¡Hazlo como hombre!
Llevaba
días preguntándome si alguna vez algún hombre se fijaría en mí, quería que mi primera
vez fuera especial, pero la verdad, tenía mucho miedo de sentir algún dolor o
de que no me gustara, pero poco a poco fui entendiendo, que lo que realmente quería,
era estar con una mujer.
Cuando
todas las chicas querían un buen hombre que las hiciera sentir una gran satisfacción,
yo quería ser quien estuviera encima de alguna de mis compañeras, penetrándola y
cogiéndola, mirando como las tenias sometidas a mi placer y control.
Pero sabía
que eso no se iba a poder, yo era una chica, tenia un cuerpo flaquito, era
bonita, al menos me consideraba bonita, pero no tenia un cuerpo tan voluptuoso
y agradable para los chicos y mucho menos siendo una chica seria del interés de
alguna mujer, tenía miedo incluso de contárselo a alguna de mis amigas, pues
tenia un fetiche muy raro y difícil de revelar, no era como que pudiera estar
con mis amigas y decirles simplemente.
“¡Ay
que aburrido!, ¿Y si me hago hombre y te penetro?”
Estaba
frustrada, necesitaba ayuda, y la obtuve del lugar que menos esperaba, pues,
como en toda historia Tg, decidí ir en busca de una bruja que me diera la solución
perfecta a mi problema.
Una transformación,
parecía ser la solución perfecta mis problemas, pero porque transformarme, cuando
podía ser yo misma quien desvirgara mi cuerpo, tenía esa curiosidad, esas ganas
de poder ser yo quien terminara con mi virginidad, ya estaba aquí, ya tenia a
la bruja y sus hechizos.
Ella
me obsequio un hechizo de atracción y una pócima extraña, con el hechizo, atraería
a cualquier hombre que deseara y con la pócima, podría dársela para que, al
tomarla, ambos intercambiáramos nuestras almas, la idea me parecía perfecta,
solo debía de buscar con que hombre poder intercambiar.
Siempre
viví engañada de mi feminidad, ¿Yo quería usar vestidos, usar zapatillas, verme
femenina todo el tiempo para gustarle a los hombres?, creía que eso era mas una
idea machista que otra cosa, mis ideas y gustos ya no eran esos, yo quería ser
el hombrecito, quería hacerlo como hombre, que las mujeres estuvieran a mis pies,
poder hacer cosas de hombres, como poder tomar con mis amigos hombres hasta
emborracharme, poder jugar juegos rudos sin lastimarme como la tonta y débil niñita
que soy, poder parecer inteligente, poder pasar un día tranquila sin tener que estarme
cuidando de algún pervertido o de algún accidente que como mujer tenía.
- ¡Ya
no más! –
Recogí
mis tesoros luego de pagarle, estaba agradecida, la bruja me pidió solamente,
que cuando tuviera el cuerpo que deseaba, poder visitarla para regalarle algo
de colágeno, pues ya necesitaba de una buena verga que la rejuveneciera.
Claro
que estaba dispuesta a darle todo lo que me pidiera, al fin y al cabo, esta
bruja no era como las viejas feas y narizonas, mas bien, era una muy sexy y voluptuosa
mujer blanca y rubia, ni parecía estar vieja, pero seguro que me la cogería sin
dudarlo, parecía toda una fiera sobre la cama, seria divertido, pensaba
mientras miraba sus enormes tetas luego de irme.
Entonces,
para llevar a cabo mi plan, pensaba en quien seria el afortunado en tener mi
cuerpo, de ninguna manera elegiría a un torpe y pervertido gordo, no quería ser
un hombre gordo, quería ser un hombre guapo y con dinero, que pudiera
aprovechar de todo lo que tenia para mi beneficio, ya no seria esta tonta niña,
seria todo un hombre, con una buen a verga.
Miraba
a todos lados en la escuela, ¡Claro!, Gabriel, el chico guapo, el tipo con dinero
y con gran actitud, el que tenía a todas las chicas a sus pies, típico sujeto
que te resuelve la película entera en la que
es admirado y deseado por todos, hasta sus amigos, el seria mi cuerpo perfecto,
obviamente, el jamás se interesaría en una chica como yo, una chica flaca, sin
tetas, sin culo, blanca tan pálida como la nieve, de rostro no tan agradable y
mucho menos amigable.
Pero ya
tenia todas mis armas, solo debía de saber usarlas, pero yo le robaría el
cuerpo a este hombre si o si, prepare el hechizo de atracción, aclamando a su
nombre por mis deseos, sorprendida, de como al siguiente día, Gabriel comenzó a
saludarme con más frecuencia, era realmente lento este trabajo, ya necesitaba
tenerlo todo, pero bueno, poco a poco, comenzamos a saludarnos y a platicar con
más frecuencia en los recreos, todos veían con rareza como el tipo mas perfecto
de la escuela se interesaba en la típica chica antisocial fea y extraña de la
escuela, ¡Pendejos, si tan solo supieran!, nadie estaba preparado para lo que
estaba apunto de pasarle a este pobre imbécil.
