¡Soy la maestra de mi hijo!

 

-Pero, ¿Qué paso, que hago aquí? –decía Carlos despertando confundido –¡No puede ser!, qué son estas cosas colgando de mi pecho, porque mi voz esta tan aguda, porque me siento tan pesado, apenas puedo moverme, porque tengo el pelo tan largo, que hago en este lugar –

Carlos se levantó conmocionado ante mirar toda la escena de su cuerpo diferente y desnudo sobre la cama, cuando se levantó admirando su nuevo cuerpo regordete pero joven, toco sus tetas ahuecándolas notando lo suaves y flácidas que eran además de ser grandes y carnosamente jugosas, aunque comenzaban a pesarle y se movían a todos lados cuando caminaba, pero entonces miro  hacia su entrepierna y con ganas de hacer pis se fue al baño, Carlos miraba como se encontraba en una habitación muy elegante, con una decoración más femenina de lo particular, descargo sus necesidades tan rápido como pudo y entendió, pero después de limpiarse de haber derramado la sustancia por sus piernas torpemente al o saber orinar con una vagina, se llevó la extraña y desagradable sorpresa de mirar que estaba en el cuerpo de Karla, la profesora de Kínder de su pequeño hijo de 6 años, Carlos comenzó a hacerse muchas preguntas al respecto, pues antes del cambio él estaba de camino a casa cuando se encontró en el cuerpo de la mujer completamente desnuda sobre la cama y con u extraño y viscoso fluido en su entrepierna embarrado entre sus dedos, para su mala suerte, la mujer se estrelló en su cuerpo luego de aparecer manejando en la autopista sin razón alguna y murió rápidamente, pero Carlos entendería poco después, que Karla estaba enamorada del padre de uno de sus alumnos y estaba satisfaciendo sus necesidades sexuales sobre de el mismo cuando el FOSE sacudió a todo el mundo y eso había ocasionado el intercambio entre ambos, ahora, Carlos tendrá que aprender a vivir como una mujer con sobrepeso, la cual vive completamente soltera y con el pobre sueldo de una maestra de Kínder.