Historia de comisión para Ricardo pendiente desde diciembre xD
¡𝑹𝒆𝒗𝒆𝒏𝒈𝒆!
Ricardo
estaba pensando mucho en su relación, últimamente las cosas son iban bien, y si
bien él era un buen novio, un gran nombre con un buen futuro, lo cierto es que
las relaciones no siempre terminaban de la mejor manera.
Mientras
caminaban en el parque, Ricardo estaba sereno y pensativo, sus manos temblaban,
así como su ritmo cardiaco estaba alterado, tomado de la mano de Fernanda, su
novia, apenas estaba terminando su helado favorito cuando este tiro la
servilleta parando en seco, sus ojos lo decían todo y Fernanda quien estaba
estresada por la escuela y seguir pensando en las ridiculeces cursis de Ricardo
como novio solamente orillaban a que la relación ya no pudiera dar más entre
ambos.
- ¡No
puedo creer que sigas fregando con lo mismo Ricardo! –
- ¡Y
qué!, ¿Yo si tengo que aguantar que me hayas engañando con otro hombre? –
- ¡Ya
supéralo, al menos Pablo si tenía mejor verga que tú! –
- ¡Esta
bien Fer, se terminó, te dejo libre para que puedas hacer de tu vida lo que
quieras, anda, ve a cogerte a Pablo, a Raúl o a quien tú quieras, pero conmigo
ya no cuentes –
- ¡Ni
quien te pele!, es más, me has hecho un favor al ya no tener que soportarte –
- ¿Cómo tu digas?, solo espero que no te arrepientas algún día de lo que haces –
- ¿Me
amenazas? –
- ¡No,
claro que no!, solo digo que las cosas tarde o temprano se pagan –
Luego
de la pequeña discusión, Ricardo dio la vuelta y regreso a su casa, mientras
que Fernanda hacia lo mismo desinteresada, aunque algo dolida de coraje por
tener que soportar las idioteces de Ricardo, de quien realmente ya no sentía
nada más que lo que vivieron juntos algún día.
Por
su parte, Ricardo estaba verdaderamente destrozado, no tenía las fuerzas para
poder salir de esa depresión tan grande que sentía, por supuesto que de primera
instancia no sentía ganas de una venganza como tal, pero luego de pensarlo un
poco, el necesitaba desahogarse de todas las que Fernanda le había hecho,
quería hacerle pagar, aunque no sería con una simple violación, con matarla o solo
exhibirla a las redes sociales.
Ricardo
haría algo más para hacerla sufrir verdaderamente por todo el daño que había
hecho, solo que aún no sabía de qué manera podría tomar venganza.
- ¡Oye
tu –Ricardo escuchaba como una mujer extraña se acercaba –
- ¿Si,
dígame? –
- ¿Quieres
vengarte de esa chica verdad? –
- ¡Si…!,
¿Cómo sabe? –
-Puedo
sentirlo en tu mirada y tus pensamientos me lo dicen –
- ¡Pues
si!, quisiera vengarme de ella, arrebatarle todo lo que más ama por hacerme
daño –
- ¡Entonces
no se diga más, ven conmigo, yo te ayudare, pero antes, ¿Tienes alguna prenda
suya? –
Ricardo
estaba desconcertado, no sabía con qué motivo esa señora extraña se había
acercado, pero ardido por su reciente ruptura, el chico decidió intentarlo,
llevando consigo una tanga que le había quedado de Fernanda un día que estuvo
en su casa.
Luego
de estar con la bruja, esta le indico que debía de entregarle un anillo con el
que se vengaría, mientras que el debía de portar otro igual, el que ocasionaría
que el hechizo se lograra, Ricardo no entendía bien lo que la bruja quería que
pasara, él pensaba que si acaso, Fernanda regresaría arrepentida y
completamente enamorada de él.
Como
bien sabia la bruja, Ricardo dejo aquel objeto en su butaca, mientras que
regresaban del descanso esperando a que ella lo viera y de inmediato lo tomara,
cosa que resultó bastante fácil, como lo era ella.
