El demonio que poseyó a mi madre

Estaba hablando con mis amigas en una pijama da cuando Berenice nos había propuesto un juego, cada una tenía que llamar al número 666 el número del diablo probando que tan valientes éramos sin que nos pasara nada, esto era no dejarnos envolver por el diablo, claramente yo creí que todo era más que una simple tontería, pero no quería quedar como una cobarde frente a las demás chicas, con valor tome el teléfono de la casa marcando el número, el tic de la llamada comenzaba a sonar cuando de repente se detuvo, mi corazón estaba acelerado pensando que en verdad acudiría a una extraña respuesta de una dimensión oscura cuando del otro lado se escuchaba un aparente eco y soledad, mejor de lo que esperaba como gritos o lamentos, pero entonces antes de que pudiera escuchar algo que no me gustara, colgué el teléfono sin siquiera esperar el tiempo muerto como decían las reglas del juego, esto es justo en el minuto 1 de la llamada, fue entonces que las chicas se quedaron mudas ante mi estupidez, pronto como decía el juego, la llamada del infierno regreso la llamada, el teléfono sonaba mientras que yo tenía mucho miedo de recibirla, a los pocos segundos el teléfono dejo de chillar, parecía una mala broma de una simple llamada, poco rato después se escuchaban muchos ruidos extraños de la sala, mis amigas y yo estábamos muy asustadas pero no pensé que fiera nada malo pues en la sala se encontraba mi mama viendo su telenovela, justo cuando bajamos a revisar, la televisión estaba encendida como lo esperaba, mientras que mi mama estaba de espaldas hacia las escaleras mirando el televisión, parecía que estaba haciendo algo, cuando nos acercamos su cabeza giro hacia  su espalda muy rápidamente como si estuviera poseída, mis amigas gritaron mientras que a mi casi me daba un infarto, solo de ver como mi madre tenía unos ojos completamente rojos, su cabello desarreglado y su boca llena de colmillos afilados, pronto reincorporo su cabeza de manera natural y se levantó caminando despacio hacia nosotras, parecía que estaba desnuda con una mano sumamente dentro de su vagina mientras parecía estar disfrutando masturbarse, -¡Hola niñas!, soy Herianes, mucho gusto –decía mi madre con una voz muy oscura y profunda, -Gracias a quien me libero, esa llamada fue un regalo para mí –se presentaba el demonio quien había sido liberado gracias al juego de Berenice, Herianes subió ante la oportunidad de la llamada que había hecho, justo cuando colgué antes del tiempo su alma fue liberada del infierno y quien respondiera de regreso la llamada seria su afortunado nuevo recipiente, alno querer contestar esa llamada, mi madre quien estaba disfrutando de su novela fue víctima del diablo al contestar la llamada.