"𝑳𝒂 𝒔𝒖𝒑𝒍𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆"
"Parte 3"
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Parte 2: https://karinabodyswap.blogspot.com/2022/05/2.html
Parte 4: https://karinabodyswap.blogspot.com/2022/08/4.html
Durante la noche habĂa sentido
cosas extrañas, no entendĂa porque, seguramente eran cosas que este cuerpo de
mujer madura sentĂa por alguna razĂłn, quizás cosas en mi interior sucediendo
debido a estos estremecedores cambios, pero me incomodaron todo el tiempo, sin dormir
mucho, aunque para ser sinceros, sentĂa un poco las manos de mi hermana rosando
mis senos en todo momento, quizás inconsciente al hacerlo o con toda la
intenciĂłn.
- ¡Buenos dĂas mami! –mi
hermana me saludaba al despertar –
- ¡Buenos dĂas…!, ¿Mami? –respondĂ
luego de confundirme con su saludo –¡Ah, es verdad, mierda mi voz y tambiĂ©n las
tetas…!, no fue un sueño despuĂ©s de todo… -
- ¡Por supuesto que no tonta…,
oh perdĂłn mami…! –
- ¡Ya Mona, deja de llamarme asĂ!
–
- ¡Pues ahora eres mi mami,
tienes su cuerpo, ¿no? –
- ¿QuĂ© hora es, porque me
despiertas tan temprano? –
- ¡Ahora que eres una milf
debes de aprender a ser responsable como una y levantarte antes que tus propios
hijos –
- ¿RecuĂ©rdame porque me
convenciste de hacer esto? –
- ¡Ya deja de quejarte!,
tienes una misiĂłn que cumplir, o nos quedaremos sin herencia –
- ¡Deja de mirarle las tetas a
tu madre MĂłnica! –
- ¡PerdĂłn mami, no lo vuelvo a
hacer! –
Mona se alejaba mientras que
me daba un vistazo por debajo, sĂ que tenĂa unas grandes gemelas, aunque no
gigantes afortunadamente, caray, no sé qué hacer con esto, pensaba mientras
quitaba el baby doll de mi cuerpo.
- ¡Mama! –Mona gritaba –
- ¿QuĂ© pasa hija que pasa…? –
- ¡No debes desnudarte asĂ
enfrente de tu hija…! –
- ¡Ay por favor, somos
mujeres, además bien que te gusta verle las tetas a tu madre –
No sabĂa que carajos estábamos
diciendo, un par de hermanos hablando sobre el cuerpo de su madre xD, MĂłnica
saliĂł para revisar nuestro padre ya se habĂa ido al trabajo, a pesar de lo
borracho que solĂa ser, admiraba su peculiar poder de levantarse, era viernes, asĂ
que MĂłnica debĂa de ir a la escuela y yo podrĂa quedarme solo en casa.
- ¡Bien!, tenemos casa sola, asĂ
que podremos entrar al cuarto de nuestros padres y ver que ropa puede quedarte,
estoy segura de que mi padre no tiro la ropa de nuestra madre –
-Lo cual serĂa bastante psicĂłpata
de su parte…, ¡Espera!, ¿CĂłmo que ponerme la ropa de mi madre?, ¡Ay no!, como
si no tuviera suficientes problemas ya –
MĂłnica disimulo y tuve que
seguirla, sabĂa que esto no podrĂa terminar bien, estando ya en su habitaciĂłn, MĂłnica
comenzĂł a revisar todos los cajones del armario de nuestros padres, donde efectivamente
habĂa varios conjuntos interiores, outfits y zapatillas que nuestra madre
habrĂa usado en aquel entonces, cuando incluso, siendo un niño, creo que
envidiaba si sensual figura.
Ahora se suponĂa que debĂa ser
mĂa toda esa ropa, joder, de repente MĂłnica empezĂł a sacar blusa tras blusa y
algunos vestidos, comenzĂł a seleccionarla mirando fijamente mi cuerpo desnudo,
lo cual ya era algo penoso, pues me estaba paseando desnuda con el cuerpo de mi
madre.
