𝑳𝒂 𝒂𝒑𝒑 𝒅𝒆𝒍 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒐

 

Ximena era una chica exótica y muy perversa, le gustaba salir de vez en cuando a buscar una nueva víctima para sus macabros juegos, ella tenía en su poder un invento especial que le había construido su querido abuelo inventor justo antes de morir, y es que el abuelo era tan pervertido o incluso más que su pequeña y diabólica nieta, que el poder de sus perversiones no tenía límites.

- ¡Hola niño bonito! -Ximena saludaba a un chico de entre 13 y 15 años que se había encontrado caminando por la calle, parecía ser un chico de barrio, - ¡Eh, hola…! -el chico respondía nervioso, al ver que una sexy chica de preparatoria lo saludaba de repente, -Oye, ¿Te gustaría jugar un juego? -Ximena le decía, pero el pobre chico se quedaba pensando eh imaginándose cosas pervertidas con ella, - ¡Bien, es justo la expresión que quería ver! -entonces, Ximena saco un control muy extraño y de repente ambos cambiaron de cuerpo.

- ¿Qué, qué paso?, mi cuerpo, ¡Tengo tetas, Ahhh, soy una niña! -el pobre chico se miraba consternado en el cuerpo de la chica mientras que ella tomaba el control del suelo y apuntaba directamente hacia su ex cuerpo, - ¡Bien niño, no te muevas jejeje! -Ximena comenzó el juego y de repente, el pobre chico se quedó paralizado, - ¡Ahhh, porque no puedo moverme, que me hiciste! -el chico lloraba en su mente, mientras que veía como la chica controlaba su cuerpo y el cuerpo que ahora estaba con el mismo control con el que los había cambiado.

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- ¡Tranquilo llorón, solo quiero jugar un ratito contigo! -Ximena apretó unos botones y el chico sentía como el cuerpo de chica en el que estaba comenzaba controlarse solo, -¡Ahhhhh, porque este cuerpo se mueve solo, que es lo que sucede! –el chico caminaba y saltaba por sí solo sin desearlo, mientras que sentía como las sensibles masas carnosas de su pecho se movían sin control alguno, provocando que este jadeara a los pocos segundos, de repente, algo en su entre pierna comenzó a vibrar y sentía como le hacia  unas inmensas cosquillas obligándolo a orinarse en plena calle, el pobre chico solamente sentía como sus piernitas de colegiala se mojaban sin razón alguna, pronto, todo su cuerpo comenzó a sentirse caliente.

- ¡Jajajaja, bien muñeca!, ahora eres mi juguete, porque no vas y besas a ese chico sexy y rudo que esta haya, - ¡Qué, no, yo no hare eso! -el cuerpo de Ximena comenzaba a moverse por su cuenta y se dirigía hacia el chico de una manera muy perversa y provocativa, - ¡Ahhh!, yo no quiero besara un chico, haz que se detenga, ¡Nooo! -el chico gritaba en su mente, pero no pida hacer nada, su cuerpo de chica no le respondía, - ¡Hola guapo, te gusta mi cuerpo, bésame! -Ximena se reía mientras que veía como su propio cuerpo actuaba como una puta, sorprendiendo al chico al que besaba, mientras que el niño dentro comenzaba a sentir asco por besar a otro hombre, aunque lentamente eso comenzaba a gustarle.

- ¡Bien niño!, ahora déjalo y corre hacia la cafetería, te estaré esperando ahí y te invitare un helado -Ximena le hablaba al control como si esta fuera un micrófono y automáticamente, el cuerpo de Ximena obedecía, el chico caminaba lenta y coquetamente sintiéndose toda una niña puta caminando hacia la cafetería, -¡Que bien, quiero un postre!, aunque desearía poder moverme -el chico sentía sus tetas agitarse junto con su culo y como la brisa recorría sus piernas hasta el fondo de su corta falda, -¡Bien niño!, ahora saca tus tetas de niña puta, toma tu helado y frótalo en tus tetas y en tu vaginita, -¡Que, ah no, eso no, que asco! -las manos del cuerpo de Ximena simplemente obedecía sus órdenes y frotando su vagina y sus tetas con el helado comenzó a sentir cosquillas en todo su cuerpo, -¡Jajajaja, bien!, ahora metete los dedos en tu boquita y saborea tu helado, haz cumplido y ese es tu regalo, ahora volveremos a nuestros cuerpos -Ximena espero a que el chico se terminará su helado y luego se fueron al baño a que este limpiara su vagina con su lengua como regalo por haberla ayudado con su juego, algo que el niño nunca olvidaría.