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domingo, 9 de octubre de 2022

"𝑹𝒐𝒑𝒂"

 

TG October 21

-Ropa-


- ¡Mueve más ese culo perra!, ¡Vamos!, esas donaciones no van a llegar solas –decía mi hermana mientras grababa con su cámara y burlándose de mí de manera despiadada.

- ¡Ya Melissa, por favor!, te prometo que no lo volveré a hacer, pero ya regrésame mi cuerpo y deja de grabarme.

- ¡Jajajaja, por supuesto que no!, ¿Qué no vez todo el dinero que estoy ganando?, eres la perrita de internet mas deseada del momento.

- ¡Entonces y también quiero dinero!, soy humano, ¡Sabes…!

- ¡Cállate, cállate y sigue moviendo el culo!, ahora una sonrisa y se una niña tierna.  

Cuando la casa estaba sola, tenia el fetiche de ir al cuarto de mi hermana mayor y ponerme su ropa interior, no me consideraba un travesti, pero simplemente tenía una fuerte atracción por la ropa femenina.

Una vez que subía las pantimedias y las bragas de mi hermana por mis piernas, adornando mis glúteos, el brasier en min pecho, con los elásticos amarrados en mis hombros, no podía dejar de sentirme excitado.

Con una gran erección, comenzaba a masturbarme mientras miraba mi imagen en el espejo.

Tenía 16 años, era el hermano menor de Melissa, mi hermana mayor de 19, ella siempre fue una egoísta y enojona conmigo, no parecía quererme mucho, pues siempre decía que le había quitado la atención de mis padres, incluso, se atrevía a llamarme gusano, perdedor, pervertido etc.

Si bien, su cuerpo era voluminoso, tenía tetas promedio, un culo redondo y bien paradito, sus piernas eran una locura al igual que su belleza.

Mientras que, por otro lado, yo tenía rasgos muy finos, no parecía una mujer, pero era un hombre algo bonito, por así decirlo, al crecer, no desarrolle demasiad musculo, afortunadamente no era gordo, pero no parecía un esqueleto tampoco.

Al pasar de los años, la ropa femenina interior comenzó a ser un problema para mi estabilidad emocional, pues me excitaba mucho imaginarme con ella puesta, a los 13, fue la primera vez que aproveché que mi hermana no estaba para ponerme sus tangas y sus corpiños.

Fue un placer demasiado excitante, y sobre todo, hacerlo antes de que ella o mis padres llegaran a casa, una vez incluso, derrame accidentalmente semen en una de sus pantis y me la robe para no ser descubierto, tirándola con dolor a la basura del vecino pue son quería que fueran a encontrarla en mi cuarto llena de semen, ya que me considerarían un pervertido.

Cosa que mi hermana hacía tremendo escandalo cada que le robaba o le perdía su ropa interior, claro, esto sin saber que era yo el que lo hacía, aunque lo sospechaba.

Luego de unos años, ya era todo un experto en la ropa interior que usaba mi hermana, ella compraba de todo, o, mejor dicho, nos compraba de todo, ella tenia tiempo sospechando que el que usaba y se robaba su ropa interior era yo, su hermano menor.

Así que un día, la gran sorpresa se dio, cuando al volver a estar solo en casa, y, después de tanto planearlo, aproveché para ir al cuarto de mi hermana, me desnudé como siempre y rápido me deslicé uno de los nuevos conjuntos que ella había traído la última vez que había salido de compras con sus amigas.

Me miré en el espejo, me sentía muy sexy con ese conjunto rojo demasiado femenino, mi pene no tardo en ponerse duro y fácil comencé a masturbarme hasta venirme manchando todo como siempre.

- ¡Ahhh, que rico! –jadeaba al verme en el espejo, el placer y el morbo lo eran todo en estos escenarios, la adrenalina de saber que en cualquier momento pudieran descubrirme, aunque reía al saber que no había nadie en casa, ¿O sí?