- ¡Ponte esto! –
MĂłnica me dijo dándome una blusa corta que, a pesar de vieja lucia conservada, trague un poco de saliva, pero deslice la extraña prenda por mi cuerpo, pensĂ© que para esto debĂa de tener alguna especie de sujetador o brasier como las mujeres le llamaban, pero en cambio, mis senos se acomodaron en el escote y por un momento mi espalda descanso del frustrante tirĂłn que sentĂa por ellas, incluso se miraban más grandes ahora con el soporte de la costura.
Definitivamente no parecĂa un sujetador,
pero si algo que apretaba mis tetas, luego me paso el calzĂłn que venĂa con
este, aunque mi hermana parecĂa realmente emocionada al mirarme como algo más
que su madre, tome lo que parcia ser el calzĂłn que combinaba con mi sujetador provisional,
cuando finalmente toco la parte de mi vagina, sentĂ el cĂłmodo rose de la tela
con mi Ăłrgano lo cual me estremeciĂł pues se sentĂa calientita y muy cĂłmoda, no sabĂa
en que me estaba metiendo, carajo, era un hombre convertido en su propia madre.
Camine por toda la habitaciĂłn
tratando de acomodarme en la ropa, mis senos retobaban más cómodas, pero aún me
sentĂa raro con el hecho de tener un par de atributos femeninos.
- ¡Que bien te vez, no sĂ© quĂ©
tienes que me enloqueces! –
MĂłnica decĂa, pero preferĂ
ignorarla, luego me paso un vestido, y, aunque sentĂa mucha pena ya de por si
con todo esto, me lo puse en calidad de experimento, realmente, sentir puesto
un vestido se percibĂa bastante fresco, aunque el hueco que la brisa frotaba
entre mis piernas se denotaba bastante extraño.
Luego me paso un par de zapatillas,
las cuales querĂa negarme a ponerme, pero debĂa de aprender a usarlas como
parte de mi papel de mujer casada, ahora simplemente no podĂa dejar de sentirme
ridĂculo con todo esto puesto, caminando y tratando de no casarme torpemente
por estos estúpidos tacones, aunque poco a poco comencé a agarrarle el ritmo, notando
como hasta MĂłnica sonreĂa.
- ¡Bien, estas aprendiendo
bien!, ¿Apoco no te sientes bien sexy con el cuerpo de mi madre? –
-No puedo negarte que siento
algo de poder mĂrame, nuestra madre tenĂa tremendo cuerpo, la verdad es que si
me siento bastante sexi –
Le decĂa mirándome al espejo, entonando la figura de mi madre, las ideas de sentirme ridiculizado estaban cambiando por unas de asombro y de placer, realmente sentir placer por tener el cuerpo de mi madre, quizás querĂa robarme su vĂa por dentro, aunque eso aun no lo sabĂa con certeza.
Luego me quitĂ© la ropa y mi hermana me paso un brasier con una tanga, ella me miro notando que no me sentĂa a gusto con la idea, pero poco a poco comenzĂł a ayudarme a ponĂ©rmelo, sintiendo como el encaje rosaba con mi piel y me picaba un poco, pero aĂşn más que mis senos se levantaron un poco más firmes que con la otra prenda, incluso, parecĂa dos bolas enormes en comparaciĂłn.
- ¡Ahora ponte la falda, y luego
vamos con la blusa! -
Me decĂa mientras que con
vergüenza tomaba la falda negra de cuero deslizándola por mis tremendas nalgas,
sintiendo como esta se pegaba perfectamente a las medidas de mi cuerpo, miraba
el gordo culo de mi madre y no sabĂa que decir, si hubiera nacido mujer,
¿PodrĂa haber tenido un cuerpo como el suyo acaso?
Luego se acercĂł deslizando la
blusa en mi cuerpo, tratando de fingir no apretaba sus manos en mis senos,
alucinando jugar un poco con ellos, lo cual me hizo sentir un poco caliente.
- ¡Hija no es momento para
estos juegos! –le dije divirtiĂ©ndome con ese toque de autoridad materna –
- ¡Si mami como digas, no
vuelvo a hacer eso! –
MĂłnica parecĂa como una
esclava, asumiendo el rol de la hija y yo de la mami, poco a poco fuimos a acomodando
mejor todo en mis atributos, por supuesto que no dejaba de mirarme en el espejo
y ver asombrado lo increĂble que habĂa sido transformarme en una milf, me
sentĂa poderoso.
