TG October 21
-Ropa-
- ¡Mueve más ese culo perra!,
¡Vamos!, esas donaciones no van a llegar solas –decía mi hermana mientras grababa
con su cámara y burlándose de mí de manera despiadada.
- ¡Ya Melissa, por favor!, te
prometo que no lo volveré a hacer, pero ya regrésame mi cuerpo y deja de
grabarme.
- ¡Jajajaja, por supuesto que
no!, ¿Qué no vez todo el dinero que estoy ganando?, eres la perrita de internet
mas deseada del momento.
- ¡Entonces y también quiero
dinero!, soy humano, ¡Sabes…!
- ¡Cállate, cállate y sigue
moviendo el culo!, ahora una sonrisa y se una niña tierna.
Cuando la casa estaba sola,
tenia el fetiche de ir al cuarto de mi hermana mayor y ponerme su ropa interior,
no me consideraba un travesti, pero simplemente tenía una fuerte atracción por la
ropa femenina.
Una vez que subía las
pantimedias y las bragas de mi hermana por mis piernas, adornando mis glúteos,
el brasier en min pecho, con los elásticos amarrados en mis hombros, no podía
dejar de sentirme excitado.
Con una gran erección,
comenzaba a masturbarme mientras miraba mi imagen en el espejo.
Tenía 16 años, era el hermano
menor de Melissa, mi hermana mayor de 19, ella siempre fue una egoísta y
enojona conmigo, no parecía quererme mucho, pues siempre decía que le había
quitado la atención de mis padres, incluso, se atrevía a llamarme gusano,
perdedor, pervertido etc.
Si bien, su cuerpo era
voluminoso, tenía tetas promedio, un culo redondo y bien paradito, sus piernas
eran una locura al igual que su belleza.
Mientras que, por otro lado,
yo tenía rasgos muy finos, no parecía una mujer, pero era un hombre algo
bonito, por así decirlo, al crecer, no desarrolle demasiad musculo, afortunadamente
no era gordo, pero no parecía un esqueleto tampoco.
Al pasar de los años, la ropa
femenina interior comenzó a ser un problema para mi estabilidad emocional, pues
me excitaba mucho imaginarme con ella puesta, a los 13, fue la primera vez que aproveché
que mi hermana no estaba para ponerme sus tangas y sus corpiños.
Fue un placer demasiado excitante,
y sobre todo, hacerlo antes de que ella o mis padres llegaran a casa, una vez incluso,
derrame accidentalmente semen en una de sus pantis y me la robe para no ser
descubierto, tirándola con dolor a la basura del vecino pue son quería que
fueran a encontrarla en mi cuarto llena de semen, ya que me considerarían un
pervertido.
Cosa que mi hermana hacía
tremendo escandalo cada que le robaba o le perdía su ropa interior, claro, esto
sin saber que era yo el que lo hacía, aunque lo sospechaba.
Luego de unos años, ya era
todo un experto en la ropa interior que usaba mi hermana, ella compraba de
todo, o, mejor dicho, nos compraba de todo, ella tenia tiempo sospechando que
el que usaba y se robaba su ropa interior era yo, su hermano menor.
Así que un día, la gran
sorpresa se dio, cuando al volver a estar solo en casa, y, después de tanto
planearlo, aproveché para ir al cuarto de mi hermana, me desnudé como siempre y
rápido me deslicé uno de los nuevos conjuntos que ella había traído la última
vez que había salido de compras con sus amigas.
Me miré en el espejo, me
sentía muy sexy con ese conjunto rojo demasiado femenino, mi pene no tardo en
ponerse duro y fácil comencé a masturbarme hasta venirme manchando todo como
siempre.
- ¡Ahhh, que rico! –jadeaba al
verme en el espejo, el placer y el morbo lo eran todo en estos escenarios, la
adrenalina de saber que en cualquier momento pudieran descubrirme, aunque reía
al saber que no había nadie en casa, ¿O sí?
Cuando de repente, comencé a
sentir todo mi cuerpo caliente, me picaba la piel, me dolía el pecho y la
entrepierna de manera horrible.
