Luego
de que Diego llegara a la escuela con su nueva apariencia, los chicos
comenzaron a alocarse, Diego era toda la nueva sensación que hacía calentar las
vergas de todos los chicos de la escuela. - ¡Pero Diego, que fue lo que hiciste!
–, le preguntaba Raúl, su mejor amigo y típico gordito como el, - ¡Cállate Raúl,
ahora soy Diana!, pero no te preocupes, nunca me olvidare de ti, no importa la
atención tan genial que ahora tenga de todos, tú siempre serás mi confidente, más
que un amigo, mi nuevo novio, no me importan los músculos inflados, solamente
me importas tu –, la ahora Diana le decía mientras que tomaba a su nuevo novio
de la mano y lo llevaba hasta su guarida secreta de siempre.
-
¡Ven tocas mis tetas, anda! -Diana tomaba sus manos acercándolas justo en sus
nuevas tetas, - ¡Oh, se sienten tan bien! -gemía Diana mientras sentía como su
novio manoseaba sus senos, -¡Caray, no puedo creerlo, incluso son más grandes
que las de Ximena!, realmente, tu…, estas tan sexy –, Raúl comenzaba a
acariciar sus piernas luego de jugar con
sus senos un rato, parecía que su nueva novia estaba tan caliente, entonces,
Diana comenzó a sentir un rico cosquilleo en su entrepierna, parecía que se
mojaba sus pantis, -¡Esta bien, paremos un poco!, no traje reservas, y…, es mi
primera vez aun –, Diana exclamo mientras que ambos recuperaban el aliento, Raúl
traía consigo una verdadera y gorda erección, ambos salieron de su escondite y
ya varios chicos la estaban emboscando, le regalaron un par de globos, dulces y
hasta un celular del más moderno y caro, pero Diana tomó la mano de su nuevo
novio, solamente era su cumpleaños y la estaba pasando en grande.
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