sábado, 6 de enero de 2024

“La estrella Navideña”


Nos habíamos reunido para la gran cena de Navidad, mi familia estaba muy entusiasmada por pasar la bonita fecha de cada año en la que celebrábamos tan…, “Unidos”.


Siempre recordaba cómo estas reuniones celebrábamos y nos la pasábamos tan bien, mis tíos que por parte de mi mamá mi tía era su hermana así como tenían una hija llamada Pamela, quién era hija única al igual que yo.


Toda la vida, Pamela y yo nos habíamos llevado tan bien casi como hermanos, compartíamos muchas cosas eh incluso en Facebook nos llevábamos bien, éramos buenos amigos aunque en el último año, al pasar ella a la preparatoria, parecía algo cambiada, casi no hablábamos ni salíamos al cine con nuestros amigos, creo que se había orillado más a la vanidad de sus amigas de preparatoria así como alejado algo más de su familia y de mi.


El volver a tratar con mi prima había sido algo inesperado además de incómodo, se notaba como ella traía un porte vanidoso presumido y mamon por no decir otra cosa, se notaba en sus gestos y en sus movimientos, ya no parecía la prima que era casi como una hermana el año anterior.


Mi madre y mi tía preparaban todo para la cena aunque aún faltaba el artículo más importante, la estrella, objeto que de hecho, mi prima y yo poníamos juntos año con año desde que éramos unos niños.


-¡Martín ve a comprar la estrella para el pino! - mi madre me decía apurada.


-¿Porque tengo que ir yo mamá? -le contestaba molesto ya que estaba jugando un videojuego y mi prima no había cooperado en nada desde su llegada.


-¿Porque soy tu madre y te lo pido porque si?


-¿Porque no vas con Pamela?, ¡Pamela ve con tu primo por favor! - le decía mi tía a Pamela.


-¡Ay mamá!, ¿Neta, porque yo?, ¡No quiero que me vean con ese tetazo! - mi prima respondía y yo me sentí mal ante su comentario.


-¡Qué vayas con tu primo Pamela…! - mi tía le contestaba de malas y ella obedeció sin quedarle de otra.


Me deprimí un poco al sentir ese comentario despectivo por parte de mi prima, yo la quería mucho y no entendía el porqué de su actitud hacía mi, pero por otro lado, pensaba que esta salida de compra especial podría hacer que nos acercáramos un poco y tratar de solucionar este problema que extrañamente se había formado.


Pasamos un largo rato caminando por el centro, en el camino Pamela no me había dicho ni una sola palabra y mucho menos en la plaza que parecía alejarse de repente para que nadie la viera conmigo.


Estuvimos buscando la mentada estrella pero no la encontrábamos hasta que llegamos a una tienda extraña donde vendían cosas especiales, imaginando que estaría la dichosa estrella, logramos ver unas cuantas exhibidas al entrar justo en la recepción.


-¡Mira Pam!, creo que por fin se terminó nuestro castigo hermana… - le decía emocionado tratando de romper el hielo.


-¡Uy si, por fin…! - contestaba desinteresadamente poniendo más atención en su celular.


-¡Hola bienvenidos a mi tienda mágica!, soy Kata, ¿Qué les puedo ofrecer? - saludaba la agradable anciana.


-¡Hola!, pues venimos precisamente por esas lindas estrellas para nuestro pino - le dije.


-¡Muy bien mis niños!, me da gusto, vinieron al lugar correcto, ya son las últimas estrellitas que me quedan, son muy poderosas así que tengan cuidado con lo que desean en esta Navidad.


-¿Cómo, ósea que son mágicas o que? - respondía Pamela llamando su atención un poco.


-¡Así es mi niña!, pueden cumplir deseos en esta fecha especial con solo sentir su corazón de la manera más pura que lo deseen.


-¡Jajaja ah si claro!, bueno de todos modos ya nos tenemos que ir así que nos la llevamos señora…


-¡Pamela no seas grosera!, debes de tener empatía, la señora sólo está siendo amable con nosotros - le dije a Pamela quien ya me estaba colmando la paciencia.


