𝑬𝒍 𝒒𝒖𝒆𝒓í𝒂 𝒔𝒆𝒓 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒚𝒐

 

Él quería ser como yo, era una frase que yacía en mi mente durante mucho tiempo, clavada como una estaca en mi cerebro, que se hacía más grande lentamente, mi mejor amigo quien habría sido casi como mi hermano durante los últimos tres años, me había confesado sentir un gran amor hacia mí, pero un amor diferente al que todo hombre sentiría hacia una chica, él estaba enamorado de mi cuerpo, cuando me lo conto, sentí un gran golpe en el pecho, como era posible que mi mejor amigo deseara mi cuerpo, deseara mi feminidad, deseara ser llamado una puta con mi aspecto, esas preguntas no me dejaban dormir por las noches.

Pasaron los días y la idea no me dejaba tranquila, miraba a mi amigo, casi mi alma gemela y por dentro, aunque estaba secretamente enamorada de él, sabía que debía de hacer todo lo posible por hacerlo feliz, fue entonces que buscamos ayuda en aquella clínica que todos mencionaban, una clínica Tg, donde había todo tipo de cosas inusuales para las personas que querían tener otro tipo de vida.

Entre todas las cosas que había, el cambio de cuerpo no era una opción para mí, no pensaba darle mi cuerpo y mi vida entera, no estaba dispuesta a eso, lo mire con desilusión, pero entonces, una doctora se acercó a nosotros, ella nos platicó sobre un nuevo proyecto el cual consistía de una bebida genéticamente modificada, esto haría que una persona al beberla, fuera modificado genéticamente con el ADN de otra persona, por lo que las esperanzas volvían a nosotros.

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La doctora preparo todo con mi ADN y el suero estaba listo, mi amigo bebió de aquel líquido que supuestamente contenía mi ADN y los cambios empezarían dentro de poco.

Lentamente, el cuerpo de mi mejor amigo fue cambiando considerablemente, su piel parecía ponerse más morena, su cabello comenzaba a crecerle, sus ojos cambiaban su forma, su cuerpo comenzaba a volverse más pequeño y definido, con mis sensuales curvas y mis candentes piernas, su pecho comenzó a adoptar la forma de mis senos, los cuales incluso parecían verse mejores que los míos, durante los siguientes días, los cambios fueron notorios y mi mejor amigo era ya prácticamente una copia de mí misma, un clon, un ser gemelo de mí misma que había surgido gracias a aquella doctora.

Mi nueva yo estaba fascinada, por fin había cumplido su sueño, ahora él era como yo, tenía mi cuerpo, tenía mis ojos, tenía mis labios, mi nariz, mi rostro, mi cabello, mis senos, mi culo, mi piel, mi belleza y mi sensualidad, el parecía totalmente otra persona a pesar de tener su mente y de tener mi aspecto, él tenía mi cuerpo entero, actuaba como yo, no solo se había robado mi cuerpo, si no también mis gestos, mis diálogos, mi inteligencia, mi porte, mi aroma y mi ser.

Me sentía mal, sentía como si existiera una copia de mí misma que incluso era mejor que yo, me sentía asqueada, asqueada por dejar que mi mejor amigo se convirtiera en un ser que copiaba todo de mí, algo que no me dejaría tranquila, pues parecía que incluso quería quedarse con mi vida.