Casi agonizando me desmayé por
unos segundos, mientras que sentía como todo mi cuerpo crujía, mi columna se
encorvo, mis glúteos y caderas crecieron, mi cabello se volvió mas largo y
claro a punto de un rubio natural, mis ojos se pusieron azules y mi rostro se
volvió mas fino con los labios un poco más carnosos y tiernos.
Note que me había encogido un
poco, aunque me sentía algo más alargado de las piernas, las cuales se habían
puesto un poco más lisas y femeninas.
Pero lo peor fue darme cuenta
de que mi pene se había encogido al grado de que se desapareció para dejar en
su lugar una tierna vagina funcional como si fuera una niña biológica, jadee
luego de sentir un espasmo viniendo de aquella zona, mirando que ahora tenía
una vagina como por arte divina o mágica.
Froté con mis dedos mi nuevo
coño cuando mis dos pezones se pusieron duros y la fricción con la era del
brasier me hacía vibrar y sentirme más excitado, llevé mis manos a mi pecho,
dándome cuenta de que me habían salido dos senos pequeños pero firmes
rellenando fácilmente las copas del brasier.
- ¡Ahhhh, que…!, ¿Qué me paso?
(Continua leyendo abriendo la entrada si es que estas en modo web o computadora o tablet, ya que esta larga y puse un salto de página :P)
Jadee mientras tocaba mi
reflejo en el espejo, impresionado y con mucho miedo al verme convertido en una
versión femenina de mi mismo, pero con la lencería de mi hermana, incluso algo
parecido a ella.
- ¡Jajajaja, pero miren a que
linda putita descubrí robándose mis bragas! –en eso, mi hermana apareció frente
a la puerta grabando con su celular, no sabía cuánto tiempo llevaba ahí, pero
suponía que lo suficiente como para aprovecharse de esto y humillarme con ello.
- ¡Melissa, pero que!; ¿Qué
estas haciendo aquí?, ¿Tu sabes que paso?, ¿Por qué me convertí en una chica?
–preguntaba temeroso, esperando no fuera lo que estaba pensando.
- ¡Jajajaja!, ¿De verdad no
sabes?, ¡Es obvio!, lo sabía desde hace mucho tiempo, sabia que te robabas mis
prendas, que te ponías mi ropa interior, que te encantaba sentirte como una
putita con mi ropa y masturbarte como un puerco pervertido.
Miraba su semblante malévolo,
no sabía que quería hacerme con esto, cual era la finalidad, ¿Cómo es que me
había convertido en una mujer?
- ¿Cómo hiciste esto?, ¡Devuélveme
a la normalidad! –le decía casi llorando sintiéndome muy confundido y excitado
de cierta manera.
- ¡Jajaja, ni loca!, tengo muchas
ideas para ti ahora, y olvídate de que van a decir mis padres, ellos están de
acuerdo con esto, les dije de mi plan desde hace tiempo y no dudaron en aceptar
ponerte un castigo, lamentan haber perdido a su único hijo hombre, pero no
quieren tener a un rarito en casa, así que para ellos fue la mejor opción,
tener a dos lindas niñas en casa, y que te pusiera un castigo que jamás
olvidaras.
- ¿Castigo, que castigo?, ¡No
creo que mis padres quisieran hacerme esto!, seguramente tu les diste algo para
que lo creyeran, ¡Eres una maldita bruja!
- ¡Jajajaja, piensa lo que
quieras!; después de todo quien manda aquí ahora soy yo, y vas a hacer lo que
te ordene sino nunca te regresaré tu cuerpo de hombrecito pervertido.
- ¡Por favor, te lo suplico, devuélveme
mi cuerpo, no lo volveré a hacer!
Lloraba entre sentimientos
encontrados, no sé porque me había vuelto tan frágil de un momento a otro, tenía
miedo de lo que mi hermana fuera capaz de hacerme, incluso, lanzarme a un
prostíbulo si ella quisiera con tal de vengarse, no sabía como es que mis
padres estaban de acuerdo con todo esto, pero no quería aceptarlo.