Incluso,
había dejado hasta a su novia por mí, ojalá, tan solo ojalá, mis intenciones
hubieran sido otras, pobre Gabriel, tu felicidad estaba a punto de acabarse.
Finalmente,
lo tenía encantado, lo invité a mi casa, cuando mis padres no estaban, era el momento
perfecto, comencé a seducirlo, sintiendo asco de mí misma, estaba presentándole
su futuro cuerpo a este idiota, pronto, todo seria suyo y todo lo suyo seria mío.
Empezamos
a besarnos, mientras sentía con coraje como me tocaba, estaba claro que no deseaba
esto, no quería ser yo la chica, quería ser el hombre y tenerlo todo, en un momento
de pasión, el parecía muy excitado, rayos, seria el poder el hechizo o de
verdad podre sentir tanta lujuria como sea posible cuando por fin este en su
cuerpo.
- ¡Esta
bien amor!, tranquilo, pronto podrás tener todo esto y mucho más –
Le
susurraba al odio mientras caminaba lentamente hacia la cama, donde ya tenía preparadas
las pócimas con las que intercambiaríamos nuestros cuerpos, le ofrecí una y me tomé
la otra, mirando excitada y nerviosa que esta surgiera efecto, pasaron unos minutos
y cuando ya estábamos totalmente desnudos, finalmente, el cayo sobre la cama,
mientras que yo sentía un fuerte mareo terminando a su lado.
Luego
de unas horas, desperté algo temblorosa, mi vista era borrosa, pero por como sentía
todo mi cuerpo, mucho mas pesado y claramente diferente, finalmente lo había logrado,
miraba mi nuevo cuerpo, sentía su cabello corto, sus vellos en el cuerpo, sus músculos,
aunque viéndolo bien tampoco era un musculoso lleno de bolas por todo el
cuerpo, algo que me agradaba pues no quería ser un payaso lleno de esteroides,
pues Gabriel tenía un cuerpo perfecto.
- ¡Wow,
este, este es mi nuevo pene! –
Jadeaba
admirada de todo el paquete que venia con este cuerpo, mi nuevo pene comenzó a
crecer, vaya que era grande, lo tome con mis manos, sujetándolo con firmeza,
tratando de no lastimarme, pensaba que esta cosa eran tan frágil como la
vagina, pero no, parecía un trozo alargado de carne moviéndose de lado a lado como
una cola, solo que era un pene, de repente, sentí como palpitaba, brincando
abruptamente entre mis piernas, si que era algo extraño, sentir la diferencia
de tener algo en medio que un hueco vacío.
Entonces,
miré mi cuerpo en el espejo, mientras que notaba mi viejo cuerpo de mujer
reposando aun dormida en la cama, me llenaba de dudas, de impresión y de
bastantes nervios saber que ya no estaba en mi cuerpo, que ahora, esa dulce y
tierna niñita ya no era mas yo, si no otro ser, mi otro yo, ahora yo era un
chico y tenía una buena verga que pronto serviría para quitarle la virginidad a
ese remedo de cuerpo que antes tenía.
- ¡Wow,
sí que soy un hombre, mira esos músculos, ahora soy alto, creo que incluso tengo
más culo que antes! –
Recorría
todo mi cuerpo asombrada de verme como el hombre de mis sueños, el hombre que
siempre había deseado ser, sentía mis músculos, era joven y lindo, tenía unas
buenas piernas, mi culo firme, no como mis piernas de palo, flacas y sin
chiste, sentí aun incluso más carne ahora como hombre que cuando era una mujer.
Miré mi
antiguo cuerpo en el reflejo del espejo, aun yacía acostada sobre la cama,
¿Abre muerto?, pensaba tontamente, pero esperen, ya no era mas una mujer, ya no
puedo permitirme pensar que soy una tonta nunca más, me acerque a ver si todo
estaba en orden, parecía que mi cuerpo aun respiraba, pero, tardaba mucho en reaccionar,
quizás, porque mi cuerpo era frágil y claramente la pobre alma del chico
necesitaba canalizar todo su cuerpo, sin duda que seria un duro golpe cuando
despertara, pero mejor darle un buen golpe ahora mismo, haciendo que el mismo
despertara.
Comencé
a frotar mi ex vagina, mirando con morbo como era esa cosa que antes tenia
entre las piernas, vaya que era tierna, y muy sensible, pero bueno, ahora, por
fin estaba lista para que si vieja dueña la estrenara.
Mire
mi coñito, dulce y tierno, palpitando mientras deseaba que por fin una buena
verga entrara en ella, abrí sus piernas, mi vieja vaginita estaba rasuradita, podía
ver como estaba mojaba y todo escurría en ella de lo excitada que debía de
estar, pues estaba preparada luego de jugar con ella con mis manos de hombre, podía
escuchar como el chico gemía sutilmente, parecía toda una puta ahora en esta perspectiva,
agarre mi grueso pene y sin dudarlo ni esperar mucho más.
