El asesino (One shot)
Un escupitajo golpeó el suelo.
-Se burla de nosotros -dijo el que escupió.
-Es el peor en su clase -dijo el compañero,
con los ojos llorosos por el olor.
-Los peritos llegaron hace 40 minutos, una
señora vió el crimen y llamó -dijo un joven forense que se encontraba al lado-
dice que vió al perpretador.
-Tiene que ser lo mejor que he escuchado en
el año -dijo el detective Valenzuela- acompañame chico.
Su compañero lo siguió y Valenzuela escupió
otra vez.
Una señora con los ojos llorosos hablaba
con un policia muy pasado de peso, era morena, de unos 75 años, con ligero
sobrepeso y cabello muy canoso, vestía un delantal y unos guaraches.
-Dejala panzón, yo me encargo.
El policia gordo se retiró un poco molesto.
-¿Como se encuentra señora?
-Yo lo ví, yo lo ví, le clavó un...
-Señora, tomelo con calma, ¿comomse llama?
-No sé era un hombre grandote...
-Señora, usted, ¿usted como se llama?
-Cleotilde... señor por favor.
-Con calma... me llamo Valenzuela,
detective Valenzuela y este es mi compañero Gonzales.
Gonzales saludó a la señora, tenía unos 29
años, había ascendido de policia en bicicleta a detective, aún estaba
aprendiendo, era un novato, y Valenzuela era su mentor.
-Señora, digame que estaba haciendo,
cuentemelo todo.
La señora dejó de llorar y empezó a hablar.
-Yo venía de las tortillas aqui a dos
cuadra y cuando venia por acá había una muchachita gritando aqui en la calle
-en realidad era un callejón, pero la señora tenía un notable acento indígena,
los detectives no esperaban gran profundidad en sus palabras- y pues vi que
había un señor era grandote, con barba y lentes, tenia abrazada a la muchacha
por atras, ay y la estaba picando con un cuchillo, tenia agarrada a la
muchacha, y el me vió pero el seguia picandola en la panza, ay no señor, biem
feo -comenzó a llorar de nuevo, pero Valenzuela la calmó- y pues me veía, luego
mató a la muchacha como si fuera una gallina, le cortó el cogote, y el señor se
fué corriendo, señor yo he visto en la tele a todas las muchachas, porfavor
metanlo a la penal pa' que ya no ande matando a tanta muchachita.
La señora se rompió y se abrazó de
Valenzuela.
-Señora, su testimonio nos sirvió de mucho,
no le voy a pedir que levante un acta en el ministerio público, solo hable con
nuestro dibujante y digale como era el asesino - la señora vió que Valenzuela
apuntaba a un joven de lentes sentado en una patrulla con la puertas abiertas.
-Que dios lo vendiga señor.
-Lo necesitariamos, señora.
Ella se alejó y la pareja se encaminó a la
victima, levantaron la línea de no pase y llamaron la atención del forense que
revisaba a la victima.
-¿Que tienes Jorge? -Le preguntó Gonzales a
Jorge el forense.
-Lo de siempre, mujer jóven de mas de 18
años, cabello castaño, tez blanca, ojos verdes y cuerpo atlético. 17 apuñaladas
en el abdomen y 2 en los pechos.
-Mismo modus operandi.
-Es la decima este mes, estamos frente al
peor asesino en serie de México, sobrepasó a la mataviejitas, al mochaorejas,
chingados hasta todos los que murieron en la masacre de Tlatelolco -habló
Valenzuela conmovido en el mal sentido de la palabra
-Esto no tiene sentido, no puede ser que 11
personas tengan el mismo modus operandi.
Esta era la onceava vez que habían descrito
al asesino, pero nunca cuadraba, en el asesinato número 32 identificaron a un
muchacho delgado y de piel blanca, en la segunda a una mujer de edad avanzada,
en la quinta a un hombre muy alto y musculoso. En la septima describieron como
el asesino a una muchacha de no más de 15 años, la cual apareció semanas
después desmembrada en un basurero.
Y esta vez describieron a un hombre grande
y de barba. Ninguno coincide en la lista.
-La secta quedó descartada cuando empezaron
a llegar cartas del asesino, ¿recuerdan? -Gomez inquirió- estaban escritas con
sangre de las victimas, coincidian con el ADN, todas tenían la misma letra y
explicaciones detalladas del crimen, ese tipo de cosas que no se mencionan en
las noticias, y casi siempre había un vello púbico de una misma persona.
-Yo creo que es una cosa como la de la
familia Manson -expresó el forense.
-Igual, hay
muchos cabos sueltos, 793 cabos sueltos, feminicidios sueltos. -El tono de voz
de Valenzula estaba muriendo a cada letra de exclamaba desde destro de sus
entrañas.
-Es un
demonio.
-no soy un
demonio, soy un simple ser humano -se dijo para si mismo un joven de unos 25
años que estaba mirando como trabajaban los policías desde el otro lado de la
calle, el "demonio", ese es el problema de la sociedad, todo es culpa
de las cosas que no comprendemos, del más allá, pero yo soy un simple hombre,
cambio de piel a mi antojo, soy un supervillano sin un superheroe que me
detenga, soy el peor cabrón del mundo, el mas indetenible bastardo que haya
puesto sus patas en la tierra, cristo y satán en persona. Es como Mistike de
los x-men, pero no con esas chorradas de volverse buena persona, el era malo,
era peor que Bundy, Dahmer, Kemper, Wuornous, Gacy, Manson, Garavito, Ramírez,
Zodiaco y Radder, todos ellos juntos y multiplicados por mil, pero aún faltaba
algo que intentar, tenia planeado mutilar a alguien y llevarse lo que sobrara a
la cocina, si saben a lo que me refiero. Salió de su ensimismamiento cuando un
policia se le acercó.
-Joven
puede retirarse, estamos trabajando.
-Claro
oficial, que tengan suerte.
-Si, si,
si, circule.
Se alejó por
la calle, al pasar la esquina se dió cuenta que no había nadie siguiendolo o
viendolo, y decidió volver a su forma favorita. Una hermosa chica con ropa de
hombre de su talla pasó por la calle por la cual hace un rato había pasado un
hombre muy muy enfermo, y ella ahora era una chica muy muy enferma, la cuál
planeaba irse a cazar su comida.
Este historia va hacer genial síguela gracias
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