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miércoles, 13 de julio de 2022

¡đ‘·đ’đ’“ 𝒄𝒖𝒍𝒑𝒂 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝒋𝒖𝒆𝒈𝒐 đ‘»đ‘ź!

 

Hola mis amores, estĂĄ es mi primera historia oficial ahora que soy la nueva Karina de este blog, espero que les guste ya que no soy muy experta en esto, pero trato de hacer un buen trabajo, espero sus comentarios. 

 Gracias bebitos fiu fiu 🙊😈


¡Por culpa de un juego TG!


Todo había empezado en una tarde tranquila, había regresado del trabajo y estaba cansado, quería ponerme a jugar videojuegos pero antes de eso me sentí con ganas de pedir una pizza y meterme a ver mis paginas TG favoritas, fue entonces cuando me encontré con el blog de Jessica, un blog que solía leer a menudo, al entrar mire la noticia de una nueva dinåmica, curioso porque Karina justamente había publicado una recientemente y al participar esta ni siquiera me dio el cuerpo que deseaba como ella decía que lo daría.

AsĂ­ que decidĂ­ leer lo que Jessica decĂ­a, sin esperar que pudiera ser real como en otros juegos del TG, entonces, la dinĂĄmica consistĂ­a en tu lĂ­mite de baterĂ­a, con respecto a Ă©l, obtendrĂ­as tu nuevo cuerpo, habĂ­a cuerpos desde exuberantes, comenzando con el de una quizĂĄs rusa lo suficientemente tetona para sumergir mi rostro en ellas, pero me dio mucho miedo pensar en tener un cuerpo con dos tetas asĂ­ de grandes, ese al menos era el primer cuerpo que ostentaba un 80%.

Luego proseguĂ­ con el siguiente cuerpo, era el de una mujer negra, lo cual al principio no me desagrado tanto, pero al verla a primera instancia, me dio mucho asco terminar en un cuerpo como ese, este ostentaba un 60%, mientras que el siguiente cuerpo, radicaba en una mujer trans, aunque sus tetas em dejaron babeando, el ver su cosa entre las piernas me dejo pensando en querer desearlo, ¿Yo para que querĂ­a otra verga?, este ostentaba un 40%.

Entonces proseguĂ­ mirando el siguiente cuerpo, el cual me dio muchĂ­simo miedo, ¡De ninguna manera!, gritĂ©, mirando a la asiĂĄtica que mĂĄs que policĂ­a parecĂ­a una prostituta curiosamente embarazada como clic bait de un odioso juego, ¡Ni loco!, miraba que este ostentaba un 20%, entonces el penĂșltimo cuerpo, ostentando un 10%, parecĂ­a un cuerpo mĂĄs normal, pero al mirarla a detalle se notaba algo vieja o de un cuerpo no muy agradable, asĂ­ que no pensaba mucho en eso, por lo que continuĂ© hasta llegar al Ășltimo y quizĂĄs mejor de todos los cuerpos, aunque con la triste realidad de que no durarĂ­a mĂĄs que un par de horas para regresar a tu cuerpo, pues era el cuerpo limite, con un terrible 5%, quizĂĄs un cuerpo del pilĂłn.

Miraba analizando los cuerpos, ¿QuĂ© me tocarĂ­a?, entonces, mire hacia mi celular, notando que habĂ­a olvidado que al llegar a casa lo habĂ­a dejado conectado para que se cargara, entonces, al tomarlo, el icono de la baterĂ­a apareciĂł instantĂĄneamente, mostrĂĄndome que la baterĂ­a ya ostentaba un 100%.

¿QUEEEEE?

Grite con algo de pĂĄnico, al pensar con el corazĂłn acelerado que habĂ­a olvidado que estaba jugando un juego peligroso, ahora miraba de nuevo a la computadora y efectivamente el primer cuerpo del que ostentaba mĂĄs del 80%.

¡UFFF, que suerte!

Jadee luego de ver que no era un mal cuerpo, pero me habĂ­a aterrado al saber que esas gigantescas tetas me tocarĂ­an si esto fuera real claro, ¡Jajaja!, ¿Por quĂ© no era real, o sĂ­?

Entonces se supone que ese serĂ­a mi cuerpo, ¿No?, pensaba, mientras que imaginaba que algo absurdo ocurrirĂ­a como en esas historias de fantasĂ­a, ¿QuĂ© seguirĂĄ ahora?, ¿Me dolerĂĄ el pecho o cambiare de cuerpo?

QuizĂĄs no debĂ­ de haber hecho esas insinuaciones, ni alardear sobre pensar que era solo una fantasĂ­a de un juego, pero repentinamente, el cuerpo comenzĂł a demolerme, como una aguda sensaciĂłn que recorrĂ­a todo mi cuerpo, yo era un poco delgado, aunque no tanto como para pensar que estaba hasta los huesos, estos pronto comenzaron a crujirme, empezaba a jadear de dolor, mientras que las distintas partes de mi cuerpo se transformaban.

¡NOOOOOOO!

Gritaba asustado al saber que me estaba convirtiendo realmente en el cuerpo que me habĂ­a elegido en este desafortunado o afortunado juego, mi pecho comenzĂł a crecer, presionado fuertemente contra mi playera la cual parecĂ­a que se estaba rompiendo, sentĂ­a como los pezones de estos se sentĂ­an realmente sensibles, mi cuerpo se sentĂ­a demasiado caliente, cuando entonces sentĂ­ un horrible cosquilleo en mi entrepierna y pronto una grande erecciĂłn creciĂł presionado contra mis calzones hasta que comenzĂł a reducirse para volverse lo que horriblemente imaginaba era una vagina femenina.


Mi voz comenzaba a sonar cada vez mĂĄs femenina y un poco madura, el cabello comenzaba a crecerme al igual que mi culo, por lo que mis curvas parecĂ­an pronunciarse hacia dentro transformĂĄndose en unas prominentes curvas.

¡Ahhhh, mi cuerpo!

Jadeaba mirando todos esos cambios presentables en mi cuerpo, estaba temblando, no quería esto, al menos no ahora, pensé que solo era un maldito juego.


