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domingo, 25 de septiembre de 2022

𝑼𝒏 𝒅í𝒂 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍


Ese dĂ­a era especial, ese dĂ­a mi vida cambiarĂ­a, habĂ­a estado esperando este momento durante mucho tiempo, el dĂ­a en que habĂ­a contactado al Swittcher, el sujeto con un poder especial que me darĂ­a todo lo que buscaba en este mundo.

Pase años buscando contactarlo, las personas con las que llegaba me decĂ­an que el no cobraba mucho, pero le gustaban las donaciones generosas, no tenĂ­a idea de que tenĂ­a que hacer para lograr tener tratos con el, simplemente esperar a que el tiempo me diera la respuesta, algunos decĂ­an que era solo un cambia formas, otros que era un Body Hopper, la curiosidad me mataba cada dĂ­a que pasaba, hasta que el momento llegĂł.

Un dĂ­a me levantĂ© con un sentimiento extraño, sentĂ­a que el pecho me oprimĂ­a y mi cuerpo se sentĂ­a como una especie de tormento, por alguna razĂłn me arregle y tome el dinero que guardaba para el Swittcher, caminĂ© hasta el parque que estaba cerca de mi casa, sentĂ­a la necesidad de buscar y encontrar algo que aĂşn no sabĂ­a lo que serĂ­a, me sentĂ­a agobiado por la tensiĂłn y la curiosidad, de repente, vi a una hermosa mujer sentada completamente sola en una banca, en un lugar en donde no habĂ­a nadie, el corazĂłn comenzaba a palpitarme rápidamente, de momento no sabĂ­a lo que pasaba y comenzaba a asustarme.

Yo era un tipo de complexiĂłn obesa, nunca hice nada por cuidarme y simplemente me deje engordar hasta perder muchas de mis capacidades motrices, aĂşn era joven pero estaba tan cansado de luchar por mejorar mi vida que no habĂ­a encontrado mejor otra opciĂłn para darle un cambio total a o vida.

La cabeza me dolía y mis ojos y mis sentidos no podían apartar la mirada de esa hermosa chica, ella no me miró en un principio, pensé que sentiría mi acoso al momento de embargarla, me acerque lentamente hasta que me senté a un lado de ella, mi corazón se apretaba y sentía como si pronto moriría, aquí estaba yo en mis últimos suspiros casi cuando sentía que mi alma era arrancada de un soplido de mi cuerpo.

Una extraña sensación recorrió todo mi cuerpo y cuando pude darme cuenta me sentía muy distinto, mire a todos lados sin encontrar a la chica, pensé que se había ido, quizás se había asustado con mi repentino dolor de pecho, estaba algo desilusionando hasta que agache la cabeza mirando un cuerpo femenino y completamente distinto a mi cuerpo masculino y obeso.

No lo podía creer, me había convertido en una chica, eso fue lo primero que pensaba al momento de mirarme, con mis nuevas manos comencé a acariciar todo lo cuerpo, mis piernas bien torneadas, delgadas y suaves, mi entrepierna se sentía bastante intensa al no sentir ya ese órgano que tuve toda mi vida entre mis piernas, estaba algo temeroso por ello, sintiendo ese hueco extraño que ahora se encontraba entre mis piernas, tenía un vestido bastante bonito que resaltaba mi cuerpo y mis lindos atributos, deslice mis manos acariciando mi firme y esbelto abdomen notando que tenía una figura bastante definida, seguí subiendo hasta llegar con mucho morbo hasta mis nuevos senos, acariciarla fue una sensación exquisita y abrumadora tanto como haber acariciado mi nuevo órgano sexual momentos antes, las sensaciones eran bastante agradables si no decir que muy satisfactorias, los pezones de mis pechos se mantuvieron erguidos como nunca antes hubiera sentido, tenía un par de generosos senos bastante bonitos y cómodamente grandes para mí gusto, busque entre las cosas de la chica encontrándome un espejo, me mire en el apurado en apreciar mi bella vista, era una mujer bastante hermosa, sin duda el cuerpo perfecto que tanto tiempo estuve anhelando.

La brisa del viento acariciaba mi cuerpo, sentĂ­a un placer cálido y discreto que encendĂ­a todo mi cuerpo, por fin pude reaccionar de ese trance bárbaro que me mantenĂ­a preso entre los deseos pasionales de este sensual cuerpo, recordĂ© mi llegada misteriosa junto a esta hermosa chica a la que sentĂ­a que ahora le habĂ­a robado su cuerpo, vire a todos lados esperando aĂşn encontrarme con mi viejo cuerpo extrañando un poco la normalidad, pero ya no la deseaba, por mucho me sentĂ­a bastante bien conmigo misma ahora que era una belleza de mujer, logrĂ© alcanzar con mirada un viejo conocido, un hombre gordito que caminaba muy lejos escapando de mi ser, parecĂ­a no muy contento pero con un gran alivio podĂ­a decirle adiĂłs a ese ser que tanto lo despreciaba, el Swittcher por fin me habĂ­a escuchado y este cuerpo me habĂ­a dado, llevándose una buena paga por este cuerpo y todos mis deseos convertidos realidad.

-Kary-



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