Tome
un impulso, deslizando mi verga dentro de su orificio, podía sentir una rica sensación
muy fresca en mi pene, le cual era formado por los deliciosos labios de mi ex vaginita,
de repente, el rostro de mi antiguo cuerpo comenzaba a lucir muy consternado, soltó
un leve gemido de dolor, sin duda, mi vagina debía de estar bien apretada, estando
penetrada por un pedazo mas grande de lo que esperaba, podía sentir como sus
fluidos corrían por mi piel, estaba calientita y muy rica, empecé a frotar más
recio, luego de ver como mucha sangre corría sobre la cama, finalmente, mi viejo
cuerpo ya no era virgen mucho más, gozaba al verla penetrada y estrenada por mí,
tal y como lo quería.
Amaba
ser yo quien estrenara aquel órgano con el que viví hasta este día, vaya que lo
estaba disfrutando, mirando como el rostro que antes me pertenecía sufría y
calmaba su dolencia poco a poco hasta gemir dulcemente disfrutando, entonces,
sus ojos se abrieron y miraron a todos lados, totalmente extrañado de no saber
lo que pasaba, Gabriel había entrado en pánico.
Había
sido un duro golpe para Gabriel despertar y ver que su propio cuerpo estaba
encima de el mismo, sin saber porque ahora tenia el cuerpo de una mujer y que su
propio pene estaba entre sus piernas, mas específicamente, penetrando su nueva
vagina.
- ¡Pero
que mierda estás haciendo!, ¿Qué fue lo que me hiciste estúpida? –
Gabriel
escuchaba su voz de chica, mientras miraba el horrible escenario, sus piernas
estaban bañadas de sangre y de otros fluidos, su pene estaba deslizándose dentro
de su vagina, sentía muchas cosquillas en todo su cuerpo, además de un rico y
poderosos calor que lo embargaba.
-
¡Cálmate preciosa, por fin te convertiste en toda una mujercita! –
Deslizaba
mis manos sobre sus caderas, frotando las pocas carnes que tenía, luego, acaricié
sus pequeños senos cos mis fuertes manos, pellizcando un poco de sus pezones,
los cuales recordaba ser de lo mas sensibles y puntiagudos posibles cuando me excitaba,
entendí que Gabriel debía de esta pasando un mal momento, no era fácil despertarse
y ver que ahora eres una chica indefensa siendo violada por un hombre y menos
si ese hombre es tu propio cuerpo.
-
¡Déjame, porque me estas haciendo esto! –Gabriel jadeaba entre lágrimas,
intentando soltarse de mis manos –
-
¡Cállate estúpida, estoy tomando lo que es mío!, siempre quise quitarme la virginidad,
siempre desee tener el cuerpo de un hombre, ya no quiero ser mujer nunca más,
lamento decirte esto, pero tu cuerpo ahora es mío, y estoy quitándote la virginidad
–
- ¡Pero,
porque yo, que te hice! –
- ¡Solo
cállate y disfruta! –
Tomaba
su boca con una de mis manos, tapándola mientras la sometía, podía ver en sus
ojos como gozaba, pero sabía que no lo estaba disfrutando como debería, en fin,
yo solo quería terminar con esto y despedirme de una vez por todas de ese maldito
cuerpo que fue mi prisión durante años, podía sentir como mi verga se apretaba
más dentro de su vagina, pero como el hombre que ahora era, estaba lleno de placer
y terminé por correrme demasiado rápido dentro de su coño.
- ¡Ahhh,
no, espera, ahhhh! –Gabriel gemía sintiendo ese extraño calorcito entre sus
piernas, dentro de su cuerpo –
Deslicé
mi órgano fuera de su pequeño coñito y todos los fluidos comenzaron a salir de
su vagina, estaba desesperado, no entendía lo que sucedía, miraba su cuerpo tomar
su antiguo pene con euforia, le sonreía perversamente al verlo jadeando sin
control alguno de la situación.
- ¿No
te gusta saber que ya no tienes el control y que ahora eres dominado como una
perra? –
- ¡No,
no quiero esto, yo no quiero ser una mujer, regrésame mi cuerpo! –
Gabriel
trataba de levantarse, pero sentía mucho dolor en su abdomen y en su espalda,
sus piernas temblaban y, tomando con horror y miedo su nueva vagina, froto de
ella tratando de limpiarse, el estaba aturdido, tenía una vagina, tenía el
cuerpo frágil de una chica, quien lo había seducido hasta robarle su cuerpo de
hombre.
- ¿Recuerdas
esta rica verga Gabo?, ¡Pues ahora es mía!, y con ella te quite la virginidad,
espero que no quieras más, porque esta fue la última vez que un chico rico y
guapo como yo se acuesta con una puta perra como tu –
- ¡Espera,
no me dejes así, podemos llegar a un acuerdo! –
- ¡De
ninguna manera!, el hechizo es irreversible, ahora tengo que explorar mi nueva
vida, tómalo para bien, quizás te guste ser mas una mujer de lo que a mí me
gustaba, espero que tu ex novia gima tan rico como tú lo hiciste –
Le hice
un guiño con el ojo, mientras que me vestía y me iba dejándolo perdido en la
cama, tome las llaves de su auto y felizmente me trepe a él conduciendo atrabancadamente
por la calle.
