Bueno
chicos, tarde mucho en escribir este capítulo dos, pero quería tener algo muy
bien estructurado y planear la historia, como dije, serán cuatro capítulos.
Me ha
quedado algo largo, pero probablemente sean así todos los que suba. Lo más
probable es que tarde dos o tres semanas para subir el siguiente, ya que a
veces me surgen ideas y reviso en el borrador si quedaran bien. Espero lo
disfruten y recuerden que sus comentarios me ayudan muchísimo.
La figura
de aquel hombre le estaba esperando, a decir verdad, Francis aún no estaba muy
seguro de lo que estaba haciendo…
Después de
que le hubiera dejado su tarjeta y salido de la cafetería había terminado de
comer, pese a que había perdido un poco la compostura su cuerpo aun le seguía
pidiendo que no rechazara la comida que tenía enfrente.
Aun así, a pesar de que el invierno aun no llegaba, la noche había sido especialmente fría para el cuándo había regresado al parque, como si de repente hubiera caído en cuenta que su vida estaba yendo por un rumbo miserable. Al día siguiente no había podido concentrarse mucho en lo que tenía que hacer, había tratado de preguntar a algunos conocidos si conocían a ese hombre, pero como había pensado, era imposible que alguno supiera de quien se trataba.
Aun así, a pesar de que el invierno aun no llegaba, la noche había sido especialmente fría para el cuándo había regresado al parque, como si de repente hubiera caído en cuenta que su vida estaba yendo por un rumbo miserable. Al día siguiente no había podido concentrarse mucho en lo que tenía que hacer, había tratado de preguntar a algunos conocidos si conocían a ese hombre, pero como había pensado, era imposible que alguno supiera de quien se trataba.
Al final,
había conseguido algunas monedas para usar un teléfono y llamar al número que
ponía en la tarjeta, le había contestado una mujer, por su voz era joven, y
debía admitirlo, era una voz que derrochaba sensualidad, uno no podía dejar de
pensar que era una mujer muy hermosa. Aun así, dijo su nombre y por qué
llamaba.
-De
acuerdo, le estarán esperando en dos días, en la Avenida #16, en la parte
trasera del centro comercial…
Esas habían
sido las instrucciones que había recibido, y dos días después estaba ahí. No le
pareció extraño que le citaran detrás del centro comercial, era un lugar más
acorde a él, había un par de basureros. A veces, antes de que estuviera
completamente oscuro, algunos se aventuraban a tratar de hurgar, probando
suerte de encontrar algo que pudieran vender o algo que no estuviera tan mal
como para poder llenarse el estómago.
La figura
de aquel hombre era un tanto intimidante, pero Francis logro armarse de valor
para llegar hasta donde estaba el, al lado, un auto negro como de las películas
estaba estacionado con un hombre de lentes oscuros al volante. No le
sorprendería si llevaba un arma o algo así.
-Te
felicito Francis, tomaste la mejor decisión – indico el hombre.
-No he
decidido nada, quiero saber bien de que se trata esto… yo, aun soy un hombre
honrado – enfatizo tratando de sonar lo más duro que podía.
-Decidiste
venir – le recordó el hombre haciendo un gesto para que subiera a la parte
trasera del auto. No lo había notado, pero se movía de manera muy elegante y
refinada. Francis dudo solo un momento antes de subirse, tenía la impresión de
que, si daba la vuelta, podría pasarle algo horrible, o quizá que había dejado
ir su única oportunidad. Tragando saliva subió al auto y dejo que arrancara. – Así que cuéntame tu historia Francis...
quiero escucharla de ti
No era nada
cómodo hablar de uno mismo a alguien que no conocías, menos si tu historia era
tan patética como la sentía el pobre hombre. Hablo de como esa mujer le había
engañado y quitado todo después del divorcio y como eso había arruinado su vida
por completo.
-Ah… la
vida no es nada justa Francis, nada justa, por suerte hacemos quienes pensamos
que eso no está bien… y hacemos que sea justa nosotros mismos – dijo con una
sonrisa que hizo que a Francis se le erizara el bello de la nuca.
A pesar de
que trataba de mirar por la ventana para orientarse, terminaron yendo a los
suburbios fuera de la ciudad, por lo que no tenía idea de donde estaban. Nunca
había estado por esa zona, así que había perdido toda oportunidad de que, si
algo estaba mal, huir por algún callejón que conociera, estaba totalmente a
merced de aquellos hombres. Al final, se estacionaron en una zona de bodegas,
parecía en realidad, el tipo de lugar común donde se hacían textiles o
producciones en masa… así que de eso se trataba, un trabajo esclavizaste...
bueno, podían pagar algo y podría quizá tener techo... la idea era
desilusionante, pero no dejaba de ser mejor que su situación actual.
