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sĂĄbado, 24 de septiembre de 2022

𝑯𝒆𝒓𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒅𝒆 đ‘Ș𝒂𝒔𝒕𝒊𝒈𝒐

 


- ¡No, no puedo dejar que ese niño tonto se quede con mi cuerpo! –, - ¡Wow, esto se siente increĂ­ble, mi cuerpo es totalmente diferente ahora! –, - ¡Abogado, dĂ­gale a ese tonto niño que deje de tocar asĂ­ mi cuerpo! –, - ¡Señor abogado, creo que hay un intruso en mi nueva casa, deberĂ­amos de sacarlo de aquĂ­! –, - ¡De quĂ© demonios estĂĄs hablando niño!, no puedes correrme, esta es mi casa y ese es mi cuerpo, dile al abogado que aceptas devolvĂ©rmelo carajo –, - ¿Y porque harĂ­a eso?, ¡mĂ­rame!, estoy bastante buena ahora y tengo mucho dinero –

Don Chema, era un hombre millonario, quien habĂ­a dado todo por su familia y construir su gran imperio de riqueza, desafortunadamente, como en cada familia adinerada, los integrantes de esta se peleaban y deshacĂ­an por el dinero sin hacer ni esforzarse nada por obtenerlo, siendo esta la gran razĂłn, por la que Don Chema, no dejarĂ­a ni un solo peso a la familia, originalmente, todo estaba cedido a su querida nieta, Renata, una chica de 25 años, quien aparentemente era la Ășnica que hacĂ­a todo por el abuelo, y aparente, por decir que, aunque lo cuidaba y querĂ­a siendo muy cercana a este, Don Chema sabia sus verdaderas intenciones, haciĂ©ndole creer que ella serĂ­a la Ășnica heredera de toda su fortuna, pues, aun con su cariño, muchas veces, Renata hacĂ­a que su querido abuelo le pagara algunas cirugĂ­as y tratamientos de belleza, ademĂĄs, de pagarle ropa y cosas caras que ella pedĂ­a sin pensar.

Estos caprichos los tenía muy en claro Don Chema, quien ya había buscado un verdadero heredero y reemplazo de su sangre, pues, en secreto, Don Chema había conocido a Gustavo, un niño de la calle de 14 años quien se encontraba en el albergue de su fundación, triste por no tener una familia y mucho menos dinero para salir adelante, demostråndole que podría ser un gran heredero y aprovechar plenamente de su fortuna, pero, Don Chema había decidido que todo se daría con una venganza a su querida nieta, pues, como clåusula de su testamento, Renata ademås de ser despojada de su herencia, debía de cederle legalmente y sin restricciones, su querido y bello cuerpo a Gustavo, quien, ademås de tener la fortuna de su abuelo, también tendría su cuerpo.

Gustavo no comprendĂ­a aun porque habĂ­a decidido Don Chema semejante cosa, pero una vez que el testamento fue leĂ­do y resuelto, la Ășnica opciĂłn que le habĂ­a dejado al joven, era devolverle el cuerpo a su nieta si es que el asĂ­ lo deseaba, pero sin darle un solo peso de su herencia, al principio, Gustavo no se sentĂ­a muy cĂłmodo con tener el cuerpo de una chica sexy, pero, con forme fue experimentando todo ese enorme cambio en su nuevo cuerpo, el dinero ya no era solo la mejor parte del trato.


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