Mi voz sonaba como la dulce
voz de una niña, muy suave y chillona, mis sentimientos estaban confundidos,
sentía que todo esto me perturbaba, me ponía más frágil y llorona, deben de ser
estos cambios femeninos, no sabía como controlarlos, estaba perdido, sabía que
meterme con la ropa de mi hermana me traería consecuencias algún día, pero
nunca imaginé que esto fuera posible, ¡Convertirme en una mujer!
¿Premio o Castigo?, pensaba luego
de saber que por dentro esto me estaba fascinando, quizás siempre quise ser una
hermosa niña, mis decesos se estaban cumpliendo, pero, ¿A qué costo?
Sabía que mi hermana no me
quería, jamás fui su hermano ni su persona favorita, sabía que el que se había
ganado este castigo fui yo mismo.
Pero de no quererme y
castigarme injustamente por mis deseos a torturarme sexualmente sin descanso
alguno y solo por sus deseos vánales de verme humillado y ganar dinero a costa
de mi sufrimiento, eran cosas muy diferentes.
Lo primero que note, era que
mi cuerpo se ponía bastante sensible con tan solo el rose de una pluma, ella aprovechó
esto para amarrarme en la cama y mientras me grababa con la cámara enfrente de
una gran multitud de seguidores desconocidos y anónimos en línea, me provocaba
cosquillas en mis pies desnudos, pasando por mis piernas, hasta mi abdomen,
donde gozaba de hacerme mojar la cama varias veces.
Entre risa y risa trágica y dramática de mi agonía, pero burla directa por mis cosquillas incontrolables, me pellizcaba los pezones haciéndole ver a los espectadores lo ricos y sensibles que se me ponían al contacto con sus manos.
Gemía fuertemente de placer
mientras que mi coño desembocaba una gran cantidad de orgasmos, mis piernas temblaban,
mi cuerpo se estremecía, era sumamente sensible a todo tacto, haberme transformado
en una mujer me había vuelto mas vulnerable y con una libido superior al de
quizás cualquier mujer.
Cuando pensé que ya había
terminado, esto apenas era el comienzo, pues entre risas, me dijo que el primer
día había terminado, pero que mañana me esperarían cosas más horribles y quizás
perdería la virginidad por primera vez como una mujercita.
Yo dentro de mi mente de
macho, quería negarme, no pensaba acostarme con un hombre, ¿Qué se suponía que
haría conmigo?, ¡Perdería la virginidad!; eso podría sentirse muy delicioso, mi
coño se ponía caliente y húmedo de solo pensarlo, aunque odiaba pensarlo ya que
no quería perder mi sentimiento masculino, era un hombre, no era una mujer a la
que podían penetrar como una vil perrita, pero mi cuerpo claramente
representaba lo contrario.
Al siguiente día, mi madre me llevó
de compras con mi hermana, paseamos por cada tienda, ella me prestó algo de su
ropa, ya que claramente teníamos cuerpos similares, aunque ella aprovechaba
cada momento para insinuarme con hombres, quienes no dudaban en pasar sus ojos
perversos por todo mi cuerpo.
Para colmo, llevaba puesto una
lencería muy sexy debajo de un top y una falda pequeña, la cual mostraba los
elásticos de mis bragas, tenía puestas unas zapatillas que ponían mi culo
paradito y así paseando por toda la plaza mirando con placer como todos ponían
su mirada caliente y muy fija en mis piernas y mi culo.
Pero de gozar de las miradas y
de la experiencia, a tener un pene real entre mis piernas, eran cosas
distintas, yo no quería convertirme en una mujer real, yo no quería perder mi
virginidad con un hombre, quería tener mi verga para coger y tener mi primera
vez con una mujer, hacerla mía, ser su macho, quizás compartirnos bragas, pero
no a menudo.
- ¡Mira hermanita!, parece que
a ese chico le encanto tu culo –ella reía mientras provocaba que el chico pusiera
atención en nosotras.
