Holita, está es una de mis nuevas sagas, en dónde intento explorar la psicóloga de los personajes de una manera más realista e íntima como una sintaxis de la realidad en qué viviríamos de existir.
En esta utopía, las personas están obligadas por una ley a tomar el rol de la vida de otra.
.............................
Mi nombre es Diana Ramirez Hernández, soy de Monterrey, tengo 34 años y soy la secretaria del abogado en una oficina de gobierno, tengo un hija de 5 años llamada Sofi y actualmente no tengo pareja, mi esposo nos dejó desde hace dos años y hasta donde sé vive con otra familia en CDMX.
Me repetía a mi mismo o mejor dicho, a mi misma en el espejo, luego de acomodar mis ahora senos en aquel molesto objeto al que las mujeres llaman sugetador, me picaba un poco y además, me frotaba de sobre manera los pezones haciendo que un leve cosquilleo se esparciera por mi pecho, eso me hacía sentir algo frágil, pues no estaba acostumbrado a este tipo de sensaciones, deslicé el cepillo por mi liso cabello y finalmente le di un retoque a mis labios con ese fino y frágil labial rojo tenue, me sentí algo confrontado por aquellos procedimientos, pero llevaba dos días intentando dejar sentirme acomplejado al hacerlo, aunque era extraño y tedioso para un hombre como yo, el pensar que tendría que hacer esto por un tiempo.
Caminé hacia la salida de mi recámara de mujer soltera, tratando de mantener el equilibrio con las zapatillas de tacón que llevaba, me paseaba con pasos cortos hasta lograr aprender y controlar mis movimientos con ellos, pues debía de presentarme a mi nuevo trabajo como siempre se suponía que mi rol lo exigía.
Suspiré al mirar por última vez mi reflejo, desde la puerta, note lo bien formado que mi nuevo culo se marcaba debajo de la falda.
-¡Estoy buenísima! -
Me permití soltar una leve risita femenina luego de pensar como un hombre dentro de este cuerpo, continúe hacia la sala y luego le preparé un pequeño sandwich de jamón a mi niña, aún me molestaba enterrarme pedazos de comida dentro de más largas uñas con decoración que llevaba, cuidando de que el esmalte color rosa lila de ellas no se estropeará.
-¡Carajo!, yo, antes un macho, portando uñas, haciendo el desayuno como una madre soltera a mi tierna hija como su linda mami -
Resople mi queja y luego llame a mi pequeña hija para que bajará por su desayuno e irnos a la escuela, afortunadamente esa niña ya se sabía vestir sola, sin duda Diana era una mujer inteligente, que educaba bastante bien a su hija.
-¡Buenos días mamita! -
Sofi me gritaba emocionada, bajando a prisa con su mochila y su cabello despeinado, cargando un pequeño peine color rosa en una mano y unas donas para cabello en la otra.
-¡Todavía te tengo que peinar...! - suspiraba en silencio renegado -
-¡Mami, mami!, ¿Me peinas?, ¡Ponme unas trencitas! -
La niña gritaba de emoción, sin más, tome las donitas y me puse a comenzar a peinarme su cabello, era extraño, pero por suerte sabía hacerlo, cepille su cabello y luego continúe con las trenzas, finalmente quedó y la niña se quedó con una leve y tierna sonrisa.
-¡Gracias mami! -
Sus palabras me hicieron sentir conmovida, luego, la tome de la mano y salimos del departamento, bajamos por las escaleras, aún me era difícil bajar con estos tacones tan altos, sentía como mi tanga, se metía en mi culo y se desacomodaba, mis tetas rebotaban a cada paso y el cabello me estorbaba, debí de haberme hecho una coleta temporal.
Con trabajo llegamos a la recepción, trate de mirar que no hubiera nadie para acomodarme la tanga y sacudir un poco mi brasier, pero había un par de técnicos que llegaron a hacer un trabajo y el portero del edificio en la recepción.
¡Ash!, soy tan hombre como ellos, pero ahora con este cuerpo me daba pena pensar que mirabán como una mujer tan sexy como yo sé acomodaba la tanga, así que lo deje pasar con irritabilidad, teniendo que continúar mi camino sintiendo la tanga metida dentro de mis nalgas, además de el molesto picazón de la varilla del brasier, debajo de mis tetas.