La sensación
era hermosa, podía manejar, aunque por poco chocaba, quizás debía de practicar
un poco antes de matar a alguien, me estaba apresurando a hacer cosas que
apenas podía empezar a hacer, las dimensiones de mi cuerpo eran distintas, era más
grande, más alto más fornido, debía aprender a controlar este poder, ser un hombre
debía de tener sus desventajas.
Llegué
a mi nueva casa, era grande y muy bonita, seria un sueño de princesas que
alguna chica terminé siendo novia de este pedazo de hombre y al casarse se
mudaran a este lugar, solo para tener un buen sexo durante toda la noche.
Mire
la consola de su habitación, genial, le gustaban los juegos y ahora tenía
videojuegos, podía jugar como los hombres, tenía algunos balones de colección en
toda su habitación, podía jugar deportes rudos con los hombres, tenía algunas
revistas de chicas sexys y por su puesto porno que no podía faltar en su teléfono.
- ¿Bueno,
Danielle?, ¡Si soy yo, Gabriel, tenias razón!, esa perra solo quería que me
acostara con ella, pero supongo que podemos volver, no es como que te haya
engañado –le llamaba a la ex novia de Gabriel, antes de terminar con ella por mi
hechizo –
- ¡Eres
un imbécil! –ella me respondía –
- ¡Vamos!,
pero si eres una perra que solo busca mi dinero, sabes bien que solo te encanta
como te cojo sobre la cama –le decía sabiéndolo por los chismes de comentarios
de algunas chicas que había escuchado tiempo atrás –
- ¡Pendejo,
pero sí!, espero que mañana hayas reflexionado y dejado a esa chica sin chiste
por una que de verdad sabe como complacerte en la cama –
- ¡Me
parece bien, perra! –
Le colgué
totalmente emocionada, quería todo, no iba a desaprovechar esta oportunidad, me
encantaba tomar las riendas de esta nueva vida, me acerqué al espejo admirando
mi nuevo cuerpo de hombre, sentía mucha excitación luego de recordar lo que le había
hecho a mi cuerpo, mi miembro comenzó a levantarse muy duro una vez más.
- ¡Demonios,
será que alguna vez te calmas! –
Le decía
a mi verga, mirando como esta se levantaba de su sitio, me sentía algo caliente
y de un momento a otro, me quite los pantalones dejando ver al titan desnudo,
era grandioso poder sentir un pene, sentir que ya no tenia mas una vagina entre
las piernas, lo cual era más un peligro para la mujer mas que un tesoro o beneficio.
Con mis
manos, comencé a frotar lentamente mi pene, era bastante rico sentirlo, aunque
no tan sensible como mi ex vagina, mirando las fotos de algunas chicas del colegio,
comencé a masturbarme imaginándolas, penetradas por mi pene ahora que podría hacerlo,
¿Por qué no cogerme a todas las chicas de la escuela?, pensaba que ahora podría
hacerlo, tenia este poder, el poder de ser un hombre, tenía la verga y el
cuerpo bien dotado para hacerlo, sabia que Gabriel era deseado por todas en la
escuela, así que les daría lo que querían.
Comencé
a frotar más fuerte mi miembro, jadeando ante el morbo de ver a todas mis
compañeras desnudas, incluso, a mis viejas amigas, quienes estaba segura que querrían
disfrutar de esta verga tanto como yo, no tardaría en darles un obsequio por
ser tan amables conmigo cuando no era nadie, luego de unos segundos, mi mente
se vio embargada por 7 segundos de placer, que fueron proyectados en gotas chorreantes
por toda la cama, limpiar todo fue un gran asco, pero ahora me sentía poderosa,
me sentía un macho y podría hacer que esto mejorara.
Al día
siguiente, note como mi viejo cuerpo no había asistido a la escuela, Gabriel debía
de estar traumado luego de lo que paso, pero ya no me importaba, era su
problema, entonces, Danielle llego emocionada, abrazándome como antes lo hacia
con Gabriel, pero sin saber que yo era el ahora.
Nos besamos,
sintiendo como me daba más poder el saber que una mujer estaba a mis pies,
Danielle era una perra, pero eso ya todos lo sabían, no dude en darle una fuerte
nalgada, ella jadeo algo adolorida, quizás me había pasado de fuerza, pero me valía.
Lo
que mas amaba, era llegar en mi propio carro y ser el lujo de la escuela, saber
que me miraban, pero ya no por acosarme ni verme la vagina, si no por ser un
hombre, por ser el ejemplo a seguir de otros hombres, por ser el alfa y el gran
rey de la escuela, ya no me miraban por tener falda, ni por desear que me
acostara con ellos, ahora eran las mujeres quienes deseaban ver mi verga y lo
que podía hacerles a sus cuerpos.