Estaciono
delante de una inusualmente grande, y bajaron. Francis no espero a que le
dieran la instrucción para bajar el mismo. Con lo que veía se sentía un poco más
tranquilo, parecía algo más normal y real. Pasaron por una destartalada caseta
de seguridad atendida por un hombre de mediana edad, capturo rápido una tarjeta
que el hombre le tendió y les dio tres gafetes.
Cuando
entraron había una habitación bastante normal, con un escritorio y un
archivero, el de traje tomo un par de hojas del archivero y se las tendió a
Francis.
-Tienes que
firmar el contrato – dijo con una sonrisa – tranquilo, solo prometes que nunca dirás
nada de lo que veras aquí, en caso de no aceptar- con mano temblorosa, Francis
plasmo su firma en la hoja. La cual el hombre guardo de inmediato y le invito a
seguirlo.
Después de
aquella habitación Francis abrió descomunalmente los ojos al ver que el
interior era casi como un hotel de lujo, los pisos estaban pulcramente limpios
y parecía un vestíbulo de un catálogo de vacaciones, en algunos de los sillones
había un par de jóvenes, dos hombres de unos 20 años aproximadamente que
conversaban con una belleza, la cual al verles se puso de pie y camino en
dirección a ellos con un aire bastante risueño.
-Señor Greg
– saludo mirando al hombre, “así que se llamaba Greg” (pensó Francis) un buen
dato saberlo – solo quería agradecerle por todo lo que ha hecho por mí y…
-Un momento Sarah.. ahora mismo traje a alguien nuevo – añadió señalando al indigente con un gesto de la cabeza. Aquello hizo que Sarah perdiera su sonrisa.
-Un momento Sarah.. ahora mismo traje a alguien nuevo – añadió señalando al indigente con un gesto de la cabeza. Aquello hizo que Sarah perdiera su sonrisa.
- ¿Es por
lo que hizo Roxana? – pregunto consiguiendo un asentir por parte de Greg – ya
veo… es una lástima… - añadió antes de ver a Francis y verlo de arriba a hacia
abajo. Eso le incomodo, después de todo, ella emanaba juventud y belleza – bueno,
espero que te quedes y que cumplas con todo, veras que te va a ir muy bien aquí
– afirmo tomando la mano de Francis y estrechándola un momento.
El gesto le
había sorprendido, alguien como ella, debería ser una chica con clase, y le
había estrechado la mano sin más. Eso hizo que se animase un poco, además
parecía que no había nada turbio, ¿era un hotel especial?, podía trabajar de
eso, sabía algo de plomería y mantenimiento y si tenía que aprender a ser
mesero o algo así estaba bien para él.
-Ella es Sarah,
una de las modelos de Perf Image – explico Greg dejando a Francis sorprendido,
había escuchado de esa empresa, pero no debía ser tan raro, esas modelos debían
ganar un montón de dinero y permitirse sus gustos más excéntricos.
El hombre
de traje le guio a lo que parecía el sótano, que a pesar de todo tenía una
imagen bastante pulcra.
-Encontramos
a Sarah hace unos seis meses, se había quedado sin casa hacía dos años y se
veía muy mal.
- ¿Cómo es
que una chica así era una sin techo? – pregunto escandalizado Francis – bueno,
es joven y hermosa, aun tenia oportunidades.
-O no –
dijo riéndose – ella era un hombre de 58 años – dijo de manera tan natural que
dejo mudo a quien lo iba siguiente el cual espeto un ¡¿Qué?! Que bien hubiera
podido ser un graznido por el tono con el que lo dio. – Francis, cuando te dije
que podía darte una vida nueva hablaba literalmente, de darte un cuerpo nuevo,
joven y hermoso, dejar atrás tu vida en las calles y tomar una nueva
oportunidad.
-U-usted está
loco – soltó Francis deteniéndose cuando llegaron frente a una puerta, al
abrirla había una sala con un par de sillas y una larga mesa. Le recordaba a la
sala de interrogación de algunas series policiacas que había visto. Al final de la mesa había otra chica, era
hermosa, debía ser otra modelo.
-Francis –
dijo Greg mientras señalaba a la chica - ¿Recuerdas a Enrique? – pregunto
mientras la preciosa chica se levantaba caminando de una forma pronunciada
moviendo las caderas – te dije que sea más natural.
-Lo siento
Greg… aun... aun no me acostumbro – dijo con una pequeña risa mirando al
estupefacto Francis – hola viejo… tenía tiempo de no verte – dijo dándole un
suave golpe en el hombro.
