Estaba
tan arto de mi jefa que decidí cambiar un poco las cosas, pocos sabían el
secreto, pues no todos entraban en la comunidad secreta de la que sabia, en
realidad no sabia mucho, pero una vez un amigo me ofreció el número y yo
intrigado decidí aceptarlo, una vez que hice mi primera petición de sustitución,
me quedé emocionado con los resultados, aunque ahora extrañaba un poco a mi tía
verdadera, pero podía ver sus tetas cuando yo quisiera.
En
fin, llame tanto como pude aguantar a la agencia de Sustitutos y pedí que
alguien nuevo sustituyera a mi jefa, o mejor dicho a Sara, mi nueva jefa, tan
pronto como realicé la petición, todos vimos al siguiente día como nuestra jefa
llegaba resaltando de entre todas las mujeres, con un bello escote, una linda
falda recortada de manera más sexy, además de una cálida sonrisa en su rostro,
comenzó a pedirnos cosas de una forma mas amable, se notaba algo nerviosa, era
su primer día como jefa de una empresa, pero aquella persona estaba emocionada
por haber sido elegida para sustituir a Sara.
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