Tocaba mis tetas desnudas notando como se hundían en mis enormes senos, eran suaves y bastante sensibles, pero pronto comenzó a dolerme la maldita espalda, mi vagina se sentía caliente y ese sentimiento realmente comenzaba a incomodarme, pues no solo era el calor que sentía recorriendo mi cuerpo, sino también el sentir como ese órgano desconocido para mi anterior masculinidad se humedecía todo el tiempo sin parecer detenerse.

Me quite la ropa que aĂșn me quedaba, mirando como todos mis ahora atributos colgaban y se agitaban por todas las partes de mi cuerpo, ¡Carajo, soy esa mujer!, chillaba al verme en el espejo, no sabĂ­a cĂłmo podrĂ­an tomar esto mis padres, temblaba de solo imaginarlo.

¿QuĂ© debĂ­a de hacer ahora?, ¿CĂłmo podrĂ­a conseguir una nueva identidad para esto?, ¿Me quedarĂ© asĂ­ para siempre?, ¿RecuperarĂ© mi cuerpo?


Todas esas preguntas invadĂ­an mi mente, estaba en shock mirando ese cuerpo tan irreal desnudo frente a mĂ­, necesitaba hacer algo, de ninguna manera podĂ­a quedarme asĂ­, no sabĂ­a que pasarĂ­a con mi vida si esto no tenĂ­a soluciĂłn, ¡No querĂ­a esto, no querĂ­a estas gigantescas tetas!, asĂ­ que decidĂ­ ir a la raĂ­z y hablar directamente con Jessica para que me regresara a la normalidad.





¡NO PUEDE SER!

¡NO PUEDE SER!

¡NO PUEDE SER!

¡NO PUEDE SER!

¡LA ESTUPIDA DE JESSICA ME BLOQUEO!

Estaba temblando, al parecer ni siquiera esa persona sabĂ­a que esto pudiera ser real, entonces que significaba, ¿Me quedarĂ­a atrapado en este cuerpo para siempre?

No quería alarmarme, empecé a respirar hondo, quizås esto solo era un sueño o una obra de mi imaginación, quizås el pensarlo me absorbió demasiado y mi mente se estaba confundiendo de una realidad a otra, así que mejor decidí irme a la cama y dormir, mañana tenía trabajo y estaba ya muy cansado, por lo que me entristecí de ya no jugar mis videojuegos, con trabajos caminé hacía mi cama, estås tetas rebotaban demasiado, me sentía bien raro caminar con este cuerpo desnudo, me tumbe a la cama y acto seguido trate de mantener la calma hasta quedarme dormido.

Durante la noche, sentĂ­a como todo mi cuerpo daba vueltas sobre la cama, mis nuevos atributos estorbaban mis acostumbrados movimientos en la cama, por lo que dormir boca abajo como me gustaba ya no era una opciĂłn, pues me molestaban los senos contra el colchĂłn, pasaron las horas y por fin habĂ­a amanecido, aunque me sentĂ­a muy cansado por todo el ajetreo de anoche, pero entonces lo peor sucediĂł.

¡MIERDA!, ¡MIERDA!, ¡MIERDA!

AĂșn seguĂ­a con ese cuerpo, aĂșn tenĂ­a esas gigantescas tetas colgando de mi pecho, ya era un nuevo dĂ­a, no podĂ­a estar soñando, de ninguna manera esto parecĂ­a ser un tonto sueño, oprimĂ­ mis semejantes con fuerza, me doliĂł un poco pues lo habĂ­a hecho con rabia, mirando como mis manos dejaron marcas muy rojas en la suave y blanca piel de mis ahora senos.

Me levante frustrado sintiendo unas enormes ganas de hacer pis, mi estomago grillaba de hambre y no tenĂ­a ni comida en el refrigerador, estaba acostumbrado a comprar comida en la calle, me sentĂ­a horrible, al parecer tenĂ­a cĂłlicos de vieja, no sabĂ­a cĂłmo soportar esto.

Caminé hacia el baño, carajo ya no tenía mi pene, me tuve que sentar tal cual mujercita, entonces tampoco sabía cómo impulsar ese musculo vaginal para orinar, con trabajos metí mis dedos sintiendo cosquillas hasta que por fin el pipi salió, me sentí tan caliente y humillado por eso, ademås todo se me corrió por detrås y fue algo asqueroso secarme aquella zona que ahora tenía entre las piernas.

Moverme a todos lados también era un fastidio, miraba mi rostro en el espejo, no estaba fea, ni tan vieja, pero realmente no era mi gusto saber que este era mi aspecto, las tetas me pujaban hacia el frente y me dolía mucho la espalda, quería vestirme para intentar salir a la calle a buscar comida, pues ahora ni al trabajo podía ir con este aspecto.

Fue entonces que una llamada sonó en mi teléfono, habían pasado horas desde la mañana y no me había presentado al trabajo.

- ¿Por quĂ© no se presentĂł al trabajo hoy? –

- ¡Bueno, discĂșlpeme jefe, es que…! –

- ¿Jefe?, ¿Pero quiĂ©n es usted?, ¡PerdĂłn nĂșmero equivocado! –

HabĂ­a olvidado que mi voz actual no era la de un hombre, sino la de una dulce mujer, mi voz sonaba suave y femenina, entonces volvĂ­ a llamar esperando a que creyera mi mentira.

- ¡Bueno! –

- ¡Jefe…!, ¿Es usted el jefe de mi hijo verdad? –

- ¡SĂ­, asĂ­ es!, ¿Entonces usted es su madre? –

- ¡SĂ­… soy su madre! –respondĂ­ con algo de pena –¡Lo que pasa es que ni hijo se puso muy mal anoche, lo tuvimos que traer hasta nuestro pueblo para cuidarlo, espero que no se moleste –

- ¿En verdad?, ¡Esta bien señora!, tiene toda la razĂłn, una disculpa, no debĂ­ ser tan insensible, ¡DĂ­gale a su hijo que puede tomarse unos dĂ­as si asĂ­ lo necesita! –

- ¡Muchas gracias, que amable! –

No podĂ­a creer que mi plan saliera a la perfecciĂłn, aunque habĂ­a sido raro fingir ser mi propia madre, pero al menos tenĂ­a algo de tiempo para poder volver a la normalidad, aunque regresando a ver mis enormes tetas, pensaba que esto era mĂĄs una realidad que no terminarĂ­a.