-E-esto es
una broma de mal gusto – dijo agitando la cabeza
-No.… es
real – le dijo la mujer tomándolo por los hombros – Francis Créeme, soy yo,
Enrique, t-tú me diste un emparedado la primera vez que nos conocimos y yo le
dije a la pandilla de Joe que no se metiera contigo, soy yo – enfatizo después
de recordarle aquellos momentos…
- ¿Qu-que…
como hicieron...?... explíqueme que es esto…
-Lo que ves
– añadió con calma Greg – Hace algunos años un brillante, aunque mal encaminado
hombre de ciencia creo una máquina que permite acomodar la mente de una persona
en el cuerpo de otra. O si lo prefieres mas simple, permite cambiar de cuerpos
– añadió al ver el rostro de Francis – por supuesto, la patente fue destruida y
el gobierno prohibió la tecnología, pero uno de los nuestros obtuvo los planos
casi completos… y pudimos idear nuestro propio modelo…
-Y-y
ustedes toman gente de la calle para…
-Para
darnos una nueva vida Francis –lo interrumpió aquella mujer que era Enrique –
Francis, me siento mejor que nunca, es un sueño, ellos trabajan con una agencia
de modelaje, prácticamente no trabajo, solo debo ponerme lo que dicen y que me
tomen fotos.
-Por
supuesto que también tienes que seguir una estricta dieta y régimen, además de
citas programadas, pero de eso hablaremos si decides tomar el contrato…
******
Victoria
podía oler una historia cuando se le presentaba, y algo había pasado en esa
sesión de modelaje. Aun así, no alcanzaba a conectar todo aún.
De
cualquier modo, no tenía prisa, después de todo, hacia solo un mes que había
dado el reportaje que había desvelado las pruebas de una farmacéutica sobre animales
y eso había desarrollado un montón de manifestaciones y demandas sobre la
compañía. De hecho, una de las trabajadoras había aceptado hablar al respecto.
Ella no tenia
mucho interés en justificar o algo así, ella cumplía con su deber de tomar la
historia e informar, las consecuencias no eran su culpa. Aquella trabajadora
seguramente pensaba que hablando mejoraría su imagen pública, y quizá podría
encontrar otro trabajo, bueno, para ella era una nota más y como el asunto aún
estaba “caliente”, habría interés para los que seguían su caso.
Su
informante le había llamado hacia un par de días y se habían acordado de ver en
una cafetería. Después de la entrevista iría al gimnasio, si solo corriera con
Robert por las mañanas su físico se arruinaría, no quería ser solo la niña
bonita del clima, pero eso no significaba que no se cuidara.
Ahora
estaba con un café sin azúcar enfrente y una mujer que parecía no haber dormido
bien en los últimos días. Había prendido su grabadora para tomar nota de todo
lo que se dijera.
-Entonces
señorita, ¿Por qué Farmac Inc estaba llevando a cabo estas pruebas en animales?
– quería ir directo al grano, su estilo era no irse por las ramas.
-La orden
nos llegó hace cuatro meses, parece que muchos medicamentos que se desarrollan
estaban atrasándose mucho en poder lanzarse al mercado…
Conforme la
entrevista avanzaba, Victoria sentía algo muy extraño, aquella mujer dijo que
esa medida había sido tomada porque en los últimos dos años la empresa “Le vie”
había estado sacando una gran cantidad de medicamentos en tiempo record, y su
empresa no tenía forma de competir con eso.
Aunque no
lo pareciera, crear una medicina era increíblemente costoso. Victoria antes de
sacar el primer reportaje se había sorprendido de que crear un solo medicamento
podía legar a costar entre los 80 y los 300 millones de dólares, eso no
aseguraba que funcionase y que en el mercado tuviera el éxito que se esperaba
después de invertir tanto.
Las razones
de aquella farmacéutica eran lógicas, después de todo si la competencia los
estaba aplastando, tenían que acelerar la forma en que hacían medicamentos y
por ello, habían forzado pruebas en animales para poder obtener resultados
mucho más rápido.
- ¿Tiene
idea de cómo es que la empresa “La vie” consigue resultados tan rápido? –
PREGUNTO Victoria Más interesada que al inicio.
-No tengo
idea, ni siquiera si hacen pruebas en animales podrían tener resultados tan
rápido… - negó la mujer – he sido parte de esta industria por décadas, lo que
ellos hacen no es normal… - aseguro.
La
entrevista estaba terminada, pero ahora Victoria estaba ansiosa como una
depredadora con hambre, había algo extraño en todo el asunto, quizá tenía que
ir a la farmacéutica de la compañía “La vie”
*****
Francis
estaba sentado frente a aquella larga mesa con una taza de café en las manos,
acababa de recibir una gran cantidad de información, y a pesar de que todo
podría bien ser una teoría conspiratoria de aquellas que se burlaba, esto era
Real, en realidad Enrique, aquel amigo que conoció como un indigente en el
parque, estaba ahora viviendo una vida de ensueño en el cuerpo de aquella súper
modelo…
Agacho la
cabeza respirando profundo, a pesar del grueso contrato que había leído y que
le habían explicado punto por punto, todo se resumía en reglas muy simples:
1.- Pasara
lo que pasara el no diría nada de lo que vio ahí, si algún medio de
comunicación obtenía información de él, entonces legalmente podrían disponer de
el (Francis dudaba de que lo dejaran irse sin firmar por lo menos esa cláusula)
2.- Una vez
firmado el contrario, la Empresa le daría un “Nuevo Cuerpo”, en el cual él no tenía
elección, aunque como Enrique había dicho, todos eran candidatos a súper
modelos, de modo que sería joven y atractivo, aunque como también había dicho,
el mercado femenino era más grande, así que lo más probable es que terminara
como el, dentro de una mujer, ese punto era el que más problemas le daba, no
estaba seguro si deseaba ser una mujer)
3.- Perdería
todo derecho a la libertad laboral, firmando un contrato por el equivalente de
15 años con la empresa, siendo de uso exclusivo la imagen del cuerpo otorgado
para con la compañía.