Cuando de repente, comencé a sentir todo mi cuerpo caliente, me picaba la piel, me dolía el pecho y la entrepierna de manera horrible.

Casi agonizando me desmayé por unos segundos, mientras que sentía como todo mi cuerpo crujía, mi columna se encorvo, mis glúteos y caderas crecieron, mi cabello se volvió mas largo y claro a punto de un rubio natural, mis ojos se pusieron azules y mi rostro se volvió mas fino con los labios un poco más carnosos y tiernos.

Note que me había encogido un poco, aunque me sentía algo más alargado de las piernas, las cuales se habían puesto un poco más lisas y femeninas.

Pero lo peor fue darme cuenta de que mi pene se había encogido al grado de que se desapareció para dejar en su lugar una tierna vagina funcional como si fuera una niña biológica, jadee luego de sentir un espasmo viniendo de aquella zona, mirando que ahora tenía una vagina como por arte divina o mágica.

Froté con mis dedos mi nuevo coño cuando mis dos pezones se pusieron duros y la fricción con la era del brasier me hacía vibrar y sentirme más excitado, llevé mis manos a mi pecho, dándome cuenta de que me habían salido dos senos pequeños pero firmes rellenando fácilmente las copas del brasier.

- ¡Ahhhh, que…!, ¿Qué me paso?

(Continua leyendo abriendo la entrada si es que estas en modo web o computadora o tablet, ya que esta larga y puse un salto de página :P)


Jadee mientras tocaba mi reflejo en el espejo, impresionado y con mucho miedo al verme convertido en una versión femenina de mi mismo, pero con la lencería de mi hermana, incluso algo parecido a ella.

- ¡Jajajaja, pero miren a que linda putita descubrí robándose mis bragas! –en eso, mi hermana apareció frente a la puerta grabando con su celular, no sabía cuánto tiempo llevaba ahí, pero suponía que lo suficiente como para aprovecharse de esto y humillarme con ello.

- ¡Melissa, pero que!; ¿Qué estas haciendo aquí?, ¿Tu sabes que paso?, ¿Por qué me convertí en una chica? –preguntaba temeroso, esperando no fuera lo que estaba pensando.

- ¡Jajajaja!, ¿De verdad no sabes?, ¡Es obvio!, lo sabía desde hace mucho tiempo, sabia que te robabas mis prendas, que te ponías mi ropa interior, que te encantaba sentirte como una putita con mi ropa y masturbarte como un puerco pervertido.

Miraba su semblante malévolo, no sabía que quería hacerme con esto, cual era la finalidad, ¿Cómo es que me había convertido en una mujer?

- ¿Cómo hiciste esto?, ¡Devuélveme a la normalidad! –le decía casi llorando sintiéndome muy confundido y excitado de cierta manera.

- ¡Jajaja, ni loca!, tengo muchas ideas para ti ahora, y olvídate de que van a decir mis padres, ellos están de acuerdo con esto, les dije de mi plan desde hace tiempo y no dudaron en aceptar ponerte un castigo, lamentan haber perdido a su único hijo hombre, pero no quieren tener a un rarito en casa, así que para ellos fue la mejor opción, tener a dos lindas niñas en casa, y que te pusiera un castigo que jamás olvidaras.

- ¿Castigo, que castigo?, ¡No creo que mis padres quisieran hacerme esto!, seguramente tu les diste algo para que lo creyeran, ¡Eres una maldita bruja!

- ¡Jajajaja, piensa lo que quieras!; después de todo quien manda aquí ahora soy yo, y vas a hacer lo que te ordene sino nunca te regresaré tu cuerpo de hombrecito pervertido.

- ¡Por favor, te lo suplico, devuélveme mi cuerpo, no lo volveré a hacer!

Lloraba entre sentimientos encontrados, no sé porque me había vuelto tan frágil de un momento a otro, tenía miedo de lo que mi hermana fuera capaz de hacerme, incluso, lanzarme a un prostíbulo si ella quisiera con tal de vengarse, no sabía como es que mis padres estaban de acuerdo con todo esto, pero no quería aceptarlo.