Me sentĂ­a horrible, no sabĂ­a que hacer, estaba acorralado, intente ponerme algo de ropa, pero nada me quedaba, todas mis playeras ahora me quedaban cortas, apenas y podĂ­an cubrir mis tetas hasta un poco del ombligo, dejando mi cintura bastante descubierta, pero sobre todo haciendo relucir mis senos aĂșn mĂĄs enormes sobre la tela.

Luego me puse un pantalón, que ahora me quedaba apretado del culo, después terminé de ponerme los tenis, al menos estos si me quedaron, no calzaba tan grande, suspiré mientras me sentía todo raro vistiendo ropa de hombre con un cuerpo femenino y muy exuberante.

Entonces decidĂ­ salir a comprarme algo de ropa, por lo que me vio a la mente un segundo dilema, pue si no tenĂ­a dinero, estaba corto ya que pronto serĂ­a el pago de la renta, entonces como demonios me comprarĂ­a ropa, no me quedo de otra mĂĄs que hacerle una mentira mĂĄs a mi jefe.

- ¡Bueno! –

- ¡Señor, una disculpa!, mire, es que mi hijo necesita unas medicinas con urgencia y no tenemos nada de dinero dice mi hijo si es posible pueda ayudarnos a comprarlas, necesita algo de dinero, ¿PodrĂ­a enviarlo a su cuenta? –

No sabía cómo demoños iba a creer eso, como se supone que me enviaría dinero así de la nada, pero al parecer mi voz tenía algo que para el sonaba seductora y en lugar de responderme agresivo como lo haría con cualquier persona simplemente cedió y råpido aceptó enviarme algo de dinero para ayudarme.

- ¡Muchas gracias señor, mi hijo se lo pagara con muchas horas extras! –

- ¡No hay problema señora!, dele mis saludos, es un gusto ayudarle a una bella dama como usted –

ColgĂł luego de eso y me sentĂ­ totalmente confundido, ¿Realmente los hombres harĂ­an lo que fuera por una mujer?, la idea me dio escalofriĂł, pero bueno, al menos ahora tenĂ­a dinero, no sabĂ­a cuĂĄnto me habĂ­a enviado asĂ­ que revisĂ© luego de que llegara la notificaciĂłn a mi telĂ©fono.

Fue entonces que al ver me quede en shock, pero mĂĄs aun por pensar en lo que debĂ­a de pagarle una vez que regresara a la normalidad.

“10 mil pesos mx”

¡NO PUEDE SER, ES DEMASIADO DINERO!, ¿AHORA COMO SE LO VOY A PAGAR…?

A menos que nunca recuperaré mi cuerpo y jamås se lo devolveré xD, pensaba algo tonto mientras trataba de asimilar todo el dinero que me había de cierta manera, donado, proseguí con mis planes cuando de repente el vecino de abajo salió totalmente sorprendido.

- ¡Wow, discĂșlpame no te vi! –me decĂ­a al verme, luego de casi chocar con mis estorbosas tetas –

Su nombre era Francisco, era un chico con el que jugaba por internet en ocasiones, ambos nos conocĂ­amos y coincidĂ­amos en lĂ­nea jugando en equipo, pues al vivir casi juntos nos sentĂ­amos como un equipo, Ă©l tenĂ­a 35 años, trabajaba como contador en un despacho mediano, aĂșn no habĂ­a conseguido novia y vivĂ­a soltero, aunque tambiĂ©n sabĂ­a que era un pervertido.

- ¡Hola, una disculpa tengo prisa! –

- ¡Espera!, ¿quiĂ©n eres? –

- ¡Te dije que no tengo tiempo Francisco! –

- ¡Espera!, ¿CĂłmo sabes mi nombre…? –

No tenĂ­a tiempo para interrupciones, necesitaba salir a conseguir algo cĂłmodo para este cuerpo, sentĂ­a como mis tetas rebotaban sin parar, esto comenzaba a ser muy fastidioso, incluso sentĂ­a como querĂ­an salirse de mi corta playera, pero al legar a la calle, muchos hombres comenzaron a mirarme, entonces sentĂ­ el verdadero terror, al haber olvidado que principalmente no debĂ­a de salir a la calle con un cuerpo como este, menso teniendo la ropa asĂ­ de corta que hacĂ­a que todo se me agitara y saliera por los lados.

- ¡Hola mamacita! –

- ¡Que ricas tetas tienes amor! –

Pero ademĂĄs de las habladas, muchos me miraban las tetas con demasiado morbo, yo no podĂ­a regresar a verlos, me sentĂ­a con mucha vergĂŒenza, sol deseaba que esto terminara, conseguĂ­ un taxi y rĂĄpidamente le pedĂ­ que me llevara a la plaza mĂĄs cercana, esperando librarme de todo ese acoso que estaba experimentando por la calle,

Aunque no todo se quedó así, pues el chofer se quedaba miråndome las tetas, ademås de que hacía todo lo posible por azotar el carro contra baches con tal de que mis tetas rebotaran y se diera un gusto al verlas, pero, aunque le mostré mi cara de molestia, el siguió cínicamente con su juego, al llegar, le pague sin mirar atrås, pues sabía que de mala fe me estaba mirando el culo.

Trate de ya no pensar en eso, solo me estaba incomodando, caminĂ© hacia alguna tienda lo ma rĂĄpido que pude, entonces me tome con una tienda de lencerĂ­a, que fue lo primero que imaginaria hacer si en algĂșn momento se hiciera realidad mi sueño, trate de no sentirme mal y entre a la tienda con todo gusto, lo primero que hice fue ir hacia las tallas grandes, pues mis senos no entrarĂ­an de ninguna manera en copas pequeñas y necesitaba algo que de verdad amortiguara el peso que me quebraba la espalda.

