenciĂłn de los chicos, en especial de IvĂĄn quien habĂ­a quedado fascinado con los cambios que se habĂ­a hecho RaĂșl.


Luego de unas copas y cervezas, RaĂșl o ahora Raquel, se sentĂ­a algo mareada y alterada, su nuevo cuerpo tenĂ­a ma hormona alta y todo era risa y diversiĂłn para su mente.


Su cuerpo se sentía caliente y cuando se dió cuenta ya estaba bajo el efecto del alcohol, divirtiéndose en los brazos de Ivån a quien solo le había aceptado ser mujer por un día a cambio de conservar su oportunidad en el grupo social de la escuela.


Pero cuanto mĂĄs avanzaba la noche, RaĂșl se abrĂ­a de piernas, encantado bajo los efectos de sus hormonas.


RaĂșl cayĂł rotundamente a los pies de IvĂĄn, quien ya lo tenĂ­a atado de manos, lo llevĂł a una habitaciĂłn, y poco a poco comenzaron a besarse y RaĂșl complacido se dejaba sonriente y feliz, sintiendo la gran calentura de ser una chica recorriendo su cuerpo.


-¡SonrĂ­e Raulito, que preciosa te vez jajajaja! 


Ivan solamente se reĂ­a del pobre chico quien se habĂ­a quedado fascinado y con las ganas luego de que IvĂĄn detuviera la relaciĂłn entre ambos.


-¡Feliz dĂ­a de los inocentes Raulita!, ¡Jajajaja jajajaja jajajaja! 


-¡Eres un idiota! 


Raul lloraba al ver a todos sus compañeros burlåndose de él, pues era el día de los inocentes y le habían jugado la peor broma de su vida.


A pesar de todo, RaĂșl sintiĂł que podrĂ­a sacarle mejor provecho a su ahora cuerpo de mujer y no dejarĂ­a que mĂĄs burlas afectarĂĄn mĂĄs su vida.


Pronto aquella inocente broma serĂ­a una sexy venganza.



¿Y a tĂ­, quĂ© castigo te gustarĂ­a mĂĄs el dĂ­a de los inocentes?


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