Mi
madre me había enviado a un internado para señoritas, había sido un chico muy
rebelde y odiaba en lo que me estaba convirtiendo, ella había escuchado que ese
lugar convertía a los chicos malos como yo en una persona completamente
diferente.
A
pesar de que me había negado, lo cierto es que decidí aceptar luego de ver que
en el internado había tantas chicas sexys que pensé que podría ligar a varias
de ellas, pero conforme pase el tiempo ahí, me di cuenta de que me estaba
convirtiendo en una persona completamente diferente, en una mujercita de
verdad…
Ahora
cuando mi madre volvió por mí, ella encontró a su hijo convertido en una chica,
estaba tan molesta, yo no sabia que sentir, en mi mente ahora solo sabia que debía
de obedecer y comportarme, pues estaba mal ser una chica vulgar y rebelde, ahora
tenía modales, era una hermosa chica y era dulce e inteligente, mi madre estaba
molesta, pero había tomado la mejor decisión para mi vida.
Asi deberiamos ser los que nos transformemos en mujeres
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