Fue entonces que una linda chica se acercó a ayudarme, no sabía que prenda tomar ni el tamaño que elegir, ella comenzó a mostrarme muchas opciones, entre tallas, colores, texturas y todo tipo de costuras, todas me parecían lindad y me animo a probårmelas ayudåndome a colocarlas en mis senos y a abrocharlos seguros en mi espalda, teniendo varis estímulos y conjuntos que combinaban entre el sujetador así como la tanga, que bueno, no era algo que me hiciera sentir muy cómodo, pero al menos me quitaría el dolor de espalda con el que cargaba, a la chica le pareció extraño verme vestido de esa forma, parecía un chico con cuerpo de mujer, pero se olvidó del tema una vez que me miró salir muy femenina posando la lencería que me había prestado.

No sabía cómo tomarlo, en verdad me veía bastante sexy, mis senos resaltaban y la verdad es que ya no me dolía mucho al soportar el peso con la prenda, mi culo también se veía bastante sexy, pues, aunque la tanga se me metía entre las nalgas, le daba una exquisita forma a todo mi cuerpo.

Al terminar en esa tienda decidĂ­ dejarme un conjunto puesto, ya que me sentĂ­a mĂĄs cĂłmoda, aunque mi playera ya no parecĂ­a resistir mucho, incluso ahora se habĂ­a alzado un poco mĂĄs y la talla parecĂ­a salir hasta mirarse la costura de mi enorme brasier.

- ¡Son 3 mil 500! –me decĂ­a la chica al pagar –

¡QUEEEE!

No lo podía creer, pensaba mientras miraba mi tarjeta, al sentir con horro como perdía 3 mil 500 pesos de trancazo, aunque bueno, eran prestados y por ahora no tenía por qué pagarlos, al menos me servirían de algo mientras estaba en este cuerpo, Sali de la tienda decidido a reducir mi inversión, no planeaba pagar mucho dinero por mås ropa de la necesaria, entonces continue mi shopping en una tienda de ropa femenina, me sentía extraño de andar por ahí con un cuerpo de mujer entrando en tiendas de mujeres, al menos no parecía un chico raro entrando a estas, sino una mujer en busca de vestirse bonito con su cuerpo.

Al llegar a una tienda, varias mujeres se acercaron dĂĄndome consejos y miles de opciones, me habĂ­a bombardeado al parecer tambiĂ©n habĂ­a ofertas muy buenas ese dĂ­a, no sabĂ­a que hacer, todo me gustaba, aunque no parecĂ­a quedarme debido a mis grandes dimensiones, pero una tras otra empleada fue entregĂĄndome ropa que pudiera ajustarse a mis necesidades, sin pensarlo, comencĂ© a probarme todo, miraba  a las demĂĄs mujeres, incluso me tocĂł ver a varias desnudas, quienes ni si quiera se daban cuenta de que las viera por morbo, pues no veĂ­an a un hombre pervertirlas, sino a una mujer como ellas, lo cual me hizo sentir bastante increĂ­ble, como si tuviera un sĂșper poder.

Luego de probarme vestidos, las blusas, faldas, trajes y de todo un poco, no me había dado cuenta de cuanto me saldría el chistecito, pues al llegar a la caja con todo lo que me había probado, la señorita me pidió 5 mil pesos de pago.

Comenzaba a amar esto y rĂĄpidamente volvĂ­a a odiarlo, increĂ­ble el gasto que se hacĂ­a comprando cosas de mujeres y eso que aĂșn me falaban los zapatos, con todo el dolor de mi cartera, pague quedĂĄndome mil 500 pesos restantes en la tarjeta, bueno, mĂĄs unos 2 mil que me quedaban de ahorro antes de la tragedia.

DecidĂ­ salir vestido con un bonito vestido, resaltaba mis grandes senos con un escote pronunciado, digo, si debĂ­a de soportar este castigo, al menos querĂ­a lucirlo lo mejor que podĂ­a, aunque no es que me gustara que los hombres me miraran las tetas, pero era algo que debĂ­a de aprender a sobre llevar si terminaba quedĂĄndome asĂ­ por siempre.

Continue mi camino hacĂ­a ahora una tienda de zapatos, en esa no me fue tan mal en gasto, pĂșes decidĂ­ llevarme unos pares cĂłmodos y solamente unas zapatillas con un poco de tacĂłn, pues al probĂĄrmelos me caĂ­a constantemente y la chica que me ayudaba solamente se burlaba de mi torpeza, pues no estaba acostumbrado a pasear con tacones con un cuerpo como este.

Al final la cuenta solo me había salido en lo que me quedaba del préstamo de mi jefe, pero todo eso me había hecho olivarme de que necesitaba comer urgentemente eso hasta que mi estomago crujió pidiéndome con muchas ganas algo de alimento.

Comenzaba asentirme desesperado, para colmo, llevaba muchas bolsas de compras que habĂ­a hecho, ¿estĂșpidamente habĂ­a gastado 10 mil pesos en estas feminidades?, pensaba mientras buscaba algo que comer con mucho deseo.

Al llegar a una zona de comedores, no pude pensar en elegir algo mejor que hamburguesas, eso serĂ­a rĂĄpido, barato y que me dejarĂ­a lleno, por lo que rĂĄpido decidĂ­ ir a un BQ a comprarme al menos 3 hamburguesas, una para comer aquĂ­ y dos para llevar, claro que ese no podrĂ­a ser el alimento de una mujer como yo, pero no podĂ­a permitirme gastar mĂĄs de lo necesario, debĂ­a de pagar las cuentas dentro de unos dĂ­as para vivir.

Al llegar al lugar, notaba como muchas personas se me quedaban viendo, no parecĂ­a normal que una mujer como yo lo era pidiera unas hamburguesas, algunos hombres parecĂ­an solo morborsearme, mientras que algunos me parecĂ­an algo lindo y me sonreĂ­an, me sentĂ­a muy raro de que eso pasara.