Mi voz sonaba como la dulce voz de una niña, muy suave y chillona, mis sentimientos estaban confundidos, sentía que todo esto me perturbaba, me ponía más frágil y llorona, deben de ser estos cambios femeninos, no sabía como controlarlos, estaba perdido, sabía que meterme con la ropa de mi hermana me traería consecuencias algún día, pero nunca imaginé que esto fuera posible, ¡Convertirme en una mujer!

¿Premio o Castigo?, pensaba luego de saber que por dentro esto me estaba fascinando, quizás siempre quise ser una hermosa niña, mis decesos se estaban cumpliendo, pero, ¿A qué costo?

Sabía que mi hermana no me quería, jamás fui su hermano ni su persona favorita, sabía que el que se había ganado este castigo fui yo mismo.

Pero de no quererme y castigarme injustamente por mis deseos a torturarme sexualmente sin descanso alguno y solo por sus deseos vánales de verme humillado y ganar dinero a costa de mi sufrimiento, eran cosas muy diferentes.

Lo primero que note, era que mi cuerpo se ponía bastante sensible con tan solo el rose de una pluma, ella aprovechó esto para amarrarme en la cama y mientras me grababa con la cámara enfrente de una gran multitud de seguidores desconocidos y anónimos en línea, me provocaba cosquillas en mis pies desnudos, pasando por mis piernas, hasta mi abdomen, donde gozaba de hacerme mojar la cama varias veces.


Entre risa y risa trágica y dramática de mi agonía, pero burla directa por mis cosquillas incontrolables, me pellizcaba los pezones haciéndole ver a los espectadores lo ricos y sensibles que se me ponían al contacto con sus manos.

Gemía fuertemente de placer mientras que mi coño desembocaba una gran cantidad de orgasmos, mis piernas temblaban, mi cuerpo se estremecía, era sumamente sensible a todo tacto, haberme transformado en una mujer me había vuelto mas vulnerable y con una libido superior al de quizás cualquier mujer.

Cuando pensé que ya había terminado, esto apenas era el comienzo, pues entre risas, me dijo que el primer día había terminado, pero que mañana me esperarían cosas más horribles y quizás perdería la virginidad por primera vez como una mujercita.

Yo dentro de mi mente de macho, quería negarme, no pensaba acostarme con un hombre, ¿Qué se suponía que haría conmigo?, ¡Perdería la virginidad!; eso podría sentirse muy delicioso, mi coño se ponía caliente y húmedo de solo pensarlo, aunque odiaba pensarlo ya que no quería perder mi sentimiento masculino, era un hombre, no era una mujer a la que podían penetrar como una vil perrita, pero mi cuerpo claramente representaba lo contrario.

Al siguiente día, mi madre me llevó de compras con mi hermana, paseamos por cada tienda, ella me prestó algo de su ropa, ya que claramente teníamos cuerpos similares, aunque ella aprovechaba cada momento para insinuarme con hombres, quienes no dudaban en pasar sus ojos perversos por todo mi cuerpo.

Para colmo, llevaba puesto una lencería muy sexy debajo de un top y una falda pequeña, la cual mostraba los elásticos de mis bragas, tenía puestas unas zapatillas que ponían mi culo paradito y así paseando por toda la plaza mirando con placer como todos ponían su mirada caliente y muy fija en mis piernas y mi culo.


Como hombre, esas emociones me hacían sentir humillado y vulnerable, aunque por dentro gozaba de la experiencia, pues siempre desee verme como una muñequita, bien putita y que los hombres me desearan al igual que me sedeaba al verme mi reflejo en lencería frente al espejo, cosa que mi hermana estaba cumpliendo realidad.

Pero de gozar de las miradas y de la experiencia, a tener un pene real entre mis piernas, eran cosas distintas, yo no quería convertirme en una mujer real, yo no quería perder mi virginidad con un hombre, quería tener mi verga para coger y tener mi primera vez con una mujer, hacerla mía, ser su macho, quizás compartirnos bragas, pero no a menudo.

