𝑷𝒓𝒆𝒔𝒕á𝒏𝒅𝒐𝒎𝒆 𝒔𝒖 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒑𝒐

¡Wow¡ no puedo creer que mi tía me haya prestado su cuerpo para la fiesta, se siente simplemente increíble.

Siempre había pensado en querer ser una chica, vestirme bonito y pasar un buen rato con la atención de los hombres, me vestía a escondidas de mi madre pero un día, mi tía llegó de visita, ella es una mujer muy hermosa y soltera, tiene un cuerpo envidiable y bien conservado a sus 35 años, siempre me imaginé como sería tener su cuerpo, mi tía noto que no había nadie en la casa cuando escucho un ruido de tacones que provenía de arriba, subió a mirar que pasaba y me sorprendió vestido como mujer con las cosas de mi madre, luego de verme tan afligido, platicamos, pasamos un buen rato agradable contando historia de todo tipo sobre feminización y otras cosas, ella me demostró lo muy buena que era, pensé que solo me tomaría como un raro, o un chico pervertido.

Después de varios días, mi tía me había invitado a su casa, siempre era para vestirme y pasarla un rato agradable como madre e hija pues ella no tenía hijos, pero un día, mi tía me dijo alarmante que fuera a visitarla, yo quería ir a una fiesta donde estaría gente muy popular, pero estaba deprimido porque no tenía la edad ni un cuerpo agradable para asistir, entonces ella con una gran sonrisa, me dijo que había conseguido un hechizo para intercambiar nuestras almas, iniciamos el rito, yo aún sin poder creerlo y seguido de eso me encontraba mirándome a mi mismo sorprendió, ambos nos exploramos sin problemas, me sentía bastante sexy y caliente en el cuerpo de mi tía, estruje mi nuevo par de tetas y se sintió tan bien, acaricié mis largas piernas y mi entrepierna, pase mis manos por mi culo redondito, pero entonces me di cuenta de que mi tía estaba mirando, me dio algo de pena el aprovecharme de esa manera de su cuerpo, pero solo sonrió y ella también exploro su cuerpo adolescente, entendía que era un chico adolescente de 15 años dentro del cuerpo de una mujer bastante sexy como ella.

Después de las primeras impresiones, me ayudó a vestirme y a maquillarme, me dio su bolso con algo de dinero, un par de cosas como maquillaje, cosas extrañas de niña y un par de condones por si llegaba a pasar algo, yo la mire sorprendido, ella pensaría que tendría sexo con su cuerpo, pero no importa con tal de hacerme feliz por una noche.

La pasé increíble en la fiesta, notaba como los chicos me miraban, era una sensación tan placentera, sentía como mis senos rebotaban en mi escote ajustado, sentía el movimiento de los caderas contoneándose al compás de mis tacones, logré caminar con ellos sin dificultades pues ya lo hacía cuando me vestía, pase la mejor noche de mi corta vida siendo mi tía, logré bailar y prenderme de emoción, luego un chico se acercó a mi, comenzó a decirme cosas lindas sobre mi cuerpo, yo me estremecí y aparte de unas cuantas copas, nos fuimos a su casa, estaba ya muy excitada pero recorde los preservativos que mi tía me previnio de usar, los coloque en su parte extrañado y pasamos una linda noche de sexo, me hizo el amor bastante bien, me sentía una verdadera mujer.

A la mañana siguiente, seguía en el cuerpo de mi tía, estaba desnuda en una cama con un extraño, pero recordé que habíamos tenido sexo durante la noche, el celular sobaba, era mi tía alarmada, me preguntó si estaba bien, ella se sintió mejor luego de escucharme, me prepare para salir despidiéndome del lindo chico y regrese a casa de mi tía, tener su cuerpo aún era algo sexy y extraño para mí, era tan fascinante saber que era una mujer, cuando llegue platicamos sobre todo lo que había pasado, le conté lo que había hecho y ella no se molestó, luego regresamos a nuestros cuerpos, yo estaba algo triste por dejar el cuerpo de mi tía, ella lo notaba pero me abrazó y me prometió que siempre que se pudiera cambiaríamos para pasarla bien un buen rato.

-Kary-