- ¡Son 300 pesos! –la señorita de la caja me dijo al recibir mi orden –

- ¡Esta bien! –le dije renegando u poco por el costo –

Primero pensaba regresar a casa y comerme mis hamburguesas al estar ahĂ­ tranquilamente, pero el estĂłmago me crujĂ­a demasiado y no podĂ­a dar ni un paso mĂĄs hasta no comer algo, me sentĂ© en una de las mesas y empecĂ© a devorarme mi hamburguesa, pero tanto fue mi  avaricia que sin darme cuenta habĂ­a derramado todos obre mis tetas, cosa que me dio algo de asco, pues era incomodo tener comida pegajosa en la piel; mientras que algunas personas me miraban por lo extraño que yo como mujer me comportaba.

Ya me estaba llenando, aparentemente este cuerpo no soportaba grandes cantidades de comida, asĂ­ que mejor guarde la mitad de la hamburguesa para levĂĄrmela a la casa, recogĂ­ todas mis cosas y como una bella y delicada dama, continue caminando por la plaza hasta que recogĂ­ un taxi que me llevara de regreso, me habĂ­a dolido haber gastado tanto, y eso que apenas era mi primer dĂ­a como mujer, por lo que ahora me quedaba pensar en que hacer para aganar dinero ahora que se supone debĂ­a de aceptar esta nueva identidad.

Luego de tomar el taxi de regreso, una vez mĂĄs, este chofer igualmente veĂ­a y con mejor vista mis tetas, no podĂ­a negar que eran enormes, eran una gran vista, un completo espectĂĄculo de erecciones para cualquier hombre que me tuviera en sus manos y sobre todo en su carro con las tetas rebotando a todo lo que daban por sus bruscos movimientos.

Afortunadamente llegamos al departamento, saque todas mis cosas del taxi, aunque el chofer estaba extrañado de que una hermosa mujer como yo viviera en un lugar así, tuve que esforzarme para moverme y subir todas mis compras por las escaleras del edificio, pero entonces, me tope una vez mås con el imbécil de Francisco, quien para variar, había tropezado al mirarme las tetas con una mejor presentación de las mismas en ese escote sumamente pronunciado con el que la vendedora me había dejado vestida.

Por lo que al verme las tetas se quedĂł impactado mirĂĄndome como un vivo pervertido.

- ¿QuĂ© no tenĂ­as que ir a trabajar el dĂ­a de hoy? –le dije olvidĂĄndome por completo de la situaciĂłn –

- ¿Oye quiĂ©n eres tĂș y como sabes tanto de mĂ­?, ¡Yo ni te conozco!, ¿O sĂ­? –

Su pregunta era obvia, estaba en problemas, así que sin decir nada mås, aparente estar molesta por su acto y continué mi camino hacia mi departamento, pero no me había dado cuenta de que este menso me había seguido hasta que tocó a mi puerta.

- ¡Oye, oye!, ¿EstĂĄs aquĂ­ vecino?, una hermosa tetona entrĂł a tu departamento, ¡Dime que es verdad por favor! –el pendejo de Francisco insistĂ­a –

- ¡Ya, ya basta!, ¿QuĂ© quieres pasa? –

Abrí la puerta solo para ver como sus ojos råpidamente se fijaron en mis pechos, regreso a verme tratando de no reírse como un patético y luego entro, sentía su mirada hacia mi culo por detrås, pero no lo culpo, se movían demasiado con mis caderas al igual que mis senos que no dejaban de moverse incluso con el sujetador puesto, me estaba cansando de esto, la costura ya me picaba la espalda y desafortunadamente no podía alcanzarme con los brazos, me iba de frente a cada rato y era realmente un fastidio.

- ¿QuiĂ©n eres tĂș?, ¿En dĂłnde estĂĄ mi vecino? –preguntaba Francisco desesperado por su lujuria al verme mĂĄs que por su preocupaciĂłn por no verme a mi –

- ¡Mira Francisco, tienes que calmarte si!, sĂ© que es difĂ­cil de creer, no deberĂ­a decirte esto, pero soy yo, Chris, tu vecino –le dije sin pensar –

- ¡Queee, no puedo creerlo!, tĂș no puedes ser esta hermosa tetona, debe de ser una broma, Ă©l sabe cuĂĄnto me gustan las tetonas y seguro te pago para hacerme creer que tenĂ­a una novia tetona y jugarme una mala broma –

- ¡No es asĂ­ Francisco!, en verdad soy yo, tĂș crees que para mĂ­ es fĂĄcil saber que ahora tengo estas cosas en el pecho, no sabes lo difĂ­cil que ha sido el dĂ­a de hoy, sentir las miradas de los hombres por la calle e incluso tu mirada a estas cosas ahora mismo –

- ¡Eh, jeje, perdĂłn amigo!, o…, ¿amiga? –

No sabĂ­a que contestar ante esa afirmaciĂłn, pero mi corazĂłn se estaba acelerando, me tenĂ­a con cierta angustia el que Francisco estuviera dentro de mi departamento mientras miraba como un adolescente caliente mi cuerpo como si quisiera desnudarlo.

TratĂ© de continuar explicando, aunque no parecĂ­a querer entender de razones, lo Ășnico que hacĂ­a era seguir con esa cara de asombro sin dejar de mirar hacia mis tetas, aunque le parecĂ­a difĂ­cil creerlo, no tuve mĂĄs alternativa que mostrarle el tipo de juego que habĂ­a experimentado.

Pero al verlo, mire con terror que Jessica ya lo habĂ­a borrado y no se encontraba en ningĂșn otro lado, sospechaba algo muy seri en este momento, pero ahora mismo me preocupaba en verdad ya no recuperar mi cuerpo.