Ricardo
noto como al instante de que ella se lo colocara en su dedo, los anillos de
ambos comenzaron a brillar, iluminando todo el salón.
- ¿Qué
paso amiga? –una de sus amigas le decía preocupada –
- ¡No
lo sé!, me puse este anillo que me encontré y simplemente brillo –
Fernanda
no sabía lo que pasaba, de repente, el anillo comenzó a arderle en su dedo,
pero por más que intento sacárselo no podía, por otro lado, Ricardo temblaba
del susto, pues al parecer nadie se había dado cuenta de que él también había
brillado junto con Fernanda, aun que esperaba que ella regresara a sus brazos
de inmediato, cosa que no sucedió, sin embargo, sentía el mismo fenómeno que
Fernanda, pues su dedo comenzaba a arderle en la zona del anillo.
Luego
de las clases, Ricardo regreso a su casa decepcionado, la bruja lo había
estafado y Fernanda nunca regresaría a sus brazos, pasaron algunas horas, hasta
que Ricardo empezó a sentirse muy cansado, sin darse cuenta, termino dormido en
su cama, mientras que sentía como su mente y alma daban vueltas sin parar, en
una especie de viaje que culmino con una extraña sensación intensa recorriendo
su cuerpo.
- ¡Pero
que me paso, en donde estoy? –Fernanda despertaba confundida, sintiéndose muy
diferente –¡Mierda, pero que es esta cosa! –
Fernanda
notaba el espantoso bulto entre sus piernas, se levantó rápidamente,
encontrándose que ahora tenía el cuerpo de Ricardo, de inmediato, Fernanda
comenzó a gritar desesperada, sintiendo todos los cambios en su cuerpo, pues ya
no era aquella mujer sensual que era antes del intercambio.
- ¡No
es posible, pero como mierda me hizo esto, ese maldito inútil resentido de
mierda, no me puede hacer esto no! –Fernanda comenzaba a gritar desesperada,
mientras que sentía como su nuevo miembro masculino regresaba metiéndose de
donde estaba –¡Que asco, no quiero estar así, no puedo ser un hombre, necesito
recuperar mi maldito cuerpo! –
Fernanda
jadeaba en completo pánico, cuando noto aquel anillo en la mano de Ricardo.
- ¡Ese
hijo de puta, el provoco todo esto, que estúpida fui, porque tomé ese maldito
anillo! –
Fernanda
gritaba con coraje, mientras que la madre de Ricardo interrumpió asustada por
el cómo su hijo gritaba.
- ¡Hijo,
pero que pasa, porque gritas, que tienes! –
- ¡Nada
señora, lárguese de aquí, necesito estar sola, estoy en el cuerpo del imbécil
de su hijo! –
Fernanda
le gritaba a su ex suegra, a quien no le caía bien, pues siempre la ofendía y con
justa razón que tenía la mujer.
- ¡Tengo
que quitarme esta cosa!, quizás vuelva a mi cuerpo si lo intento –
Fernanda
intentaba sacarse el anillo del dedo de Ricardo, pero por más que lo intentaba
no podía, era como si el anillo se hubiera fusionado con su piel, estaba tan
apretado que parecía que la única opción era amputándose el mismo dedo.
- ¡Mierda,
no puedo, esta atorado, no puedo hacer nada! –
Ricardo
comenzaba a despertar, había tenido un sueño muy extraño, algunos tontos
recuerdos con algunos chicos que no había visto y otras tantas cosas de chicas
que jamás había dicho, de repente, tomo extrañado el cabello largo que caía de
su cabeza, quitándolo de su vista.
- ¡Desde
cuando tengo el cabello largo? –
Ricardo
se preguntaba mientras que notaba que algo andaba mal, poco después, Ricardo
miro debajo de sí mismo un par de senos pegados a su pecho.
- ¡No
puede ser, tengo senos, pero que me paso, porque me convertí en una mujer! –
Ricardo
gritaba acelerado, cuando de repente se dio cuenta de que su nueva voz se le
estaba haciendo familiar.