Caminaba un poco incómoda y como era de esperarse, el pervetido portero se me quedó mirando el culo, hasta que regrese a verlo finalmente sonrió pícaramente y me saludo con nervio.
-¡Ey, ey, buenos días linda!, ¿Ya lista PAL trabajo? -
-¡Buen día Don Carmelo!, Sí, ya lista -le sonreí y le respondí a secas y sin muchas ganas luego de saber lo que había hecho -pero primero llevaré a mi niña a la escuela -
-¡Muy bien, suerte mija, yo aquí le cuido su casita! -
Regresé a mirar hacia la calle, ignore al sugeto y continúe caminando, mi niña me tiraba con fuerza, trate de mantener el equilibrio, pero Sofi estaba inquieta, llegamos a la parada del bus y apretando su manita la subí al camión, le pagué al chófer, quién de primera no hizo más que fijar su mirada en mis tetas, luego regreso a verme dándose cuenta de que lo había visto, regresó su mirada hacia la caja y voto el dinero, seguí mientras miraba como algunos hombres no quitaban la vista sobre mi, examinando exhaustivamente mi cuerpo.
La verdad estaba re buena, no podía negarlo, no podía culparlos, yo también vería a esta vieja bien rica sin pudor, pero ahora yo era está rica milf y eso me incomodaba de sobre manera.
Me sujete de la vara metálica y asentí con coraje durante el viaje, meneandome bruscamente lado a lado por la salvaje cordinación de mi equilibrio y los tacones.
Parada tras parada, sentía como los hombres rozaban mi culo sutilmente, me daban ganas de gritarles a esos cínicos, pero de nada servía hacer un escándalo, además, quien sabe que loco podría haber y tenía que proteger a mi niña.
Finalmente deje a Sofi en la escuela, me incliné a darle un abrazo, el cual me nació, por un extraño sentido tierno de madre, la niña me abrazo felíz y luego me dió un besito en la mejilla.
-¡Te amo mami! -
Jadeo y luego se dió la vuelta tomando su camino dentro de la escuela, con trabajo me levanté y sacudiendo mi falda por algo de polvo que le había caído, me si cuenta de que sin querer frote mi culo sugerentemente, cuando pude ver, algunos hombres se quedaron mirandome exaltados.
Suspiré y seguí mi camino, hasta que note que estaba finalmente algo sola y aproveché para poder acomodarme la tanga, además del sugetador que ya estaba algo sudado.
Tome el camión a las prisas y finalmente llegué a mi trabajo, con apenas unos minutos de retraso.
-¡Hasta que por fin llegas Diana! -
Rubén, mi jefe me gritaba en tono sarcástico, no era que fuera un jefe gruñón, pero tampoco pretendía ser un tirano.
-¡Buenos días licenciado!, Sí, es que lleve a mi niña a la escuela y luego me tope con algo de tráfico -respondí -
Luego acomodé mis cosas y empecé a realizar unos pendientes del jefe, pasaron las horas y finalmente el día tan agotado había terminado, me levanté sufriendo de la fuerte punzada de los tacones sobre la planta de mis pies, necesitaba ya llegar a casa, caminé despidiéndome de mi jefe y ya que no había más pendientes, el me sonrió y se despidió.
Volví a la casa, mi madre o la madre de Diana, me esperaba con Sofi, ella pasaba por la niña a la escuela y la cuidaba un rato mientras regresaba del trabajo.
-¿Cómo te fue mija? - Ella me saludó como familiarmente lo haría -
-¡Bien mami, cansado...! -le respondí como cualquier hija lo haría -
Bote las zapatillas a un lado, sobando mis pies punzantes, Sofi vino corriendo a mi y la abracé como cada tarde, le revisé su tarea y finalmente pude probar algo de bocado desde la mañana, mi ahora madre se fue una hora después y decidí despojarme de mis vestiduras de secretaria para finalmente darme un baño y ponerme la pijama.