- ¡Bueno!, ahora vamos a
practicar todo acerca de cómo volviste mágicamente de la muerte, de cómo debes
de actuar como una mujer y como debes de ser nuestra madre –
MĂłnica me decĂa mientras que
preparaba una especie de cuadernillo, nos fuimos a sentar y poco a poco
comenzamos a practicar todo, incluso en cĂłmo debĂa de comportarme como una
mujer delante de la gente.
- ¡Debes de cerrar las piernas
en todo momento!, no puedes tenerlas abiertas porque dejaras que los hombres
pervertidos miren tu vagina –
Entonces comencé a tomar una
postura más a fin a mis piernas de mujer, lo que ya me estaba incomodando, pues
apenas habĂan pasado 3 minutos y ya me habĂa cansado de esa posiciĂłn, aunque
tuve que contenerme y mejor conciliar otra postura que no me lastimara tanto.
Iba anotando todo lo que mi
hermana me decĂa, me impresionaba que siendo una mujer tan joven supiera tanto
del mundo femenino, pero era obvio, dado a que tuvo que madurar sola, sin una
imagen materna para ayudarla en sus necesidades.
- ¡Vamos a ver que tal caminas
con esos tacones! –
Mona me decĂa, mientras que
trataba de pararme, era tan difĂcil sentir como mis senos rebotaban al caminaba
con esas cosas del diablo, sin embargo, algo dentro de mĂ me hacĂa sentir
poderoso, con mucha adrenalina, me hacĂa sentir muy sexy y juguetona, sentĂa
como mis caderas se contoneaban, mi hermana me decĂa como moverme, tenĂa que
aprender a enderezar el paso, pero me era difĂcil siendo que no estaba
acostumbrado a caminar con tacones.
- ¡Levanta el pecho, endereza
el culo! –me decĂa Mona en su intento por verme lo más sexy posible –
Yo solamente me sentĂa frustrado por todo lo raro que se sentĂa esto, luego pasamos al maquillaje, donde Mona comenzĂł a enseñarme todo tipo de cosas, desde cĂłmo ponerme el delineador, el rubor, la base etc., no sabĂa que todo esto debĂan de ponerse las mujeres para verse hermosas, me sentĂa como un tonto, siendo que tenĂa el cuerpo de una mujer y mi hermana estaba enseñando a maquillarme, luego me mostro como peinarme pues no podĂa dejar que mi cabello se enredara, despuĂ©s pasamos al como hablar.
DebĂa de aprender a referirme
a mĂ misma como Helena, una mujer y esposa de Santiago, mi querido esposo, asĂ
como aprender a amar a mis dos queridos hijos, aunque aĂşn tenĂamos que resolver
el problema de quien me sustituirĂa si mi padre preguntaba por mi ausencia,
aunque no creo que eso le importara luego de recuperar a mi madre.
De repente escuchamos como
alguien entraba a la recamara, ambos nos quedamos paralizados mientras que yo
trataba de no caerme con estas cosas, no sé porque, pero la risa me estaba a
punto de ganar cuando miramos petrificados y llenos de miedo como Carmen, la
señora del aseo entraba de imprevisto.
- ¡Ay, hola, perdĂłn, no sabĂa
que estaban aquĂ! –la mujer decĂa algo apenada –¿No se supone que tĂş ya
deberĂas de estar en la escuela mi niña? –ella continuaba con confianza y
notando algo extraño o, mejor dicho, notándome a mi –
- ¡Ah, sĂ Carmen, lo siento es
que se me hizo tarde…! –
- ¡Oiga!, ¿Y quiĂ©n es usted?,
No sĂ© porque se me hace conocida…, ¡Ahhhhh, pero quiĂ©n eres, eres un fantasma,
dios sálvame de los demonios señor llĂ©vatelos! –
Carmen habĂa salido de la
habitación luego de darse cuenta de que la señora y mujer de la casa la cual
estaba muerta yacĂa frente a ella, de inmediato corrimos para alcanzarla, afortunadamente,
antes de que ella saliera despavorida de la casa.
