La vecina que se robo mi cuerpo

Frank era un científico que trabajaba en su sótano, este practicaba mucho sus experimentos aunque a veces no salieran como lo esperaba, últimamente había escuchado como sus vecinos peleaban, una pareja de jóvenes de no más de 25 años que ahora afrontaban una nueva vida juntos sin aprender a llevarse mejor, Luis golpeaba a Jimena quien sin poder defenderse solo le quedaba estar como ama de la casa, luego de los sueños destrizados como una familia feliz, Jimena limpiaba la casa mientras que Luis trabajaba cuando Frank llego de sorpresa anunciándose y pidiendo que trabajara con el en su laboratorio para ayudarla a despejar sus problemas, la mujer acepto la propuesta del hombre que no aparentaba más de 60 años y comenzó a trabajar con él en sus proyectos.

Mientras Frank trabajaba en una nueva máquina para el envejecimiento, Jimena activo  unos botones mientras que el dispositivo aún no estaba terminado, cuando Frank intento desconectar el aparato luego de este lanzar rayos por todos lados, ambos fueron golpeados por los rayos quedando en shock, cuando Frank despertó, se encontró con su cuerpo mirándolo de frente, este se inclinó hacia atrás mientras que se caía sobre la cama por el peso y gravedad de sus grandes senos, cuando Frank se sostuvo miro de nuevo hacia sí mismo notando que tenía un par de senos ocultos en el escote pronunciado de su pequeño vestido, luego miro hacia su otro yo y preguntó atónito con su nueva voz, -¿Jimena, eres tú? –se dirigía hacia su es cuerpo, -¡Sí Frank, o querré decir Jimena! –le respondía su otro yo sonriéndose sínicamente, -¿Por qué dices eso Jim?, debemos regresar a nuestros cuerpos esto no está bien –contestaba el hombre nervioso, -¡Tranquila Jim!, ¿acaso no es divertido?, mírate, eres una chica, una chica joven y sexy, con dos buenas razones para ser chica al menos por un día ¿no lo crees? –Jimena le pedía indiscretamente al hombre mientras que adulaba hacia sus tetas e intentaba acariciárselas, Frank se sintió algo excitado y se dejó llevar por la chica, -Tienes razón, creo que sería una muy buena experiencia que contar a mis amigos en la comunidad científica, quizás mi experimento en realidad sirva para eso, debemos mantenerla a salvo, si no como regresaremos a nuestros cuerpos –Frank le indicaba, cuando este se levantó y camino con algo de curiosidad al sentir como sus caderas se meneaban al compás, regreso la mirada hacia atrás encontrándose con sus grandes caderas, luego miro hacia los ojos del nuevo Frank sintiéndose algo incómodo de como este la miraba, regreso a lo suyo mientras que iba hacia el sótano escuchando como Luis preguntaba por su esposa, este traía un ramo de flores mientras tocaba la puerta de su casa algo molesto, -¡Señor Frank!, ¿Dónde está mi esposa, la necesito? –renegaba el hombre, Frank miro hacia las escaleras donde estaba Jimena saludándolo, -Creo que deberías ir con tu esposo por esta tarde y noche, quizás mañana podamos resolver lo de nuestro experimento, diviértase señorita –el nuevo Frank le guiñaba el ojo mientras bajaba las escaleras para abrirle la puerta a Luis y este se llevara a Jimena, cuando estos se fueron, Jimena se aseguró de que esa máquina no pudiera regresarla a su antigua y patética vida.