- ¡Mierda,
mierda, no puede ser, soy, soy Fernanda! –
Ricardo
jadeaba mirándose al espejo, de un momento a otro, sus hormonas comenzaron a
ponerlo muy tenso, su cabeza se sentía muy mareada y la información de Fernanda
provocaba un caos en su mente, una punzada muy fuerte estremeció a Ricardo,
quien con dolor acerco sus manos muy asustados hacia su vientre.
- ¡Ahhh,
que me pasa, me duele mucho, me voy a morir, mierda, pero que me hizo esa bruja
loca! –
De
repente, Ricardo sintió como un fluido de húmedas salía de entre sus piernas,
de una forma completamente extraña a como siempre había orinado, pero al mirar,
noto súbitamente que se trataba de un líquido muy rojo e intenso que simplemente
incremento su miedo.
- ¡Ahhh,
me desangro, me estoy muriendo, que alguien me ayude maldita sea, una bruja me está
matando, ayúdenme! –
Ricardo
jadeaba tirado del dolor, sobando su vientre asustado y con terror, mientras
que su nueva vagina no dejaba de desangrarse sin parar.
- ¿Qué
pasa hija, que tienes? –
- ¡Señora,
me desangro señora, no sé qué hice, perdóneme, pero me estoy muriendo! –
La
madre de Fernanda entraba asustada por los quejidos tan fuertes de su hija,
pero al entrar, noto como Fernanda estaba tirada en el suelo, hablando
incoherencias.
-
¡Estúpida chamaca!, ¿Otra vez estas drogada?, ¡Te está bajando chamaca del demoño!
–su madre le decía algo tranquila de que al menos aun no estuviera embarazada –
- ¡Señora
le digo la verdad, no que sé que paso, pero ayúdeme! –Ricardo suplicaba sin que
la mujer entendiera de lo que hablaba –
La
mujer, apoyo a su hija mientras que desnudaba su cuerpo, le ayudo a limpiar su
órgano y luego de un baño tan alucinante para Ricardo, le entrego una pastilla,
al igual que un té, junto con unas prendas limpias y frescas.
- ¡Pero
seño…!, ¡Gracias ma, me dolía mucho! –
Ricardo
le decía tratando de mantener mejor la calma, no podía explicarle a la mujer como
es que era el ex de su hija y ahora tenía su cuerpo, poco a poco comenzó a
sentirse mejor después del tan doloroso martirio, espero a que saliera y empezó
a despejar sus dudas.
- ¿Cómo
mierda terminé en el cuerpo de Fernanda? –
Ricardo
trataba de pensar, distrayéndose al mirar el cuerpo desnudo de la chica, una
mirada de atención y lujuria se formó en su mirada, estaba en estado de shock
al sentir todo un nuevo cuerpo lleno de cambios femeninos embargando su mente y
sus sentidos, sus manos temblaban mientras que su mente se retorcía de
pensamientos vertiginosos y muy locos, de una en una, sus manos se dirigieron
hacia los senos de Fernanda, los cuales estaban libres y caídos por la
gravedad.
-
¡Ahhh, que rico se siente tocarlos! –
Ricardo
jadeo una vez que sus manos oprimieron las tetas de su ex novia, pellizco sus
pezones muy sorprendido de las sensaciones y poco después empezó a masturbarse
admirando su reflejo, una corriente de energía invadió todo su cuerpo, hasta
que un pequeño chorro fluyo de su entrepierna, mirando asombrado que también tenía
su vagina.
- ¡Dios,
incluso tengo una vagina, me convertí completamente en Fernanda, tengo su
maldito cuerpo! –Ricardo deslizaba sus manos cuidadosamente entre sus pernas,
experimentando la pegajosa sensación que producía su nuevo órgano –¡Ay, no
puede ser, no era esto lo que quería, no quiero ser una mujer, mucho menos
quiero ser Fernanda! –
Ricardo
jadeaba molesto en el espejo, alcanzo a ver el anillo en el dedo de Fernanda y
recordó todo, pues luego de ese extraño suceso en el salón, ambos habían intercambiado
sus cuerpos.
Ricardo
tomó el anillo, sintiendo lo apretado que estaba, parecía que no podía sacarlo
con facilidad, estando bastante apretado que incluso parecía haberse fusionado
con su dedo.