-¡No hay problema mi niño!, veo que tienes un problema muy serio en tu corazón, espero que lo resuelvas… - la ancianita me guiño el ojo y me sonrió sutilmente.


-¡Gracias señora! 


Salimos de la tienda luego de tomar la estrella y entonces recordé que nunca nos cobró nada la dulce señora y me regresé enseguida, Pamela notó mi atención y al voltear ambos nos quedamos impresionados de ver como la tienda misteriosa ya no estaba, era como si hubiera desaparecido por arte de magia.


Me sonroje un poco al ver como Pamela reaccionaba parecía la hermanita graciosa de nuestras travesuras de antes, aunque rápidamente colgó el entusiasmo y volvió a su celular, parecía que chateaba con algún novio o algo, no sabía si sentirme algo celoso o protector, ¿debía de preocuparme y cuidar de mi prima hermana?


Continuamos de regreso a la casa donde ya nos esperaban nuestros padres, todos nos preparamos para la gran noche, nos pusimos nuestras mejores prendas y estábamos ansiosos por la espera de la noche buena.


Al salir a convivir, noté como todos mis familiares estaban muy bien arreglados, pero la que más me impresionó fue mi prima, quien vestía muy sexy para estar en esta ocasión especial en familia, traía un top pequeño que dejaba entre ver su cintura con un escote semiabierto, sumado a una falda que combinaba con el pelaje navideño del mismo top haciendo juego con este, se veía tan sexy que yo mismo no deseaba ser su primo en ese momento.


Nunca había sentido nada más que amor de hermanos por mi prima al ser familia, pero tampoco podía negar que desde el último año, Pamela se había puesto bien buena.


-¡Pame…!, ¿Podemos hablar? - le decía a mi prima nervioso pero ella no me hizo caso, era como si me estuviera evitando -¡Pame por favor!, ¿Qué pasa, qué te hice?


-¡Ay ya déjame en paz estúpido!, ¿Qué no te vez en el espejo?, eres un muerto de hambre y estás feo, mis amigas dicen que eres un perdedor y yo soy muy hermosa para andar con un bueno para nada como tú, odio tanto que seamos de la misma familia.


La palabras de Pamela me habían hecho estallar en lágrimas, me retiré rápidamente de la sala y me fui al jardín a ver el cielo y las estrellas.


-¿Porque Pamela se volvió tan horrible conmigo?, no entiendo qué pude haber hecho para tener ese desprecio de una persona que quería tanto.


Lloraba mirando hacia el cielo, me sentía devastado, pude notar como desde un lugar muy lejano, una estrella pasaba cerca de la tierra, parecía como si fuera el momento justo de que esta recorriera la tierra cuando se cumpliría la tan esperada Navidad.


Luego de un rato reflexionando solo en el jardín, la estrella que veía en el cielo se notaba cada vez más brillante y cercana a la tierra, la hora estaba por llegar y mi tía junto con mi madre comenzaron a gritar de emoción al ver como la estrella que habíamos traído parecía brillar como si de verdad fuera mágica.


Entre a ver conmocionado ante sus gritos, mientras que todos estaban observándola con algo de miedo, entonces, la hora llegó tocando el timbre el reloj, ordenándonos mi tía a ponerla yo con Pamela.


Pamela estaba muy errática pero al ver la estrella brillando, recordó las palabras de la señora al decir que era mágica, a pesar de su burla y negatividad, Pamela sabía que podía ser una oportunidad única si aprovechaba ese deseo de Navidad.


Ella se acercó primero a tomar la estrella de su cajita, yo me acerqué de inmediato notando su intención, ¡pero ni madres!, yo pondría esa estrella y pediría ese deseo.


Me acerqué rápido a la estrella tomándola ambos justo en el momento, cada uno trataba de arrancársela a otro y un momento que era de tradición y felicidad entre ambos desde niños, se había vuelto un momento de guerra e interés.


-¿Qué carajos les pasa niños?, ¡Ya dejen de pelear y pongan juntos esa bonita estrella brillante que nos trajeron! - gritaba mi tía con entusiasmo y cansada de vernos pelear desde su llegada.