- ¡Mierda Melissa, deja de
hacer eso! –yo le exigía, pero era inútil, me tenía bajo su control.
Entonces, ella en protesta,
siendo que ella era la que mandaba, me obligó
inclinarme hacia adelante con fuerza, haciendo que mis piernas se
estiraran, mi culo se pusiera más gordo así como se expandiera, solo para
mostrárselo al chico que nos veía, subió mi falda para darle mas placer, yo no
podía resistirme, mis deseos iban en contra de mis pensamientos, me encantaba que
me viera el culo, gozaba de que me viera las bragas, pero no conforme con eso,
la idiota de mi hermana comenzó a darme de nalgadas hasta hacerme gemir de
dolor, dejando sus manos marcadas en mí ya rojizas nalgas.
- ¡Ay, ya Melissa, no te
pases, me duele!, mi cuerpo es demasiado sensible, ¡Por favor! –lloraba
mientras me sobaba y quitaba sus manos de mi cuerpo.
- ¡Jajajaja, ay hermanita,
perdóname!, pero te merecías un castigo, además ese chico realmente quería
verte ese delicioso culo que tienes.
Ella solo se burlaba, pero
afortunadamente mi madre nos llamó a ambas y entramos en una tienda de lencería
y ropa femenina, claramente, ella deseaba tanto como mi hermana castigarme por
ser un mal hijo, por ser un rarito como le decían a los de nuestra comunidad en
la sociedad.
Rápidamente me vistieron con
todo tipo de bragas, me ponían falditas, blusas pequeñas, tops, shorts pequeños
etc., lo que me hiciera ver lo suficientemente zorra y femenina.
Me quejaba con mi madre por su
actitud conmigo, ¿Qué no se daba cuenta de lo que estaba haciéndole a su hijo?,
claramente no, ella solo ordenaba y disfrutaba lo que mi hermana decidía
conmigo.
- ¡Listo mami!, ya quedó, ahora
sí se ve como toda una zorrita, espero que lo que le prepare esta noche para
ella le guste tanto como a los espectadores.
- ¿Qué?, ¿Qué es lo que me
preparo mami? –lloriqueaba tímida y nerviosa tal cual, como una niña indefensa,
pero sonando dulce y coqueta como si supiera y solo me hiciera la tonta.
- ¿Recuerdas a Kevin, el brabucón
que te molestaba en el salón? –Melissa interrumpía –Pues digamos que te conseguimos
una cita con él, en tu cama esta noche y el será el afortunado en quitarte la
virginidad, ¡Jajajaja!
- ¿Kevin?, ¿Por qué mami,
porque el, porque él? –jadeaba chillando como toda una chica tímida y traviesa.
En mis pensamientos, me
llenaba de terror que mi peor enemigo supiera que ahora me encontraba frágil e
indefenso, que podía dominarme y hacerme su perrita tal cual me hacia en la
secundaria y gran parte de lo que llevábamos de preparatoria, pero por el otro, me llenaba de curiosidad y de mucho
morbo saber lo que podría hacer conmigo, el que me hiciera su perra, el que me
dominara y me volviera una sumisa para complacerlo.
Ahora sí me tendría bajo su control,
humillándome y pegándome como toda una zorra, lo deseaba, deseaba sus fuertes
brazos y su enorme verga en mi boquita, deseaba con todas mis fuerzas que me
penetrara y me quitara la virginidad esta noche.
Lloraba, pues estos solo eran
pensamientos controlados por mi embrujo, o quien sabe que extraña condición que
me habían impuesto con magia, pero quizás solo era producto de mis verdaderos
deseos internos volviéndose realidad una tras otra, quizás, solo quizás,
realmente deseaba por dentro que Kevin me humillara y me cogiera con todas sus
fuerzas.
- ¡Gracias mami, gracias hermanita!
–chillé pero ya no de miedo, sino de felicidad, por ayudarme a cumplir todos
mis sueños, ellas solo sonreían con un gesto entre ambas, entendiendo que
finalmente me estaban corrompiendo hasta volverme una completa tonta perra
sumisa.