Acaricié mis senos con la espesura del jabón, sentí bastante fresco aquella parte, luego del tan agotado día, pues el sugetador me había cansado de tanto rozarme, sentir esas dos masas suavecitas en mi pecho era una completa locura, luego, enjaboné mi vagina y enjuague todo mi cuerpo como normalmente lo haría, me seque el cuerpo y me revestí.
Había sido un día tan agotador, me tire sobre el sofá y luego recordé la ropa que tenía que lavar, sin más, sopleteando un reproche, me levanté y heche la ropa, después pasé con Sofi a ayudarle a una tarea y hasta qué finalmente se quedó dormida me tire sobre la cama a dormir muy cansada.
Luego de un mes, regresé a la clínica de Intercambio a presentarme, había cumplido con la convocatoria de rol anual y vaya que había sido todo un reto.
-¡Bienvenido de regreso! -
La doctora a cargo me saludaba, sentía por fin mi cuerpo, ya no tenía esas molestas tetas y había recuperado mi miembro, por otro lado, Diana se veía algo triste.
-¡Bueno, hasta el siguiente año! -
Me despedía de la doctora y del asistente, ya habiendo cumplido con mi parte, voltee a ver a Diana y al verla tan decaída, un instinto de protección me surgió de la nada.
-¿Qué pasa Diana? -le preguntaba con confianza, pues creía que podía hacerlo, luego de haber pasado un mes con su cuerpo -
-¡Oh, no nada...! -ella respondió -
-¿Segura?, ¿Algo que quieras decirme?, ¿Dejaste embarazada a alguien xD? -me reí suavemente, esperando a que no fuera cierta aquella inocente broma -
-¡Jajaja, no, no!, pero me sentí muy tranquila durante mi estancia en tu cuerpo, ¡Ah, y si, tienes una nueva novia!, Pero claro, depende de ti continúar o no con eso! -
Me sorprendió la manera en que presentaba las cosas, sin duda parecía que ella había disfrutado más de lo que yo había disfrutado, bueno, no es que ser una madre de tiempo completo y además tener que aguantar con ese cuerpo pudiera gozarse demasíado, yo solamente quería salir huyendo y recuperar mi cuerpo.
-¡Sabés!, estaba apunto de ya no venir, quería quedarme con tu cuerpo, me gustó mucho el sexo como hombre, aunque extraño a mi Sofi y no podría dejarla... -
Ella me golpeaba rápidamente con esas profundas y rápidas palabras.
-¡Eh, claro!, me imagino, yo no tuve sexo por supuesto, pero la verdad me masturbe algunas veces, si que tienes un buen cuerpo y pues..., ¡Espero no te moleste que manoseara tu vagina un poco..., O mucho...! -
-¡No para nada! -ella río -¿No te gustaría prestarme tu cuerpo un rato y experimentar el sexo con mi cuerpo? -
Ella parecía ansiosa, bien podría decirle que si y pasar a llenar los datos para intercambiar por otro rato, no me molestaría mucho si no tuviera una vida tan pesada como la llevaba, por supuesto que me gustaría seguir manoseando esas deliciosas tetas y sentir ese suave culo, aunque mi respuesta fue rápida, un contundente no.
-¡No, lo siento! -
Ella inclinó su cabeza de decepción, la mujer parecía soltar algunas lágrimas, mi lección y experiencia con su cuerpo, fue el saber que estaba entrando en un modo de chantaje.
-¡Tranquila, quizás podamos hacerlo el siguiente año! -
Le decía tratando de tranquilizarla, por supuesto no era mi intención hacerlo, pero sentía un poco de empatía por ella al haber vivido este mes con su cuerpo.
-¿De verdad?, ¡Gracias! - ella cambio su estado de humor -
La verdad me preguntaba el porque no simplemente buscaba a un hombre incluso mejor que yo para cambiar o algo parecido, en fin, quizás volvía a ser ella hasta el siguiente año, quien sabe, solo lo haría por Sofi, quien había Sido mi hija durante este mes y le había agarrado algo de cariño, vaya que extrañaría a esa niña.
