Holita, El Jueves 1 de Diciembre es mi cumpleaños, si quieren regalarme algo mándenme mensajito a mi correo jimenafanyshimiloli@gmail.com uwu
Estaba
enojado, el profesor me había puesto un 7 aunque yo me había esforzado demasiado,
luego de las clases, intenté alcanzar al profe en su oficina cuando de repente
vi como la puta de Regina salía de ella acomodándose sus tetas, parecía algo
agotada y bastante calurosa, ella me miro algo nerviosa y luego me mostro una
cara de enojo por verla.
-
¡Que me vez pendejo! –luego de eso, ella se largó, abrí la puerta queriendo ver
lo que estaba seguro que había pasado, en efecto, el profe estaba acomodándose
los pantalones, mientras trataba de esconder su desarreglado cinturón detrás
del escritorio.
-¡Joven…!,
¿En qué puedo ayudarlo? –el muy cínico me decía, –¡Pues vengo para hablar sobre
mi calificación, aunque veo que necesito de otro tipo de ventajas para
hacerlo!, -¿De qué está hablando jovencito?, ¡Respete a sus compañeras…! –el
tipo claramente estaba nervioso, pero yo me hacia el ignorante, estaba molesto
porque todas las chicas tenían más ventajas sobre los profesores, solo les
bastaba con darles un gran premio a cambio de subir sus calificaciones, como
odiaba tanto a la escuela y a las mujeres.
Regresé
a mi casa muy molesto, azoté mi mochila en la cama y me puse a ver la
computadora, fue entonces que un anuncio publicitario apareció emergentemente
de manera conveniente en mi pantalla, se trataba de un par de píldoras de
cambio de sexo, por supuesto que pensé desde un principio que eso serviría para
cambiar mi calificación, solo me bastaba hacerle unas mejoras a mi cuerpo y de
esa manera tener la ventaja que las chicas tenían con el maestro.
-¡Hola profe! –le enviaba mensaje al susodicho, luego de tomarme aquellas píldoras y de que mi cuerpo se transformara en el de una mujercita, me sentía bastante incomodo, no me gustaba mucho la idea de tener unos senos tan grandes, todo gracias a la genética de mi familia, también odiaba ver que mi pene se perdiera, afortunadamente eso no sería por siempre, espero…, -¡Hola señorita…!, ¿Quién es usted? –el profe preguntaba nervioso y obvio algo interesado, -¡Soy una de sus interesadas alumnas, creo que me reconocerá por mi rostro, ya que aún lo conservo aunque algo femenino, -¡Usted, pero no puede ser!, ¿En qué momento se convirtió en una mujer?, -¡Pues cosas de la vida!, tampoco es que me esté agradando mucho esto, ¡Así que dígame!, ¿Estoy lo suficientemente buena para sus exigentes gustos?, ¿Adónde quiere nos reunamos para ver si podemos cambiar esa calificación?
2
Había
sido bastante directo con el profe, basto de unos segundos para que me enviara
una foto de su pene, maldito imbécil pervertido asqueroso, pensaba mientras que
me sentía por alguna razón algo caliente al ver su enorme pene en aquella foto,
me estaba sintiendo algo angustiado, así que cerré el chat, de repente, me envió
una dirección, era la de un motel.
Traté
de arreglarme lo mejor que pude, tomé un vestido de mi hermana que
aparentemente me quedaba perfecto, me puse con trabajos unas zapatillas y terminé
por maquillarme y hacerme un peinado que encontré en YouTube, al verme, me
quede perplejo al admirar que aquella chica tan bonita era yo, de pronto me sentí
con un gran orgullo, me quede como tonto mirándome al espejo, ¡Es verdad!,
jadee al recordar mi cita con el profe, no cabía duda de que era todo un maldito.
Me
vi con él en aquella habitación, el comenzó a acariciarme y me robo un beso tan
pronto como entre, me toco el culo apretándome con fuerza, era un maldito
degenerado, pero mi cuerpo comenzaba a sentirse muy caliente, caminé para
sentarme en la cama, crucé mis piernas
aun sintiendo algo de miedo, no quería que un hombre me penetrara, pero mi
cabeza me decía otra cosa, comencé a desnudarme hasta que el tipo empezó a
besar todo mi cuerpo, mi vagina comenzó a mojarse y tomando su pene, lo deslizó
delicadamente, pues sabía que yo aún era virgen, me había dolido mucho al principio,
pero poco a poco comenzaba a gustarme, jadee de lo delicioso que sentía su
pene, había recordado que había olvidado decirle que se pusiera un condón, por
lo que luego de unos minutos de penetrarme tan rico, se vino dentro de mí, ms
sentía tan caliente en ese momento que no pensé en las consecuencias.
-
¡Muy bien jovencita, ya tiene su calificación, lo veo mañana en la escuela…!
–el sujeto se marchaba mientras que me quedaba aun tratando de respirar, había
perdido mi virginidad por una puta calificación, pero sin duda que me había
encantado, regrese a mi casa tan pronto como pude y, me tome una pastilla de
las azules para recuperar mi genero de hombre.
Al
despertar, me di cuenta de que aún seguía siendo una chica, tome el frasco de
pastillas asustado, trate de tomarme otras dos píldoras azules y nada pasaba,
gire el frasco en busca de respuestas encontrándome con una nota en letras muy
pequeñas que decían que no tuviera relaciones sin condón como advertencia, arrojé
el frasco totalmente enojado, hasta el momento, le había ocultado de mis padres
y de mi hermana, pero cuando escucharon aquel estruendo no dudaron en ir a
verme, encontrándose con que su hijo ya no era un hombre más, si no una linda
señorita.
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