Cuando
las clases terminaron, ya me había mensajeado con algunas chicas que me
interesaban cuando antes era una mujer, había quedado con ellas y me las cogería
poco a poco, eso no era ningún problema ahora que era un hombre.
Luego,
conduje a mi cita con la bruja, le había prometido que cuando esto pasara le daría
algo a cambio y vaya que era grande.
- ¡Hola
madame! –
- ¡Vaya,
sí que te llevaste el premio gordo! –
- ¡Claro,
gracias a usted, ahora, supongo que sabe a que vine! –
- ¡Por
supuesto! –
Comencé
a besarla, pegando sus gruesos labios con los míos, ella se derritió al instante,
mientras que sus tetas parecían inflarse un poco mas de lo excitada que estaba,
poco a poco comenzamos a desnudarnos, ella abrió sus piernas demostrándome su
apresurada ansiedad por que penetrara su vagina.
Tome
sus piernas apuntando con mi pene hacia su coño, deslizándolo lentamente
mientras que escuchaba un hermoso gemido proviniendo de su boca, la bruja estaba
muy caliente y yo me sentía bastante poderosa al tenerla debajo de mí,
totalmente sometida, con mis manos, estrujaba sus enormes tetas, sintiendo lo
deliciosas que eran, sin duda, poder tener unos senos así de grandes debían de
traer bastantes beneficios, pensaba.
La
vieja se ponía de lo más cachonda mientras podía tenerla sometida con mi
fuerza, estaba caliente y totalmente urgida, sentía como mi pene se deslizaba frotando
su vagina, me encantaba saber que yo era quien podía tenerla penetrada en lugar
de ser yo quien fuera penetrada, amaba esto de ser hombre, me encantaba hacer
gozar a esta vieja y escucharla gemir gracias a mi control.
Dentro
de poco, terminé corriéndome dentro de ella, escuchando un hermoso gemido que sacudió
toda la habitación, ella me tomó de las manos mientras me acercaba a besarla, podía
sentir como un cosquilleo invadía todo mi cuerpo, luego de que ese extraño sentimiento
cruzara por todo mi ser, podía ver como la bruja respiraba y exhalaba, recuperando
algo de juventud.
- ¡Oye,
me hiciste más viejo acaso! –
- ¡Jajaja,
no querida, solo recupere algo de energía! –
Después
de terminar con mi trabajo, me retire de su casa para no volver a verla nunca más,
conduje de regreso a mi nuevo hogar, totalmente satisfecho, pensando en qué más
podría hacer ahora que era hombre, mire un Oxxo cerca del área, me pare en
seguida y mirando mi cartera llena de billetes y tarjetas, no dude en comprar
algo de cervezas, hice algunas llamadas y con mis nuevos amigos hombres,
decidimos pasarla en grande en casa del mejor amigo de Gabriel, el cual ahora
era mi mejor amigo.
- ¡Vaya
Gabo, hasta que te apareces!, no, me habías hablado en días, pero claro que
haremos esa fiesta, les llamare a los otros chicos, tu trae la cerveza y tráete
a unas viejas, ya que andas tan de buenas –
La situación
mejoraba cada vez más, me encantaba que me trataran como el macho, como el alfa
de la manada, ahora solo debía de buscar que mujeres llevar para que mis nuevos
amigos y yo disfrutáramos.
- ¡Hola
preciosa!, ¿No tienes algunas amigas para pasarla en grande? –le decía a una mujer
que había encontrado asomándose por la calle –
- ¡Claro
que si amor!, dime, ¿Adonde vamos? –
-A
casa de un amigo, nos vamos a divertir –
Ella
se subió al carro con otras 4 chicas igual de putas que ella y conduje a casa de
mi nuevo mejor amigo donde ya nos esperaban otros 3 chicos que al parecer eran
nuestros amigos.
La fiesta
era en grande, aunque solo éramos nosotros, conviviendo y pasándola bastante
bien, podía sentir emoción al estar con amigos hombres, bebiendo empedernidos
con aquellas mujerzuelas, me sentía como todo un macho, no paso rato para que
cada uno se cogiera a las putas que había traído a casa, gozándola como nunca,
mientras tomaba cerveza me drogaba un poco y me cogía a una puta al mismo
tiempo, me encantaba la adrenalina de tener en mi posesión a una vieja, penetrándola
como el macho que era y sin tener la preocupación de terminar embarazada por
ello.
- ¡Eres
todo un matador Gabo, te veo diferente, realmente pareces otro! –
- ¡Si
que lo soy, me siento diferente, más macho que nunca! –
Luego
de la tremenda noche que había pasado con mis nuevos amigos hombres, regrese a
mi casa algo cansada, la vida como hombre estaba siendo muy emocionante, no podía
ni pensar en que aventuras tendría ahora con este cuerpo, pobre de Gabriel, solo
espero que la este pasando tan bien como yo en su nuevo cuerpo.