4.- Si el rompía
cualquiera de los lineamientos del contrato, la empresa dispondría de su cuerpo
y lo entregaría a otro candidato.
5.- Su paga
estaba establecida en el contrato, aunque Greg le dijo que solo era
aproximadamente la mitad de lo que ganaban las modelos de otras agencias, era
una suma ridícula.
6. –Ellos
le darían un departamento en el que debería aceptar estar vigilado debido a las
cláusulas del contrato.
La mayor
parte del resto consistían en tratados de salud, médico y nutriología, también
había una oferta en donde, tras los 15 años de contrato, él tenía la opción de terminar
el contrato, o firmar por otros 15 años y la empresa dispondría un nuevo cuerpo
para su “trabajador”. Era como venderle tu alma al diablo, pero su corazón latía
muy fuerte, su mente decía que era una locura, pero su corazón deseaba la
oportunidad… no era justo, él estaba en la calle porque le habían robado y engañado...
no merecía estar ahí…
-S-solo…
quiero saber ¿Qué pasara con mí... con este cuerpo? – pregunto Francis… Greg se
aclaró la garganta.
-La compañía dispondrá de el – aclaro, el de lentes – tú no tienes por qué saber que pasará….
-La compañía dispondrá de el – aclaro, el de lentes – tú no tienes por qué saber que pasará….
A Francis
eso le produjo un escalofrió, pero solo fue por un segundo, antes de que su
mano e deslizara por el contrato plasmando una firma y después su huella
digital, estaba hecho... había firmado….
-Bienvenido
a la Agencia Francis – sonrió Greg mientras abría la puerta – por favor – pidió
para que le acompañase. El hombre con piernas temblorosas se puso de pie para
Salir y ser conducido a una sala en donde había dos hombres fuertemente armados
custodiando la puerta. Aquello le hizo tragar saliva. – el cuarto donde hacemos
magia – sonrió abriendo una pesada puerta de metal, dentro había una habitación
donde solo había una mesa con lo que parecían controles y dos enormes cámaras.
Francis
volteo hacia atrás cuando escucho pasos, dos hombres llevaban a una chica
preciosa, su cuerpo era simplemente el resultado de perfecto entrenamiento.
-Señor
Greg… de verdad... l-le juro que no volverá a pasar… - soltó la muchacha
juntando sus manos en un gesto de súplica. Era obvio que estaba aterrada – por
favor…
-Roxana
Roxana… o quizá debería decir, Renata, tu firmaste, fuimos buenos contigo, cumplimos
nuestra parte del contrato, y tu rompiste tu parte – parece que la buena vida subió
a tu cabeza y no pudiste resistirte a hablar de este lugar a pesar de que te
devolvimos juventud y te sacamos de la calle, ahora Francis nos enseñara que él
es mucho más responsable. Aquellos dos
hombres pasaron un pañuelo por la boca de la muchacha, impidiéndole hablar y
abrieron una de las cámara para meterla adentro y atarla a una silla… - Así es
el negocio Francis, hay gente que no sabe ser responsable ni cumplir sus obligaciones
¿pero tú eres diferente verdad? – pregunto en un tono que hizo que el hombre
tuviera miedo de mojar los pantalones – no te preocupes, aquí vas a ser muy
feliz, te lo aseguro amigo mío… - dijo abriendo la otra cámara en donde el
indigente pudo ver una silla, en la cual se sentó.
Greg le
ayudo a como dar lo que parecía un casco encima de su cabeza antes de cerrar la
puerta.
El hombre
no sabía si transcurrían minutos, o solo segundos, pero justo cuando iba se
preguntaba qué es lo que iba a pasar, sonó un pequeño pitido encendiendo un
foco color blanco en la parte superior de la cámara. No tuvo tiempo ni de
buscarlo con la vista, un chirrido llego junto con la sensación de una fuerte
descarga eléctrica. Ahogo un grito incapaz de proferir sonido alguno. Sus manos
se aferraron al reposadero de metal, como si se hubiera quedado pegado. Podía
sentir la electricidad correr por su cuerpo y como este se agitaba por ello
simulando convulsiones, pero incapaz de moverse a voluntad, era como estar
pegado a la silla sin poder hacer nada.
