¿𝑨𝒔𝒊 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒂 𝒔𝒆𝒓 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒆ñ𝒐𝒓𝒊𝒕𝒂?

 

Venia saliendo de la clínica de intercambio, me sentía tan bien con mi nuevo cuerpo, era la primera vez que venía a uno de estos sitios para experimentar la sensación de ser otra persona y de por supuesto probar lo que era ser una mujer, había elegido bien mi nuevo cuerpo, Alexandra, una chica bonita quien había aceptado intercambiar cuerpos conmigo, aunque sinceramente parecía que era más bien otra persona, la cual había vivido en su cuerpo durante este tiempo antes que yo.

Caminaba muy nervioso mientras notaba como la mayoría de las personas me observaba, ¿Quién podría imaginarse que dentro de este cuerpo se encontraba un hombre?, continue contoneando mis caderas con el compás de mis tacones, decidí pasar a hacer algunas compras, ya que mi mayor deseo era probarme ropa linda y experimentar con ella para verme bonita, era mi primera vez siendo mujer comprando ropita de mujer, veía lencería y muchas cosas calientes que esperaba ansioso poder probarme en mi nueva casa, seguí haciendo mis compras hasta que había llegado la noche, ya era algo tarde así que decidí que era momento de regresar a mi casa, algunos chicos lindos se me acercaron y note claramente que me coquetearon.

Al caminar sentí como alguien me seguía, no pude describir esa horrible sensación que ahora sentía, supongo que era como un instinto femenino que me decía que huyera, intenté correr, pero los tacones que llevaba en mis pies no me permitían correr con tanta agilidad, por lo que termine cayendo en el suelo y quedándome inconsciente dado el duro golpe de mi rostro con este.

Al despertar, me sentí algo incomodo, mis manos estaban atadas por detrás, mi boca estaba tapada con una venda al igual que mis ojos y mis piernas también estaban sujetas por otra venda, sentía los pasos de la presencia de alguien, de repente, este se acercó arrancándome la venda de los ojos y de la boca.

- ¡Hola preciosa, o quiere decir precioso!, ¿Así que eres de esos raritos a los que les gusta jugar a ser niñas?, ¡Yo te enseñare a divertirte como una puta como tu debe de hacerlo! –

El sujeto me provocaba un miedo tan profundo, su aspecto no era para nada agradable y se notaba claramente lo mucho que disfrutaba de ver mi miedo emanando de mi rostro, no entendía bien a lo que se refería con enseñarme a divertirme, pensaba con toda seguridad que este hombre iba a violarme, pero después de sacar de un bolso un par de objetos extraños y muy sugerentes, entendí que la diversión vendría de otra manera.