Llegamos a casa y me preparé
para recibir a mi nuevo amo, me di un baño refrescante, estimulé mi clítoris
solo de imaginar ver llegar a mi amo y complacerlo como todo un rey, gemí0 y me
vine sin contar las veces en que mi coño se mojo por completo, las sensaciones
de mi cuerpo eran enormes, tanto que no me dejaban parar ni un segundo.
Salí del baño y luego comencé
a vestirme, me miré en el espejo, luego de que mi madre me maquillar ay me
peinara, mi hermana acomodaba las cámaras, al igual que mi padre la cama, ¡Sí!;
el también sabía de esto y participaría al igual que los demás, en mi gran castigo
y humillación.
Me miraba en el espejo, mi
sexy figura predominaba y me petrificaba de lo pinche perra que me veía, esas
bragas, ese conjunto, me veía tan sexi, como toda una diosa dispuesta a entregarse
a su macho.
- ¡Ya está aquí! –mi hermana
decía, luego de llegar hasta la puerta con un Kevin esperando ansioso por
cogerme.
Me puse algo nerviosa, mis
manos temblaban, mi voz apenas se escuchaba firme, me quería meter bajo una
roca y llorar, esta sería mi primera vez como mujercita.
Kevin entró junto con mis
padres y mi hermana, todos sonreían, miré a Kevin visualizándome de pies a
cabeza, quería reírse, pero, aunque delante de el estuviera su rival más débil,
veía ahora a una hermosa putita que estaba dispuesta a entregarse en cuerpo y
alma a él.
Pude sentir su calor emanando
de su cuerpo excitado, su olor me repugnaba, no era muy limpio que digamos,
aunque efectivamente olía a macho, sentía su hormonas encenderse, era como
tener super poderes con este cuerpo, tenía todas las perspectivas en una sola,
parecía que lo sabía todo, sabía que Kevin debía de estar muy excitado justo ahora,
esperando ansioso el momento por abrirme las piernas y penetrarme con fuerza.
Ni siquiera se molestó en
preguntar, en burlarse ni reírse, no le causo inquietud alguna el pensar que
dentro de ese cuerpo de diosa se encontrara su pequeña basura, así como también
le valió el que mis padres y mi hermana hayan montado todo un espectáculo con
cámaras y un enlace en línea para que miles de espectadores nos miraran.
Me di la vuelta mostrándole el
culo de manera atractiva, me incliné hacia la cama dejándole ver todo el
panorama completo, él se acercó dándome un pequeño arrimón un poco indecente,
mientras que acariciaba frotando mi culo en círculos, sintiendo toda su mano en
mi suave piel, comencé a jadear sutilmente, pues me daba escalofrió el sentir
sus dedos en mi piel.
De repente soltó una fuerte
nalgada y yo gemí impotente, comenzaba a calentarme, me sentía con la adrenalina
al límite, esperando a que mi cazador me penetrara.
Claramente Kevin no era un
romántico ni un hombre caballeroso ni gentil, me empujó hacia la cama abriéndome
las piernas en el acto, mi hermana estaba grabando todo sin perder lujo de
detalle, me sentía horrible de saber que toda mi familia era participe de esto,
que gozaban de verme humillado y corrompido por mi propio enemigo.
Kevin se quitó los pantalones,
no esperaría mucho mas para desear penetrarme, se arrimó hacia a mi para
besarme, me sonrió cruelmente apretando mis pechos, me arrancó el brasier lanzando
su boca directamente a mis pezones donde comenzó a succionar con fuerza.
- ¡Ahhh!
Jadeé algo fuerte y un poco
inconforme, ¿En verdad me habían traído a este bruto para cogerme?, pero poco a
poco comenzó a usar su lengua para estimular mis pechos, empecé a temblar
instintivamente, mis piernas se estiraban, mi culo se apretaba, mi coño
comenzaba a humedecerse, me estaba haciendo sentir mucho calor en todo el
cuerpo, mi boca no paraba de suspirar, las feromonas de mi cuerpo trataban de
llenarlo con mi aroma.