Al día
siguiente, por fin tocaba demostrar de lo que este cuerpo estaba hecho, pues
tenia practica de futbol con mis amigos, me estaba divirtiendo en grande, pues sentía
la fuerza y la energía para pasearme con el balón por todo el campo, aunque mi
inexperto conocimiento me estaban haciendo demostrar lo contrario.
Al
poco rato, mis nuevos amigos comenzaron a abuchearme, pues no estaba jugando
nada bien, me sentí algo mal por ello, pero fungí sentirme mal del estomago y
pasarlo por alto, pensaba en intentar aprender un poco en privado antes de
volver a jugar con ellos, notaba como desde las gradas las chicas me veían y
gritaban por mí, era la sensación, me sentía con mucho poder ahora que era
preferida por todos, ya nadie me veía como una chica débil y estúpida.
Al
terminar con las practicas deportivas, el director nos comunico que
lamentablemente nuestra compañera, ósea yo, se había suicidado el día anterior,
por causas que aún desconocían, pero según los reportes médicos, parecía que había
sufrido de abuso, solo que no sabían quien era el supuesto violador, luego de
eso, se suicidó, parecía que la había pasado demasiado mal.
No
pude evitar sentirme mal por lo que había hecho, había arruinado la vida de
Gabriel, pero que podía hacer, ya estaba muerto, para mi mejor, ya no seria un
estorbo si es que planeaba intentar recuperar su cuerpo, estaba feliz, ahora el
cuerpo de un hombre era todo mío, sin duda, debió de haber sufrido un fuerte
shock al descubrir que su propio cuerpo lo había violado, pero claramente, los
reflectores se asomaban hacia mí, ya que, como todos sabían, estúpidamente hice
que Gabriel se fijara en mí, provocándolo y haciendo muchas cosas para llamar
su atención, por lo que si investigaban mas afondo, terminaría con toda la policía
encima, tal vez no había pensado bien las cosas, el pánico me invadió rápidamente.
Sin dudarlo
mucho más, fui corriendo a pedirle ayuda a mis nuevos padres, acusándome a mi
misma totalmente de lo que paso, de que me provocaron y esas cosas, echándole
la culpa a la mujer, pero que no había tenido nada que ver con la muerte de la
chica, ellos estaban indignados de que me metiera con una cualquiera, pero obviamente,
movieron sus influencias para ayudarme.
Lo
mejor había sido declarar, pues estaba claro que vendrían por mí, el abogado me
ayudo en todo, dando los resultados como positivos, pues mi semen estaba dentro
de mi viejo cuerpo, además de todo lo que le había hecho antes de largarme y dejar
a Gabriel botado con mi cuerpo, pero para mí fortuna.
Las investigaciones
dieron como resultado, que jamás hubo indicios de violación, que al parecer el
sexo fue completamente intencional y sin abuso, yo por mi parte, aproveché el
asunto para declarar que ella me había utilizado y que solo quería coger conmigo,
que de hecho todos veían como ella me seducía y me utilizaba a su favor, por lo
que luego de acostarme con ella, me fui rechazándola por completo, a lo que las
autoridades aludieron, como un suicidio de venganza, intentando culparme por su
muerte, liberándome de toca culpa legal, claro que, la culpa me remordía la
conciencia, pues si duda, Gabriel debió pasarla mal las ultimas horas de su
vida.
Ya
sin mas que hacer, mi padres hablo conmigo de sexo, realmente fue una plática bastante
bochornosa y estúpida, terminando por convencerlo de visitar un taibol donde
miramos viejas desnudas y toda clase de ellas intentando seducirnos, el espectáculo
fue fenomenal, me sentí premiado a pesar de haberme cogido a una tipa que se suicidó,
pero ahora era el hombre, el hombre al que todos querían, tenia un padre que
adoraba a su hijo macho y no podía pedir nadas más que un auto nuevo y conseguirme
a una perra a la cual cogerme por mas interesada que esta fuera, olvidándome de
toda mi vida y de lo que me pesaba ser una tonta mujercita.
Luego
de un tiempo, ya estaba acostumbrado a mi nuevo género, me sentía todo un
hombrecito, me cogía a las mujeres que quería y nadie me decía nada por ello, podía
sentirme libre sin las preocupaciones estúpidas de una mujer, nadie se
imaginaba que una estúpida chica se había robado el cuerpo de Gabriel, ni mucho
menos, que el imbécil había terminado siendo violado por ella misma con su propio
cuerpo, me encantaba poder tener otro tipo de atribuciones, pues ya no era la
tonta niña frágil que era antes, mis emociones ya no me impedían poder tener
una mejor vida, pues ya no pensaba como una mujer, sino más directamente y con
menos trabajo ahora que era hombre, lo que notaba que era menos cuidadosa y
mucho menos activa a la hora de querer hacer mis tareas y cuidar mis obligaciones,
poco a poco, todo eso comenzó a hacerme mas perezosa y menos interesada en mi
futuro, no me interesaba la responsabilidad y mucho menos ahora que tenia una
familia de dinero, con unos padres que me lo daban todo por ser su único hijo.