- ¡Mierda,
es imposible, esto está muy apretado!; quizás sea parte del hechizo que provoco
la bruja, necesito ir a verla para que me devuelva a mi maldito cuerpo, aunque
quizás pueda divertirme un poco antes de eso –
Ricardo
miraba el reflejo de su nuevo cuerpo en el espejo, sintiéndose confrontado por
su masculinidad, sus ojos aún se sentían indiferentes ante la nueva perspectiva
que sentía, todo un mar de cambios hormonales y diversos que provocaba su cuerpo
femenino, de la nada, alcanzo a ver la vaginita de Fernanda, imaginando conmocionado
en cuantas vergas habían entrado en ella para engañarlo.
- ¡Mira
nada más, es la vagina de Fernanda!; me pregunto cuántos penes habrán enterado
por este coño de zorra –
Ricardo
dirigía sus dedos hacia su vagina, frotando con cuidado y con miedo al mismo
tiempo, rompiendo su poca masculinidad, al experimentar una muy placentera sensación
en ella, Ricardo no pudo bloquear los gemidos tan maravillosos que salían de su
boca, su mente le jugaba una mala pasada, pues de la nada comenzó a enviarle
señales vertiginosas a Ricardo, moviéndose bastante rastrero sobre la cama,
como si se retorciera de un fuerte cosquilleo producido por su entre pierna.
- ¡Ahhh,
esto es maravilloso!, no puedo creer todo lo que disfrutaba Fernanda con eso,
es una maldita arma, con razón, la que no es puta no disfruta –
Ricardo
pensaba machistamente sobre el cuerpo de su ahora propiedad, mientras que
jugueteaba un poco más con su respectiva vagina y pellizcaba los pezones de los
senos de Fernanda con priesa y perversión.
- ¡Bueno,
es hora de vestir el cuerpo de esta zorra! –
Ricardo
limpiaba tranquilamente su vagina mientras que inspeccionaba las prendas que la
madre de Fernanda le había puesto en la cama.
-¡Que
sexy!, me tendré que poner esta tanga en su rico culote de zorra, ¡Ahhh, mira
nada más lo bien que me queda esta tanguita!, ahora vamos con el sujetador,
ummm, que rico huele, es de las pocas cosas que me encantaban de Fernanda, que
extraño es ponérselo, no entiendo bien, pero supongo que va de esta manera,
ahora vamos con el top que por supuesto no falta para enseñar sus chichotas y
estos leggins que ufff, dejan más marcado su culote, pero bueno, que sexy me
vere con este cuerpo, me imagino que tendré que coger con algunos hombres hoy –
Ricardo
reía balbuceando frente el espejo mientras que imaginaba como hablaría Fernanda
siendo tan puta, estaba irónicamente fascinado con ser ella y afligido por
tantos sentimientos alterados.
- ¡Mierda,
mierda, no puedo, que estoy diciendo!, no puedo salir vestido con estas cosas,
me siento tan desnudo, no me imagino estar con un hombre, esto debe de parar
ya, ¡No quiero ser una mujer! –
Ricardo
recobraba el sentido que por unos momentos había perdido, comenzando a sentirse
incomodo al verse atrapado en el cuerpo de Fernanda, sin más remedio, la ahora
chica tomo su bolso, cual pues ahora tenía que usar sin tener más opciones para
acomodar sus cosas en los leggins que traía en sus piernas.
Camino
hacia el lugar en donde se había encontrado con la bruja, esperando a que ella
le regresara a su cuerpo, pero al llegar, no había nada más que una nota.
“Hola
chica, felicidades, lograste vengarte de esa perra, ahora disfruta de tu nuevo
cuerpo”
Ricardo
entro en pánico luego de leer lo que la bruja le había escrito, era como una
burla hacia el mientras que ahora sin nada que hacer, tendría que estar
atrapado en el cuerpo de la mujer que le había hecho tanto daño, el chico
guardo la nota, incómodamente pensando en todo lo que ahora tendría que vivir
siendo mujer, mientras que un par de chicos pasaban por la calle y se quedaron
mirando su cuerpo.