- ¡Bueno!, entonces, ¿cĂłmo se supone que debo creerte? –Francisco insistĂ­a –

No quise darle mĂĄs detalles, me sentĂ­a muy cansado y mi espalda me dolĂ­a, mis tetas me tiraban hacia adelante sin querer, mientras caminaba tratando de llegar hasta el sofĂĄ para descansar mi cuerpo un rato, ambos nos sentamos en el sofĂĄ, pues parecĂ­a seguir insistiendo para “platicar”, mientras me interrogaba cosas como, ¿QuĂ© se siente tener eso enormes senos?, o si ya me habĂ­a metido algo en  la vagina, la picazĂłn de mi sujetador era insoportable, trataba de estirar mis manos para alcanzarme pero no podĂ­a, entonces, con un gesto de sufrimiento, le pedĂ­ de favor a Francisco que fuera por detrĂĄs y me ayudara a calmar el ardor que me comĂ­a la espalda.

Cosa que fue un grave error, Francisco råpidamente se puso detrås de mí, yo me estiré un poco para que no le estorbara, mis senos parecían tirarse hacia delante por la gravedad y entonces el comenzó a sobar mi espalda haciendo que mi ardor se calmara, de repente, sus manos comenzaron a deslizarse y debido al peso que me estaba ganando, no pude detener sus manos que råpidamente se habían puesto rodeando mi cuerpo para alcanzar mis senos.

- ¡Pero que estĂĄs haciendo Francisco! –le gritaba sorprendido y con un leve gemido a punto de estallar de mi boca –

- ¡Ya amor!, solo dĂ©jate llevar, estas bien buena, mira nada mĂĄs estas chichotas cabron, sabes cuanto me gustan las tetonas, nada mĂĄs dĂ©jame manosearlas un poquito –

- ¡Espera, no hagas esto, es extraño, me siento raro, dĂ©jame ya! –

Trataba de impedir que Francisco continuara manoseando mis senos, ya de por si esto se veĂ­a bastante raro y sin querer habĂ­a caĂ­do en sus sucias intenciones, no podĂ­a hacer nada, pues estaba aplastado y casi inmĂłvil sobre el sofĂĄ mientras que Ă©l me tenĂ­a a su dominio y placer, sujetĂĄndome por la espalda y sosteniendo mis senos apretĂĄndoles con fuerza, presionaba mis pezones y eso me hacĂ­a sentir muy caliente, ahora no solo tenĂ­a unas enormes tetas, sino que tambiĂ©n habĂ­a descubierto que en manos ajenas se sentĂ­an aĂșn mĂĄs sensibles por el tacto.

- ¡Ahhhh, ya basta, ahhhh, Francisco para!, ¡Francisco, cĂĄlmate por favor! –

El culero de Francisco me tenía con las manos en las tetas, no podía liberarme y cuando mås apretaba mås me hacía gemir, en eso, de alguna forma hundió sus manos sobre mis tetas, logrando liberarlas de las correas y del sujetador, tirando de mi vestido, haciéndolas sobresalir del escote, haciendo que ambas salieran disparadas como dos gelatinas enormes sacudiéndose por todas partes.

- ¡SĂ­, ahhhh, que ricas, no puedo creerlo, por fin puedo tocar unas tetas asid engrandes con mis manos! –

Francisco gritaba excitado mientras que corría hacía el frente y me tomaba por el frente sometiéndome sin poder hacer nada pues estaba algo excitado y con el cuerpo agotado, poniendo sus manos encima de mis grandes senos hundiéndolas con todo el gusto sin poder impedírselo, entonces, el imbécil comenzó a chupar mis senos, haciéndome gemir con fuerza, mientras que con su lengua jugaba con las puntas de mis pezones.

- ¡AsĂ­ que te gusta que te chupen las tetas pinche zorra! –

- ¡Ya basta ya, por favor, deja de hacer eso! –

- ¡No veo que me impida hacerlo!, ademĂĄs mĂ­rate, estĂĄs toda mojada de ahĂ­ abajo, se ve que ya eres toda una mujercita, serĂ­a una pena desperdiciar este glorioso momento –

- ¿De quĂ© hablas?, ¡De ninguna manera tendrĂ© sexo contigo! –

No me había dado cuenta de que Fran tenía razón, había perdido la cordura mientras que mi mente no dejaba de sentir todo el estrés orgåsmico encima, mi vagina se había mojado unas cuantas veces desde que este comenzó a manosearme, mis piernas temblaban y me sentía muy agitado.

En eso, sentĂ­ como Francisco estiraba el doblez de mi vestido bajando mi panti para exponer en seguida mi vagina, querĂ­a tratar de detenerlo, pero por la posiciĂłn en la que ya me tenĂ­a me era imposible poder estirarme para alcanzarlo, mis senos estorbaban incluso a la vista y solo podĂ­a deducir lo que pasaba con la poca razĂłn que intuĂ­a.

- ¡Francisco que estĂĄs haciendo! –jadeaba escuchĂĄndome con esta voz de mujer, tratando de oponerme ante lo que presentĂ­a que estaba a punto de pasar –

- ¡Relaja la raja mamacita, ya verĂĄs que lo vas a disfrutar! –

Sus palabras me daban cierto temor, pero mi cuerpo se estremecía e incluso parecía desear que sucediera, Francisco tomó mis piernas acariciåndome con lascividad, mi piel sentía pequeñas coquillas que me hacían temblar, de repente abrió ambas con fuerza haciendo que mi cuerpo se halara un poco deslizåndose del cojín del sofå para quedarme tumbado hasta el suelo, mientras mis senos se agitaban y mi vista quedaba perpleja observando como el imbécil que tenía enfrente quería penetrarme.

Miré su enorme sonrisa burlona y totalmente pervertida, estirada de oreja a ojera mientras lo hacía, sacando su horrible pene de sus pantalones, mi corazón comenzó a estallar de miedo, no quería ser penetrado por un hombre y menos por el idiota asqueroso de mi vecino pervertido, pero con este cuerpo y las dimensiones que tenían mis atributos me era imposible poder soportar el peso y estirarme.

Lo peor era que mi cuerpo no cooperaba, pues me sentía muy sensible y como que mi mente quería de una u otra forma ceder ante la perversión de Francisco, quién me estaba sometiendo como una mujer dominada, pronto acerco su pene a mi entrepierna y con un horrible deseo sentí como su pene se deslizaba poco a poco en mis paredes vaginales.