-¡Ya dame esa estrella Martín!, sabes bien qué significa ese brillo y ese deseo será mío.


-¡Si claro, eres una aprovechada!, si le hablaste feo a la pobre señora, yo no sé que te pasa, no se porque estás así conmigo si nunca te hice nada yo solo te quiero de verdad.


-¡Ya te lo dije!, ¡Eres un maldito fenómeno!, ¡Mírate!, estás bien feo ninguna chica te pela y en la escuela todos se burlan de ti por perdedor.


Pamela me hacía llorar con sus palabras pero no dejaría que nada de eso se interpusiera entre la estrella, el deseo y yo.


Pamela parecía tener mucha fuerza, se notaba que estaba yendo al gym desde hace ya un tiempo, pero no me dejaría, agarre fuerzas y tráete de arrancársela de las manos, todos nos miraban sorprendidos de ver una pelea semejante entre ambos.


Empuje a Pamela directo hacía la copa del pino y traté de colocarla pensando que por fin ella ya no aguantaría soltándola, pero no era así.


Entonces, ambos sabíamos que era el maldito momento de pedir el deseo, la estrella se encontraba más brillante que nunca y ambos pedimos nuestro deseo al mismo tiempo.


Un flash iluminó toda la sala impresionando a toda la familia llegando incluso a pensar que mi prima y yo habíamos muerto.


Cuando todo pasó, me sentí algo diferente, estaba sobre el suelo sintiendo como mis piernas acariciaban la fría capa de suelo sobre la que estaba mientras que el cabello me estorbaba hasta por debajo de los hombros.


Entonces miré a un clon de mi mismo enfrente con aspecto sorprendido al igual que yo, este comenzó a tocar su cuerpo sorprendido aunque de la nada se puso a apuntarme con su dedo sumado a las quejas que empezaba a desbordar.


-¿Quién ere tu y qué haces con mi cuerpo? - gritaba él mientras miraba sorprendido.


-¿Más bien quién eres tú porque te pareces a mi? - gritaba escuchando como mi voz sonaba a  la de mi prima.


Baje la mirada solo para ver que ahora mi cuerpo había cambiado, ya no era un chico sino una chica, pero para variar, mi corazón se aceleró al saber que de hecho, estaba en el cuerpo de mi prima.


-¡Creo que…, cambiamos de cuerpo! - dije sonando con una voz femenina.


De inmediato mis nervios empezaron a alterar mi interior, estaba asustado, esto no era normal, no debía de pasar.


-¿Pues qué fue lo que deseaste estúpido? - alegaba mi prima argumentando que yo había tenido la culpa.


-¡Por su puesto que nada que fuera cambiar de cuerpo contigo! - respondía sintiendo que quizás mi deseo tuvo algo de culpa en ello.


Quizás mi deseo se había malinterpretado y de alguna manera eso nos había hecho cambiar nuestros cuerpos.


-¡Ya basta dejen de pelear!, no es posible que hayan cambiado de cuerpo, quizás solo están confundidos por la estrella - gritaba mi tía asustada al igual que nosotros, ah decir verdad, se veía bastante nerviosa.


Miraba mi cuerpo o el cuerpo de mi prima, me sentía tan extraño, tenía el cuerpo de una mujer, sentía ese hueco entre mis piernas, me sentía helado al ya no sentir mi órgano masculino, no me atrevía ni siquiera a mirar para ahí abajo.


-¡Tenemos que hacer algo!, ¡No podemos quedarnos sin nuestros cuerpos! - jadeaba mi prima asustada de lo que estaba pasando.


-¡La estrella ya no se ve tan brillante como antes! - decía mi madre entrada en pánico.


Todos estaba opinando entre cruzando ideas y maldiciones como si pelearan por los mismísimos terrenos de la abuela, yo por mi parte no sabía qué pensar, ahora estaba en el cuerpo de mi prima, no sé si debía de sentirme excitado o asustado de quedarme así para siempre.