Afortunadamente
para Ricardo, estos chicos solo iban de pasada, pero su corazón se aceleró en
gran medida de solo pensar en que estos pudieron haberle hecho algo peor que
solo mirarle el culo.
Ricardo
bajo su mirada hacia su entrepierna, llenando su mente con ideas temerosas
sobre lo que tenía entre las piernas, suponiendo que dentro de aquella vagina debían
de entrar penes si llegase a perder el control en sus hormonas.
La
chica camino intentando regresar hasta la casa de Fernanda, pues de momento era
su lugar seguro, no pensaba seguir experimentando en la calle a que más hombres
lo miraran hasta sentirse incomodo y con miedo de que le hicieran algo.
- ¡Aquí
estas imbécil! –
Fernanda
se encontraba con su cuerpo afuera de su casa, su madre no le había dejado
entrar, pues tenía un comportamiento muy extraño, ella intento convencer a su madre,
pero esta termino tomándolo por loco, exigiéndole que dejara de acosar a su
hija.
- ¡Que
mierda me hiciste maldito, regrésame mi cuerpo! –
- ¡No
sé qué paso, solo desperté en tu odioso cuerpo! –
- ¡Ay
aja, tu bien sabes lo que hiciste, me dejaste este mugroso anillo como trampa
para robarte mi cuerpo! –
- ¡Efectivamente
fue una trampa, pero no lo puse ahí, yo también me lo encontré por ahí! –
- ¡Pues
no te creo nada estúpido, fuiste tu quien lo puso, no pudiste vivir con tu
fracaso como hombre y decidiste robarme mi cuerpo pervertido de mierda! –
-Vengarme
robándome tu cuerpo no era la idea que tenía en mente, todo fue a causa de una
bruja que me encontré, me engaño pensando que era un amarre y termino cambiándonos
de cuerpo, pero qué más da, que mejor que verte sufrir arrancándote lo que más
quieres, ya no podrás ser una puta nunca más, no creo que a los hombres que te
gustan les guste un chico tan patético y horrendo como tú –
Ricardo
se burlaba mientras pasaba sus manos por todo su cuerpo en señal de placer por
ser el ahora quien lo tenía, Fernanda comenzaba a sentirse desesperada,
mientras que tomaba un cuchillo y lo apuntaba hacia Ricardo.
- ¡Me
vas a devolver mi cuerpo o si no! –
- ¿O
si no que?, no pensaras apuñalarme, no te conviene, estamos donde pueden verte
y además si llegaras a recuperar tu cuerpecito dudo que quieras recibirlo con una
cuchillada –
- ¡Saca
este anillo de mi dedo! –
- ¡Ya
lo intenté, esta apretado, no se puede sacar! –
- ¡Entonces
ve y dile a la maldita bruja que nos regrese a nuestros cuerpos! –
- ¡No
puedo, justo acabo de buscarla y ya no está donde se encontraba! –
- ¡Pues
entonces yo hare que me lo devuelvas! –
- ¿Qué
piensas hacer estúpida? –
Fernanda
tomo el cuchillo haciendo presión en su mano, su cuerpo temblaba mientras
pensaba precipitadamente en la mejor opción, de un momento a otro, Fernanda colocó
la mano de Ricardo en la pared y con fuerza rebano el dedo del cuerpo de
Ricardo.
- ¿Pero
qué hiciste estúpida? –
Ricardo
veía con terror como la locura de Fernanda la había hecho apuñalarse el dedo
hasta cortarlo.
- ¡Aquí
está el maldito anillo! –
- ¡Eres
una psicópata! –
Fernanda
ignoraba a Ricardo, quien, con emoción y esperanza, esperaba que el efecto del
hechizo se rompiera para volver a su cuerpo, pero de un momento a otro, el
anillo del dedo amputado de Ricardo, comenzó a ponerse negro y se hizo polvo de
la nada.
- ¿Qué
paso, porque no puedo volver a mi cuerpo? –Fernanda jadeaba asustada al ver que
nada sucedía –
De
repente, el anillo del dedo de Fernanda también comenzó a ponerse negro hasta
hacerse nada.
