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lunes, 27 de abril de 2020

-Luna Tg PT3-


Lee, llegaba a su lujoso departamento con su bella asistente, Gabriela, una bella joven chica practicante que había sido el veloz interés del empresario chino, el hombre de 78 años sabía que si la perrita quería un lugar en la empresa luego de sus prácticas debía de hacer lo que él quería, Gabriela lo había rechazado un par de varias ocasiones, pero tenía verdaderamente miedo de que eso pudiera afectar su carrera, ella estaba considerante realmente  trabajar para el señor Ramírez un inversionista joven que había llegado a la empresa el mes pasado y que estaba interesado en ella como su gerente ejecutiva, el hombre era educado y amable, además tenía familia de respeto, por lo que la recomendación de el señor Lee valía mucho para el señor Ramírez, Lee estaba lejos de su país natal donde había dejado a su familia, aquí se sentía libre de hacer lo que quería con las mujeres que quisiera sin problema, luego de llegar a su departamento, Gabriela se sentía  de verdad arruinada, tenía que venderle su sexualidad a un cochino chino pervertido, la chica se dejó llevar sin quedarle de otra, acepto el trago de vino del hombre y luego comenzó a desvestirse para él, el viejo estaba bastante excitado, tomo su cámara de celular y la colocó en una buena posición para grabar, la chica inmediatamente se tapó no quería que el viejo la grabara desnuda ni mucho menos teniendo relaciones con él, que diría el señor Ramírez si se enteraba que ella uso su cuerpo para obtener un puesto en su prestigiosa empresa, aún así el chino la embauco, -¡No te estoy preguntando mocosa!, yo digo que lo hagas y lo haces, ¿me escuchaste? –le contestaba fuertemente el tipo, luego ella se dejó mirar, el hombre se excitaba mirando su hermoso cuerpo desnudo, sus perfectos pechos copa B desnudos y su curvilínea figura latina exquisita y mexicana, la chica quería llorar pero no le quedaba de otra, el hombre se acercó desnudo a ella y comenzó a besarla, se sentía tan asqueada y avergonzada, quería salir corriendo y bañarse del asco que sentía, el hombre subió sus manos sujetando sus redondos senos, la chica se sintió tan agobiada que empujo al viejo y se fue corriendo hasta el baño, Gabriela comenzó a llorar, no podía con esto, ella no era así y no pretendía llegar más lejos por su cuerpo, sentía el horror que vivían miles de mujeres profesionalmente siendo acosadas por sus jefes por un puesto laboral, Lee se acercó a la puerta, -¡Oye niña!, no piensas salir de ahí, quiero coger, sal, ¡sal de una vez maldita!, recuerda que de ti depende ese puesto que tanto deseas –el hombre sujetó su miembro viril mientras se masturbaba excitándose con lo poco que había grabado de la chica, camino hasta la cama en dirección hacia la alberca, pronto, el hombre distrajo su atención hacia la vista, el cielo estaba completamente adornado por la capa rosada en toda su extensión, el hombre salió impresionado, sabía que algo no estaba bien, según sus leyendas de su antigua china, esto era más que un mal presagio, el chino ignoró sus advertencias siendo vencido ante la impactante atención de la rosada luna, pronto, la chica salió del baño, lista para lo que fuera, ya estaba más calmada, si no lo hacía perdería más que su orgullo, luego, la chica miro por fuera a otra chica por la alberca, estaba desnuda y si pensó que eso ya estaba siendo más raro de lo que se veía, la chica no encontraba a su jefe por ninguna parte, -¡Señor Lee! –gritaba la chica mientras se acercaba extrañada ante la otra, Gabriela miro al cielo, notaba la enorme y sorprendente luna, de repente su cuerpo se estremeció, parecía que se volvía más sensible, se sentía bastante caliente y sus pechos parecían crecer aún más hasta hincharse, pasando de una copa  B a una copa D, sus caderas también se ensancharon aún más dejando un culo redondo y abultado, su cabello paso de negro a pelirrojo de un solo vistazo, pero más allá de eso, parecía que sus senos exprimían leche de sus pezones, la chica estaba aterrada mientras que gemía sin parar ante la excitación que experimentaba en sus senos, la nueva chica reacciono poco después, pronto comenzaba a verse extraña a sí misma, la chica de rasgos orientales empezó a amasar sus senos, un par de senos copa B que habían crecido sin razón alguna en su pecho, su piel era totalmente blanca y renovada desapareciendo totalmente las arrugas que tenía en todo su cuerpo, su cabello se había retocado a un fuerte color negro y había crecido tan largo como se podía, su figura estaba totalmente renovada y femenina, la nueva chica jadeo conmocionada, corrió rápidamente hasta dentro del cuarto persiguiendo a la otra extrañada, -¡Oye tú, niña!, algo nos pasó, mírame, soy una mujer, y tú te vez más mujer de lo que eras antes –gritaba la bella chica oriental a Gabriela quien no podía mantenerse en pie sosteniendo sus pesadas tetas mágicamente llenas de leche, la chica jadeaba ante la presión de su sensualidad, el señor Lee la miraba, - ¿Y quién eres tú? –decía la chica confundida, - ¡Soy tu jefe idiota!, esa cosa nos transformó a ambos, bueno a mí me hizo mujer mientras que tú te volviste aún más fértil–el hombre chillaba mientras que exploraba ambos cuerpos, se sentía atraído por sí misma y también sentía unas gigantescas ganas de chuparle la leche a las tetas de Gabriela, la chica sintió que sus senos crecían más y no podían parar, se tiró en la cama vencida por el peso y sus senos rebotaron derramando leche por todos lados, la nueva Lee se acercó a ella, se montó encima de la otra chica tomando sus grandes senos metiéndoselos cada uno en la boca, Gabriela sentía con vergüenza como la chica succionaba leche de sus grandes tetas, pronto sus enormes senos se sintieron aliviados, también redujeron su tamaño y tomaron una copa de tamaño C, el hombre se sentía  excitado, su cuerpo no dejaba de sentirse tan caliente, no sabía que hacer ahora  que era una chica, al menos ahora era joven y llena de energía, pero no le agradaba la idea de ser niña en absoluto, perdería el respeto y credibilidad de sus empleados, él sabía que ese inhóspito paisaje no le traería más que problemas y así fue, ahora recordaba el antiguo proverbio chino de sus generaciones pasadas, -“Cada tres mil años una Súper Luna color Rosa traería fertilidad y caos para los hombres”, luego de recordarlo, comenzó a darse de topes, si tan solo lo hubiese recordado antes no estaría en este problema, la chica jadeaba mientras que Gabriela notaba como las tetas de su jefe comenzaba a crecer, -¡Maldición, esto no está sucediendo! –gritaba la bella chica china en desesperación, sus nuevos senos ahora se estaban agrandando, se estaban llenando de leche como las de Gabriela, -¡Maldita sea has algo, rápido! –la china exigía, pronto Gabriela tomo una postura más vengativa, -¡Umm, así que ahora eres una perrita como yo! –exclamaba Gabriela, -¿De que estas hablando estúpida?, no creerás que yo podría vencerme tan fácil como una perra necesitada como tú –se burlaba la chica mientras miraba como Gabriela se acercaba energéticamente hacia ella, sus senos estaban agrandando y sus pezones totalmente irritados parecían liberar leche a presión y sin parar, Lee intentó correr pero sus senos eran tan pesados  que no podía moverse sin caer hasta el suelo, pronto intento levantarse mientras que sus grandes y pesados senos la empujaban hasta la cama, Lee se quedó de espaldas mientras que sus grandes tetas se apretaban contra la cama exprimiendo la leche que haba en ellos, luego Gabriela abrió sus piernas por detrás aprovechando su fragilidad y comenzó a masturbar la vagina de Lee quien estaba tan excitada como ella, -¡Por favor detente, no me puedes hacer esto, no! –imploraba la  chica indefensa, Gabriela sonrió y comenzó a frotar sus senos contra los de Lee al momento de  girarla frente a ella, Lee comenzó a gemir sin contenerse mientras que su vagina se mojaba sin control y sus tetas se exprimían y se llenaban de leche sin parar, -¡No me hagas esto te daré lo que quieras pero todo menos esto! –Lee chillaba pero Gabriela no parecía tener intenciones de parar, tomo los senos gigantescos de Lee  y comenzó a chuparlos plácidamente mientras que Lee jadeaba ante el máximo placer que sentía al experimentar el ordenamiento de sus senos, Gabriela termino de probar las calientes delicias de Lee y la sujetó con fuerza mirándola a los ojos, se dio cuenta de que la cámara de su celular seguía grabando cuando se le había ocurrido una excelente  idea, -¡Mira estúpida, esto es lo que haremos!, si no quieres que publique nuestro intimo video de cómo te convertiste en una puta y fuiste ordeñada como una me deberás de dar el puesto que yo quiero con el señor Ramírez y a cambio te ayudare a que todos crean que te convertiste en una bella chica empresaria de la noche a la mañana, para que así puedas seguir al mando de tu empresa, o de lo contrario expondré nuestro video y tendrás que rebajarte a ser la nueva asistente sexual de algún otro empresario ansioso por tenerte entre sus piernas –Lee no podía luchar contra Gabriela, sabía que todo estaba en juego, hasta su reputación en las grandes cadenas de comercio, -¡Esta bien maldita, tu ganas, pero a cambio quiero que me hagas tu perra personal, de cualquier manera mi esposa ya no me querrá y mis hijos me perderán total respeto desde ahora -Gabriela refunfuñaba escuchando la indecorosa propuesta de Lee, pero le agrado aún más la idea de convertirla  en su ahora perrita personal, ambas miraron como los senos de ambas retornaban llenándose de leche y rápido pusieron sus manos y sus bocas en acción.