- ¡Mira hermanita!, parece que a ese chico le encanto tu culo –ella reía mientras provocaba que el chico pusiera atención en nosotras.

- ¡Mierda Melissa, deja de hacer eso! –yo le exigía, pero era inútil, me tenía bajo su control.

Entonces, ella en protesta, siendo que ella era la que mandaba, me obligó  inclinarme hacia adelante con fuerza, haciendo que mis piernas se estiraran, mi culo se pusiera más gordo así como se expandiera, solo para mostrárselo al chico que nos veía, subió mi falda para darle mas placer, yo no podía resistirme, mis deseos iban en contra de mis pensamientos, me encantaba que me viera el culo, gozaba de que me viera las bragas, pero no conforme con eso, la idiota de mi hermana comenzó a darme de nalgadas hasta hacerme gemir de dolor, dejando sus manos marcadas en mí ya rojizas nalgas.

- ¡Ay, ya Melissa, no te pases, me duele!, mi cuerpo es demasiado sensible, ¡Por favor! –lloraba mientras me sobaba y quitaba sus manos de mi cuerpo.

- ¡Jajajaja, ay hermanita, perdóname!, pero te merecías un castigo, además ese chico realmente quería verte ese delicioso culo que tienes.

Ella solo se burlaba, pero afortunadamente mi madre nos llamó a ambas y entramos en una tienda de lencería y ropa femenina, claramente, ella deseaba tanto como mi hermana castigarme por ser un mal hijo, por ser un rarito como le decían a los de nuestra comunidad en la sociedad.

Rápidamente me vistieron con todo tipo de bragas, me ponían falditas, blusas pequeñas, tops, shorts pequeños etc., lo que me hiciera ver lo suficientemente zorra y femenina.

Me quejaba con mi madre por su actitud conmigo, ¿Qué no se daba cuenta de lo que estaba haciéndole a su hijo?, claramente no, ella solo ordenaba y disfrutaba lo que mi hermana decidía conmigo.

- ¡Listo mami!, ya quedó, ahora sí se ve como toda una zorrita, espero que lo que le prepare esta noche para ella le guste tanto como a los espectadores.

- ¿Qué?, ¿Qué es lo que me preparo mami? –lloriqueaba tímida y nerviosa tal cual, como una niña indefensa, pero sonando dulce y coqueta como si supiera y solo me hiciera la tonta.

- ¿Recuerdas a Kevin, el brabucón que te molestaba en el salón? –Melissa interrumpía –Pues digamos que te conseguimos una cita con él, en tu cama esta noche y el será el afortunado en quitarte la virginidad, ¡Jajajaja!

- ¿Kevin?, ¿Por qué mami, porque el, porque él? –jadeaba chillando como toda una chica tímida y traviesa.

En mis pensamientos, me llenaba de terror que mi peor enemigo supiera que ahora me encontraba frágil e indefenso, que podía dominarme y hacerme su perrita tal cual me hacia en la secundaria y gran parte de lo que llevábamos de preparatoria, pero por el  otro, me llenaba de curiosidad y de mucho morbo saber lo que podría hacer conmigo, el que me hiciera su perra, el que me dominara y me volviera una sumisa para complacerlo.

Ahora sí me tendría bajo su control, humillándome y pegándome como toda una zorra, lo deseaba, deseaba sus fuertes brazos y su enorme verga en mi boquita, deseaba con todas mis fuerzas que me penetrara y me quitara la virginidad esta noche.

Lloraba, pues estos solo eran pensamientos controlados por mi embrujo, o quien sabe que extraña condición que me habían impuesto con magia, pero quizás solo era producto de mis verdaderos deseos internos volviéndose realidad una tras otra, quizás, solo quizás, realmente deseaba por dentro que Kevin me humillara y me cogiera con todas sus fuerzas.