Volví a mi casa, finalmente con mi cuerpo de hombre, me tumbe sobre la cama, parecía nueva, además creo haber visto un coche nuevo afuera, algunas notas en el escritorio y claro que, algunas cervezas de Heineken en en el refri, no recordaba haber bebido de esas antes de el mes pasado, la boca se me hizo agua y sin pensarlo tome una bien fría, supongo que como en otras ocasiones, estos cambios generan nuevos gustos al final de la terapia.
Pude ver qué también, efectivamente ahora tenía una novia muy linda llamada Carla, quizás era una de las otras chicas en el Intercambio anual, posiblemente otro hombre quien había conocido a Diana y se había juntado, en fin, ¿Por qué no?, Pensaba luego de ver lo ardiente que era, un buen par de tetas y un culo bastante bueno además de una hermosa cara..
También pude ver qué tenía ahora un gran puesto de trabajo y ahora también debía la mensualidad de un coche nuevo, modelo Fiesta 2022, bueno, que más da, si tengo los recursos para tenerlo estaba bien.
Continué con ese mar de preguntas en busca de respuesta como cada año al volver a mi cuerpo, sentía mi cuerpo algo manoseado, muy usado sin lugar a dudas, también me sentía extraño, pues era la primera vez que volvía a ser un hombre, luego de ser una mujer, nunca, en todos estos primeros 5 años de ser parte de la convocatoria anual de Cambio de Roles, me había tocado ser una mujer, quizás por ello me sentía tan confundido e indiferente de mi propio cuerpo de hombre, incluso me senté sobre la tasa al orinar, siendo que ya tenía un pene de nuevo.
¡Jajajaja!, Sin duda me sentía toda una mujer, cuando ya había vuelto a ser un hombre, en fin, de ningúna forma volvería a ser una mujer, o bueno, al menos que el sistema lo dijera, en cambio, podría ser un acuerdo con Diana para el siguiente año y esperar a que aprueben nuestro segundo Intercambio por acuerdo mutuo.
Esa noche de vuelta a ser yo, parecía haber escuchado la voz de Sofi, me levanté rápidamente, como si aún persistiera ese instinto de madre en mí, cuando no hubo más nada, me calme, debía de pasar esto pronto, no debería de tomarme el haber sido una mujer tan a pecho, sin duda, mi mente estaba algo trastornada, definitivamente no quería volver a ser una mujer de nuevo, al menos por un tiempo, me tomé un vaso de leche bastante frío y me dormí.
..................................
En el año 2000, el gobierno decidió hacer un nuevo plan social, esto con el fin de concientizar a las personas sobre muchos temas, para esto, utilizaron la mismísima y apenas jóven Clínica de Intercambio, dónde la nueva orden trataba de que anualmente, dos personas, elegidas aleatoriamente en el sistema, intercambiarán Roles durante un mes, con motivo de conocimiento y aprendizaje.
Años después, cuando finalmente cumplí los 18 años, rápidamente entre en el sistema de convocados, listo para que en enero mismo, fuera anexado para ser un intercambio, mi primer rol había sido el de Rogelio, un hombre de 45 años, maestro de Leyes, tenía una familia, una esposa muy linda, quien ahora vivía dentro de ella, Ricardo, un chico de mi edad de otro estado, foráneo, estudiante de Arquitectura, ambos aprendimos mucho, había notado sus dificultades para ser una mujer madura, teníamos dos hijos, aún menores, pero no me había imaginado que así se viviera el ser una mujer hasta ahora.
-Kary-
Me parece muy interesante esto del cambio de roles! Y me ha gustado mucho esta breve historia! Ojalá pronto nos regales otra con este mismo tema!
ResponderBorrarQue haya más !! Me gustó mucho la historia 10/10
ResponderBorrarCreo que estamos anto otra gran saga de karina
ResponderBorrarQuede fascinada con este tema del cambio de rol :3 estoy de acuerdo con Metroid10, estamos ante otra gran saga tuya:) ya ansio leer otra historia así jeje
ResponderBorrarGenial :3
ResponderBorrarMe encantan las historias donde las personas intercambiadas de cuepo son obligas a llevar el rol de ese cuerpo
ResponderBorrarInteresante, muy buena historia aunque no es de mi gusto la temática de la clínica swap
ResponderBorrar