Era
escalofriante, tenía miedo, sentía que eso había estado mal, que moriría en esa
máquina encerrado. Aquello había durado demasiado, ¿o solo habían sido pocos
segundos? Estaba muriendo, quizá, empezaba a ver luces frente a sus ojos,
líneas azules, luego se sumaban verdes, y puntos blancos. Sentía como si le
estuvieran succionando la cabeza y lo estuvieran sacando a empujones de algún
lado, se preguntaba si aquella chica estaba sintiendo lo mismo y trataba de
resistirse de algún modo ante esta sensación. Francis sintió que su conciencia
se perdía, era irreal y una experiencia siniestra y horrible. De pronto se
produjo un momento de oscuridad no era consiente de nada, estaba flotando en la
oscuridad sin poder sentir, pensar o percibir nada.
Miles de
imágenes corrieron por su mente, no era como verlas, era un golpe de recuerdos
que no eran suyos, desordenados y entremezclados, y que no reconocía, había
miles de sonidos, risas, palabras, llanto, discusiones, momentos alegres. Y tan
rápido como habían pasado, se habían ido. Poco apoco, todo se volvía de color
blanco suavemente, aquellas líneas de color azul y verde volvían a verse frente
a él. Y poco a poco sentía nuevamente la descarga eléctrica, como el proceso se
estuviera invirtiendo. Sentía las descargas recorrerle de manera más pausada,
pero de una manera diferente. Sentía algo suave cayendo en su rostro, la tenue
luz de la cámara era notoria y poco apoco la electricidad dejo de sacudirlo.
Respiraba
con agitación, el terror aún estaba ahí, la experiencia había sido sobre
natural, y sus brazos seguían inmóviles en la silla. Temblaba, había sido algo
demasiado espantoso de experimentar, se sentía como si fuera una gelatina con
forma humana, estaba apartado un momento de la realidad cuando las luces se
apagaron y se filtró la luz proveniente de la puerta cuando esta fue reabierta.
Ahí estaba Greg, con una franca sonrisa.
-Bienvenida
a la compañía... Roxana – saludo, Francis no entendió una palabra de lo que
aquel hombre dijo, respiraba aun con dificultad – calma, el primer paso es
difícil – siguió justo cuando los hombres se acercaban a él, sintió como manipulaban
algo cerca de sus brazos y de sus pies liberándole, se sentía muy extraño, sin
embargo al bajar la mirada entendió que no le habían mentido, no estaba ahí su
desgastada camisa o sus pantalones sucios, lo primero que veía eran unos
enromes y firmes senos que le impedían ver su abdomen.
A pesar de
que se puso de pie se tambaleo un poco, los zapatos que usaba tenían tacón, no
estaba acostumbrado a usarlos los hombres le permitieron apoyarse en ellos.
-Esto… es…
es una locura – hablo dándose cuenta que en lugar de su grave y madura voz
salía la dulce y jovial voz de aquella joven.
-Es extraño
al principio Francis, pero créeme que con el tiempo te acostumbraras, y muy pronto,
empezara a gustarte. Como indica nuestro
contrato, te daremos cinco días antes de empezar a trabajar, tres te quedaras en
este complejo, tendrás que ir a una revisión diaria a la clínica para ver cómo
es que tu mente se adapta a ese cuerpo, no queremos que tengas problemas
motrices, tendrás talleres de una hora para aprender algunas cosas menores, y
los otros dos días, estarás libre para instalarte en tu nuevo departamento –
explico Greg.
Francis no
estaba escuchando mucho, miraba sus manos, hermosamente cuidadas y delicadas,
tocaba su rostro, su piel era suave y tersa…. Aun no asimilaba lo que había
pasado del todo. Cuando reacciono solo tenía una pregunta.
- ¿Dónde está
mi cuerpo? – pregunto, pues su antiguo yo, no estaba por ningún lado…
-Este es tu
cuerpo Francis – dijo Greg tomándole de los hombros – o, mejor dicho, Roxana…
anda, te llevaran a recepción para darte una habitación….
*********
Si había
algo que Robert odiaba eran las ocurrencias de Victoria cuando se trataba de “Cazar
una historia” Su joven compañera tenía la maña costumbre de tener corazonadas e
invadir propiedad privada, eso le había valido dos enormes hits en el canal,
pero había habido un par de problemas también y habían esquivado la cárcel por
los pelos.
-Victoria,
de verdad, esto puede ser lo peor que se te ha ocurrido – se quejó Robert,
aunque sabía la respuesta que vendría.
-Si quieres
irte no vengas, lo haré yo misma, pero no me pidas trabajar conmigo cuando sea
la reportera principal del canal… - indico con un dejo de desdén que hizo que
Robert pusiera los ojos en blanco.