Había
llegado el momento de pagar algunas cuentas, pues, mi mejor amiga, quien estaba
tan enamorada por Gabriel, sin duda debía de estar esperando el momento en el
que su mejor amiga apareciera con el cuerpo del hombre de sus sueños, aun sin
saber que yo había hecho algo como eso.
Mi
tonta amiga se había creído todo, era increíble la manera tan fácil en que un
hombre podía hacer caer a una mujer, por mucho que digan que las mujeres hacen
caer fácilmente a los hombres, pero no cualquier mujer, solo una con buenas
tetas y buen culo.
Llegue
a la hora que había dicho, bueno, la verdad no, me valía madres llegar a la
hora, llegando casi una hora retrasado de la hora en que le había prometido, pobre
pendeja, estaba tan ilusionada de que llegaría, tanto que ya se había desvestido
y puesto su pijama, todo para que al final de cuentas si llegara y tuviera que
apurarse a maquilarse lo que se le había arruinado por su chilladera y ponerse
el lindo vestido que ya se había quitado jaja, en fin.
La salude
con un beso en la mejilla y, antes de que si quiera su padre saliera, arranque
con ella en mi carísimo auto hasta el centro, donde la invite a comer algo ligero
y la lleve al cine hasta la madrugada, cuando luego de una bonita noche la
regrese a su casa, no quería ser tan cruel con ella, ni tan apresurado, tampoco
era un maldito.
Pasaron
unos días y pensaba que ella me hablaría o algo, durante esos días me había cogido
a otras dos viejas, ya era rutina para mi masculinidad, pero entonces, la mire
en el recreo llorando, me sentí con algo de compromiso y me acerque a ella para
ver que sucedía.
Ella
me no me conto nada de sus problemas, pero como siempre, sus estúpidos padres
peleando y ella terminando interviniendo para que sus tontos hermanos no sufrieran,
pero tenía que fingir que no lo sabía, en ese momento, ya no sabia si continuar
con mi machista seducción, pero tampoco quería que se ilusionara conmigo y
terminara enamorándose de mí, en estos momentos lo que menos quería era una relación
estable, ahora solo quería ser todo un macho y pasarme cogiendo mujer tras
mujer con esta buena verga que tenía y no se detenía.
Terminó
siendo en vano, pues al consolarla, había creado ese vínculo extraño entre sus
sentimientos y los míos, ya estaba clavada, pues el chico de sus sueños la
estaba abrazando y tratando de que se pusiera feliz.
La
mire a sus ojos llorosos y, aprovechándome de la situación, le plantee un beso,
mi amiga no era bonita, pero tampoco fea, solo algo descuidada, le faltaba
arreglarse mejor y por supuesto, lucir sus ricas tetas, las cuales había visto
en una ocasión, cuando estuvimos en una alberca, tiempo antes de ser hombre.
Ella
se emocionó con el beso, sin remedio, le pedí que fuéramos a pasear luego de la
escuela, sabia que ella era muy responsable, le gustaba llegar a casa a hacer la
tarea, pero por alguna razón, termino accediendo, bueno, no es como que todos
los días el chico mas guapo de la escuela te pida que salgas con él por el
resto del día, sabía que ella quería olvidarse de sus problemas, quien era yo para
negarle a una pobre e ingenua chica una salida.
Pasamos
la tarde mas agradable de su vida, habíamos salido a comer algo rico y luego paseamos
por el parque, la tome de la mano para hacer más emotivo el asunto y sin tener
intenciones de que pensara que ya éramos novios, solo le compre unas rosas que
una señora paso vendiendo para que se sintiera más feliz.
Ya
era algo tarde y aun no sabía si pasar a la siguiente fase con ella, era la
primera vez que siendo hombre me sucedía tal cosa, en no decidir si acosarme
con ella y cogérmela como a todas las chicas con quienes había cogido o si
simplemente dejarla como una amiga más, mis primeros planes se habían salido de
control, algo en mi me decía otra cosa, no entendía por qué.
Finalmente,
la llevé a su casa, sentí coraje de no poder cogérmela y botarla como a
cualquier vieja, pero no podía arruinarle el corazón luego de la tarde tan
bonita que le había regalado, pensaba que estaba volviendo a pensar como vieja,
como era posible, será que estoy perdiendo la fuerza masculina que tenía.
Estaba
enojado, quería terminar con esta frustración, luego de dejarla en su casa, corrí
tan rápido como pude, acelere al máximo en el carro que llevaba y vaya que corría,
me sentía todo un hombre, pero entonces, un perro se interpuso en mi camino y terminé
frenando lo mas que pude, me quede atónito al ver como casi mataba al perro, en
verdad que estaba fuera de control, mi corazón se aceleraba, ¿Qué estaba pasándome?
