Caminaba
con mis tacones clicleando al compás, sintiéndome algo nervioso por llegar a la
escuela, mi llegada no fue muy sorpresiva, nadie podría imaginar que la mujer a
la que miraban caminar sensualmente por los pasillos hasta llegar a su salón de
clase era en realidad un hombre disfrazado de la querida maestra Angela, ya que
yo tenía que cumplir una misión.
-
¡Por favor, tienes que ayudarme, me siento algo enferma y no quiero faltar!
–eran las palabras de mi mejor amiga, Angela era una maestra de secundaria, ella
era una mujer muy dedicada y odiaba tener que faltar a clases por una simple
enfermedad, miraba el medallón en sus manos, ella me entregó una de sus
prendas, una pantimedia para ser más específicos y junto con el medallón,
comencé a sentir un cosquilleo que recorrió todo mi cuerpo hasta convertirme en
una copia exacta de Angela.
-¡Dios, tengo tu cuerpo!, ¿En dónde conseguiste esto? –le preguntaba asombrado mientras que tocaba sus bellos y suaves atributos, noté su mirada de molestia pero no podía hacer nada sabiendo que al ser un hombre debía de tener curiosidad, -¡Por favor, prometiste suplirme cuando lo necesitara!, -¡Sí, pero no esperaba que tuviera que suplirte con tu propio cuerpo! –le decía algo agitado al sentirme muy extraño con su cuerpo, desde el fondo quería desnudarme y explorar su todo su cuerpo, pero no quería ofenderla ni que pensara que era depravado, -¡Mi hermana está de viaje, no tenía otra opción más que llamarte! –ella me rogaba con angustia esperando a que aceptara la misión.
2
Con
calma, ella comenzó a enseñarme a cómo actuar como ella, lo que no fue tan
difícil siendo que al tener su cuerpo debía de poseer memorias de ella misma,
me ordeno desnudarme con los ojos cerrados, asentí mostrándole una cara boba,
ella suspiro y olvido el tema, sin pensarlo, mire su cuerpo desnudo, sentir sus
delicados senos fue toda una odisea, yo, un hombre teniendo el cuerpo de una
mujer bastante bien dotada, no estaba por demás decir que ahora era una mujer
bella y elegante, tenía sus medidas de infarto, ella se cuidaba mucho, sentía un
hueco vacío entre mis piernas, noté como ella guardaba el medallón mientras que
me mostraba que ropa ponerme para ir a las clases de mañana, me entregó además
una pijama para cubrir mi cuerpo, ya que dormiría en el cuarto de visitas para
no perder el tiempo, me sentía bastante incomodo saber que me había convertido
en Angela, yo tendría la exclusiva misión de ser una maestra el día de mañana,
a escondidas no pude resistirme, comencé a frotar sus senos, y poco después su
vagina, me aseguré de que estuviera dormida y trate de no hacerla despertar con
mis gemidos.
A
la mañana siguiente tuve que bañarme, ella enjabono todo su cuerpo y luego me indicó
como vestirme, ayudándome a ponerme el sujetador y a maquillarme, yo había
hecho el resto y sin duda me sentía tan torpe al verme como una muy bella mujer
en el espejo.
-¡Esto
solo será por unos días!, no quiero que me pongan inasistencias, estoy luchando
por un aumento con el jefe de planta –ella me indicaba, mientras que yo estaba aún
embobado al mirarme en el espejo, jamás hubiera imaginado que un día me
convertiría en la bella muñequita de mi mejor amiga, ahora siendo una maestra,
tendría que ir como una muy linda maestra a dar clases a un par de chicos
pervertidos que estarían mirándome con lujuria todo el día, sentía mi faldita
cubriendo mis piernas, mientras que apenas podía caminar con los tacones, sentía
la blusita apretadita con mis medianos senos oprimiéndose dentro de ella, pero
aun sentía como se balanceaban por dentro al vibrar con el clicleo de los
tacones, sentía las miradas de todos los chicos y algunas chidas que claro que
envidiaban la belleza de su maestra.
Luego de unas horas tan estrafalarias de clase, un par de chicos se acercaron para hacerme unas preguntas que claro que no tenían que ver con el tema, pero fingí ponerles atención ya que me empezaba a gustar su reacción al verme como una maestra bastante linda y coqueta, me sonroje al sentir su atención a mi belleza y como lo haría la verdadera Angela me despedí ignorando por completo sus indirectas, regresé a casa de Angela como habíamos acordado y luego de platicarle como había sido el día me indicó algunas cosas para hacer al día siguiente, día que esperaba con ansias para volver a ser la maestra suplente.
Me gusta el nuevo diseño de la pagina, es más amigable para la vista
ResponderBorrarGracias 😌
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