Ese día era especial, ese día mi vida cambiaría, había estado esperando este momento durante mucho tiempo, el día en que había contactado al Swittcher, el sujeto con un poder especial que me daría todo lo que buscaba en este mundo.
Pase años buscando contactarlo, las personas con las que llegaba me decían que el no cobraba mucho, pero le gustaban las donaciones generosas, no tenía idea de que tenía que hacer para lograr tener tratos con el, simplemente esperar a que el tiempo me diera la respuesta, algunos decían que era solo un cambia formas, otros que era un Body Hopper, la curiosidad me mataba cada día que pasaba, hasta que el momento llegó.
Un día me levanté con un sentimiento extraño, sentía que el pecho me oprimía y mi cuerpo se sentía como una especie de tormento, por alguna razón me arregle y tome el dinero que guardaba para el Swittcher, caminé hasta el parque que estaba cerca de mi casa, sentía la necesidad de buscar y encontrar algo que aún no sabía lo que sería, me sentía agobiado por la tensión y la curiosidad, de repente, vi a una hermosa mujer sentada completamente sola en una banca, en un lugar en donde no había nadie, el corazón comenzaba a palpitarme rápidamente, de momento no sabía lo que pasaba y comenzaba a asustarme.
Yo era un tipo de complexión obesa, nunca hice nada por cuidarme y simplemente me deje engordar hasta perder muchas de mis capacidades motrices, aún era joven pero estaba tan cansado de luchar por mejorar mi vida que no había encontrado mejor otra opción para darle un cambio total a o vida.
La cabeza me dolía y mis ojos y mis sentidos no podían apartar la mirada de esa hermosa chica, ella no me miró en un principio, pensé que sentiría mi acoso al momento de embargarla, me acerque lentamente hasta que me senté a un lado de ella, mi corazón se apretaba y sentía como si pronto moriría, aquí estaba yo en mis últimos suspiros casi cuando sentía que mi alma era arrancada de un soplido de mi cuerpo.
Una extraña sensación recorrió todo mi cuerpo y cuando pude darme cuenta me sentía muy distinto, mire a todos lados sin encontrar a la chica, pensé que se había ido, quizás se había asustado con mi repentino dolor de pecho, estaba algo desilusionando hasta que agache la cabeza mirando un cuerpo femenino y completamente distinto a mi cuerpo masculino y obeso.
No lo podía creer, me había convertido en una chica, eso fue lo primero que pensaba al momento de mirarme, con mis nuevas manos comencé a acariciar todo lo cuerpo, mis piernas bien torneadas, delgadas y suaves, mi entrepierna se sentía bastante intensa al no sentir ya ese órgano que tuve toda mi vida entre mis piernas, estaba algo temeroso por ello, sintiendo ese hueco extraño que ahora se encontraba entre mis piernas, tenía un vestido bastante bonito que resaltaba mi cuerpo y mis lindos atributos, deslice mis manos acariciando mi firme y esbelto abdomen notando que tenía una figura bastante definida, seguí subiendo hasta llegar con mucho morbo hasta mis nuevos senos, acariciarla fue una sensación exquisita y abrumadora tanto como haber acariciado mi nuevo órgano sexual momentos antes, las sensaciones eran bastante agradables si no decir que muy satisfactorias, los pezones de mis pechos se mantuvieron erguidos como nunca antes hubiera sentido, tenía un par de generosos senos bastante bonitos y cómodamente grandes para mí gusto, busque entre las cosas de la chica encontrándome un espejo, me mire en el apurado en apreciar mi bella vista, era una mujer bastante hermosa, sin duda el cuerpo perfecto que tanto tiempo estuve anhelando.
La brisa del viento acariciaba mi cuerpo, sentía un placer cálido y discreto que encendía todo mi cuerpo, por fin pude reaccionar de ese trance bárbaro que me mantenía preso entre los deseos pasionales de este sensual cuerpo, recordé mi llegada misteriosa junto a esta hermosa chica a la que sentía que ahora le había robado su cuerpo, vire a todos lados esperando aún encontrarme con mi viejo cuerpo extrañando un poco la normalidad, pero ya no la deseaba, por mucho me sentía bastante bien conmigo misma ahora que era una belleza de mujer, logré alcanzar con mirada un viejo conocido, un hombre gordito que caminaba muy lejos escapando de mi ser, parecía no muy contento pero con un gran alivio podía decirle adiós a ese ser que tanto lo despreciaba, el Swittcher por fin me había escuchado y este cuerpo me había dado, llevándose una buena paga por este cuerpo y todos mis deseos convertidos realidad.
Que paso con el concurso?
ResponderBorrarYa sientese señora
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