Carlos regresaba al cuarto con su esposa, había salido a comprarse unas chelas cuando se había sentido bastante extraño al regresar, cuando entro, Fernanda su esposa, salto de un susto al mirar como una hermosa jovencita entraba en el cuarto,  -¡Pero quien chingados eres tú! –gritaba la mujer, la chica atónita no sabía ni que decir, Carlos miraba como su esposa le gritaba extramente mientras que experimentaba todos los repentinos cambios en su cuerpo, -¡Maldita sea, pero que me paso! –gritaba escuchando su dulce e infantil voz, Carlos miraba todo más grande su ropa apenas le entraba colgándose como vil trapos, -¡Mujer, soy yo, Carlos, tu esposo, no sé qué fue lo que paso! –gritaba la niña que parecía de 7 años mientras que la mujer intentaba reconocer a la niña, -¿Carlos, eres tú? –preguntaba la mujer angustiada, -¡Con una chingada que si mujer soy yo! –Carlos respondía sintiéndose avergonzado por esa nueva voz, pronto Nico su hijo de 17 años entro apresurado, -¿Qué pasa, qué pasa, porque una niña está en la casa, porque tiene la ropa de papa? –preguntaba Nico sorprendido, -¡Hijo, no podrás creerlo, pero soy yo!, Carlos tu padre, no entiendo porque ahora tengo la apariencia de una niña –Carlos decía totalmente ridiculizado mientras miraba como su hijo se reía, -¡Basta ya! –gritaba la niña chillonamente hacia el adolescente, -¡Jajaja jaja, lo siento es que no puedo creerlo, eres una niña no mi padre! –Nico se reía mientras que Carlos comenzaba a sentirse extraño y se ponía a llorar sorprendido del drástico cambio de humor que experimentaba, - ¡Maldita sea, no puedo parar!, me siento tan triste de repente –Carlos lloriqueaba mientras que Fernanda intentaba entender lo que pasaba, luego sujetó a la niña entre sus brazos, - ¡Ya, ya tranquila princesa tranquila! –Fernanda le decía a la niña, estaba conmocionada de lo que a su esposo le pasaba pero se sentía de repente tan feliz de tener a una niña pequeña entre sus brazos, ella siempre quiso tener una niña pero después de haber tenido a Nico ella ya no pudo embarazarse, -¡Basta no me digas princesa, no soy una niña, ha odio tanto esto! –gritaba la nueva niña desesperada  por la nueva forma que había adoptado de repente, Nico regreso a su cuarto, mientras que la pareja hablaba de lo que pasaría ahora, -¡No lo sé!, en tu trabajo no creo que nos crean que te transformaste de repente en una niña, no sé cómo vamos a vivir, apenas nos alcanza, en mi trabajo no me pagan mucho –cuestionaba Fernanda ante la situación –Además como deberíamos de llamarte, ahora eres una niña, no podemos llamarte solo Carlos -¡Basta ya mujer, no soy una niña, no me hare llamar como una niña! –gritoneaba la niña berrinchuda, pronto, Carlos comenzó a sentir mucho sueño, la edad que tenía no le dejaba poder seguir despierto, -Calma ya mi niña, calma, te llamaremos Carla, siempre quise una niña tan bonita como tú –le decía la mujer a la niña mientras la recostaba en la cama y la acurrucaba el resto de la noche.




2 comentarios:

  1. Ja ja me pareció muy gracio que Carlos se convirtiera en una niña pero me gusto mas la de Lee se convirtió en la perra de su empleada ja 😀😀

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  2. Puedes escribir una historia parecida a visitando mis suegros pls

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