Pedro era un hombre de 75 años que era el arrendatario y administrador de un edificio de departamentos, vivía solo desde hace muchos años y siempre se la pasaba acosando a sus inquilinos.
Sobre todo a Lorena, una mujer de 35 años que tenía mucho dinero gracias y por desgracia a qué su esposo había fallecido hace algunos años y este le había dejado un seguro para toda su vida, la mujer se mantenía en forma y lo mejor es que no tenía hijos, siempre salía a hacer ejercicio, iba a pasear y a divertirse por las noches, no trabajaba y siempre tenía dinero para disfrutarlo.
Pedro sabía muy bien de la condición de Lorena ya que siempre la acosaba más que a ningún otro inquilino, era su chica preferida, la que deseaba poder tocar y hacerle el amor.
Pero Pedro siempre era rechazado por la mujer por obvias razones, pues el era ya un viejo sinvergüenza que solo se la pasaba pervirtiendo y no era su tipo, ella no pretendía otra relación con nadie más que acostones casuales con hombres atractivos.
Pedro se sentía frustrado por ello pero no podía hacer nada ya que la mujer lo demandaría, un buen día, Pedro tuvo que salir a hacer una diligencia al hospital, su cuerpo se había enfermado y lamentablemente había descubierto que tenía cáncer, Pedro salía del hospital y resignado a morir pues ya no le quedaba mucho tiempo de vida, tan solo deseaba terminar sus últimos días feliz a lado de Lorena pero está no le haría caso nunca.
Inesperadamente, Pedro se subió a un taxi de regreso al edificio, el hombre no parecía tener un buen aspecto pero le valía solo era un taxista más horrendo que el, el trayecto era largo y estaba muy cansado y deprimido para caminar, pero cuando Pedro le pago al taxista, un remolino visual se interpuso en su camino, cuando Pedro se dio cuenta sostenía un par de monedas con sus manos mientras que su cuerpo salía del taxi frente a él.
-¡Maldita sea!, viejo idiota, que acaba de hacer, por su culpa estoy atrapada en su cuerpo viejo y horrendo -su cuerpo le decía abruptamente -
Pedro no sabía lo que pasaba, no entendía nada de lo que sucedía, tan solo hace unos segundos era un hombre desahuciado y ahora será algo mucho peor, pero lo más extraño era que no podía hablar, sentía su cuerpo entumecido y casi controlándose por si solo, entonces una leyenda comenzó a resonar en su mente.
"La leyenda del Magic Taxi, ahora estás sentenciado o sentenciada a vivir como el taxista por tiempo indefinido hasta que consigas un viaje tan largo como para poder encontrar un nuevo cuerpo, tantos viajes y tanto tiempo como sea necesario para lograr conseguir salir de este cuerpo vagabundo antes de quedar atrapado en el por siempre, 29 viajes y 30 últimos minutos determinarán tu destino"
Las palabras resonaron dentro de su mente y Pedro entonces supo lo que tenía que hacer, lamentablemente para la chica que ahora tenía su cuerpo, ella había sido la anterior víctima del Magic Taxi, luego de que un chico robara su cuerpo y ella quedará atrapada en el taxi.
Karla era una chica amable, cuando sabía que su tiempo terminaría y se quedaría atrapada en cuerpo del taxista por siempre, pero antes de que Karla pudiera hacer que una chica se subiera en ese último viaje, Pedro le hizo la parada y automáticamente tuvo que responder a su llamado, Karla condujo muy nerviosa, temía por su vida y no quería ser ese viejo horrendo, ni el otro nunca más, pensaba que quizás el viaje no sería tan largo y el tiempo y la magia le perdonarían, pero cuando el hombre le dijo la dirección, Karla sabía que no tendría escapatoria.
Karla tubo que entrar y averiguar sobre su nueva vida, encontrando que era la administradora de ese edificio más no la dueña, vivía bien y pensaba no le iría tan mal al menos hasta que recuperará su cuerpo hasta buscar el Magic Taxi de nuevo, pero cuando Karla reviso las cosas de los bolsillos de Pedro, encontró su carnet notando las malas noticias, por eso Pedro venía tan deprimido como para darse cuenta de que era una trampa de vida, pero aún peor era para Karla quien su nueva vida terminaría tan pronto como la había conseguido.
Pero para Pedro, está era una nueva oportunidad de vida y una increíble oportunidad para estar con Lorena, luego de varios viajes, Pedro había estado merodeando el edificio, sabía que Lorena tenía un carro pero aveces terminaba tan borracha de sus fiestas que llegaba en un taxi muy ebria, el se puso en marcha y condujo hasta un bar que ella frecuentaba, espero pacientemente y antes de que Lorena tomara otro Taxi el se acercó aprovechando el disturbio al momento en que ella salía del bar muy ebria, el valet parking le dijo que llevará a la mujer segura a su casa y así lo hizo.