De repente, mi tía comenzó a actuar extraño, miraba a todos lados pero lo más raro era que se veía algo excitada y no tanto de placer sino de una gloria extraña.


-¡Saben que esto está muy raro!, lo mejor es que olvidemos que todo esto pasó, ¡Ya tenemos que irnos!, ¿Verdad hija?


Mi tía hablaba como si no entendiera o se hiciera mensa acerca de qué en el cuerpo de su hija ya no estaba su hija sino su sobrino.


-¿De qué habla tía?, ¡Si yo soy Martín!, estoy en el cuerpo de Pamela… 


Sentía extraño decir eso mientras que todos nos veían anodadados aunque también con cierta rareza y burla, por un lado, pensaban que estábamos tratando de hacer una especie de broma, por otro, creían que todo era verdad pero les parecía divertido vernos en el cuerpo del otro.


-¡Ya basta tenemos que hacer algo mamá! - gritaba Pamela escuchándose como un maricon desde mi cuerpo.


-La estrella que trajeron debió de haber ocasionado todo esto, ¿Cómo fue que la encontraron?, parecía muy brillante como si tuviera magia de verdad - especulaba mi madre quien realmente tenía razón.


-¡Pues no sé!, pero lo que es cierto es que la compramos a una bruja que encontramos en una tienda extraña y desapareció apenas salimos del lugar, ¡Diles Martín! 


-¡Si…, es verdad!, una señora tenía varias estrellas navideñas y todas brillaban igual, ni siquiera nos cobró y nos dijo que eran especiales, pero Pamela la trató mal.


Les mencioné todo acerca de lo que había pasado pero la estrella ahora solo se notaba apagada, algo me hacía pensar que lo que vi afuera momentos antes de que sucediera todo esto, ese cometa extraño cruzando la admostefa del cielo nocturno había tenido que ver con esta extraña situación.


A querer o no, la magia debía de ser cierta, esto había sido causado por nuestros deseos egoístas; solo me quedaba pensar en lo que había hecho y en no haber medido mis palabras eh intenciones para que esto no hubiera terminado como sucedió.


Mi tía quien ahora era mi madre estaba más que nerviosa y ni hablar de mi prima quien casi no hablaba que hasta se notaba muy nerviosa al igual que mi tía, ambas parecían tan sospechosas que ya ni me quedaba más que aceptar que en esta situación yo era el culpable.


-¡Bueno!, en vista de que no hay forma de que estos chamacos regresen a sus cuerpos al menos esta noche, Mauricio y yo ya tenemos que irnos con la niña aunque sea Martín en el cuerpo de Pamela.


-¡De ninguna manera, quizás Pamela esté en el cuerpo de Martín pero nosotros nos quedaremos con Martín aunque tenga el cuerpo de Pamela.


-¡Estás loca hermana, no importa quien esté en el cuerpo de quien, ¿Sino cómo vamos a explicar que nuestros hijos cambiaron de cuerpo? 


-¡Pues si…!, puede que tengas razón, no podemos cambiar simplemente de hijos de la noche a la mañana y nos tomarán de locos.


-¡Pero mamá yo no quiero irme con mi tía y no quiero quedarme en este cuerpo!, es…, incómodo ser una mujer…


-¡Lo siento hijo pero no tenemos de otra!, no te queda más que ser tu prima por un tiempo…


-¡No es justo mamá!, pensé que ahora sí me querrías siendo Mar… 


A Pamela se le estaba saliendo algo pero luego se arrepintió y se quedó callada, todos nos miramos y yo con desesperación no tuve de otra más que aceptar que ahora tenía que estar en el cuerpo de mi prima.


Me miraba en el espejo y me sentía tan incómodo al sentir que ahora era más frágil y me había vuelto femenina.


Nos fuimos de mi casa y me entregué a mis tíos decepcionado, el camino fue difícil y como un trago amargo al sentir este nuevo cuerpo, no estaba acostumbrado a lo desconocido, sentir algo diferente y muy desacomodado no era lo mío.