Conduje
hasta un burdel, donde había chicas bonitas y con buen cuerpo, necesitaba desestresarme,
rápidamente, pague por una y me encere con ella en una habitación, la mire,
estaba bien rica, comenzó a bailarme como la puta que era mientras que la observaba
contoneándose, quería cogérmela tan rápido como pudiera, ella se acercó a mí,
la bese y la tumbe a la cama mientras me desnudaba, miraba en su expresión como
gozaba al ver mi enorme pene, vaya que esta cosa hacia temblar a las perras
como esta, era su noche, la pasaría en grande con mi verga dentro de su coño.
Empecé
a besarla y a tomar su cabello para domarla como la perra que era, pero algo
pasaba dentro de mí, cerré los ojos, intente visualizar a mi mejor amiga, paulatinamente
comencé a llamar a esa puta como Ivone, el nombre de mi mejor amiga, ella no parecía
oponerse, pero mi cuerpo parecía resistirse, por alguna razón, no podía ni
siquiera cogerme a esta mujer, no sabia lo que me pasaba, mis manos temblaban y
mi miembro parecía no querer cooperar, la puta lo noto y riéndose se alejó de mí,
incluso, me había llamado puto, maricón, obviamente me encabrone.
No entendía
que sucedía, porque a mí, porque si yo era todo un macho, me había enamorado de
mi mejor amiga, ella no era nada comparado con una puta con buen cuerpo, ella
era tierna, era amable, inteligente, responsable, tímida, coqueta y hermosa,
¡No puede ser!, me había enamorado de Ivone, me miré en un espejo, miraba mi
rostro masculino, el rostro de Gabriel, el rostro de mi masculinidad quedando
totalmente frágil por un sentimiento tan asqueroso como el amor.
- ¡Yo
no puedo estar enamorado! –
Gritaba
observando mi reflejo, pero entonces, comencé a recordar la vida de Gabriel
antes de que le robara su cuerpo, Gabriel nunca había sido un hombre machista,
el jamás se había acostado con tantas mujeres como podía, el se divertía con
sus amigos sanamente, jamás llevaba mujerzuelas, era su estúpido amigo el que
le suplicaba llevar prostitutas y cervezas para divertirse, el jamás se
drogaba, siempre era un gran jugador, era responsable, inteligente, jamás hacia
cosas por su conveniencia, por eso todos lo amaban y admiraban.
MI
cabeza daba vueltas, estaba consternado, en verdad había arruinado la vida de
Gabriel, mire mi rostro en el espejo, parecía distorsionado, de la nada, parecía
que mis ojos lloraban sangre, mi corazón latía fuertemente, este cuerpo estaba
sufriendo, sufriendo por causa mía, no podía seguir manteniendo esta sucia vida
que llevaba, una vida a la cual lo había estado sometiendo sin razón alguna.
Mi ambición
había llegado demasiado lejos, no podía continuar haciéndome daño a mí mismo,
regrese a casa consternado, pensando en todo lo que había pasado por mi culpa, debía
de hacer algo para arreglar todo el daño que había hecho, debía de apoyar a Ivone,
debía de ser el hombre que ella necesitaba que fuera.
- ¡Hazlo
como hombre! –
Me decía
a mí mismo entre sueños, pensando en una vida digna con Ivone, siendo un hombre
honesto y responsable, como si fuera una pesadilla que me estremecía y me hacía
sentir la necesidad de ser el verdadero Gabriel que este cuerpo necesitaba ser.
Al día
siguiente, desperté decidido en ser un hombre diferente, aprovecharía todo lo
que la vida me había dado, un gran poder conlleva una gran responsabilidad,
pensaba, me apresure a arreglarme, me puse muy elegante y guapo, me rocié con loción,
me puse desodorante y me peine, tome mi auto y conduje hasta casa de Ivone,
antes de llegar, pase a comprar un bonito ramo de girasoles, pues sabia que a
ella le encantaban, al llegar, ella me recibió con sorpresa, una hermosa
sonrisa ilumino su rostro, parecía que había estado llorando nuevamente, yo le sonreí
y la abrace, note como miraba sus girasoles fascinada, me abrazo tiernamente, percibiendo
el agradable aroma que tenía.
La
miré a los ojos y sintiendo mucha paz, me acerque a sus labios para darle un
bonito beso, ambos nos quedamos mirando tiernamente, hasta que reaccionamos que
se nos hacia tarde para la escuela, en el camino, no pude dejar de admirar su
belleza, era hermosa, era mi chica, la chica que necesitaba para sentirme como
un verdadero hombre.
Por eso
recuerda, si algún día con una mujer quieres estar, solo recuerda.
¡Hazlo
como hombre!
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Espero que hayan llegado hasta el final de esta linda historia, algo un poco diferente, saliéndome de todos los típicos cambios y temáticas de historias que suelo escribir, porque, quiero que mis seguidoras mujeres también vean que pienso en ellas.
Comenten que les pareció, a pesar de que pueda parecerles desagradable ver una historia con un hombre como tema principal, no veo nada de malo que exista una historia respecto a ello, en fin, espero les guste y que comenten que les pareció uwu.
Su Diosa Rojita del Body Swap se despide una vez mas, esperando que la historia haya sido de su agrado uwu