Johana regresaba a su casa, sentĂa mucho miedo y angustia, sabĂa que habĂa hecho algo bastante grave y ahora lo pagarĂa, pero incluso no podĂa avisarle a la policĂa, tan solo corrĂa intentando que aquel hombre no la encontrarĂĄ.
Pero justo antes de entrar a su casa, aquel tipo apareciĂł de la nada, la sujeto por el cuello desde atrĂĄs y entonces le hizo una rajada bien elaborada y recta en su garganta.
Momentos antes, Johana pasaba por un cafĂ© a su lugar favorito, tenĂa unos cuantos pendientes por hacer y tan solo querĂa llegar a escuchar mĂșsica de culto, vivĂa sola, por lo que aĂșn tenĂa que prepararse de comer y querĂa llevarse un rico cafĂ© para la cena.
Justo despuĂ©s de salir de la tienda, un hombre de la calle se apareciĂł frente a ella pidiendo por algunas monedas para poder comer, el hombre lucĂa desesperado, mĂĄs como un borracho, Johana simplemente lo dejo pasar ignorĂĄndolo, pero el sujeto la seguĂa lamentĂĄndose por hambre.
-¡Ya viejo lĂĄrguese no me moleste! -Johana le decĂa -
Pero entonces, el sujeto se enfureciĂł.
-¡Bueno, ya estuvo, hasta aquĂ llegaste verga! -el hombre saco una navaja muy extraña de su costal sucio y mal oliente -¡Ya estoy harto de que la gente me rechacĂ©!, ¿Te sientes muy bien siendo tu no?, Entonces no te molestarĂa si tomo tu cuerpo y tu vida prestada -el hombre amenazaba -
-¡Ayuda, ayuda! -Johana gritaba arrojĂĄndole el vaso de cafĂ© al hombre mientras huĂa como podĂa -
Mientras Johana sentĂa como su cuello era rebanado, sostuvo su mirada hacia el hombre por unos segundos mientras estĂ© le sonreĂa maliciosamente, de repente, Johana comenzĂł a sentirse extraña, como si su cuerpo estuviera desinflĂĄndose, parecĂa que su piel colgaba y se arrastraba como una vil cosa por el suelo, pero antes de que pudiera decir algo, su cuerpo dejo de funcionar y quedĂł tendida en el suelo como un saco de cuero vacĂo.
-¡Muy bien preciosa!, Veo que no tienes un mal cuerpo, mejor dicho, que rico cuerpo siento, mis nuevas y deliciosas tetas, estĂĄ rica vagina, cuando me robe estĂĄ cosa aquella vez en aquel robo del 85 no imaginĂ© que fuera verdad lo que me decĂan sobre la leyenda de este objeto, espere muchos años para usarlo y creo que hecho bien en usarlo en tu preciado cuerpo, ahora tu vida me pertenece hasta que yo lo desee y quizĂĄs hasta entonces me robe otro joven y sexy cuerpo, mientras tanto aprovecharĂ© el tuyo bastante bien, se dĂłnde puedo encontrar muchos hombres que me den dinero por cogerme, el dinero jamĂĄs me faltarĂĄ siendo tan puta como me plazca niña ingenua ¡Jejeje! -
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