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¿Sรญ, bueno?, ¡No, lo siento!, pero el seรฑor Rodrรญguez no estรก, solo estoy yo,
su puta digo, su secretaria…, pero si gusta puede venir a su oficina y yo lo atenderรฉ
personalmente... –
¡Dios!,
no puedo creer que en verdad le haya dicho a mi jefe que yo era mi puta, espero
que eso no me traiga problemas, aunque me pregunto si mi jefe vendrรก para ver
si lo que le dije es cierto y de una vez por todas me hace una verdadera mujer
ahora que tengo este cuerpo.
Estaba
ansioso esperando aquella daga corta cuerpos que habรญa pedido por internet,
llevaba apenas unos dรญas en la empresa y con mi primer sueldo por fin habรญa
logrado comprar el arma Tg que me pondrรญa en el cuerpo de una buena mujer, por mรกs
que lo decidรญa no habรญa otra mejor opciรณn que la puta que tenรญa por secretaria,
mi jefe me la habรญa puesto desde el primer dรญa, aunque claro que era obvio que
se acostaba con ella y lo mantenรญa en secreto, luego de obtener la daga en mis
manos, llamรฉ a esa puta para sorprenderle y poder tomar su cuerpo, sentir sus
tetas son un gran deleite para los sentidos, pero poder sentir la lencerรญa
pegada a mi cuerpo y a sus ricas piernas lo valen aรบn mรกs, aunque necesito
poder probar mรกs de esta rica experiencia, y que mejor que complaciendo a mi
jefe siendo nada mรกs y nada menos que su propia puta, solo espero que este
traje de piel no se vuelva permanente, aunque si me embarazo del jefe podrรญa
obtener mucho dinero.
Y a quien no le gustarรญa dinero facil
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