Pedro estaba muy emocionado, se sentía feliz de saber que ese cuerpo que tanto deseaba por fin sería suyo, podría tocarlo y acariciarlo cuánto el quisiera, tendría una nueva y próspera vida con el cuerpo de Lorena y todo su dinero sin tener que trabajar nunca más, condujo lento y largo para que el tiempo fuera más, Lorena ni cuenta se daba, estaba tan ebria y mareada que no sabía ni en dónde estaba y cuando por fin era el momento, Pedro se estacionó en la parada del edificio y Lorena bajo dando mal paso sosteniendo unas monedas para darle al chófer, entonces, Pedro sostuvo la mano y recibo el pago por el viaje más largo de si vida.
Pedro experimento ese remolino visual de aquella vez y cuando se dio cuenta, miraba al taxista frente a el, comenzó a se tirar mareado y muy tembloroso, parecía que estaba ebrio pero sabía que ahora estaba en el ese Lorena, miraba al taxista con el rostro sorprendido, era Lorena quien ahora miraba su propio cuerpo salir del taxi sin poder hacer nada, ella recibió el llamado como todos los demás y simplemente aún con la desesperación de haber perdido su preciado cuerpo, condujo lejos del edificio en busca de su primer cliente.
Pedro camino hasta el departamento de Lorena, sabía muy bien en dónde era y ni el estado más ebrio podría detenerlo.
-¡Jejeje!, por fin lo conseguí, no pensé que estar en este cuerpo se sentiría mejor de lo que imaginaba, tan solo sentir estas ricas tetas y todo mi cuerpo bien delicioso -Pedro decía desde el cuerpo de Lorena -
Pedro sentía sus nuevos atributos, aún con la embriaguez de su cuerpo podía sentir que estaba inmerso en un mundo completamente nuevo, miraba sus nuevas y golosas tetas en su pecho estrujándolas con suavidad, sintiéndose tan excitado por el momento, se acercó a un espejo de la sala solo para ver su nuevo reflejo mirando con la vista borrosa la increíble imaginé de si mismo como Lorena, observando su rostro ahora suyo feliz eh impacto por lo que estaba sucediendo, por fin era Lorena y tenía su cuerpo para disfrutarlo todo lo que el quiera.
Al día siguiente, Pedro salió con su nuevo cuerpo, camino hacia su antiguo departamento y tocó la puerta solo para recibir a Karla en su viejo y moribundo cuerpo.
-¡Hola amor! -Pedro se sostenía de la puerta con modo provocativo -
-¡Hola!, ¿Señora? -Karla preguntaba extrañada y sintiéndose aun peor cada día -
-¡Soy Lorena jeje!, tu amada y rica Lorena, vengo a complacerte un poco -
-¡Oh!, si Lorena lo olvidaba, este, no gracias no me gusta eso, por favor, salga de mi departamento, no me siento muy bien -
-Anda amor, no te haré daño, vengo a darle su último deseo a ese viejo cuerpo, no olvides que antes era mío y tú me diste la dicha de conseguir este que tanto deseaba -
-¡Espera!, ¿Qué? -
-¡Ven papi, hazme tuya amor! -
Pedro comenzaba a besar a Karla en su viejo cuerpo, se sentía tan caliente y sumisa, Karla por otro lado no podía detenerse, sentía como su cuerpo de hombre reaccionaba bien ante los estímulos de la mujer, de repente comenzó a desearla con mucha fuerza y entonces empezó a besarla por todas partes, desnudo su cuerpo admirando su belleza y por primera vez desde que estaba en ese cuerpo noto como su nuevo y viril miembro se levantó de entre los muertos de manera lasciva, Karla estaba sumergida en complacerse, cuando Pedro entonces tomo su viejo miembro para darse una mamada, teniendo a Karla mirando satisfactoriamente, aún sintiéndose con algo de culpa por hacerlo, pero Pedro no tenía cabida, necesitaba más, empujó al hombre a la cama y empezó una aventura sin fin, dejando que Karla sintiera como era penetrar a una mujer de verdad y Pedro sentía como era ser penetrado por un hombre, mejor que ser el mismo quien obligará a Lorena a tener relaciones consigo mismo, Pedro sentía todo su cuerpo vibrar ante más sensaciones, era lo mejor que había experimentado en toda su vida, la manera en que le hacían sentir sus senos y tener su miembro dentro de su nuevo órgano sexual.
Karla se vino dentro de Lorena y Pedro termino de saciar su intensa calentura con la aventura sexual más fascinante de su vida.
Estaría bien si Pedro le ayudará a Karla a conseguir un nuevo cuerpo
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