Ambos
saltaron una barda esperando que nadie los hubiera visto, el edificio estaba
apartado de la ciudad, en los suburbios. Según Victoria, había estado
investigando sobre la empresa “la vie”, era una multi nacional que no solo se
especializaba en Farmacología, también tenía bufets de abogados, hospitales,
escuelas y hasta era la dueña de Perfect Image. Si se metían en un lio, podían
despedirse de sus carreras.
El edificio
era de una sola planta, pero era enorme, había varios letreros que indicaban
que era propiedad privada, y según Victoria, legalmente estaba registrado como
el departamento de desarrollo base de medicamentos de la parte farmacológica de
la empresa.
No había
guardias a la vista, de modo que forzaron una puerta para adentrarse en el
edificio, Robert consulto su reloj, eran ya pasadas las nueve de la noche,
seguramente no habría ni un solo trabajador a esa hora, así que si un guardia
los veía era su fin. Los pasillos estaban en penumbra, suavemente iluminados
por una luz intermitente roja que le dio escalofríos al camarógrafo nada más
ver el pasillo. Le davala sensación de estar en una película de terror.
-Muévete –
le susurro Victoria mientras ya avanzaba por el pasillo. Lo había decidido,
esta sería su última infiltración, estas cosas no valían la pena solo por
seguir viéndole el culo y las tetas rebotar
a Victoria cuando corrían por las mañanas. Se había hecho una falsa
ilusión de que podía haber algo entre los dos, pero había entendido rápido que
eso era imposible, asique se había quedado con ella por su ambición
periodística y para saciar la perversión que le tenía, un par de noches su
rubia colega había sido la dueña de sus fantasías y de sus sueños húmedos, pero
eso se terminaría, simplemente no iba arriesgar el pellejo por tonterías.
Tuvo que
despertar de su meditación cuando Vio a la chica hacerle señas para que se
aproximara rápido, Robert miro para asegurarse de que no había moros en la
costa antes de ir hacia donde estaba ella. Estaba frente a una enorme ventana,
parecida a la que había en los hospitales cuando uno quería ver a los bebes en
las cunas. Sin embargo, a través de ella se podía ver extrañas figuras, parecía
haber un montón de camas, aunque podían ser mesas de trabajo.
Victoria le
hizo un ademan con la cabeza, Robert quiso protestar, pero solo saco una navaja
de bolsillo y suavemente la introdujo a la cerradura para forzar la puerta y
poder entrar. La sala como se lo esperaba era amplia, y había por lo menos
veinte camas perfectamente hechas, eran individuales y daban el aire de ser
parecidas a camas de hospital, había material quirúrgico y también jeringas y
sueros.
- ¿Qué
crees que sea este cuarto? – pregunto victoria en voz baja mientras tomaba
fotos con su celular.
-Yo que sé,
pero aquí hacen medicamentos, no es tan extraño, Victoria, por favor, vámonos.
– Rogo Robert al cual el miedo le había podido con la ambición.
-Aun no,
vine por una historia y voy a encontrarla – soltó testarudamente victoria.
Deseando
abofetearle y llevarla ahí a rastras, pero sin atreverse, Robert la siguió
hasta una puerta contigua que abrió, daba a un enorme pasillo al cual entraron
con sumo cuidado. Tan solo unos segundos después Victoria sintió que se le
erizaba el bello de la nuca, a ambos laterales del pasillo había puertas de
cristal, parecían celdas, como en un manicomio, y dentro de cada una había una
persona. Victoria se asomó a una de ellas, la persona estaba hecha un ovillo en
una esquina, ignorando el catre de su celda, temblando por alguna razón.
-O por dios… - soltó Robert al ver una de las celdas más adelante – la señora Martha – dijo mirando a una mujer sumamente delgada, y que daba vueltas por su espacio, con la mirada perdida como si no supiera donde estaba, ni dando señales de haber visto a Robert a través del cristal.
-O por dios… - soltó Robert al ver una de las celdas más adelante – la señora Martha – dijo mirando a una mujer sumamente delgada, y que daba vueltas por su espacio, con la mirada perdida como si no supiera donde estaba, ni dando señales de haber visto a Robert a través del cristal.
- ¿La que desapareció
del parque? – pregunto victoria haciendo que su colega asintiera. La chica se apresuró
a tomar un gran número de fotos antes de sentir el tirón de su compañero.
-Por dios
victoria vámonos de aquí – pidió aterrado el hombre, la fuerza con la que
apretaba el brazo de victoria debió sorprenderla, porque esta tomo un par más
de fotos antes de guardar el celular y seguir a su compañero.
Contuvieron
el deseo de correr, cerrando cuidadosamente las puertas detrás de sí y
asegurándose de que no hubiera guardias. Cuando brincaron la barda y estuvieron
a salvo Robert se apartó para poder vomitar.
