"El deseo de la vecina!

 

¡Felicidades Carlos!

Cuando Carlos pasaba mirando a su vecina Jessica un día de regreso a su casa, Jessica no pudo evitar percibir el deseo que Carlos sentía por ella desde hace algún tiempo, como ella sabía que el cumpleaños de Carlos seria dentro de poco, decido llamarlo con una sonrisa pícara para que él se acercara, Carlos se sintió extrañado, pero pensó en que algo bueno saldría de todo eso, así que siguió a su vecina hasta la parte de atrás de su casa y ambos comenzaron a platicar.

Para Carlos fue muy sorpresiva la manera en la que Jessica había tratado el tema, pues ella sabía cuánto quería Carlos ser una mujer y sobre todo experimentar el embarazo que ella tenía, por lo que le propuso un trato en el que ambos intercambiarán sus cuerpos hasta que su hijo cumpliera un año de nacido, para esto faltaban algunas semanas antes de que Jessica pariera y aún tenía a su hijo dentro de su vientre, a Carlos le pareció una idea bastante excitante aunque aún no entendía cómo es que Jessica sabia de su deseo y tampoco como es que ella sabía cambiar de cuerpos, creyendo que todo era una simple broma de su parte, simplemente acepto y a la noche se fue a dormir, al despertar, Carlos comenzó a sentirse bastante terrible, su barriga estaba muy pesada y sentía un movimiento extraño en su pecho, poco tardo en darse cuenta de que tenía a un hombre a lado que la estaba abrazando y rápidamente supo que él era su vecino quien dormía con Jessica y obviamente ahora era ella en su cuerpo.

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Carlos no podía creer lo que estaba pasando, se levantó con mucho esfuerzo olvidando que estaba embarazada,, por lo que sufrió un par de pataditas del bebe por causar el alboroto lo que lo dejo conmocionado y aterrado al sentir que tenía a un bebe dentro de su cuerpo, pronto las hormonas del cuerpo de Jessica comenzaron a abrumar su mente, de repente se sintió feliz y con mucha ansiedad, quería que ya naciera su bebe para tenerlo en brazos y darle cariño, de pronto entro en sí y recordó que ahora era una mujer.

Carlos camino lentamente al baño tratando de no lastimar de nuevo a él y al bebe y entonces sintió muchas ganas de orinar, con mucho cuidado se sentó en la taza abriendo sus piernas y exponiendo su vagina para dejar salir el orín, lo cual era algo curioso y difícil de creer ya que ahora tenía una vagina y orinaba de ella, Carlos se limpió y luego se paró frente al espejo mirando su cuerpo, sintiendo esas pesadas tetas y su pesada barriga a punto de romperse la fuente, su espalda le mataba y eso que apenas tenía 5 minutos en el cuerpo de Jessica, Carlos trato de respetar a la chica pero el morbo le podía más, se desnudó completamente mirando su cuerpo de embarazada, tenía unas deliciosas tetas que al pellizcar sacaban leche y eso le excitaba, las probó chupándolas sintiendo ese extraño saber a leche materna en su boca lo cual le hizo estremecerse, luego acaricio su barriga sintiendo que tenía vida por dentro, parecía algo fascinante y aterrador a la vez, después de su exploración en el baño, su nuevo esposo la atendió con mucho cariño y amor, parecía que no sabía nada y recibía toda la atención que tenía Jessica por estar embarazada, tal y como él había jurado que sentía celos al mirarla recibir tanta atención como nadie, eso era porque estaba embarazada y necesitaba amor y cuidados del hombre del que estaba enamorada, pero también, porque tendría un hijo, el tiempo fue pasando lentamente para Carlos mientras miraba como Jessica se divertía y disfrutaba de la tranquilidad con su cuerpo, sin esas molestia de estar embarazada, Carlos sufría mucho en las últimas semanas tanto que ni su cumpleaños había tenido la dicha de gozar, todo para que al cabo de unos días, la fuente de Jessica se rompiera y él bebe tenía que nacer, haciendo un tremendo labor departo que dejo a Carlos bastante traumado pero también feliz de ya tener a su bebe en brazos, ya que Carlos ya no pensaba tanto como el si no como Jessica, ahora amaba a su hijo, mirándolo feliz y deseando ser una buena madre para él, ya que Jessica realmente ya no planeaba regresarle su cuerpo, si no dejarle a él las responsabilidades de ser una madre.