- ¡Gracias mami, gracias hermanita! –chillé pero ya no de miedo, sino de felicidad, por ayudarme a cumplir todos mis sueños, ellas solo sonreían con un gesto entre ambas, entendiendo que finalmente me estaban corrompiendo hasta volverme una completa tonta perra sumisa.

Llegamos a casa y me preparé para recibir a mi nuevo amo, me di un baño refrescante, estimulé mi clítoris solo de imaginar ver llegar a mi amo y complacerlo como todo un rey, gemí0 y me vine sin contar las veces en que mi coño se mojo por completo, las sensaciones de mi cuerpo eran enormes, tanto que no me dejaban parar ni un segundo.

Salí del baño y luego comencé a vestirme, me miré en el espejo, luego de que mi madre me maquillar ay me peinara, mi hermana acomodaba las cámaras, al igual que mi padre la cama, ¡Sí!; el también sabía de esto y participaría al igual que los demás, en mi gran castigo y humillación.

Me miraba en el espejo, mi sexy figura predominaba y me petrificaba de lo pinche perra que me veía, esas bragas, ese conjunto, me veía tan sexi, como toda una diosa dispuesta a entregarse a su macho.

- ¡Ya está aquí! –mi hermana decía, luego de llegar hasta la puerta con un Kevin esperando ansioso por cogerme.

Me puse algo nerviosa, mis manos temblaban, mi voz apenas se escuchaba firme, me quería meter bajo una roca y llorar, esta sería mi primera vez como mujercita.

Kevin entró junto con mis padres y mi hermana, todos sonreían, miré a Kevin visualizándome de pies a cabeza, quería reírse, pero, aunque delante de el estuviera su rival más débil, veía ahora a una hermosa putita que estaba dispuesta a entregarse en cuerpo y alma a él.

Pude sentir su calor emanando de su cuerpo excitado, su olor me repugnaba, no era muy limpio que digamos, aunque efectivamente olía a macho, sentía su hormonas encenderse, era como tener super poderes con este cuerpo, tenía todas las perspectivas en una sola, parecía que lo sabía todo, sabía que Kevin debía de estar muy excitado justo ahora, esperando ansioso el momento por abrirme las piernas y penetrarme con fuerza.

Ni siquiera se molestó en preguntar, en burlarse ni reírse, no le causo inquietud alguna el pensar que dentro de ese cuerpo de diosa se encontrara su pequeña basura, así como también le valió el que mis padres y mi hermana hayan montado todo un espectáculo con cámaras y un enlace en línea para que miles de espectadores nos miraran.

Me di la vuelta mostrándole el culo de manera atractiva, me incliné hacia la cama dejándole ver todo el panorama completo, él se acercó dándome un pequeño arrimón un poco indecente, mientras que acariciaba frotando mi culo en círculos, sintiendo toda su mano en mi suave piel, comencé a jadear sutilmente, pues me daba escalofrió el sentir sus dedos en mi piel.

De repente soltó una fuerte nalgada y yo gemí impotente, comenzaba a calentarme, me sentía con la adrenalina al límite, esperando a que mi cazador me penetrara.

Claramente Kevin no era un romántico ni un hombre caballeroso ni gentil, me empujó hacia la cama abriéndome las piernas en el acto, mi hermana estaba grabando todo sin perder lujo de detalle, me sentía horrible de saber que toda mi familia era participe de esto, que gozaban de verme humillado y corrompido por mi propio enemigo.

Kevin se quitó los pantalones, no esperaría mucho mas para desear penetrarme, se arrimó hacia a mi para besarme, me sonrió cruelmente apretando mis pechos, me arrancó el brasier lanzando su boca directamente a mis pezones donde comenzó a succionar con fuerza.

- ¡Ahhh!

Jadeé algo fuerte y un poco inconforme, ¿En verdad me habían traído a este bruto para cogerme?, pero poco a poco comenzó a usar su lengua para estimular mis pechos, empecé a temblar instintivamente, mis piernas se estiraban, mi culo se apretaba, mi coño comenzaba a humedecerse, me estaba haciendo sentir mucho calor en todo el cuerpo, mi boca no paraba de suspirar, las feromonas de mi cuerpo trataban de llenarlo con mi aroma.