- ¡Ahhhh! –soltĂ© un pequeño y gracioso gemido femenino que ni yo mismo me esperaba –

- ¡AsĂ­ es mamacita!, solo dĂ©jate llevar, ¡que rico se siente meterte la verga!, no como las prostitutas con las que voy a la otra calle –

Todo lo que Francisco me decĂ­a me repugnaba, esperaba que al menos hubiera usado condĂłn con esas viejas, porque sabĂ­a que conmigo estaba metiendo la verga totalmente sin protecciĂłn.

ContinuĂł deslizando su cosa dentro de mĂ­, yo solo sentĂ­a un pequeño espasmo y un repentino pero muy leve dolor que me estaba haciendo presiĂłn, por lo que imaginĂ© que era que habĂ­a perdido mi virginidad como mujer, mi mente colapsĂł, imaginando una larga historia de ideas que cruzaron por mi ser, ¿Ahora debĂ­a de ser una mujer?, ¿QuĂ© pasarĂ­a si me quedaba embarazada de este imbĂ©cil?, ¿El me mantendrĂ­a?, ¿TendrĂ­a que casarme con Ă©l, tendrĂ­a que ser su mujer?, mucho mĂĄs si no tenĂ­a una identidad, ya no sabĂ­a que hacer, pero mientras tanto, su pene estimulaba mi vagina con mĂĄs suavidad y placer que el comienzo.

No podía negar que aunque su pene me daba cierto asco por lo grotesco que era verlo para mí por primera vez, el sentirlo ya era otra cosa diferente, que incluso me estaba haciendo muy feliz por alguna razón poderosamente femenina que no entendía, haciéndome gemir con mås fuerza, que hasta había perdido la razón de que fuera Francisco, sino otro, un verdadero macho el que me penetraba, ah decir verdad, si miembro era bastante grande y grueso que me estaba haciendo retorcer y gemir como toda una mujer.

Su pene se deslizaba y enterraba con presión, mientras que con sus manos aplastaba mis senos y los chupaba, el también temblaba como que su pene estaba recibiendo mucho placer también gracias a mi vagina, estaba extasiado lleno de perversión por estarme cogiendo, por lo que no demoro en venirse dentro de mí y hacerme sentir como su leche caliente penetraba hasta el fondo de mi ser.

- ¡Carajo ya te viniste!, puta madre me embarazaste pendejo, ¡Nooo! –

Gritaba a todo lo que daba mientras aun sentía pequeños orgasmos atravesåndome como navajas de cosquillas que sacudían todo mi cuerpo.

- ¡Ay sĂ­ que estĂĄs bien buena!; y eso que aun no me eh comido lo mejor –

Francisco adulaba totalmente exhausto, parecĂ­a que no le cabĂ­a la sonrisa de la felicidad, mientras que yo trataba de reincorporarme a pesar de sentirme paralizada por mis grandes dimensiones, apenas podĂ­a sostenerme y tratar de levantarme del suelo, que estaba cubierto por fluidos vaginales y por su asqueroso semen.

- ¡Maldita sea, mira todo lo que tengo que limpiar por tu culpa!, ni si quiera tengo dinero para limpiar esto y aun debo de pagarle a mi jefe por el dinero con el que compre todas estas cosas, mi cabeza me duele, ¡Maldita sea odio esto, maldita la hora en que desee ser mujer! –

- ¡Jajaja!; no seas estĂșpida vecinita, ¡MĂ­rate!, estas hecha toda una diosa, con esas tetas puedes vender fotos por internet, habrĂĄ mĂĄs de un pervertido que pague miles de dĂłlares por verte desnuda y jugar a las rusas con esas cosas –

- ¡De ninguna manera!, yo solo quiero recuperar mi cuerpo y volver a ser un chico normal –

-Pero si regresas a tu forma original tendrĂĄs que pagar todas esas cosas y sin un cuerpo sexy como ese entonces no podrĂ­as pagar –

Lo que el imbécil de Francisco me decía era verdad, pero ni siquiera había forma humana ni cósmica al parecer de que eso pudiera pasar, no me quedaba de otra mas que aprender a tomarme fotos y hacer esas cosas raras que tiene que hacer las mujeres para ganarse el dinero en internet.

- ¡Pues entonces lĂĄrgate tengo que empezar el negocio! –

- ¡No como crees, yo te ayudo!; sirve que me gano un dinero y me sacas de trabajar mamacita –

- ¡EstĂĄs pendejo, no dejarĂ© que te aproveches de mi cuerpo!, luego querrĂĄs venderme como una prostituta, ¡LĂĄrgate! –

-Pues sea como sea eso te darĂĄ mas dinero y mejor para los dos, flojita y cooperando puta, o si no le dirĂ© a todos la verdad –

- ¡DĂ©jame en paz o llamare a la policĂ­a imbĂ©cil! –

Francisco se estaba poniendo todo loco, empecé a sentir un miedo extraño y traté de correr, aunque estas tetas se movían horrible para todos lados y me dolía, entonces no podía encontrar mi celular.

- ¡Jajaja, mira lo que tengo aquĂ­! –

- ¿QuĂ© haces?, ¡Dame eso, es mĂ­o! –

Francisco tomĂł mi celular, entonces comenzĂł a tomarme fotos y videos aprovechĂĄndose de que estaba desnuda, ahora aparecerĂ­a como una zorra desnuda con grandes tetas en internet, pero luego de perseguirme y molestarme grabĂĄndome por todo el departamento durante una hora, sucediĂł lo inimaginable.

- ¡Dame eso maldito! –gritaba tratando de alcanzarlo –

- ¡Jajaja, alcĂĄnzame puta gorda! –

Francisco escapaba como podía mientras continuaba grabando con el celular, entonces, el imbécil tropezó sin darse cuenta con una de las sillas del comedor y arrojó el celular logrando tomarlo lejos de su alcance, para cuando note, el celular ya tenia casi el 3% de batería y estaba muy caliente.