-¡Hija!,  ¿Ya subiste tus fotos a tu face?, seguro muchos chicos se fueron de hocico con tu outfit.


-¡Tía ya le dije que yo soy Martín no me siento cómodo hablando de esas cosas…! 


Mi tía se quedó callada y con algo de molestia pero una sonrisa perversa se reflejaba en su rostro.


-¡Pronto te gustará ser Pamela! - se escucho una sutil frase en voz baja pero no alcancé a entenderlo mucho.


-¡Ya mujer deja al chamaco en paz! - mi tío me defendió luego de ver a mi tía de reojo con algo de molestia.


Todo parecía tan extraño, mi tía se estaba haciendo tonta en esta situación, tratándome como si fuera la misma Pamela de siempre.


Llegamos a la casa de mis tíos y tuve que tomar el cuarto de Pamela prestado pues ahora era mi cuarto, me guardé en la habitación y decidí no salir por lo menos hasta el otro día, aún me veía dentro de ese vestido navideño y la verdad me sentía algo ridículo, sabía que ahora tenía unas tetas y ni se diga que tenía una vagina entre las piernas.


Me metí al baño solo para admirar mi nuevo cuerpo, era una chica totalmente, me sentía tan sorprendido eh iracundo al saber que ahora era Pamela.


De repente comencé a juguetear con mi cabello, me sentía como…, bonita, no podía dejar de verme en el espejo y dejarme de sentir sexy y bonita, sintiendo a sabiendas que yo era esa chica bonita frente a mí.



-¡Reacciona Martín! - de repente me dije a mí mismo con coraje.


De alguna manera esto tendría que afectarme pero debía de mantener la cordura y la calma, yo sé que soy un hombre y que soy Martín aunque mi apariencia sea el de Pamela.


Apreté las tetas de Pamela con gusto sintiendo el morbo de querer tocarlas desde que aparecí en este cuerpo, eso solo provocó que experimentara cositas de mujer que no me sentía listo para confrontar, algo raro moví dentro de todo mi ser, por tocar mis tetas bruscamente a solo provoque que mi cuerpo se excitara. 


Bueno no es que no quisiera intentarlo pero no me sentía muy cómodo con sentir una vagina apenas empezando a tomar este cuerpo.


Por algún instinto comencé a tomarme unas fotos con el celular de Pame y abrí su celular para entrar a sus redes sociales.


-¡Bueno si es lo que todos quieren entonces actuaré como Pamela!


Dije luego de ver sus redes sociales, entonces ahora seré Pamela pensaba mientras actualizaba sus redes publicando fotos de su cuerpo.


Poco a poco comencé a involucrarme más en sus redes sociales, todos parecían amarme o bueno amar a Pamela pero realmente notando publicaciones anteriores no habían tenido tantas reacciones como ahora que yo era Pamela.


Todo parecía tan extraño, me desvelé aún más leyendo todo lo que le decían a Pamela en sus redes, además pude ver como en los grupos de sus amigas fresas realmente hablaban de mí admirándome y no es por ser vanidoso pero parecía gustarles más que nada físicamente.


-¡Está información vale millones! - dije riéndome un poco.


Todo eso me levantó un poco el ánimo, aunque me deprimí al recordar que ya no tenía mi cuerpo, tan solo pensar que si pudiera volver a ser yo con esta información podría tener muchas conquistas con las amigas sexys de mi prima. 


Pase de tener pistola a tener raja, todo por un tonto deseo de querer saber que era lo que tenía Pamela, aunque…, ¿estaba seguro de que eso era lo que había causado nuestro cambio?


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Creo que continuar espero que no quede abandonada como otras historias sino bueno ya lo sabremos en el resto del año 2024 xD


-Kary-

6 comentarios:

  1. Feliz año nuevo kary y si continua esta historia esta buena

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  2. Sigue la historia de la feria estaba muy interesante, feliz año por cierto

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  3. Continuala xD a y has que por ejemplo el cambio entre los 2 sea permanente y que al menos el chico siga actuando como chico y que la mamá sea la responsable del cambio que veo así lo quiso

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