Me tomó del pelo estirándome hacia atrás, gemí fuertemente, luego de sentir como me trataba de dominar como un macho indiscriminadamente.

Tomó mis bragas con sus fuertes manos deslizándolas por mis piernas descubriendo mis piernas desnudas, me giró sobre la cama dejándome en cuatro, ¿Así perderías mi virginidad, cogida como una perra?, pensaba, pero de la nada me comenzó a soltar unas nalgadas, metió sus dedos en mi ano y luego en mi culo jugueteando una y otra vez.

Mis manos agarraban fuertemente las sábanas, mis dientes mordían mis labios desenfrenadamente, amagó con su mano mi cabello jalándome hacia atrás, acomodándose para darme de caricias con sus labios por todo mi cuello.

- ¡Espero que te este gustado esto putita! –gimió suspirando con fuerza en mi oreja.

Su rebeldía y forma tan macha de decírmelo me hizo estremecer, me encantaba que me llamara putita, me prendía la manera en que sabía tomar mi cuerpo para castigarme, me arrastro tirando de mi cabello por la cama, dejándome vulnerable, nos miramos fijamente, me sentía muy excitado, abrí mis piernas mostrándole mi coño rosadito, me sentía lista, mi coño estaba húmedo y muy caliente.

Miré su verga totalmente parada, sin duda una magnifica pieza masculina que estaba a la espera por penetrarme, ni siquiera se molestó en ponerse el condón, impulsó su frente hacia mi coño clavando su órgano perfectamente en mi hendidura.

Apreté las sábanas con fuerza mientras que todo mi cuerpo vibraba, gemí con fuerza tratando de resistirme a la dura sensación que me oprimía, el comenzó a deslizar con fuerza su pene dentro de mi vagina, empujándome y sacudiendo mis tetas, tomando mis piernas para engancharme y no me pudiera soltar.

Luego de sentir sus garras apretando mi culo, su pene parecía una paleta sumergiéndose una y otra vez dentro y fuera de mi coño, miraba a mi familia alabando las pervertidas acciones del sujeto conmigo, al principio eso me había dolido mucho, pero a nadie le parecía haber importado, incluso, me parece haber visto un poquito de sangre luego de ello, pero dejé de pensar en eso después de comenzar a experimentar un intenso placer en todo mi interior.

- ¡Ahhh! –me sacudí sintiendo como mi coño experimentaba su primer squirt orgásmico, estaba a reventar lleno de lujuria y sensaciones entrañables.

Pero el continuaba tomando mi cuerpo como si fuera un juguete, aprovechándose de mi fragilidad, era una simple muñeca de porcelana a lado de su cuerpo de macho monumentalmente fornido y salvaje.

Notaba su rostro lleno de placer, en cualquier momento podría venirse, no parecía durar mucho, esperaba que nuestros espectadores estuvieran felices con lo que habían visto, en unas secuencias más tarde, mi coño apretó un poco fuerte su órgano, el ya no pudo sacarla deslizándose como una serpiente de momento y entrelazados ambos nos venimos juntos, corriéndose dentro de mi vientre con una inyección letal de su exquisito semen llenándome como una vil perra en su poder.

- ¡Aun no hemos terminado hermosa! –Kevin deslizó su pene luego de que mis labios dejaran de estar tensos, su pene parecía encogerse mientras que con malas intenciones se acomodaba enfrente mío –¡Chúpala perra!

Kevin me tomaba de mi cabello empujándome precipitadamente directo hacía su pene, que, aunque ya estaba encogido, metí en mi boca para estimularlo, todo, mientras mis padres y hermana nos veían, sentía asco y un tremendo coraje al ver como mi propia familia gozaba de humillarme.

Luego de un par de segundos, mi exquisito trabajo con mi boquita surgió efecto, poniendo dura la verga de Kevin, pero el presionaba fuertemente mi nuca para que no me soltara.

