Marco había llegado a su nueva casa, había
planeado desde que salió del salón de intercambio no regresar a su verdadera
casa, había esperado mucho este momento y que mejor que la ridícula subasta de
las ingratas chicas de la escuela, -¡Subastar sus cuerpos, que estúpidas! –decía
Marcos con su nueva voz de niña mientras caminaba brincando sintiendo sus pequeñas
tetas rebotar y su cuerpo mas elástico que antes, había dejado de ser el gordo
mediocre de la escuela a estar en el sexy cuerpo de Lana Roberts, la porrista
ricachona de la escuela, luego de intercambiar con ella chillando a un lado, salió
corriendo dejando su paga de 3 mil en las manos de la administradora, -Valió la pena gastar hasta
mis últimos ahorros del mes –decía entretenido con sus tetas solo en su nuevo
cuarto, todo era tan femenino y su cuerpo más femenino, se miraba en el espejo
disfrutando sin aun poder correr lo fácil que había sido obtener su cuerpo cuando nadie más quería pagar más de 3 mil
por la simple idiota de Lana, con eso quedaba más que claro que no valía nada más
que su lindo cuerpo y su sonrisa falsa para sus amigas, luego de eso, tomo su
nuevo celular y comenzó a tomarse fotos con el cuerpo de Lana desnuda en la
cama, pronto miles de chicos comenzaron a llamarle ahora que tenía una gran
ventaja.
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