- ¡El
mío también se hizo mierda! –
- ¿Por
qué no volvemos a nuestros cuerpos, que fue lo que hiciste? –
- ¡Yo
no hice nada!, seguramente acabas de hacer algo mucho peor que intentar que volviéramos
a nuestros cuerpos –
- ¡Ahhhhh,
porque maldito porque, eres una mierda, como se te ocurrió robar mi cuerpo! –
Fernanda
gritaba del dolor que sentía por su ahora dedo amputado, mientras que la sangre
salía de la herida como fuga, Ricardo intento pedir ayuda, sintiéndose asqueado
al ver a la horrible escena de su dedo amputado, al menos no había tenido que
regresar a su cuerpo aun con ese horrible malestar, la ambulancia llego en
minutos y se llevó a Fernanda para ser tratada, mientras en el camino continuaba
hablando incoherencias con la anestesia.
La
madre de Fernanda salió a ver que sucedía, notando a su hija alterada cuando se
llevaban a Ricardo, pero el decidió no decir más nada y con más calma regreso a
su nuevo cuarto a despejar su mente un rato.
Ricardo
se sentía angustiado, al pensar que definitivamente ahora nada podría regresar
a ser un hombre, pero, por otro lado, estaba feliz de ver la tortura que vivía
Fernanda después de haberle hecho tanto daño, pasaron las horas cuando un
mensaje en su celular interrumpió su tranquilidad.
- ¿Amiga,
ya estas lista? –preguntaba Cecilia, la mejor amiga de Fernanda –
- ¿Si,
para? –
- ¡Ay
amiga!, ¿Qué no te acuerdas?, ¡Hoy es la fiesta de Juan Carlos!; no dijiste que
te invito personalmente, se ve que quiere algo contigo, estabas bien
emocionada, más porque por fin terminaste al estúpido de Ricardo, deberías
aprovechar ahora que por fin estas soltera y llevártelo a la cama –
- ¡Si…,
claro amiga, porque no, vamos a gozar, te espero en mi casa para irnos juntas…!
–
- ¡Si
amiga, en un rato llego chao! –
- ¡Maldita
puta!, ya tenías planes para deshacerte de mí, pero mira nada más, ya se te
arruino tu fiestecita y tu revolcada con el tipejo ese, de ninguna manera pienso
ir a dicha fiesta, me quedare aquí a disfrutar de tu cuerpo un rato hasta
dormir –
Ricardo
hervía de coraje, mientras que, con odio, frotaba las tetas de Fernanda recostado
sobre su cama, pero al poco rato, Ricardo se sentía húmedo de su entrepierna, su
cuerpo estaba caliente y de la nada comenzó a delirar mientras gemía al
estimular sus senos.
- ¡Ahhh
Juan Carlos ummm!, que sexy eres, seguro tienes una enorme verga ahí debajo, ¿Qué,
pero que fue lo que dije, porque estoy pensando tanto en Juan Carlos?, no puedo
seguir en el cuerpo de Fernanda, siento que en cualquier momento terminaré en
la cama de algún hombre –
Ricardo
se sentía poseído por los instintos del cuerpo de Fernanda, quien parecía tener
otros planes para Ricardo así fuera el nuevo dueño de su cuerpo, pues era parte
del efecto que la bruja le había puesto al hechizo, decidió tomar un baño y
relajarse al tratar de desviar su atención a la necesidad que sentía de
acostarse con un hombre, sobre todo, si era Juan Carlos, el chico mas sexy de
la escuela de quien se trataba.
Pero
luego de unas horas, Cecilia llego a su casa sin previo aviso, para tomar a su
mejor amiga e irse juntas a la fiesta más esperada del semestre.