Tuve que terminar el trabajo que había empezado, chupando una y otra vez sin parar, no sabía cuánto tiempo había estado haciendo eso, cuando me di cuenta de que el ya no ejercía presión sobre mí, sino que ya era yo quien chupaba ese jugoso trozo de carne como si fuera una paleta, me encantaba su sabor, me encantaba sentir su calor dentro de mi boca mientras lo estimulaba, tragándome ese rico trozo de carne hasta el fondo, haciéndome su puta.

Subí mis ojos hacia su rostro, claro que no era una belleza de hombre, pero me encantaba sentirme su perra, saber que me dominaba y que el era mi dueño, mi amo.

El me miraba con gozo fijamente, mientras jugueteaba con su verga, mi boca estaba haciendo todo el trabajo, con mi lengua, jugaba su cabeza, con mis labios, frotaba su torso y con mis manos me sujetaba fuertemente para no caerme hacía adelante.

Luego de unas chupadas más, su pene se vino concretamente dentro de mi boca, expulsando todo su liquido hasta mi garganta, conde tuve que trabármelo con asco, pero a la vez con un impetuoso deseo sexual que calentada todo mi cuerpo y no me dejaba en paz.

- ¡Ahhh!, que rico sabes hacerlo

Kevin gimió, luego de que al menos había hecho algo por primera vez en toda la exhibición de sexo que tuvimos frente a mi familia, su pene aun derramaba unas cuantas gotas de su semen, cayendo en mi rostro y un poco en mi pecho, cosa que me pareció repugnante, pero a la vez muy sexy sentir ese líquido espeso corriendo por todo mi cuerpo, incluso, sin pensarlo mucho, froté con un poco de eso mis pezones, sintiendo una extraña pero satisfactoria sensación.

- ¡Jajajaja, miren cuantas donaciones nos llegaron gracias a la zorra de mi hermanita! –Melissa gritaba de emoción, mientras que mis dos padres solo asentían y glorificaban el asunto.

Kevin solo miró a los tres como unos raros y se fue de la casa sin más, sin pena ni gloria y bastante satisfecho.

Al menos esto me daba a mi cierta ganancia, pues, aunque era se podría decir, la pertenencia sexual y económica de ingresos de mi hermana, me daba bastante dinero para salir a comprarme lo que yo quisiera, pues ya no le interesaba andar conmigo como si fuera mi niñera.

Eso me daba más libertad de vivir una vida tranquila, por así decirlo, me encantaba visitar los centros comerciales, comprarme ropita bonita, antes como hombre, tenias miedo de entrar en una tienda de ropa femenina y que me miraran raro solo por ser chico.

Pero ahora, cada tienda que entro, dos chicas me atienden personalmente con ganas de venderme lo que sea que me hiciera ver bien sexi con este cuerpo, una vez que me encontré con unas bragas bien sexys, y con un hermoso vestido azul que resaltaba a la perfección mi gran culo, no lo pensé dos veces y me lo compré.

Los chicos siempre eran de esperarse, sobre todo cuando iba a los bares con mi hermana, donde nos llegaba muchos pretendientes, no siempre me gustaba tomar sus invitaciones, pero un chico en especial me causó mucha atención, acepté su invitación sin reclamos.

Me llevó hasta un hotel muy fino donde hicimos el amor bastante delicioso, me concentre realmente en que yo era una muy sexy mujer en este momento, su trato, sus caricias su afecto, en verdad me hicieron estremecer, gemir bastante fuerte de lo delicioso que estuvo.

Miré la cama avergonzada, no sé cuántas veces me había venido, la cama estaba mojada a morir, el solo se rio tiernamente, me había dejado sin palabras, pero luego de eso, me llevó hasta mi casa y ya no volvimos a vernos.

Eso me deprimió un poco, pues ahora los chicos solo me veían como un objeto sexual para pasar la noche, no sabía si sentirme o no mal por eso, ya que tampoco quisiera una vida estricta ni encadenada a nadie, me sentía bien siendo libre y mejor encontrando a otro tipo de hombres en diferentes ocasiones, sin estar atada a nadie.