Me tomó del pelo estirándome
hacia atrás, gemí fuertemente, luego de sentir como me trataba de dominar como
un macho indiscriminadamente.
Tomó mis bragas con sus
fuertes manos deslizándolas por mis piernas descubriendo mis piernas desnudas,
me giró sobre la cama dejándome en cuatro, ¿Así perderías mi virginidad, cogida
como una perra?, pensaba, pero de la nada me comenzó a soltar unas nalgadas, metió
sus dedos en mi ano y luego en mi culo jugueteando una y otra vez.
Mis manos agarraban
fuertemente las sábanas, mis dientes mordían mis labios desenfrenadamente, amagó
con su mano mi cabello jalándome hacia atrás, acomodándose para darme de
caricias con sus labios por todo mi cuello.
- ¡Espero que te este gustado
esto putita! –gimió suspirando con fuerza en mi oreja.
Su rebeldía y forma tan macha
de decírmelo me hizo estremecer, me encantaba que me llamara putita, me prendía
la manera en que sabía tomar mi cuerpo para castigarme, me arrastro tirando de
mi cabello por la cama, dejándome vulnerable, nos miramos fijamente, me sentía
muy excitado, abrí mis piernas mostrándole mi coño rosadito, me sentía lista,
mi coño estaba húmedo y muy caliente.
Miré su verga totalmente
parada, sin duda una magnifica pieza masculina que estaba a la espera por
penetrarme, ni siquiera se molestó en ponerse el condón, impulsó su frente
hacia mi coño clavando su órgano perfectamente en mi hendidura.
Apreté las sábanas con fuerza
mientras que todo mi cuerpo vibraba, gemí con fuerza tratando de resistirme a
la dura sensación que me oprimía, el comenzó a deslizar con fuerza su pene
dentro de mi vagina, empujándome y sacudiendo mis tetas, tomando mis piernas
para engancharme y no me pudiera soltar.
Luego de sentir sus garras
apretando mi culo, su pene parecía una paleta sumergiéndose una y otra vez
dentro y fuera de mi coño, miraba a mi familia alabando las pervertidas
acciones del sujeto conmigo, al principio eso me había dolido mucho, pero a
nadie le parecía haber importado, incluso, me parece haber visto un poquito de sangre
luego de ello, pero dejé de pensar en eso después de comenzar a experimentar un
intenso placer en todo mi interior.
- ¡Ahhh! –me sacudí sintiendo como
mi coño experimentaba su primer squirt orgásmico, estaba a reventar lleno de lujuria
y sensaciones entrañables.
Pero el continuaba tomando mi
cuerpo como si fuera un juguete, aprovechándose de mi fragilidad, era una
simple muñeca de porcelana a lado de su cuerpo de macho monumentalmente fornido
y salvaje.
Notaba su rostro lleno de
placer, en cualquier momento podría venirse, no parecía durar mucho, esperaba
que nuestros espectadores estuvieran felices con lo que habían visto, en unas secuencias
más tarde, mi coño apretó un poco fuerte su órgano, el ya no pudo sacarla
deslizándose como una serpiente de momento y entrelazados ambos nos venimos
juntos, corriéndose dentro de mi vientre con una inyección letal de su
exquisito semen llenándome como una vil perra en su poder.
- ¡Aun no hemos terminado
hermosa! –Kevin deslizó su pene luego de que mis labios dejaran de estar
tensos, su pene parecía encogerse mientras que con malas intenciones se
acomodaba enfrente mío –¡Chúpala perra!
Kevin me tomaba de mi cabello
empujándome precipitadamente directo hacía su pene, que, aunque ya estaba
encogido, metí en mi boca para estimularlo, todo, mientras mis padres y hermana
nos veían, sentía asco y un tremendo coraje al ver como mi propia familia
gozaba de humillarme.
Luego de un par de segundos,
mi exquisito trabajo con mi boquita surgió efecto, poniendo dura la verga de
Kevin, pero el presionaba fuertemente mi nuca para que no me soltara.