- ¡Espera Carmen, no es un fantasma,
es mama, mama no está muerta! –
Mona gritaba para detenerla,
cuando finalmente logro alcanzarla, no era necesario decir que yo apenas y
podĂa caminar torpemente aun no podĂa creer con semejante cuerpo y zapatillas,
con calma, logramos contenerla, le explicamos todo, pues necesitábamos a
alguien que nos ayudara con la cuartada de que Kevin Ăłsea yo, seguĂa en casa y salĂa
convenientemente en ocasiones, solo si se llegaba a dar el caso.
Aunque fue muy confuso y
extraño para ella, continuó maldiciendo algunas cosas, pues ella estaba en
contra de los cambios de cuerpo y trasformaciones de acuerdo con sus creencias
religiosas, en fin.
Luego de que la calmamos,
Carmen continuo con sus labores, pues ella era rápida y al terminar se iba a
casa, mientras que Mona se apurĂł a ir a la escuela y yo pues, decidĂ seguir explorando
mi cuerpo en la habitaciĂłn de mis padres, para probarme ropa y algunas cosas.
Estar con el cuerpo de mi
madre era muy extraño, aun no comprendĂa muchas cosas del cuerpo femenino y por
alguna razĂłn mi mente se sentĂa en conflicto con algunas ideas femeninas, era
como si esta idea de ser la mujer de mi padre me estuviera controlando, me
sentĂa con mucha ansiedad y me comĂan las ganas de tocarme.
Entonces pensé que ya estaba
en el cuarto de mi madre, completamente sola y con su cuerpo, mire hacia abajo
con cierta inquietud, pensar que en verdad tenĂa unas tetas en mi pecho, siempre tuve coraje de ver a mi
madre, quizás sentĂa cierta envidia por ella, era hermosa, ahora yo era hermosa
pensaba, deslizando mis manos hasta oprimir mis senos, sintiendo como una rica
y suave sensaciĂłn invadĂa mis sentidos, entonces, me desnude y baje el escote
de mis senos para apreciarlos mejor, me encantaba lo rico que me hacĂa sentir
esa sensaciĂłn, frote ambos pezones y u gemido se apoderĂł de mĂ.
- ¡Ahhh! –
Jadeaba suavemente, entones me
entro pánico y soltĂ© una risita, - ¡Jijiji!, ¿Realmente soy tu Helena?,
¿Realmente tengo tu cuerpo y soy mi propia madre?, Me encantarĂa saber que
pensarĂas de que ahora tenga tu cuerpo querida madre, seguro te gustarĂa mucho ¡jejeje!
Mi locura comenzaba a dominarme,
entonces, pensĂ© que ya estaba aquĂ y harĂa este cuerpo todo mĂo, me desnudĂ© completamente
admirando como mi ahora vagina se sentĂa hĂşmeda, ¡Ahhh!; gemĂ para luego
comenzar a frotarla en cĂrculos, me puse en una mejor posiciĂłn y sin importarme
mucho lo que Carmen dijera al escucharme afuera de la puerta de la habitación, continué
masajeando mi clĂtoris hasta meterme los dedos y gemir cada vez con más fuerza.
- ¡Esto es del diablo! –Carmen
gritĂł desde afuera y yo solo reĂ –
Esto era increĂble, no podĂa
contenerme, era como si me invadieran todos los sentidos, me sentĂa con un gran
poder, como si pudiera dominar a mi madre y hacerla ver como toda una puta, mis
pernas temblaban y masajeaba mis senos con una mano mientras que con la otra introducĂa
mis dedos y jugaba dentro de ella como un puerco adicto al sexo.
- ¡Ahhhhh, si, si!, ¡Soy
Helena, soy Helena!, soy una madre muy sexy y esposa de Santiago, ser una madre
muy putita y bien puerca, espero que no te moleste que haga esto con tu cuerpo
mami, ¡Jajaja, ahhhh, que rico sĂ, ahhhh! –
Me sentĂa totalmente controlado
por los vanos impulsos del cuerpo de una mujer madura, me sentĂa tan ilusionado
y perdido en la euforia de la situaciĂłn que no podĂa contenerme, cuando me di
cuenta, tenĂa todo el lugar y la zona de mi cuerpo empapada con fluidos
vaginales, Carmen deberĂa de limpiar esto xD, pensaba mientras trataba de
acomodarme las tetas de nuevo en mi brasier, luego, me metà al baño mientras
que ella hacĂa su quehacer, suponiendo que lo hiciera.