- ¿Qué fue
eso? ¡¿Qué demonios es este lugar?! – pregunto casi en un grito mientras
verificaba que no se hubiera meado encima.
- ¿Recuerdas
lo que te dije? -la farmacéutica dijo que no sabían cómo estaban haciendo
medicamentos más rápido, e-ellos dijeron que era imposible ser tan rápidos –
ambos se miraron un momento.
-Insinúas
que… - aventuro Robert tragando saliva mientras Victoria asentía haciendo que
sintiera un enorme terror y su corazón latiera con fuerza.
-Están
haciendo pruebas directamente en personas…
Están usando indigentes para probar medicamentos…
-Jesucristo bendito – dijo Robert antes de inclinarse y tratar de respirar con fuerza, era demasiado, la idea era escalofriante – n-no puedes publicar esto, esta gente debe estar mal de la cabeza… Victoria podrían hacerte algo..
-Jesucristo bendito – dijo Robert antes de inclinarse y tratar de respirar con fuerza, era demasiado, la idea era escalofriante – n-no puedes publicar esto, esta gente debe estar mal de la cabeza… Victoria podrían hacerte algo..
-Nos,
entraste conmigo – replico la rubia.
- ¡Pero yo
no quiero publicar nada de esto! – soltó Robert con lágrimas en los ojos – por
favor, no seas imprudente Victoria, debe haber gente muy poderosa detrás de
esto, te lo ruego.
-Es la
historia del siglo y te acobardas… - dijo moviendo la cabeza con desaprobación,
mejor volvamos, y piénsate bien si quieres dejar pasar la oportunidad de tu
vida…
*******
Cuando la
puerta se cerró detrás de él, Francis miro la habitación, parecía la de un
hotel de lujo, una enorme cama en medio de la habitación, televisión, un baño
privado y aire acondicionado, definitivamente era increíble, ni siquiera echaba
de menos tener una ventana con vista, simplemente era increíble.
Se sentó en
la cama cerrando los ojos y cubriendo su rostro. La realidad era… era demasiado
inverosímil, aun no podía creerlo, hacia tan solo unas horas era un indigente
que pensaba en cómo llevarse algo a la boca... y ahora.
-Esto es un
sueño, no puede ser que algo así me esté pasando – hablo, aunque la sensual voz
que salió de sus labios le hacía pensar que era muy real.
Levanto la
vista para encontrarse con un espejo de cuerpo completo, la vista que le
devolvía era la personificación de lo que como hombre hubiera deseado por
completo. Se quitó los zapatos, aun no podía con esos absurdos tacones, su
mirada estaba al frente, camino hacia el espejo, sus dedos tocaron suavemente
la fría superficie de su reflejo.
-Esta niña
esta increíble – susurro mientras aparecía un pequeño tic en su labio – q-que
estoy diciendo… a-ahora, soy yo… de verdad soy yo… - dijo moviéndose para
mirarse de perfil – dios... ni la ramera de mi ex posa estaba tan buena en su
mejor momento…
Francis se embeleso,
no había tenido nunca una mujer así frente a él, y aunque prácticamente él era
ahora quien poseía tal cuerpo no sabía cómo reaccionar o moverse, seguramente
los talleres se encargarían de eso. Busco como quitarse el vestido, nunca había
usado ropa así, de modo que jalo de distintas partes sin descubrir como
quitárselo.
-Con una
mierda – se quejó mientras empezaba a levantarlo por la parte de la falda
alzándolo para sacarlo por su cabeza como una sola pieza. La tira del cuello le
molesto y sintió como fue algo forzado sacarlo. Pero cuando se desprendió de la
prenda la arrojó al suelo antes de volver a mirarse en el espejo – por dios –
lo que hubiera dado por tener una niña así en mis brazos cuando era joven…-
añadió, usaba una sensual lencería de color negro que contrastaba de
maravillosa forma con su piel y daba un aire de sensualidad.
Nuevamente..
. ¿que decía?... él era joven de nuevo, según Greg esta muchacha, o en este
caso ella, ahora tenía 21 años, estaba rebosante de vida y juventud. Paso su
mano suavemente por su abdomen, estaba increíblemente definido y duro, era toda
una fitness, la fantasía de cualquiera. Por un momento recordó la expresión de
la misma chica cuando había llegado, era de miedo, y ella ahora era quien
estaba en su viejo cuerpo, sin oportunidades… quería sentir culpa, pero de su
boca salió algo que fue más directo.
-Es tu
culpa estúpida, no cumpliste, yo no voy a desperdiciar esto, esto… esto es mío,
es mi nueva juventud, mi nueva vida… mi nuevo cuerpo – decía aquello con una
voz agitada, como si quisiera convencerse a sí mismo – sí... si... es mío,
mírame mi amor… voy a hacer tanto con
esto – dijo muy cerca del espejo – hubiera querido hacerte mía antes de cambiar
- hablo al espejo dando un suave beso sobre
los labios de su reflejo – te habría hecho mía – siguió mientras entre cerraba
los ojos y repetía el beso sobre la tibia superficie donde se reflejaban sus
labios. Detuvo el beso para ver el reflejo de sus ojos, se veían radiantes y
hermosos, además de que su rosto tenía una sonrisa – se ve que te encanta –
dijo satisfecho.