Tuve que terminar el trabajo
que había empezado, chupando una y otra vez sin parar, no sabía cuánto tiempo
había estado haciendo eso, cuando me di cuenta de que el ya no ejercía presión
sobre mí, sino que ya era yo quien chupaba ese jugoso trozo de carne como si
fuera una paleta, me encantaba su sabor, me encantaba sentir su calor dentro de
mi boca mientras lo estimulaba, tragándome ese rico trozo de carne hasta el
fondo, haciéndome su puta.
Subí mis ojos hacia su rostro,
claro que no era una belleza de hombre, pero me encantaba sentirme su perra,
saber que me dominaba y que el era mi dueño, mi amo.
El me miraba con gozo
fijamente, mientras jugueteaba con su verga, mi boca estaba haciendo todo el
trabajo, con mi lengua, jugaba su cabeza, con mis labios, frotaba su torso y
con mis manos me sujetaba fuertemente para no caerme hacía adelante.
Luego de unas chupadas más, su
pene se vino concretamente dentro de mi boca, expulsando todo su liquido hasta
mi garganta, conde tuve que trabármelo con asco, pero a la vez con un impetuoso
deseo sexual que calentada todo mi cuerpo y no me dejaba en paz.
- ¡Ahhh!, que rico sabes
hacerlo
Kevin gimió, luego de que al
menos había hecho algo por primera vez en toda la exhibición de sexo que
tuvimos frente a mi familia, su pene aun derramaba unas cuantas gotas de su
semen, cayendo en mi rostro y un poco en mi pecho, cosa que me pareció
repugnante, pero a la vez muy sexy sentir ese líquido espeso corriendo por todo
mi cuerpo, incluso, sin pensarlo mucho, froté con un poco de eso mis pezones,
sintiendo una extraña pero satisfactoria sensación.
- ¡Jajajaja, miren cuantas
donaciones nos llegaron gracias a la zorra de mi hermanita! –Melissa gritaba de
emoción, mientras que mis dos padres solo asentían y glorificaban el asunto.
Kevin solo miró a los tres
como unos raros y se fue de la casa sin más, sin pena ni gloria y bastante
satisfecho.
Al menos esto me daba a mi cierta ganancia, pues, aunque era se podría decir, la pertenencia sexual y económica de ingresos de mi hermana, me daba bastante dinero para salir a comprarme lo que yo quisiera, pues ya no le interesaba andar conmigo como si fuera mi niñera.
Eso me daba más libertad de vivir
una vida tranquila, por así decirlo, me encantaba visitar los centros
comerciales, comprarme ropita bonita, antes como hombre, tenias miedo de entrar
en una tienda de ropa femenina y que me miraran raro solo por ser chico.
Pero ahora, cada tienda que
entro, dos chicas me atienden personalmente con ganas de venderme lo que sea
que me hiciera ver bien sexi con este cuerpo, una vez que me encontré con unas
bragas bien sexys, y con un hermoso vestido azul que resaltaba a la perfección
mi gran culo, no lo pensé dos veces y me lo compré.
Los chicos siempre eran de
esperarse, sobre todo cuando iba a los bares con mi hermana, donde nos llegaba
muchos pretendientes, no siempre me gustaba tomar sus invitaciones, pero un
chico en especial me causó mucha atención, acepté su invitación sin reclamos.
Me llevó hasta un hotel muy
fino donde hicimos el amor bastante delicioso, me concentre realmente en que yo
era una muy sexy mujer en este momento, su trato, sus caricias su afecto, en
verdad me hicieron estremecer, gemir bastante fuerte de lo delicioso que
estuvo.
Miré la cama avergonzada, no sé
cuántas veces me había venido, la cama estaba mojada a morir, el solo se rio
tiernamente, me había dejado sin palabras, pero luego de eso, me llevó hasta mi
casa y ya no volvimos a vernos.
Eso me deprimió un poco, pues
ahora los chicos solo me veían como un objeto sexual para pasar la noche, no sabía
si sentirme o no mal por eso, ya que tampoco quisiera una vida estricta ni
encadenada a nadie, me sentía bien siendo libre y mejor encontrando a otro tipo
de hombres en diferentes ocasiones, sin estar atada a nadie.