La pobre mujer aun no estaba
de acuerdo con esta idea, sobre todo sabiendo lo que acababa de pasar dentro
del habitaciĂłn, pues ella no estaba acostumbrada a estos casos, ni yo, pero tenĂa
que aguantarme, es más, me preguntaba a mĂ mismo porque debĂa de complacer a un
tipo que no me habĂa pelado en años, pero en fin, soy el protagonista y debo
cumplir las perversas intenciones paras las que fui creado.
Ahora eme encontraba en el
baño, era difĂcil saber que esa imagen en el espejo reflejaba mi nueva
realidad, se supone ahora debĂa de bañarme, recordaba lo que habĂa hecho
anteriormente con la ducha, habĂa sido tan relajante y satisfactorio, trataba
de hacerlo todo con cuidado y terminar cuanto antes, aunque este cuerpo me vencĂa
en sensibilidad, pero finalmente habĂa salido con el cuerpo un poco más relajado,
sin darme cuenta actuaba con los ademanes de mi madre, aun se me hacĂa
increĂble el como una maquina podĂa manipular genĂ©ticamente a una persona y
dejarle recuerdos o hacerle actuar como ella, aunque suponiendo que es parte de
mi linaje genĂ©tico pues debĂa de tener ciertos ademanes de mi propia madre
adheridos a mi información genética, no me hagan caso cosas de ciencia xD.
Entonces, notando como la
Carmen ya habĂa terminado la habitaciĂłn, se notaba le esfuerzo y pánico que
sintiĂł al ver tremendo mojĂłn en el tapete y el sofá donde me habĂa dispuesto a
divertirme, pero guaaa, que rico se siente, ¿no?
Bueno, ahora se supone que debĂa
de arreglarme, me sentĂa incomodo con esto, pero bueno, elegĂ un vestido
bonito, de aquellos que solĂa vestir mi madre, si harĂa esto serĂa la mejor
Helena que mi estĂşpido esposo hubiera conocido, me puse buenota con un buen conjunto
sexi para dejar mis senos bien paraditos y que mi vestido dejara reluciente la
buena figura que ahora tenia, Dios soy una belleza, lastima de cuerpo, bueno de
Helena, ahora yo soy helena mi madre y lo aprovecharĂa sĂ que sĂ.
Que delicia era sentirse asĂ,
una mujer completa, no sé porque lo pensaba, pero sentirlo era delicioso, era
como si no me importara nada, me sentĂa dominante, como antes no sentĂa esto,
querĂa salir y comerme al mundo, supongo que era parte de esa informaciĂłn que yacĂa
en mi herencia genĂ©tica, la cual se habĂa despertado gracias a que habĂa
deconstruido mis genes a los de mi heredera.
Me peiné, me maquillé, practiqué
un poco mis poses incluso hablándome al espejo como si fuera la propia Helena.
- ¡Hola amor, Santi, mi pecoso
perezoso!, (asĂ le decĂa) –
Me sentĂa ridĂculo, o bueno,
ridĂcula, pero bueno ya que, aunque tambiĂ©n me hacĂa sentir cosquillas
extrañas, me acomodé mis pechos, resalte mi culo con una buena postura y los tacones
como me habĂa enseñado Mona y luego practicando ante el espejo me sentĂ toda
una diva y poderosa hembra capaz de dominar a quien deseara.
- ¡Esta era mi madre, esta era
Helena, esta soy yo! –
Pensaba admirándome en el
espejo tratando de olvidar mi antiguo ser como Kevin para asimilar esta nueva
identidad como la sustituta de mi madre.
El dĂa y las horas pasaron y
me estaba llenando de angustia, Carmen ya se habĂa ido dejándome en claro si
disgusto, pero ya equis, mi hermana llego rápido lego de la escuela, querĂa ver
que habĂa hecho con su madre supongo, entonces, entro apresurada.