- ¡Hija,
Cecilia está aquí, ya vino por ti! –
- ¿Cecilia,
pero que hace esa estúpida aquí? –
- ¡Amiga,
pero que haces vestida con pijama, vamos a una fiesta no a dormir! –
- ¡Pero…,
pero yo no…! –
- ¡Vamos!,
¿No me digas que no quieres ir?, so estuviste esperando mucho tiempo a que Juan
Carlos te hiciera caso –
- ¡Ay
sí, pero dudo mucho que me quiera de su novia!; seguro me terminara botando como
a todas –
- ¡Ay
si amiga, pero si solamente te lo quieres coger, no ser su tonta novia, acuérdate
lo que dijiste, hombres van, vergas vienen –
- ¿Yo
dije eso? –
- ¡Ay
andas medio rarita!, seguro ya te bajo, entonces tienes razón, no vaya a ser la
de malas que termines embarazada de el –
- ¡Embarazada,
no, jamás!, pero no siento ningún malestar, solo que quiero descansar, fueron
muchos penes por ahora –
- ¡No
digas mamadas Mary Fer!, ven, vamos a escogerte un vestido –
- ¡Pero
enserio, yo no quiero ir! –
- ¡Ay
mira, este vestido se te vera divina! –
Cecilia
tomaba un vestido dropeado color negro del armario de Fernanda, parecía sr un
vestido costoso y muy elegante, como si hubiera estado ahí, esperando a estrenarlo
para una gran ocasión.
Ricardo
estaba nervioso, no podía negarse ya que Cecilia lo estaba presionando, de un momento
a otro, Ricardo comenzó a vestirse mientras que Cecilia le pasaba toda su ropa,
por alguna razón, Ricardo se desnudo frente a Cecilia, quien de momento no
sospechaba que dentro del cuerpo desnudo de su mejor amiga se encontraba el
alma de su ex, violando y destruyendo su vida.
Ricardo
se sentía controlado, mientras no dejaba de mirarse en el espejo, tan solo para
quedarse como un tonto deleitándose con su hermosa figura, Cecilia comenzó a maquillarlo
y poco a poco, ya estaba listo para salir de fiesta con Cecilia y cogerse a
Juan Carlos toda la noche.
Ricardo se noto tan bonita que se despisto un buen rato, tomo su celular y comenzó a tomarse muchas fotos en el espejo, haciendo algunas poses sexys y deleitando a sus nuevos seguidores en sus redes sociales, pues ahora lo único que quería era lucirse para hacer enojar aún más a Fernanda.
-
¡Ah, que delicioso es tenerte toda esta atención!, gracias a este cuerpo, tal
vez no se amala idea salir a divertirme un rato y ver todo lo que me ofrece ser
Fernanda –
Ricardo
salió junto con Cecilia, pero antes de llegar a la sala con su madre, tomo a Cecilia
del brazo robándole un muy atrevido beso.
- ¡Fernanda,
pero tu…! –
- ¡Shuu,
tranquila!, es solo por ayudarme a ponerme tan sexy, acaso no emos hecho cosas
locas antes –
Ricardo
se ponía algo intenso, totalmente excitado de la aventura que estaba viviendo,
era su primera salida como una mujer, pues ni como hombre al ser tan
introvertido había disfrutado tanto, ahora lo hacia como una chica y le
excitaba tanto experimentar con otro cuerpo.
Cecilia
estaba consciente de las aventuras sexuales de su mejor amiga, pues incluso sabía
de antemano que se metía con mujeres eh incluso con ella misma, cosa que le
encantaba, pues cuando Fernanda se ponía así de intensa, sabía que la noche
seria divertida.
Las dos
chicas llegaron a la fiesta, mientras que miraban a todos los invitados quienes
las observaban encantados, como un pueblo esperando ansioso a sus reinas, aunque
claro que quien se robó más miradas fue Fernanda en su modo mas sexy para
conquistar a Juan Carlos, quien desde el primer instante en que llego no le quitaba
los ojos de encima.
Luego
de un rato, Ricardo estaba algo tomado, el cuerpo de Fernanda no resistía
demasiado alcohol, por lo que siempre pasaba con muchos hombres sin saberlo,
pero fueron los recuerdos de su amargo descubrimiento y el dolor de su corazón roto,
que comenzó a dejarse llevar demasiado por lo que su cuerpo experimentaba en
ese momento.