El negocio familiar cada vez iba mejor, mi hermana y yo gozábamos de hacer videos muy sexys, donde ella me metía juguetes bastante deliciosos y pervertidos para nuestros espectadores.
También invitábamos en una que
otra ocasión a amigos míos para que me hicieran su perra en la cama como parte
del espectáculo, claro que les dábamos su comisión.
Un día, ella se hartó de mí, o
más bien, de lo que hacíamos, ya teníamos bastante dinero y ella quería dedicarse
ya a otras cosas, ella no parecía decir nada, mientras que yo apenas recordaba
que no era esta mujercita tan bonita que ahora era.
Peleamos por la situación, ya
que necesitaba a una compañera fiel para mis videos y para continuar
entreteniendo a nuestros fans, pero ella simplemente se negó, recordándome que
realmente yo era un hombre, cosa que luego de unos años había olvidado.
Entre en una crisis
existencia, pues según mi ahora yo, era Leslie, una hermosa chica rubia, olvidando
por completo mi antigua identidad masculina, entonces pregunté con rabia, recordando
que esto era un castigo y no un estilo de vida.
- ¡Ya te dije que no hay
manera de volver!, pensé que recuperarías tu cuerpo de chico luego de una
semana, pero al ver que ya no había vuelta atrás simplemente lo olvidé.
- ¿Cómo pudiste olvidar algo
tan importante?, ¿Cómo es que nunca te importó que yo ya no volviera a ser un
hombre? –gritaba con rabia, estremecido y aun dudando de mi verdadera
sexualidad.
- ¡Pues no parecías estar
triste con eso!, lo has disfrutado ni siquiera pareciera que recordaras que
antes eras solo un niño molesto.
Era verdad lo que ella me
decía, ya no me importaba más volver a ser un hombre, durante estos dos últimos
años la había pasado increíble siendo una mujercita, había afrontado varios
cambios, muchos retos y diferentes malestares, pero amaba mi nuevo yo.
-La bruja con la que conseguí hechizar
mis prendas solo me dijo que te transformaría en una hermosa chica de tus
sueños, pero jamás me dijo si eso tenía un límite y olvidé preguntar si volverías
a ser un hombre, así que solamente, el tiempo lo dirá.
Mi hermana era una estúpida
por haberme puesto en este punto, por haber querido destruirme la vida,
haciendo de esto una mejor vida para mí en lugar de eso, amaba ser una zorra,
una esclava sexual para mis seguidores pervertidos de internet, amaba ser esa
chica a la que otras mujeres le tenían envidia y a la que los chicos calientes
no podían dejar de imaginar cogiéndola en sus camas.
Esperaba que ya no existiera
una vuelta atrás, desde aquel día, yo ya era Leslie y no quería que esto terminara
nunca más.
PD:
Sirius se encontraba en un
mirador cerca del gran Coliseo Romano, cuando recibió una llamada de uno de sus
espías en el otro lado del mundo.
- ¡Señor, tenemos pistas sobre
la bruja! –el hombre del otro lado del teléfono indicaba –La Daga Corta Cuerpos
ya no está, perdimos rastro del hombre y solamente quedó una espesa neblina
verdosa en el lugar del incendio, también perseguimos su rastro hasta la casa
de una familia, pero no notamos nada extraño, ¿Quiere que secuestremos a esas
dos lindas niñas que viven ahí?, parece que están haciendo cosas muy
interesantes con sus cuerpos.
- ¡No, déjenlas, solamente
estorbarían en nuestros planes! –el hombre ordenaba, luego el espía terminó la
comunicación continuando con el rastro.
- ¡Veo que esa bruja sigue
causando estragos! –la voz de una oscura conocida mencionaba.
- ¿Así que esa pelirroja tiene
conexión con nuestra querida bruja…?
La historia no me envolvió mucho.
ResponderBorrarPero el final 10/10 me encantó. Ya quiero leer la siguiente historia 😃
Perturbadoramente me gustó🙊
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