miércoles, 8 de junio de 2022

¡𝑳𝒂 𝒉𝒆𝒓𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒆𝒏 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐 𝒆𝒒𝒖𝒊𝒗𝒐𝒄𝒂𝒅𝒐!


 

Rosa Melano, era una mujer muy poderosa, sus hijos siempre pensaron que ella era una bruja pero realmente nunca lograron ver su verdadero poder, solo que Rosa, no era del todo una bruja, ella había pedido algunos favores a una bruja de verdad y todo para tener la excelente vida que llevo hasta su muerte, pero el ultimo favor que Rosa le había pedido a aquella bruja, fue el concederle el cuerpo de su nieta, Liliana, una joven niña de 4 años, ya que su belleza y juventud le servirían para seguir reinando en la familia, había puesto todo en luego por ella hasta su herencia, pero la bruja le concedió su deseo mediante un extraño medallón, aunque bueno, realmente era una medalla de la virgen, siendo que con esta no sospecharían, si es que la niña se lo colgaba.

Rosa murió y la bruja introdujo su alma en aquel medallón, esperando a que sus hijos se le pusieran en el cuellito a su nieta y así poder poseerla, Yaretzi, la joven hija de la criada, estaba acomodando algunas cosas del cuarto de la niña, cuando noto el medallón de oro de la virgen, sin que nadie viera, tomó el medallón llevándoselo consigo y una vez estando sola, Yaretzi se puso el medallón.

-¡Ay, qué pasa, me duele mucho la cabeza!, ¡Peor que es esto!, soy negra, soy una chica, ¿Cuantos años pasaron?, ¡No puede ser!, todo mi plan se echó a perder, no soy Liliana, ¡Soy esta estúpida negra naca de la hija de Carmen!, ¡Maldita ratera!, seguramente se robó el medallón de mi nieta, por su culpa estoy atacada de su asqueroso cuerpo, pero que asco, tener la piel negra, soy una naca, mira nada más como te vistes mendiga ratera, no puede ser, pero ahora yo soy la ratera, tengo tu asqueroso cuerpo, mira nada más que vulgar, me siento tan asqueada, todos los nacos me miran, no qué horror, aunque no estas nada mal mocosa, pero no eres el cuerpo que deseaba, tengo que encontrar a la bruja para ver qué podemos hacer, no puedo quedarme en este horrendo cuerpo –

Aunque Rosa intento buscar a la bruja, jamás la encontró, parecía haberse desaparecido, Rosa no sabía qué hacer, había vuelto a ser joven otra vez, ahora era Yaretzi, una maldita criada de 16 años, que ayudaba a su pobre y naca madre en la casa de la que antes era dueña y señora, como debe de explicarle a todos que es aquella mujer poderosa atrapada en ese horrendo cuerpo.



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