- ¿QuĂ© paso, ya está aquĂ, que
has hecho con ese cuerpo madre? –preguntaba ansiosa tratando de buscar a
alguien –
- ¡No ha llegado tu padre, si
eso es lo que buscas! –
- ¡Maldita sea!, le dije que
lo necesitaba con urgencia, pero bueno, ¿Te pusiste un vestido diferente?,
¡Hasta te maquillaste tĂş mismo…, misma, no puedo creerlo! –
- ¡AsĂ es Mona, digo, hija!; como
tu madre debĂa de ponerme al dĂa, asĂ que desde ahora espero que me trates como
tal, ¡Soy Helena tu madre! –
Mona estaba sorprendida con el
gran cambio que habĂa dado, pero ciertamente la mentalidad y la personalidad de
este cuerpo me estaban absorbiendo, luego pasamos un buen rato esperando, se suponĂa
que mi esposito debĂa de llegar ante la urgencia de su pequeña, era viernes y tendrĂamos
el fin de semana para aprovechar todo y regresar a mi cuerpo ya.
Fue entonces que escuchamos
como un auto llegĂł rápidamente, era increĂble saber que mi padre no habĂa deseado
perderse un viernes más en el alcohol, entro rápidamente y yo lo espere cómodamente,
con una postura de dama, con los tacones perfilados y totalmente diva para recibirlo
con el amor que le faltaba.
- ¡Ya lleguĂ© hija!, ¿QuĂ© paso,
que tienes mi vida! –
- ¡Nada papa, nada, pero,
alguien está aquĂ! –
- ¿QuiĂ©n, quiĂ©n hija
respĂłndeme? –
- ¡Hola, Santi…! –
Mi padre, o bueno, Santiago me
mirĂł y rápidamente se quedĂł en shock, era inconcebible, gracias a su expresiĂłn entendĂas
perfectamente que un apocalipsis cruzaba por su mente, sus ojos me miraron
fijamente, podĂa percibir a simple vista que su corazĂłn estaba latiendo recio y
comencé a preocuparme por que le fuera a dar un paro.
- ¡He, he, he, Helena! –
El gritĂł gimiendo como un
perro, se acercĂł a mĂ y me abrazo con fuerza, de repente olĂ su aspecto y me
desagrado un poco, era como si mi nueva naturaleza inspeccionara su ser.
- ¿Por quĂ© no te has pesto
desodorante Santiago?, ¡Esas no son formas de estar en el trabajo! –
Le dije sorprendida, mientras
que los otros dos seres se quedaban perplejos, Santi sin entender mucho o nada,
parecĂa que estaba temblando, se notaba pálido, sus ojos saltaban, tomaba su
garganta como sediento, rápido lo acercamos a el sofá para que reposara ante la
impresiĂłn.
Mona y yo tratamos de tranquilizarlo,
pues se notaba lo mal que se habĂa puesto, era como estar viendo el fantasma de
su amada, estaba llorando como si estuviera en una crisis muy fuerte.
- ¿Pero cĂłmo?, ¡Mi Helena!, mi
amada esposa, ¡Tu…, estabas muerta! –
- ¡Amor, mi Santi, mi
perezoso, te juro que soy yo, te extrañe mucho, pero debĂa de irme muy lejos por
la seguridad de todos –
Poco a poco Mona y yo
comenzamos a contarle todo, acerca de nuestra mentira para hacerle creer que mi
madre realmente estaba vida, pues segĂşn, Helena Ăłsea yo, tuve que escapar
aquella noche debido a que unos inversionistas de donde trabajaba querĂan
asesinarme por descubrir malos manejos, ya saben, mafias del poder y que era
por eso que habĂa fingido mi muerte.
Al principio no parecĂa querer
creerlo, pero sentĂa su fuerte mirada analizando y deseando con muchas fuerzas
cada parte de mi ser, olĂa su ansiedad y sus ganas de hacerme suya, ahora
estaba en un punto sin retorno, debĂa de terminar con esto, ¿DebĂa de aceptar
que serĂa Helena por un rato quizás, o para siempre?
Buen capĂtulo!!
ResponderBorrarSerĂa interesante de que Carmen se transformase en Kevin para lo de la cuartada.
Wow que buenĂsimo capĂtulo. Eso que la hermana sea su secuaz es bastante divertido y fresco. Me encantĂł.
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