𝑳𝒂 𝒗𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏𝒛𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒑𝒓𝒐𝒔𝒕𝒊𝒕𝒖𝒕𝒂

-¿Qué pasó en dónde estoy...?, ¡Ahhh porque mi cuerpo es diferente!, parece que, ¡Soy una mujer, tengo senos ayuda, ahhh mis piernas que ricas se sienten! -

Luis no sabía en dónde estaba, todo era confuso y muy borroso, apenas recordaba lo que había hecho anoche y parecía que ahora había despertado con el cuerpo de una mujer, no sabía en dónde estaba, salvo que parecía ser un barrio o una clase de callejón bastante peligroso.

-No puedo levantarme con estás zapatillas, parezco una prostituta, no se que fue lo que me pasó -

Luis estaba consternado mientras que trataba de caminar con esas enormes zapatillas de aguja, fue entonces que sintió como todo su equilibrio cambiaba drásticamente, sus senos se movían como gelatinas y sentía como su redondito culo se balanceaba de lado a lado contoneando sus caderas, sin pensarlo, Luis poco a poco comenzaba a tomar ritmo con su nuevo cuerpo.

-¡No puede ser, me convertí en toda una mujer!, siento todo este cuerpo moverse con buen ritmo, que delicioso se siente todo como se me mueve, pero no quiero seguir siendo una mujer, tengo que descubrir como salir de esto -

Luis caminaba por el callejón tratando de encontrar a alguien que le ayudara, pero no sabía adónde ir, ni quién era ahora, hasta que se encontró con su reflejo en un cristal.

-¡No puede ser, soy esa pta, no puedo ser esta mujer, no puedo, me niego, ella fue quien me hizo todo esto, maldita bruja desgraciada! -

Luis comenzó a entender lo que pasaba, estaba en el cuerpo de aquella mujer a quien había insultado la noche anterior, el estaba muy borracho y no sabía ni lo que hacía, fue cuando insulto a aquella prostituta solo por querer sexo grátis.

-¡Maldición, tengo que hacer algo, no puedo quedarme así, no puedo ser esta mujer, no puedo ser una mujer, no quiero tener sexo con un hombre! -

Luis caminaba por todos lados sintiéndose asqueado de tener aquel cuerpo, se sentía bastante incómodo caminando y sintiendo como todo se movía cada vez más y más pesado y morboso, mientras que veía como la gente, sobre todo los hombres se le quedaban mirando, comenzó a caminar con más velocidad tratando de no tropezar por los tacones, todo por el miedo de estar en aquel barrio peligroso y con ese cuerpo tan caliente y provocativo, fue entonces que un hombre lo sorprendió tomándolo con fuerza del brazo.

-¡Aquí estás estúpida, te eh estado buscando!, ¿En dónde estabas? -

Un tipo muy grande lo tomaba por sorpresa, era el padrote de aquella mujer, quien le había robado su cuerpo, entonces, el hombre comenzó a llevársela mientras que Luis trataba de explicarle.

-¡Espere, no soy quien usted piensa, yo no soy está mujer! -

-¡Si claro, eso es lo que dicen todas últimamente!, Pero me vale madre, eres mía y no creas que te irás tan fácilmente, me tienes que pagar y seguirme dando más dinero con tus deliciosos encantos -

El hombre le decía mientras que tocaba con morbo y despiadadamente uno de sus senos mientras que la besaba por el cuello.

-¡No por favor, no quiero acostarme con ningún hombre no! -

Luis había tratado de escapar en vano, estaba atrapado por aquel hombre y no la soltaba para nada llevándola hasta su cruel destino, todo por obra del Switcher, un sujeto con poderes especiales que había sido contratado por Lidia y muchas otras de sus compañeras para escapar de ese mundo de perversión y sufrimiento, robando el cuerpo de clientes millonarios o con suficiente dinero y buena vida para huir de Genaro, el jefe despiadado y muy maldito que las usaba como objetos sexuales.

Ahora Luis tendrá que aceptar su cruel destino y aprender a ser toda una mujercita en la cama.

-Kary-