- ¡Carajo estuviste grabando todo en vivo imbĂ©cil! –

Le gritaba mientras terminaba el Life en una pagina porno, donde, por cierto, si me habĂ­an depositado miles de dĂłlares durante toda la hora, pues al parecer miles de usuarios se sorprendieron al verme correr con las tetas que tenĂ­a desnudas.

Mi celular estaba demasiado caliente, el icono de la baterĂ­a se notaba muy rojo, pero demasiado intenso como nunca lo habĂ­a visto, era como si estuviera brillando tratando de arrojar un laser de la pantalla, cuando de repente, el celular marco baterĂ­a en 0% con un fondo totalmente rojo y un fuerte brillo resplandeciĂł por toda la habitaciĂłn.

De la nada, sentĂ­ como todo mi cuerpo se relajaba, comencĂ© a sentir varios cambios en todo mi cuerpo, estaba sintiendo mi espalda con menos dolor y cansancio, mis caderas se comprimĂ­an y comenzaba a crecer unos centĂ­metros, mis mĂșsculos volvĂ­an a mis brazos y piernas, asĂ­ como mi pecho se encogĂ­a rĂĄpidamente al igual que mi largo cabello, sentir mi cara hormigueando y mi corazĂłn acelerĂĄndose, para cuando el brillo y el cosquilleo extraño de todo mi cuerpo terminĂł, mirĂ© como Francisco me observaba sorprendido y algo decepcionado.

- ¡Mierda, volviste! –

- ¡VolvĂ­, volvĂ­ a ser yo, volvĂ­ a ser un hombre otra vez! –

Gritaba bastante emocionado mientras que tocaba toro mi cuerpo desnudo, una erecciĂłn se dejo venir, entonces Francisco se tapo el rostro y saliĂł huyendo de la habitaciĂłn.

¡Finalmente lo logrĂ©, volvĂ­ a tener mi cuerpo!, ¡Ay dios como odiĂ© ser mujer!, esas tetas eran enormes, ya no aguantaba, no se que hubiera pasado si no pudiera volver a ser hombre nunca mĂĄs.

Corría por todos lados de la felicidad, sintiendo mi cuerpo libre como si hubiera estado preso en otro cuerpo por muchos años, ya no tenia esas estorbosas tetas colgando de mi pecho y la espalda matåndome, ya podía correr mås ligero y no sentir molestias, ya no tenia esa vagina que me ocasionaba un miedo tremendo.

Luego de terminar con mi euforia y experiencia de terror, decidí darme un baño y arreglar toda mi casa, estaba hecha un desastre y lo mås horrible era tener que limpiar ese cochinero sexual, como ya no era mas una mujer de grandes atributos decidí envolver todo en bolsas y tirarlo a la basura, aunque pensaba en venderlo en Ml para sacarle algo de provecho luego de todo lo que me había gastado en eso, así que lo guardé para otra ocasión.

Me comĂ­ una de las hamburguesas que habĂ­a traĂ­do, luego antes de acostarme, conectĂ© mi celular el cual aĂșn se sentĂ­a algo caliente, pero pensaba que debĂ­a de haber sido por la fuerte descarga que provoquĂ© con los cambios aun inexplicables…, ya que estaba en 0%.

Pensé que sería bueno dejarlo cargando la batería toda la noche, luego me tiré a la cama a dormir pensando que todo estaría bien hasta que.

A la mañana siguiente, me despertĂ© bastante fresco, pensaba que aĂșn me harĂ­a el enfermo un dĂ­a mĂĄs para descansar de todo lo vivido, ademĂĄs de que serĂ­a extraño llegar al trabajo bien vivo y fresco, por lo que no pensaba hacer nada mĂĄs que jugar mis videojuegos todo el dĂ­a y comenzar a vender esa horrible ropa, tome mi celular y note el mote de la carga, cuando entonces.

Al mirar la carga al 100% de mi celular, nuevamente un brillo muy fuerte resplandeciĂł toda mi casa por completo, no sabĂ­a que sucederĂ­a ahora, pero esta vez no sentĂ­ los cambios tan fuertes como las primeras dos veces, hasta que la luz cediĂł y volvĂ­ a sentir todo mi cuerpo pesado y curvilĂ­neamente desequilibrado.

¡NOOO, OTRA VEZ NO!

Gritaba mirando nuevamente como mi playera de dormir se habĂ­a rasgado con las enormes tetas que me habĂ­an vuelto a crecer, estaba perdiendo la razĂłn y entrando en pĂĄnico de nuevo, me habĂ­a desconcentrado un poco pero no me caĂ­, pues era como si la experiencia del dĂ­a anterior me hiciera tener recuerdos y la habilidad nata de tener el cuerpo asĂ­ de voluptuoso.

Antes de seguir llorando, trate de analizar la situación, pues era claro que algo sucedía y todo se debía a mi celular, mas bien, el hecho de que al haber jugado dicho evento orilló a que en el universo y en la física existiera este bucle o poder que me provocara tener esta extraña conexión con mi celular, de manera que al tener el 100% de carga volvería a adquirir la forma femenina de la mujer que había conseguido en aquel juego Tg, por lo que al descargarse por completo había hecho que mi cuerpo volviera a la normalidad, lo que significaba que entonces, tenía un poder bastante interesante.

Miré nuevamente mi teléfono, mostrando la cåmara frontal para apreciarme, me sentía extraño, miraba como ahora tenia otra vez este aspecto de mujer tetona, bueno, al menos no había tirado la ropa, entonces, podría hacer negocio como decía Francisco, podría utilizar este poder para tener dinero y salir de pobre sin preocuparme por quedarme como esta mujer tetona por el resto de mi vida.


3 comentarios:

  1. Hola, estoy buscando un blog antiguo que tradujo esta caption al castellano: https://www.deviantart.com/totemscaptions/art/It-s-Not-a-Toy-Part-A-616573531 Alguien sabe si el blog aun esta activo o fue borrado?

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  2. Buena historia nueva kari. EntendĂ­ las referencias de esta historia, me encantĂł :3

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