Sus manos
se apoyaron suavemente sobre el espejo continuando aquel beso a su reflejo, sus
labios disfrutaban el tacto de la superficie, hasta que empezó a usar su
lengua, suaves sonidos de succión se escuchaban en su habitación mientras se perdía
en la imagen de besar a tan hermosa mujer.
Cuando se separo jadeaba tenuemente.
- ¿Qué
dices Roxana?... ¿quieres que disfrute estas tetas?, si, si de inmediato mi
amor –dijo dejándose llevar por su juego.
Llevo sus
manos a su firme busto, era grande, y era claro que lo había trabajado porque
estaba firme a pesar de lo suave que era estrujarlo. Hacía mucho que no tocaba
un par de pechos, y estos eran deliciosos.
-Eso, así papi,
mas – dijo usando su nueva voz mientras sentía una deliciosa sensación desde
donde apretaba y bajaba por su espalda y recorría sus piernas – Que tetas tan
fantásticas Roxana… me encantan – siguió hablando consiguió mismo en aquel
juego - ¿Qué’, claro que voy a recorrer todo tu cuerpo…
Uso aquellas
hermosas uñas para hacer una caricia sobre sus muslos, se deleitó pasando su
lengua por sus labios, tomo un mechón de cabello acercándolo a su nariz. Olía
delicioso, su perfume era floral y femenino. Se tomó un momento para tomar una
almohada y abrazarla respirando hondo. El aroma de las sabanas le gusto, sentí a
una sensación de ansiedad entre sus piernas.
Sin embargo,
se incorporó para seguir mirándose en el espejo, se dio el tiempo para ponerse
de pie y buscar la forma de desabrochar el brasier. Cuando lo logro lo dejo
caer, jadeo un poco al ver en el espejo un par de senos perfectos, sus pezones
eran de un color café claro, y tenían una suave caída perfecta. Llevo el índice
a su boca para ensalivarlo antes de formar suaves círculos alrededor de su
pezón.
Pudo ver su
propio placer en el reflejo, era sensible, delicado y fantástico. Quería más,
aun así, se detuvo para posar un momento de manera sensual.
- ¿Te
gustan papi? – se preguntó al espejo – claro que si mi amor, son perfectas –
añadió riéndose mientras sujetaba ambas y las apretaba con menos delicadeza y
de manera más burda, la sensación era menos delicadas, pero le gustaba. Rápidamente
delineo el resorte de sus bragas antes de deslizarlas por sus piernas, pudo ver
finalmente su vagina. No tenía vello púbico, seguramente esta niña se rasuraba,
bueno, era normal entre las modelos.
Se permitió
observarse nuevamente un par de segundos, se dio la vuelta para ver unos
formados y carnosos glúteos, los cuales levanto poniendo sus manos bajo los
mismo haciéndolos rebotar suavemente un par de veces, era un cuerpo de
ensueño. Se recostó sobre la cama, si
era un sueño no quería despertar, prefería morir a perder algo como lo que
estaba experimentando en ese preciso momento.
- ¿Qué
dices Roxana?… ¿Qué quieres que yo me quede con tu cuerpo’… claro que si mi
amor, veras que yo disfrutare mucho esto, tu juventud y tu belleza no se van a
desaprove… ejem… mi nueva juventud y belleza no se van a desaprovechar –
rectifico mientras fantaseaba con lo que había pasado hacia un momento en la
cámara de intercambio, pero con la diferencia que Roxana estaba feliz de darle
su cuerpo – Si, usare muy bien mi nuevo cuerpo… - dijo llevando sus dos dedos
hacia su vagina mientras masajeaba sin reparos uno de sus senos. Su primer
gemido salió de sus labios. Se acomodó de lado mientras mordía suavemente la almohada
y empezaba a experimentar y tantear la forma de usar sus dedos en su nueva
intimidad – si… voy a usarlo mejor que tu grandísima estúpida ¡uuuuhm! –
termino cuando encontró el clítoris. Esa noche Francis se desprendería de su
nombre, era la nueva Roxana y Perfect IMage tendría a una modelo ejemplar….
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No importa la espera lo escribes tan magnífico que ni siquiera puedo esperar al siguiente capítulo.
ResponderBorrarTomate tu tiempo y escribe lo mejor que nos tengas para esta historia
En hora buena muy buena historia, ya espero ma siguiente parte
ResponderBorrarQue forma de abordar esta trama, con un trasfondo algo oscuro, ojala continúes lo haces muy bien
ResponderBorrarSi gusta mucho esta trama, que continúe
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