El negocio familiar cada vez iba mejor, mi hermana y yo gozábamos de hacer videos muy sexys, donde ella me metía juguetes bastante deliciosos y pervertidos para nuestros espectadores.

También invitábamos en una que otra ocasión a amigos míos para que me hicieran su perra en la cama como parte del espectáculo, claro que les dábamos su comisión.

Un día, ella se hartó de mí, o más bien, de lo que hacíamos, ya teníamos bastante dinero y ella quería dedicarse ya a otras cosas, ella no parecía decir nada, mientras que yo apenas recordaba que no era esta mujercita tan bonita que ahora era.

Peleamos por la situación, ya que necesitaba a una compañera fiel para mis videos y para continuar entreteniendo a nuestros fans, pero ella simplemente se negó, recordándome que realmente yo era un hombre, cosa que luego de unos años había olvidado.

Entre en una crisis existencia, pues según mi ahora yo, era Leslie, una hermosa chica rubia, olvidando por completo mi antigua identidad masculina, entonces pregunté con rabia, recordando que esto era un castigo y no un estilo de vida.

- ¡Ya te dije que no hay manera de volver!, pensé que recuperarías tu cuerpo de chico luego de una semana, pero al ver que ya no había vuelta atrás simplemente lo olvidé.

- ¿Cómo pudiste olvidar algo tan importante?, ¿Cómo es que nunca te importó que yo ya no volviera a ser un hombre? –gritaba con rabia, estremecido y aun dudando de mi verdadera sexualidad.

- ¡Pues no parecías estar triste con eso!, lo has disfrutado ni siquiera pareciera que recordaras que antes eras solo un niño molesto.

Era verdad lo que ella me decía, ya no me importaba más volver a ser un hombre, durante estos dos últimos años la había pasado increíble siendo una mujercita, había afrontado varios cambios, muchos retos y diferentes malestares, pero amaba mi nuevo yo.

-La bruja con la que conseguí hechizar mis prendas solo me dijo que te transformaría en una hermosa chica de tus sueños, pero jamás me dijo si eso tenía un límite y olvidé preguntar si volverías a ser un hombre, así que solamente, el tiempo lo dirá.

Mi hermana era una estúpida por haberme puesto en este punto, por haber querido destruirme la vida, haciendo de esto una mejor vida para mí en lugar de eso, amaba ser una zorra, una esclava sexual para mis seguidores pervertidos de internet, amaba ser esa chica a la que otras mujeres le tenían envidia y a la que los chicos calientes no podían dejar de imaginar cogiéndola en sus camas.

Esperaba que ya no existiera una vuelta atrás, desde aquel día, yo ya era Leslie y no quería que esto terminara nunca más.


PD:

Sirius se encontraba en un mirador cerca del gran Coliseo Romano, cuando recibió una llamada de uno de sus espías en el otro lado del mundo.

- ¡Señor, tenemos pistas sobre la bruja! –el hombre del otro lado del teléfono indicaba –La Daga Corta Cuerpos ya no está, perdimos rastro del hombre y solamente quedó una espesa neblina verdosa en el lugar del incendio, también perseguimos su rastro hasta la casa de una familia, pero no notamos nada extraño, ¿Quiere que secuestremos a esas dos lindas niñas que viven ahí?, parece que están haciendo cosas muy interesantes con sus cuerpos.

- ¡No, déjenlas, solamente estorbarían en nuestros planes! –el hombre ordenaba, luego el espía terminó la comunicación continuando con el rastro.

- ¡Veo que esa bruja sigue causando estragos! –la voz de una oscura conocida mencionaba.

- ¿Así que esa pelirroja tiene conexión con nuestra querida bruja…?

 

2 comentarios:

  1. La historia no me envolvió mucho.
    Pero el final 10/10 me encantó. Ya quiero leer la siguiente historia 😃

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