- ¡Hola
Fer, que bonita estas hoy! –J. C la elogiaba –
- ¿Enserio,
te gusto, que tan sexy me consideras, crees que soy tan deliciosa para que me
leves a la cama? –
- ¡Por
supuesto, por mi encantado de tener sexo sin compromisos! –
- ¡Excelente,
no sé si es lo que quiero, pero vamos, quiero vengarme de esta puta! –
- ¿De
qué puta hablas? –
- ¡Nada,
solo sígueme! –
Ricardo
totalmente llevado, tomó la mano de Juan Carlos, ya no podía esperar más, su
vagina colapsaba y su cuerpo ardía de calentura, se sentía tan excitado que con
solo saber que estaba llevándose a su hombre a la cama ya estaba algo mojada.
Juan
Carlos la como del cuello y comenzó a besarla, Ricardo estaba completamente perdido
en la locura, sus gemidos eran suaves y poco a poco su memoria perdía la
masculinidad que le quedaba, estaba convirtiéndose completamente en la puta de
Fernanda, una perra sumisa que se divertía con cualquier hombre.
Ricardo
levanto sus piernas y se saco el vestido, dejándose ver desnuda para Juan
Carlos, quien excitado no dudo en hacer lo mismo y empezara acariciar las
partes de Fernanda, a quien le tenia ganas desde hace mucho tiempo.
- ¡Ummm,
pero que sexy eres amor, me encantas, mírate nomas, estas ardiente! –
- ¡Si,
me encanta que te excites, mírame, acaso no estoy buenota! –
- ¡Si,
no sé porque andabas con esa basura, pero que bueno que ya lo terminaste, de cualquier
manera, era todo un cornudo –
- ¡Si!,
todo un cornudo, pero ojalá lo pague pronto, mientras yo seguiré disfrutando y vengándome,
¡Penétrame, ahhhh! –
Ricardo
comenzó a sentirse mucho mas desdichado al escuchar las palabras de Juan
Carlos, no solamente era un miserable patético, sino que ya todos sabían de los
engaños de Fernanda, quien realmente parecía que nunca lo había amado, Ricardo sentía
un gran odio y despecho lo único que quería era sentir la verga de Juan Carlos
dentro de su vagina y gozar de esa noche desenfrenada.
Con
muchas ganas, Juan Carlos comenzó a penetrar su coño, Ricardo parecía perder la
cordura, dejándose llevar por completo por sus hormonas, su odio, su venganza y
su rabia, ya no le importaba ser el cornudo, ahora solo deseaba ser la zorra
que le arruino la vida y divertirse tal y como ella lo hacía.
Juan
Carlos parecía no tener fin, estaba gozando llevarse a Fernanda al máximo, Ricardo
estaba bastante sorprendido del tremendo aguante que el otro tenia, mientras un
poco de vergüenza y coraje se apoderaban de el al saber que había fallado como hombre
al dejarse llevar por el cuerpo de Fernanda, quien había cedido rápidamente, Ricardo
gemía viniéndose al menos unas tres veces, sin saber que todo lo que había
vivido habían sido ya 2 horas de sexo intenso, ambos estaban mojados sobre toda
la cama, era una noche inolvidable para ambos.
Al día
siguiente, Cecilia le recordó a Ricardo todo lo que había pasado, el apenas
despertaba, afortunadamente en su propia cama sin saber nada de lo ocurrido, sentía
que sus piernas y su cadera le dolían, su vagina estaba algo hinchada, pero sin
embargo se sentía sumamente feliz y relajado, observó su cuerpo desnudo por juntos
momentos, admirando la belleza de sus senos, tenia un cuerpo de infarto, era el
mejor días de su vida, ahora sabía que podría vivir al máximo, sin importar que
fuera una mujer feliz desde ahora.
ME gusto, ojala hay continuacion
ResponderBorrarOrales..!!!
ResponderBorrarMuchas gracias Karina, eres la mejor, la verdad esta historia esta increíble, nunca se me hubiera ocurrido una historia como esta, la verdad es muy bonito imaginar que eres protagonista en una historia y mas en una como esta.
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